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DAVID HARVEY EN MONTEVIDEO

1) Cómo diseñar un futuro alternativo desde la izquierda –
2) David Havey visitó Funsa –
3) Ex trabajadores de Fripur forman cooperativa y buscan socio –
4) Gobierno se negó a firmar con Aratirí –
5) Cnel Carlos Silva: “El Estado de Derecho deja mucho que desear”

COMCOSUR AL DÍA / AÑO 16 / Nº 2047 / NOTICIAS Y PENSAMIENTOS / Viernes 20 de Noviembre de 2015 / Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares
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«Si asumes que no hay esperanza, garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que hay un instinto hacia la libertad, que hay oportunidades para cambiar las cosas, entonces hay una posibilidad de que puedas contribuir para hacer un mundo mejor. Esa es tu alternativa». — Noam Chomsky
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1) Cómo diseñar un futuro alternativo desde la izquierda, según el académico británico David Harvey.
Gabriel Delacoste (La Diaria)

Ha escrito sobre urbanismo, medioambiente, neoliberalismo, posmodernidad y marxismo; para muchos es uno de los principales autores vivos de las humanidades. El británico David Harvey llegó a Uruguay en el marco de la celebración de los 100 años de la Facultad de Arquitectura, y recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de la República.

—Con el ascenso de Jeremy Corbyn en Gran Bretaña, Bernie Sanders en Estados Unidos, Syriza en Grecia y Podemos en España, pareciera que existe un renacimiento de la política radical y de izquierda a lo largo de Europa y Estados Unidos. ¿Cuáles son sus impresiones sobre el estado de la izquierda en el Primer Mundo?

—Quisiera ser optimista, pero francamente soy más bien cauto, por varias razones. Lo impactante de Sanders y Corbyn es que fueron una gran sorpresa para la prensa convencional. Me da la impresión de que esa prensa ha construido una narración sobre cómo es el mundo y está muy cómoda en esa narración, que no incluye a gente como Corbyn o Sanders como gente con influencia alguna. Esa narración estuvo equivocada desde el principio: estaban ocurriendo muchas más cosas de lo que se reconocía. Se puede rememorar algunos de los movimientos sociales de masas que sorprendieron a la gente, como las enormes manifestaciones contra la guerra en 2003. Nuevamente, éstos fueron eventos sorprendentes, que se desvanecieron más bien rápido. La razón por la que soy cauto en relación a lo que puede ocurrir es que veo que Syriza, por ejemplo, llegó en una posición muy fuerte, y ahora se está manteniendo en el poder administrando todas las cosas que dijo que quería abolir. Y creo que si Corbyn dura —y pienso que va a durar más de lo que muchos creen—, va a ser también por haber cedido, en parte, porque el poder ya no está en la política. Y no está en la política por dos razones: una es que las clases altas, la plata grande, domina a la política; y la otra es que las personas que son intuitivamente de izquierda no confían en la política en absoluto, tienden a no votar. Entonces, ocasionalmente aparece algo como Corbyn o Syriza, pero la gente no se mantiene en la política. Hay una especie de política de la antipolítica que domina nuestra izquierda. Y es muy difícil transformar eso en algo organizado o en una campaña política bien orquestada. Por eso no soy optimista en cuanto a que podamos ver cambios importantes como consecuencia de todo esto. Lo que sí veo es mucha gente muy desencantada con lo que ocurre; veremos qué forma de expresarlo encuentran en los meses y los años que vienen. Pueden ser modos de expresión de izquierda o de derecha. La derecha está vivita y coleando en el Norte Global, y está reclamando fascismo. Aún así, conservo la esperanza en que reviva la política antiausteridad.

—Al mismo tiempo que emergen estas nuevas izquierdas, parece haber un resurgir de la importancia del pensamiento de izquierda, tanto en el norte como en el sur. En América del Sur hay una gran discusión entre los que siguen a Ernesto Laclau y piensan en términos de estrategias populistas que logren tomar el poder del Estado y quienes siguen a Antonio Negri y piensan en una política horizontal, no estatal y local. Ninguno parece dar una gran respuesta: las estrategias populistas pueden tomar el poder del Estado pero no saben cómo lidiar con el capital, mientras que las estrategias horizontales nunca parecen ser capaces de crear movimientos grandes y sostenidos. ¿Donde se ubicaría usted en este debate?

—Creo que Negri está cambiando su postura; no creo que esté tan comprometido con esas formas horizontales. De hecho, en una entrevista reciente dijo que su pensamiento y el mío estaban convergiendo, lo que me resulta bastante sorprendente. Existe cierto fetichismo de la forma organizacional en la izquierda que significa que cualquier cosa que no sea horizontal no está contemplada, cualquier cosa de gran escala es rechazada. Yo no veo la política en esos términos; de hecho cada vez que estuve en una estructura de asamblea en realidad no era horizontal, existían liderazgos secretos y todo eso. Creo que sería necesario algo de pragmatismo en esa parte de la izquierda en cuanto a cómo piensa en la organización y en que debería hacer. Es cierto que las estrategias populistas pueden servir para tomar el poder. Pero lo que vimos en Argentina es que existe un límite a lo que podés hacer cuando estás comprometido con una estrategia populista.

—Quería preguntarle sobre ese punto. Varias veces ha usado a América del Sur como ejemplo de un lugar en el que los movimientos sociales fueron capaces de responder al capital. Éste es un momento muy especial para América del Sur, porque todas las fuerzas progresistas y revolucionarias están en crisis o en graves problemas. ¿Cómo ve esta situación?

—Hubo un momento curioso en la historia de América Latina, al final de las dictaduras, en el que vimos cómo se daban paralelamente la democratización y el neoliberalismo, y cómo la colisión de estas dos fuerzas creó una oportunidad para la aparición de una izquierda muy peculiar, basada en cuestiones de derechos que eran perfectamente compatibles con el neoliberalismo, pero que estaba basada también en la profundización de la democracia. Más adelante vemos, por ejemplo, que Lula da Silva y el Partido de los Trabajadores llegan al poder en Brasil y son, al principio, muy progresistas. Pero paso a paso se van haciendo más y más cautivos del capital, y empiezan a debilitar a los movimientos sociales. Entre 2005 y 2010 las cosas estaban extremadamente activas, pero desde entonces el poder político ha domado a los movimientos sociales. Por ejemplo, los movimientos indígenas del campo ecuatoriano ya no son tan fuertes como eran. Es una paradoja que hayan sido gobiernos de izquierda los que los debilitaron. Y ahora esos gobiernos de izquierda están en problemas. Y vemos una situación en la que la derecha puede hacerse cargo, y los movimientos sociales no van a estar allí para crear resistencia. Esto, por supuesto, se une al hecho de que hubo un boom económico en América Latina durante aquellos años, que en buena medida estuvo unido al comercio con China. La caída de los precios de las materias primas generó serios problemas económicos en casi todos los países de América Latina, por lo que estamos viendo tasas de crecimiento cero, y no el fuerte crecimiento de hace cuatro o cinco años. Estas cosas suceden juntas y pintan un panorama muy complicado.

