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EL CUERPO DE MUJER: SENSUALIDAD SI, MENSTRUACION NO

NOTICIAS – COMCOSUR MUJER – 22.04.2015
India: Con 13 años tratando de evitar un matrimonio obligado
Uruguay: Viejos zorros
Uruguay: Otro feminicidio, ocho en menos de dos meses
Uruguay: Maestros
TEMAS DE COMCOSUR MUJER
El cuerpo de mujer: sensualidad sí, menstruación no
Eduardo Galeano: Los inmoribles
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COMCOSUR MUJER
Fundado por Yessie Macchi
AÑO 11 -No. 450/ Miércoles 22 de abril de 2015
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
Coordinación y búsqueda: Beatriz Alonso, Cecilia Duffau y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Ahora puedes seguir a Comcosur también en Facebook
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«Hay que dar vuelta el mundo. Cada lágrima que corre allí donde podría haber sido evitada, es una acusación…” Rosa Luxemburgo
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NOTICIAS
INDIA
1) CON 13 AÑOS TRATANDO DE EVITAR UN MATRIMONIO OBLIGADO
URUGUAY
1) VIEJOS ZORROS
2) OTRO FEMINICIDIO, OCHO EN MENOS DE DOS MESES
3) MAESTROS
TEMAS DE COMCOSUR MUJER
I. – EL CUERPO DE MUJER: SENSUALIDAD SÍ, MENSTRUACIÓN NO
II. – EDUARDO GALEANO: LOS INMORIBLES
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INDIA
1) CON 13 AÑOS TRATANDO DE EVITAR UN MATRIMONIO OBLIGADO
Niña escribe conmovedora carta al director de la escuela, para que evite su matrimonio
Una niña de 13 años, en la India, escribió una carta al director de su escuela, pidiéndole que impida una boda que sus padres han previsto contra su voluntad. La India es el segundo país con más matrimonios entre niños, según informes de la ONU.
La niña, de nombre Duli Hembrom, tiene trece años y se verá obligada a contraer matrimonio en estos días, por voluntad de sus padres.
Buscando la manera de evitarlo, trascendió a la prensa internacional una carta que escribió al director de su colegio, donde asegura que hizo un juramento de que no se casaría hasta que tuviera al menos 18 años. Hembrom escribió: ” Hice un juramento de que no me casaría hasta que tuviera 18 años”. “Mis padres han programado mi boda para el 22 de abril. No quiero casarme” ”No quiero casarme tan pronto”, dice. En su carta, además, ruega al director de su escuela, Milán Mithi Uchha Vidyalaya, que interceda con los padres para impedir la boda.
La respuesta de los padres
Los padres opinan que este tipo de prácticas son comunes en la sociedad india y que no hay nada cuestionable en que su hija se case a los 13 años, también, según difunden diferentes fuentes, su padre aseguró que “es muy complicado conseguir una pareja adecuada para una mujer mayor de edad”.
Existe una ley de limitación del matrimonio infantil, que fue promulgada durante la era de dominio británico ( hacia 1929) en donde se prohíbe el matrimonio de mujeres menores de 18 años o varones menores de 21. Sin embargo nadie parece darle importancia a esta prohibición, ya que India es el segundo país con más matrimonios entre niños, según informes de la ONU, casi el 52% de las niñas se casan antes de cumplir los 18 años.
Este miércoles, si nadie lo evita, la niña estará casada
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URUGUAY
1) VIEJOS ZORROS
Dificultades en abordajes territoriales de casos de explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes.
“La zorra de mi hija se va en busca de machos”, dice la madre de Valeria. La mezcla de preocupación y desprecio en su núcleo familiar complejiza el abordaje del equipo técnico sobre esta adolescente de 13 años y sus adultos referentes.
“Esta mujer deposita en su hija las vejaciones que sufrió de niña y le insiste: ‘Todo esto es por tu culpa’. El padre ocupa un lugar ausente -nunca reconoció su paternidad-, mientras que su padrastro ha reforzado el estigma sobre ella: ‘Sos una puta como tus hermanas’”, analizó ayer Mariana Echeverri, coordinadora de la Asociación Civil El Paso, que organizó, junto con Fundación Visionair, el Comité Nacional para la Erradicación de la Explotación Sexual Comercial y No Comercial de la Niñez y la Adolescencia (Conapees) y la Unión Europea, el Seminario internacional sobre explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes (ESCNNA) que se extiende hasta hoy en la Intendencia de Montevideo.
Echeverri integró la mesa “Explotación sexual y problemáticas asociadas”, en la que organizaciones de la sociedad civil, dependencias del Estado y académicas debatieron sobre distintas “dimensiones que generan un contexto de vulnerabilidad, convergen y facilitan la emergencia de la explotación sexual: abuso sexual intrafamiliar; población en situación de calle; discriminación por identidad sexual y de género y por discapacidades”, sintetizó el moderador Andrés Jiménez.
“¿Cómo se teje esta dinámica abusiva en la que Valeria manifiesta: ‘Hago cosas que no me gustan, pero las hago igual’?”, cuestionó la integrante de El Paso. Parte de la respuesta está situada en la “cultura machista, patriarcal, adultocéntrica y heteronormativa” de la que somos parte, en la que el varón ocupa “el centro del poder”. “