—En ese tema parece haber una contradicción en la acción de los gobiernos progresistas y revolucionarios de América del Sur. Pareciera que su habilidad para redistribuir y para obtener victorias políticas depende de su capacidad para atraer grandes inversiones, ser exitoso en los mercados internacionales y exportar materias primas, todas cosas que dan poder al capital sobre el territorio, ya sea mediante la especulación inmobiliaria, el desarrollo agrícola o la minería. ¿Hay alguna forma de salir de esta contradicción?

—Es el clásico problema que ocurre cuando el socialismo es visto simplemente como algo relacionado a la redistribución y no se presta atención a la producción, a cómo se organiza ésta. Se da exactamente esa contradicción: el programa redistributivo depende en lo crucial del programa de desarrollo, lo que significa que, en esencia, pone la estrategia de desarrollo del país en manos de las grandes empresas. Tiene que existir una manera alternativa de pensar el modo de producción, que no sea dependiente del capital. Esto no está siendo proyectado, excepto quizá en organizaciones muy periféricas de escala bastante pequeña: economías solidarias, cooperativas de trabajadores, fábricas recuperadas. Estos movimientos son relativamente pequeños y no fueron organizados como una fuerza que reconfigure cómo se produce la riqueza en la sociedad, y que pueda ser aislada del poder del capitalismo global, que deviene cada vez más centralizado y más politizado en la forma en que opera alrededor del mundo.

—Las organizaciones que querrían ir en otra dirección son demasiado pequeñas, mientras que los gobiernos de izquierda son capaces de transformar sus excelentes relaciones con el capital en una forma de obtener apoyo popular. Siendo América Latina una región pobre y desigual, existe una demanda popular real de mayores niveles de consumo. ¿Es posible, en una región pobre, la aparición de un movimiento político que no se base en promesas de crecimiento del consumo?

—Depende de qué forma de consumo estemos mirando. Una cosa que me impresiona de América Latina en los últimos 20 o 30 años es hasta qué punto la forma de consumo que se promueve está construida en torno al automóvil, a nuevas carreteras, a shoppings. Parece casi diseñada para ser estadounidense. Y francamente éste no es, para mí, un modo de producir especialmente sano o valioso. De hecho, últimamente cuando visito grandes ciudades latinoamericanas paso mucho tiempo estancado en embotellamientos, y pienso “¿por qué este compromiso con lo que en Ecuador llaman ‘buen vivir’ implica estar sentado en un embotellamiento, rodeado de shoppings y edificios de apartamentos?”. En otras palabras, existen formas variadas de consumismo, y creo que el modelo de consumismo que está siendo importado en estos países no necesariamente es una forma de consumismo que uno quisiera promover si estuviera pensando en el bienestar de todos. De hecho, algunas de las protestas que han emergido, por ejemplo los levantamientos en las ciudades brasileñas en 2013, están relacionadas con el precio del transporte y de los megaproyectos en torno a la Copa del Mundo, que estaban recibiendo recursos masivos que no estaban llegando a la gente. Qué consumo queremos es una gran pregunta, y creo que podemos decir a la gente: “Miren, no estamos en contra del consumo, estamos a favor del buen consumo: comida limpia, sana y buena en lugar de comida chatarra, menos tiempo de transporte, mayor proximidad del trabajo a la residencia, rediseño urbano”. En otras palabras, deberíamos buscar un modo de consumo radicalmente diferente del que está siendo promovido, con consecuencias muy desafortunadas para muchas ciudades de América Latina.

—Mencionó el “buen vivir”. Existe una intensa discusión en América del Sur entre los que usan esta categoría desde posiciones decoloniales y antidesarrollistas y aquellos en la izquierda tradicional, más economicista. Como intelectual marxista que estudia la relación entre el capital y la naturaleza y ha propuesto una economía de crecimiento cero, usted parece estar en los dos bandos del debate. ¿Cómo ve esta cuestión?

—Es un poco incómodo, porque me disparan desde los dos costados. Murray Bookchin, que era anarquista y dejó el anarquismo, dijo recientemente que él pensaba que el futuro de la izquierda dependía de poder juntar lo mejor del anarquismo con lo mejor del marxismo, y que mientras no aprendamos a hacer eso no vamos a ir a ningún lado. Me inclino a estar de acuerdo con eso, porque pienso que muchas de las ideas que se encuentras en los grupos autonomistas y anarquistas en términos de organización social y relación con la naturaleza son muy positivas, y merecen ser miradas y trabajadas. Me gusta la idea del socialismo confederal, un modo de gobierno basado en asambleas locales y asambleas macro, que buscan formas de desplazar al Estado capitalista con otras formas de gobierno. Son ideas muy interesantes. Pero es muy difícil para este tipo de política pensar en cómo organizar sociedades macro de manera que alimentemos, refugiemos y vistamos a 7.000 u 8.000 millones de personas de una manera razonable. Y no creo que los movimientos anarquistas o autonomistas puedan responder a esa gran pregunta. Esa pregunta fue tradicionalmente abordada por grupos de la izquierda tradicional, aunque de una manera tan dogmática que terminó por despreciar la profundidad de las propuestas anarquistas y de izquierda en lo que refiere a la organización y la naturaleza. Tenemos que juntar muchas de estas cosas de la mejor manera que podamos. Veo que está sucediendo algo de eso en el norte de Siria, entre las poblaciones kurdas de Rojava, que llevan adelante experimentos. He tratado de viajar hasta allá durante los últimos seis meses para ver qué está ocurriendo, pero el gobierno turco no me lo ha permitido. No pretendo ir para decir “acá está la respuesta”, sino para ver que existen experimentos de este tipo que deben ser apoyados. Entonces, nuevamente, creo que existen posibilidades y que hay que tener la cabeza abierta. Y tenemos que pensar que una parte del asunto es estar preparados para redefinir el terreno teórico en el que estamos pensando.

—Uno de los principales conceptos de sus últimos trabajos es que si bien el capital no es capaz de resolver sus contradicciones, sí es capaz de moverlas de manera de que no exploten. Al mismo tiempo, usted pone mucho énfasis en la ciudad como lugar de organización política. ¿Es posible, desde lo local o lo nacional, enfrentar esta capacidad que el capital tiene de moverse mediante burbujas, corridas, etcétera?

—Estoy firmemente convencido de que toda política debe tener raíces en las circunstancias locales. Pero también estoy firmemente convencido de que si se mantiene en lo local y no va a otro lugar, fracasa. La pregunta, entonces, es cómo construir atravesando diferentes escalas. Existen intentos de construir conexiones internacionales. El MST [Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra] de Brasil intentó hacerlo, organizaciones como Vía Campesina tienen un alcance global. La única respuesta a esa pregunta es que comencemos a configurar vínculos firmes y activos entre organizaciones, en términos de su acción política. Te puedo dar un pequeño ejemplo: la Unión Europea está en serios problemas como configuración. Existe una generación entera de estudiantes que atravesó Europa gracias a programas de becas como Erasmus. Yo le pregunto a estos estudiantes por qué no construyen la base de una organización completamente distinta que diga “hay cosas que valen la pena de Europa, pero no la forma capitalista basada en Maastricht, y nosotros somos la generación revolucionaria que va a reconfigurar esto”; y ellos casi siempre dicen “Europa es burócrata” y todo eso. Esto nos lleva al problema del descreimiento en la capacidad para hacer algo. Hoy empezamos hablando sobre hasta qué punto un movimiento anti austeridad puede desarrollarse a lo largo de Europa e incluso más allá, y esto es posible si se logra canalizar a los sectores de la población que ven algo valioso en trabajar juntos, en un ambiente de respeto a las diferencias, para diseñar un futuro alternativo. Eso es lo que espero ver, y es de lo que hablo tanto, para tratar de hacer que la gente empiece a pensar en ello. Porque si no ocurre, vamos a estar encerrados con esta bestia capitalista, a la que no le está yendo muy bien, a pesar de que a los capitalistas les esté yendo extremadamente bien. Ellos tienen que ser privados de su poder, y eso va a ocurrir o bien pacíficamente, por medio de la aparición de movimientos de masas, o bien de una manera mucho, mucho peor.
COMCOSUR AL DÍA / VIERNES 20 DE NOVIEMBRE DE 2015
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2) David Havey visitó Funsa

Harvey destacó la autogestión como “base para generar políticas alternativas” y dijo que hay que “crear nuevas prácticas” en la izquierda.
(La Diaria)

Con motivo de la visita del geógrafo y antropólogo británico David Harvey, se realizó ayer en la planta de Funsa una actividad para dialogar con este académico marxista sobre El capital en “escenarios de autogestión y economía solidaria”.

El presidente de Funsacoop, Enrique Romero, abrió la charla narrando la historia de la fábrica que hoy produce neumáticos y guantes de goma, gestionada por los propios trabajadores. La empresa cerró durante la crisis de 2002 y los trabajadores decidieron “resistir al desempleo” y organizarse “en pos de la reapertura”, lo que consiguieron luego de aliarse con capitales privados. Con el apoyo del gobierno venezolano del entonces presidente Hugo Chávez consiguieron adquirir la maquinaria y la marca Funsa. En 2011, la sociedad con el inversor se disolvió y el emprendimiento quedó en manos de Funsacoop, que recibió el apoyo del Fondo para el Desarrollo (Fondes).

Carlos Aulet, representante del PIT-CNT en la Junta Directiva del Fondes que gestiona el Instituto Nacional del Cooperativismo, dijo que se está “en un momento de construcción de la autogestión y de la economía social y solidaria”. “El Estado, el bloque social de la autogestión, los sindicatos, la Udelar y la UTU deben conformar un bloque que posibilite y afirme nuevos emprendimientos en una visión distributiva, democrática, de desarrollo local y social. Ésta es una forma de evolución de la autogestión”, agregó. Aulet destacó que “esta movida” fue la que logró que se redactara la ley de institucionalización del Fondes, y que “se va a reeditar” cuando se piense “en cómo se va a gestionar” ese fondo.

Juan Geymonat, del Grupo de Estudios del Capital y Núcleo de Economía Política de la Universidad de la República, se refirió “al lugar del pensamiento marxista” en la universidad, al que calificó de “marginal” tanto en la producción académica como en la enseñanza, lo que se explica, dijo, por la influencia del posmodernismo y del neopositivismo en el ámbito académico desde los 90.

Por su parte, Harvey, de 80 años y residente en Nueva York, hablando en inglés afirmó que “hay una crisis social, política, económica, pero además intelectual”, y que mientras que en el pasado, cuando había crisis, “surgían nuevas ideas”, ahora “hay crisis y nadie sabe qué hacer”. “Hace un tiempo que estoy tratando de entender cómo nos puede ayudar el análisis marxista. Hay muchos marxistas que son conservadores en su pensamiento, que se mantienen en los años 30 o en los 70, y creo que hay que revitalizar ese pensamiento”, agregó. “No podemos ir a Marx esperando encontrar todas las respuestas, tenemos que hacernos muchas preguntas a nosotros mismos yendo al contexto”, dijo. Harvey destacó que a lo largo de la historia surgieron sindicatos, movimientos sociales y de autogestión que son considerados por el marxismo fundamentales “para un cambio social radical”, pero “Marx dice que la autogestión de los trabajadores nunca va a ser suficiente”, porque “es más probable que por sí misma lleve a una situación más de autoexplotación que de emancipación”.

El académico añadió que hay que ver al capital “en general” como capital de mercancía, capital de producción y capital financiero. “Si controlamos una de las formas y no las otras, estamos sumergidos en la lógica capitalista”, explicó. Por lo tanto, para que la autogestión funcione “se tiene que tener un poco de control de todo”, “un poco de control de las finanzas, una fuerte relación con el aparato estatal y un poco de control sobre las mercancías”. “Para que la autogestión sea una fuerza emancipadora, se necesita una revolución social en general”, precisó.

Marxistas y anarquistas, uníos

Más adelante afirmó que la autogestión, que es un movimiento “muy inspirador”, no se puede separar de un proyecto político general de país, y destacó la relación de las fábricas recuperadas de Uruguay y de Argentina con los barrios donde están ubicadas. Harvey expresó que hay que relacionarse con el “aparato estatal” y no concebirlo como un enemigo aunque tenga una lógica capitalista. “Con frecuencia se adopta la posición anarquista de no querer tener nada que ver con el Estado, pero para que éste pueda avanzar hay que tener algún tipo de relación. El Estado no va a ser bueno con nosotros, pero hay que saber manejar esa relación”, explicó. Contó que muchos marxistas no aprueban que sea “amigo de los anarquistas”, y afirmó que el futuro de la izquierda depende de poner lo mejor de los marxistas y de los anarquistas en un programa común.

Para Harvey no sólo hay una crisis del pensamiento burgués, sino también del pensamiento de izquierda, y afirmó que además de las discusiones intelectuales, hay que “crear nuevas prácticas”.

Finalmente, dijo que a nivel mundial unas 2.000 familias tienen concentrado el poder, destacando que “la concentración ha aumentado dramáticamente” desde 2008. Según Harvey, controlan las decisiones políticas y la prensa, y mientras “al capitalismo le está yendo muy mal, a la clase capitalista le está yendo muy bien”. “Organizaciones como ésta que funciona en Funsa son la base para generar políticas alternativas. Establecer alianzas entre los diferentes movimientos es crucial”

COMCOSUR AL DÍA / VIERNES 20 DE NOVIEMBRE DE 2015
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3) Ex trabajadores de Fripur forman una cooperativa para conseguir socio y gestionar en conjunto.
(La Diaria)

“Estamos tratando de gastar todos los cartuchos posibles para poder presentarnos a la licitación”, dijo a la diaria el dirigente del comité de base del Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines (Suntma) de Fripur, José Umpiérrez, al ser consultado sobre los planes de los trabajadores del Frigorífico Pesquero del Uruguay (Fripur) que pasaron al seguro de paro el 18 de agosto, días después de que los hermanos Alberto y Máximo Fernández comunicaran al titular del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Ernesto Murro, que cerrarían su empresa.

El proceso de liquidación comenzó el 10 de setiembre y desde entonces corren los 90 días para la venta de los activos de la empresa. De las 960 personas -en su mayoría mujeres jefas de hogar- que quedaron sin trabajo, hoy quedan 600 en seguro de paro: “Algunos renunciaron, otros negociaron una especie de despido y otros consiguieron trabajo”, expresó Umpiérrez.

Los que siguen a bordo se reunirán mañana en asamblea con una escribana para conformar la cooperativa y realizar la elección de autoridades, paso “necesario” para presentarse a la licitación, cuyo plazo cierra el 10 de diciembre. El capital inicial de esta cooperativa se conformará con los créditos laborales que se les adeudan por dos años a los trabajadores, por licencias y salarios vacacionales no gozados, pero éstos no llegan a los 15 millones de dólares de base de la licitación, por lo que aspiran a conseguir un socio capitalista para “una gestión en conjunto a largo plazo”.

Los trabajadores habían presentado una propuesta al Banco República para que éste se hiciera cargo de la administración, mientras que ellos se ocuparían de la producción. Sin embargo, el banco de capital estatal rechazó la oferta porque ésta se encontraba fuera de sus posibilidades de gestión, por lo que se encuentran trabajando en un plan de negocios alternativo, con la ayuda de un grupo de economistas, ingenieros y abogados puestos a disposición por el MTSS, el Ministerio de Industria, Energía y Minería, la Universidad de la República y el Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT. “En estos días nos encontramos diagramando los costos necesarios para poner en funcionamiento el proyecto”, dijo Umpiérrez, quien aseguró que “es viable” y que “hay capitalistas interesados”.

El 10 de diciembre se licitará un paquete que incluye 16 barcos -“de los cuales hay cuatro en condiciones de trabajar”, según Umpiérrez-, la planta ubicada en la calle Rondeau, una cámara frigorífica ubicada en una manzana anexa, una estructura que comprende una imprenta, una barraca y un espacio para almacenamiento de materiales, otra planta ubicada en el Cerro, 80% de las acciones de una empresa que se había abierto en Argentina y los permisos para comerciar allí. “Lo que nosotros queremos es que se agarre todo -lo haga un interesado o nosotros-, porque si se va a remate, se parte el paquete por piezas y ahí perdemos todo”, afirmó.

Umpiérrez sostuvo que la demanda de pescado “está firme”, que “hay mercados que se están abriendo” como Rusia, China y Japón; además, confía en que el negocio sea rentable “por el valor agregado que se le puede hacer a la materia prima en la planta”.

El viernes 27, los trabajadores -instalados en una carpa en las inmediaciones del Palacio Legislativo- organizarán un festival en la Plaza 1º de Mayo con bandas y murgas, con el que apuntan a “recibir donaciones de alimentos no perecederos para los compañeros necesitados” y “darle un poco de vida al conflicto”.

VR

COMCOSUR AL DÍA / VIERNES 20 DE NOVIEMBRE DE 2015
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4) Gobierno se negó a firmar con Aratirí y la extracción de hierro es una incógnita
(El Observador)

La empresa india nunca presentó la garantía de mantenimiento de contrato y no recibió autorización ambiental

El gobierno decidió descartar la posibilidad de firmar un contrato con la empresa de origen indio Aratirí (Zamin Ferrous), luego de años de negociaciones y polémicas cruzadas con ambientalistas. El próximo martes 24 de noviembre vence el plazo establecido por ley para que la compañía y el Poder Ejecutivo firmen un contrato de extracción de hierro a cielo abierto, pero según adelantó la ministra Carolina Cosse al semanario Búsqueda, el gobierno no firmará nada hasta que no esté la autorización ambiental. «Así se ha planteado siempre. La ley de minería es clara, la autorización ambiental es previa, y sin autorización ambiental no hay contrato», dijo.

La ley de minería de gran porte establece que en caso de fracasar la negociación entre el gobierno y el privado a quien se le calificó el proyecto dentro de esos parámetros, se abre un espacio de 90 días donde Aratirí podrá presentar a un nuevo interesado en el negocio. También quedan en juego las áreas denunciadas para extraer hierro, las cuales pueden ingresar al registro de vacancias del Estado, y el gobierno puede con ellas hacer dos cosas: subastarlas o explotar el hierro por medio de una empresa pública creada para el caso.

El período que se abre ahora es de incertidumbre sobre qué pasará con las millones de toneladas de concentrado de hierro a extraer, un bien cuya cotización cae a nivel mundial. Según supo El Observador, los representantes de la empresa en Montevideo seguían ayer estudiando qué hacer a partir de ahora con las posibilidades que se abren de acuerdo a la ley.

Aratirí nunca logró que la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) le otorgue la habilitación ambiental. El proceso tuvo muchas idas y vueltas, desde que en 2011, a pocos meses de haber entregado el primer proyecto, se le fue devuelto por incompleto. Luego entregó uno mucho más extenso, pero que tuvo objeciones y permanentes pedidos de correcciones por parte de la autoridad ambiental.

Uno de los puntos calientes de ese intercambio fue la presentación de un plan de cierre de minas. La empresa india proyectaba en un primer momento construir cinco minas en el entorno de Valentines (Treinta y Tres) de una profundidad de entre 200 y 350 metros, más una planta de relave, espacios de acopio de material, complejo industrial y un mineroducto. A todo eso se suma que debía entregar una garantía económica para asegurar que se cubran posibles accidentes ambientales o incumplimientos en el plan de cierre.

Pero uno de los puntos clave refiere a la garantía de mantenimiento de contrato que debía ser depositada y, junto a la autorización ambiental, era fundamental para que el gobierno se decidiera por firmar. Esa garantía sería de US$ 139 millones.

El proyecto tuvo muchas idas y vueltas también desde su plan de negocios. Al final del período de José Mujica (2010-2015) se planteó incluso la posibilidad de iniciar el proyecto a un ritmo más lento, pero desde el inicio se presentaba con dificultades logísticas. La idea inicial era extraer 18 millones de toneladas de concentrado de hierro de Valentines al año en un período aproximado de 20 años.
El precio internacional del hierro en constate bajada ha sido un factor importante para quitarle entusiasmo al tema, ya que la ecuación a mediano y largo plazo fue cambiando a medida que bajaba la cotización de ese producto.

También hubo dificultades en torno al puerto. Aratirí previó construir una terminal para sacar desde La Angostura (Rocha) el hierro por mar, pero luego el gobierno, que había señalado ese mismo lugar para construir un puerto de aguas profundas, cambió el destino. Por decreto y luego por ley, se estableció que esa terminal debía estar ubicada en El Palenque, unos kilómetros más hacia La Paloma, también en la costa de Rocha. Eso hizo que Aratirí tuviera que cambiar su plan y presentar nuevos proyectos de impacto, lo que contribuyó al atraso.

COMCOSUR AL DÍA / VIERNES 20 DE NOVIEMBRE DE 2015
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5) Cnel Carlos Silva: “El Estado de Derecho deja mucho que desear”

«La Justicia ha demostrado irresponsabilidad y eso puede generar que alguien se caliente y diga: ‘Vamos a pegarle un susto a alguien'», dijo el Coronel (r) Carlos Silva, que contestó Las 40 de Montevideo Portal.
Por Gerardo Tagliaferro.

Nuevos envases para el mismo contenido. Una hora de charla con el coronel retirado Carlos Silva, presidente del Centro Militar, es como volver atrás el almanaque e instalarse en los años 70 u 80. Era previsible que la entrevista fuera para él una oportunidad de justificar reclamos, alertar sobre peligros, denunciar responsabilidades, una batería de argumentos dirigida a reivindicar el papel de las Fuerzas Armadas en la sociedad, la necesidad de su fortalecimiento, el riesgo de su desmantelamiento o al menos su postergación.

Algo lógico y esperable, al fin y al cabo preside una institución social que vela por los derechos y necesidades de sus socios, que no son otra cosa que militares. En un tramo de la conversación, de esos que quedan a un lado en la edición de la nota, explicando la función del Centro que dirige, comentó: «Es… no quiero decir un gremio… pero es el lugar donde se reúne la familia militar». No quiso decir un gremio porque para alguien que fue oficial de Inteligencia durante la dictadura y que tenía como misión, por ejemplo, analizar al Partido Comunista, esa palabra debe resultar obscena. Pero en definitiva buena parte de su discurso en esta charla -y en otras- fue el de alguien que oficia de vocero para los reclamos de su corporación.

Silva integró la logia Tenientes de Artigas, fue su cara visible en algún momento pero ahora se excusa de responder a la pregunta de si continúa allí. Sea como fuere, se define como un nacionalista y sus razones son muy parecidas a las que desplegó con cierta elocuencia la logia que fue la columna vertebral de los golpistas del 73 y que en la década del 90 fue señalada -aunque nunca se probó- como la autora de atentados con bombas al estudio del expresidente Sanguinetti y al auto del entonces diputado frenteamplista Hugo Cores.

Lo dicho: la interna militar, sus reclamos económicos y políticos, la justicia, el revisionismo sobre la dictadura, el papel del ministro Fernández Huidobro, la seguridad, las amenazas reales y potenciales, todo en la óptica de un militar retirado pero con las botas puestas. Conviene aclarar, porque el tema del terrorismo yihadista también estuvo presente, que esta entrevista fue realizada antes de los atentados en París.

1) ¿Las Fuerzas Armadas han cambiado mucho desde que la izquierda llegó al Gobierno?
No sé si mucho… ha habido cambios importantes porque ha cambiado el mundo. No tanto en la política, pero sí en la tecnología, en la forma de prestar servicios, en la vida. Queda claro que no ha habido muchos cambios en cuanto a la posición política porque el propio expresidente (José Mujica) y su esposa (Lucía Topolansky) han dicho: «Tenemos que tener más milicos frenteamplistas». Se ve que de alguna manera ellos sienten que no hay una presencia de militares afines a ellos. Eso es un índice muy claro que demuestra cuál es la posición en la interna. Y otro es que tendrían que haber aparecido corrientes en las Fuerzas Armadas que se tendrían que evidenciar en los clubes sociales y eso no ha pasado.

2) Durante la dictadura y en los años posteriores, en el seno de las FFAA se impuso un discurso fuertemente nacionalista y anticomunista. ¿Eso se mantiene?
Ah, pienso que es igual. Ha cambiado el mundo: una cosa era cuando estaba funcionando el sistema socialista de la Unión Soviética, con sus satélites, los partidos comunistas locales y el movimiento sindical, que eran las tres patas del movimiento en el mundo. En ese marco tenía una posición de hegemonía en varios países. Eso cambió. Cayó la Unión Soviética y los países que formaban el sistema socialista. En la década del 60, cuando uno observaba a los cuadros principales del Partido Comunista, percibía en ellos una formación intelectual e ideológica muy firme. Cuando analizamos a los nuevos dirigentes vemos que carecen de aquella formación. Yo fui durante mucho tiempo analista de Inteligencia: mi tema era estudiar la doctrina y estrategia del Partido Comunista, entonces yo miro a lo que se llama Partido Comunista en este momento y hay una gran diferencia.

3) ¿Un comunista sigue siendo un enemigo para usted?
Qué pregunta… yo no podría decirlo así. Una vez dije eso en un juzgado cuando me preguntaron qué consideraba un enemigo y se enojó la jueza. Para hablar en términos políticamente correctos es un opositor, nosotros tenemos una posición opuesta a ellos. El mundo hoy es muy complejo. En las Naciones Unidas, que es hoy la estructura fundamental de la globalización y que es manejada por los propios Estados Unidos, nosotros encontramos una férrea oposición, más fuerte en muchos aspectos que con los partidos comunistas. Ojo, ideológicamente creo que el comunismo es una ideología antinatural. Pero también veo que Estados Unidos está haciendo un esfuerzo, desde principios del siglo pasado, por transformar los ejércitos en guardias nacionales. Por ejemplo, esto de que no se quiere que haya una caja de retiro de las Fuerzas Armadas es una imposición del sistema económico internacional. ¿Por qué? Porque es la forma de desalentar a los civiles a entrar a la carrera militar. Hay que tener mucha vocación para eso: voy a pasar 40 años en la máquina y me voy a retirar con chirolas. La izquierda en general aplaude, pero no sabe que está haciendo los deberes para otros.

4) ¿Sigue siendo Teniente de Artigas?
Eso no lo voy a contestar (se ríe). Soy presidente del Centro Militar.

5) ¿La masonería tiene incidencia en el Ejército?
Hubo un gran empuje, que sobre todo se dio a nivel de oficiales superiores que se estaban retirando porque muchas veces se piensa que un apoyo a nivel de una estructura de esas puede servir para mejorar su posición dentro de la fuerza. Y cuando pasan a retiro y no pudieron ascender, normalmente se desenganchan. O sea que ha sido un elemento que trata de ser utilizado, más que permanentemente, en un momento específico de la carrera. No quiere decir que no haya muchos oficiales que pertenecen, debe de haber un poco de incidencia sí, pero creo que no es tanta como fue en el pasado. Tengo mis dudas de que en este momento incida en la designación de los comandantes. Todo responde a la situación política. Mi análisis me dice que la actual ideología predominante, que es la del Frente Amplio, es una derivación de la ideología batllista socialdemócrata de principios del siglo pasado. Cuando el Partido Colorado empieza a asumir ideales neoliberales en sus posiciones sobre todo económicas, esa cultura socialdemócrata reacciona. No se olvide que en la época de Pacheco los asentamientos no eran del Frente Amplio, eran colorados. Como dijo Sanguinetti en una oportunidad, el Partido Colorado perdió sus banderas a manos de esta corriente socialdemócrata nueva. En definitiva, los grupos más radicales van a terminar volviendo a un cauce más de izquierda y va a quedar un Frente Amplio más de centro.

6) ¿La logia Tenientes de Artigas sigue existiendo?
Presumo que sí.

7) Está claro que hoy a nadie se le puede ocurrir que hay en Uruguay condiciones para un quiebre institucional…
(Interrumpe) Bueno, más o menos.

8) ¿Usted cree que las hay?
Hay, pero no por parte nuestra. Hay violaciones claras a la Constitución y la ley, no se respetó el pronunciamiento popular en dos plebiscitos. El Estado de Derecho deja mucho que desear.

9) ¿En las Fuerzas Armadas hay oficiales o gente con peso que piense hoy que deberían volver a tener participación en la vida política?
No, no creo.

10) En un reportaje de Búsqueda usted dijo recientemente: «No entiendo cómo ningún efectivo se ha salido de la línea cometiendo acciones no deseadas». ¿A qué se refiere?
Las Fuerzas Armadas son una organización vertical, pero cuando se les empieza a agitar, a atacar, y se les sacan recursos y los oficiales y el personal subalterno tienen que hacer pininos para sobrevivir, pueden pasar cosas no deseadas. Desde que se nos desbande algún soldado o algún personal y salga a hacer operaciones… cometer delito, me refiero a eso. Hacer un asalto… yo qué sé. O también puede hacer otra cosa… en la cabeza de una persona.

11) La situación económica del personal militar no debe ser peor hoy que hace 20 o 25 años.
Es mucho peor sí. Usted compare 12 mil pesos de un soldado con 28 mil que gana un policía de la misma jerarquía. Es el personal que cobra menos de toda la administración pública. No pasa nada porque los comandantes y toda la escala de mando se revuelven para tratar de mantener un nivel adecuado o poderle dar a la gente otra cosa que no sea lo del Estado. El presupuesto del Ejército es una vergüenza, no existe.

12) Pero usted se refería a la posibilidad de que haya reacciones a lo que define como «ataques políticos».
Yo digo esto: muchos de los militares que hoy están procesados lo están sin causa. Otros puede ser que hayan hecho algo pero no están procesados por las cosas que pueden haber hecho. Hubo un caso de un coronel que estuvo preso cuatro años por tener los ojos celestes, porque a un borracho se le ocurrió decir en un boliche que otra persona le había dicho que uno de ojos celestes estaba en determinado lugar donde habían matado a Fulano de Tal. Y lo metieron preso hasta que se comprobó que no tenía nada que ver. Y a un hombre de 80 años lo mantuvieron preso cuatro años. La justicia ha demostrado irresponsabilidad en muchas de sus acciones y eso puede generar que alguien se caliente un día y diga: «Vamos a pegarle un susto a alguien».

13) ¿Se refiere a actitudes individuales o de grupos?
Individuales. Pero le digo además que la población no está contra las Fuerza Armadas, ese es un mito que han inventado. Sobre todo se ve claramente en el interior del país. Empecemos por los plebiscitos favorables y sigamos por las encuestas de opinión que se hacen y en las cuales las Fuerzas Armadas no son tan despreciadas como se pretende decir. Todas esas cosas indican que la no integración de las Fuerzas Armadas a la población no es tal. La gente sabe que va al cuartel cuando tiene un problema y se lo resuelven.

14) El general Córdoba, presidente del Círculo Militar, dijo hace unos meses que, si por él fuera, excavaría todo el país en busca de los desaparecidos. ¿Usted haría algo con esa finalidad?
Yo no haría nada, en principio porque no sé nada. Mucha gente piensa que dentro de los cuarteles se registraba todo lo que pasaba. Que si estaban torturando a uno le sacaban fotos o estaban mirando a ver cómo gritaba. Punto uno: archivos de eso no hay nada. Punto dos: las operaciones estaban totalmente descentralizadas, cada uno tenía una misión que incluía conseguir información. Se cumple la misión, se interroga, se averigua, y cualquiera que haya tenido un problema de esos por supuesto que no iba a andar bocinando porque el principal enemigo si había una situación de esas era la Justicia Militar. Si a mí se me muere un tipo…

15) Murieron varios y la Justicia Militar nunca procesó a nadie hasta 1984, en que hubo procesamientos por el caso Roslik.
Bueno, no fueron tantos como se dice. Pero cuando apareció la Justicia Militar todo el mundo cuerpo a tierra.

16) Con todo respeto, me cuesta creer que un ex oficial de Inteligencia me diga que no sabe qué pasaba con las personas que fueron detenidas y desaparecieron.
Ah no sé, no. No me interesa, no quiero saber.

17) En una entrevista que le realicé hace algunos años le pregunté si había torturado y usted…
(Interrumpe) Le dije que si hubiera torturado no se lo iba a decir.

18) Para ser más específico, me dijo: «Si le digo que no, usted no me va a creer. Y si le digo que sí, voy preso». ¿La respuesta sigue siendo la misma?
Sí.

19) ¿Cree que hoy iría preso si reconociera haber torturado?
No, porque mi función fue de alta inteligencia. Una de las cosas que yo anuncié, con diez años de anticipación, fue que iba a haber en la región atentados derivados de enfrentamientos que no correspondían a intereses de los países de la zona. Diez años después fue el atentado de la AMIA. Lo peor es que ahora estamos en riesgo de tener un problema de esos.

20) ¿Cómo ve el desempeño de Eleuterio Fernández Huidobro como ministro?
Y… pienso que él está cumpliendo una función… está controlado, muy acotado. Yo lo conozco bien y lo veo desgastado. Tiene su carácter, tiene sus posiciones…

21) Pero ustedes le tienen confianza.
Confianza no… no es lo peor que nos ha pasado.

22) ¿Qué es lo peor que les ha pasado?
Para mí lo peor que nos pasó fue (Luis) Brezzo (N. de la R.: ministro de Defensa Nacional entre 2000 y 2002), que era del Partido Colorado. Para mí personalmente fue lo peor que me pasó. Yo estaba en el final de mi carrera y hubo maniobras que no me gustaron, yo era el más antiguo del Ejército… Ojo, estuvieron bien, yo hubiera hecho lo mismo (se ríe). No le gustaba mi carácter, yo qué sé…

23) ¿Lo relegaron por eso? ¿O por ser Teniente de Artigas?
No, no, por mi carácter debe ser (se ríe).

24) Brezzo era sanguinettista, y los Tenientes de Artigas no se llevaban bien con Sanguinetti.
Ah, no me acuerdo (vuelve a reírse).

25) ¿Fueron los Tenientes de Artigas los que le pusieron una bomba a Sanguinetti en su estudio?
No sé.

26) ¿Y al auto de Hugo Cores?
Tampoco… no, esas cosas no sé. Me parece que no. Ahí está uno de los puntos que hay que tener presentes cuando usted me preguntaba anteriormente qué cosas pueden pasar. Puede haber gente descontrolada, con demasiados rencores, que queda fuera de la línea de mando y sale por la personal, por así decirlo.

27) Pero en esos casos no fueron acciones individuales, no fue una persona enojada que puso una bomba.
No, no, pero puede ser una persona o pueden ser varias. Los dos casos que usted menciona pueden ser ejemplo de esas cosas. Ojo que en aquel momento había varias tendencias… Los Tenientes de Artigas eran los que más llamaban la atención.

28) Usted dijo que a Gregorio Álvarez tenían que haberlo juzgado en los primeros seis meses de restaurada la democracia en 1985. Si eso se hubiera intentado en ese momento, ¿las Fuerzas Armadas lo habrían aceptado?
Qué pregunta… yo no me caracterizo por ser muy amigo de él… pero había un ambiente negativo sobre él, porque desde el 82 en adelante todo el mundo entendía que había que irse. No tanto en los mandos superiores, pero sí en los subalternos, había una posición de rechazo a él. Y esto se ve claro en la actualidad, porque hoy es un tipo que está bastante aislado.

29) A treinta años de aquellos hechos, ¿qué puede decir hoy que habría pasado si no se aprobaba la Ley de Caducidad?
No lo sé… había inquietud. Vamos a ver: los procesos no son lineales y los procesos de salida de esas situaciones se van dando muy lentamente, con un factor que es preponderante: la opinión pública está a favor o está en contra. Nadie va a hacer nada si la opinión pública está en contra de su posición. Ese es un principio a analizar. Si yo tengo la opinión pública a favor, entre un 60 y un 75 %, ahí pueden pasar cosas. De lo contrario no, no se puede hacer nada. Las Fuerzas Armadas, si no tienen una situación favorable o un apoyo, que a veces se ve y a veces no se ve… Hoy, con el tema este de la seguridad, la gente se empieza a cansar y la situación empieza a ser diferente y la responsabilidad es de los políticos: interpretar esas cosas y hacer lo que tienen que hacer. Si no, la cosa se puede ir de las manos. En todo el mundo es así.

30) Recién, hablando del atentado a la AMIA en 1994 en Argentina, decía que ahora estamos en una situación en la que Uruguay está en riesgo de algo similar. ¿Qué cree que puede suceder?
Yo voy a hablar de las Fuerzas Armadas, porque hoy mucha gente se pregunta si se necesitan. Son como los bomberos: hay que tenerlas prontas para cuando se necesiten. Esto es en todos lados así. ¿Cuáles son las hipótesis en las que necesitarían intervenir? ¿Cuáles son las más grandes amenazas que tenemos? Una es el narcoterrorismo. El señor ministro del Interior habla de los ajustes de cuentas y está analizando mal la situación. Los ajustes de cuentas son por guerras internas que al final terminan con una organización que domina a las demás. Cuando se produce eso, se consolida una organización y pasa a tener un poder que no es solo militar o de fuego, sino un poder político muy importante. Al punto que puede generar más corrupción que la normal. Ahí una organización se hace cargo de toda la plata y de todo el tráfico.

31) ¿Puede llegar a pasar acá lo que pasa en México o lo que pasó en Colombia en los 90?
Y… absolutamente sí. En cualquier lado puede pasar y de hecho está pasando en todos lados. Este hecho de que dicen: «Vamos a independizar el Cerro del resto de Montevideo» es para poder tener sus propias autoridades, constituyendo una administración. Está pasando en Argentina, en Tucumán hay una zona medio liberada. Todo eso es el resultado de la consolidación de las organizaciones de narcotraficantes. Esa es la amenaza más importante que tenemos acá. Es más importante que la subversión aquella de la que hablábamos. Ni punto de comparación con la capacidad que pueden tener las organizaciones de narcotraficantes.

32) ¿La legalización de la marihuana ayuda a combatir eso, en su criterio?
Yo pienso que está bien, que sería de utilidad legalizar, con ciertos cuidados. Tiene que haber una política general de los Estados, porque liberalizar en uno y no hacerlo en los demás, lo que produce es que se vengan todos para acá, como les pasó a los holandeses que tuvieron unos líos enormes. Por otro lado no nos podemos olvidar de que el narcotráfico es la principal fuente de plata, de cash que circula en el mundo y que pasa por los bancos. Tenemos el caso de aquel Grasso (N. de la R.: se refiere a Richard Grasso, ex presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York), un representante del sistema financiero internacional, que fue a hablar con los guerrilleros (de las FARC) en el medio de la selva… ¿Cuál es el interés de los bancos? Yo personalmente pienso que el cash de los bancos tiene que ver con esto. Juntan los dólares en camiones y los llevan de México a Estados Unidos.

33) ¿De manera que usted cree que el sistema financiero global no tiene interés en que se corte este fenómeno?
No, yo creo que no. Es mi opinión personal, ojo.

34) Esa es la primera de las amenazas. ¿Cuál es la segunda?
El terrorismo islámico, el que se relaciona con Medio Oriente es muy peligroso. Y es muy peligroso tomar actitudes como la que tomamos nosotros ahora cuando estamos diciendo que hay que enfrentarlos militarmente. Le estamos haciendo los deberes a los franceses que son los que nos están aconsejando. Como dijo éste (se refiere al canciller Rodolfo Nin Novoa): hacer una brigada de confrontación. Bueno, eso ya nos alinea, estamos alineados. Y vamos a integrar el Consejo de Seguridad de la ONU ya alineados, con una posición que ya la manifestamos. Hay muchos que están atendiendo a estas cosas y dicen: «Vamos a evitar que algún otro tome la posición de estos anormales». Entonces, no en el corto plazo, pero si se concreta esta posición puede haber acciones para que otros Estados también chicos, no hagan lo mismo. Eso nos va metiendo en un conflicto muy largo, que lleva mucho tiempo.

35) ¿De dónde surge a su criterio el Estado Islámico?
Yo he estudiado el fenómeno, he leído. Creo que lo crearon los mismos americanos y se les está yendo de las manos. Entonces vemos contradicciones: Francia y Estados Unidos atacando al Estado Islámico y oponiéndose a Rusia que está defendiendo a Siria y que también los ataca. Si Rusia es enemiga del Estado Islámico y Estados Unidos también, lo más lógico sería que se pusieran de acuerdo.

36) Si hubiera gente dispuesta a cometer un atentado en Uruguay, ¿las inteligencias policial o militar están en condiciones de evitarlo?
La militar no. Y la policial creo que tampoco. Está muy bien equipada, tiene mucho material, pero el tema de inteligencia son horas de trabajo sistemático, analizando cosa por cosa. Se puede tener enganchado a un pueblo, escuchar teléfonos de todo el mundo, pero el problema es la inteligencia, el análisis de la información. Ese es el cuello de botella, que insume horas y horas. La policía no está en esas condiciones, porque se necesita personal no solamente entrenado sino también con buen nivel cultural. Si no, no sirve para nada.

37) Los asaltos que están repitiéndose últimamente, con bandas fuertemente armadas y aparentemente muy profesionales…
(Interrumpe) A mí no me extrañaría que fueran ex policías, o personal con instrucción militar. También puede ser que la ultra-ultra izquierda esté en algo de eso. No hay que olvidar que ya pasó, como lo denunció Amodio Pérez. El armamento que tenía el Feldman este era el de un batallón de Infantería, y a nadie se le mueve un pelo. Si hubiera sido en otro país era un escándalo. No puede haber tanto material en la calle sin custodia. Esos no fueron delincuentes comunes.

38) ¿Percibe otras amenazas?
Acá enfrente, en Argentina, tenemos la central nuclear de Atucha. Un día se arma un despiole ahí y, en el peor de los casos, podría generar una contaminación importante en uno o dos departamentos. ¿Cómo se atiende eso? obliga a evacuar de repente un par de departamentos, con las decenas de miles de personas que viven ahí. Eso nunca lo pensamos, pero son cosas que han pasado. Una operación de ese tipo es una operación militar grande, donde hay que transportar, mantener sanitariamente a la población, reinstalar… son cosas importantes que pueden pasar ahora, en este siglo. Los políticos ni siquiera se preocupan por analizar esto, y si nos sorprende vamos a tener que aprender muy rápido. Después están las amenazas de las contaminaciones biológicas: la peste aviar, la peste porcina, el ébola… hay enfermedades de esas que son ataques. No nos damos cuenta, pero estamos siendo atacados, nos contaminan de aftosa las vacas y las tenemos que regalar. Los laboratorios nos generan terror con eso y nosotros salimos corriendo a comprar medicamentos.

39) ¿Usted dice que hay laboratorios que producen esos virus?
Hay laboratorios que se dedican a eso, sí. Eso por un lado, y por otro la guerra biológica. Como lo que pasó con la aftosa: después no podemos vender nuestra carne. Yo era jefe de Estado Mayor y estuve ahí, tuvimos que hacer rifle sanitario y todas aquellas cosas, poner milicos por todos lados para controlar cada vaca que entrara. Fue un despelote aquello.

40) ¿Quién introdujo el virus?
No, yo no le puedo decir, pero hay que ver quiénes estaban interesados en generar un problema económico en determinada área. En los manuales sabemos que existe la guerra biológica, con diferentes finalidades: políticas, militares, económicas.

COMCOSUR AL DÍA / VIERNES 20 DE NOVIEMBRE DE 2015
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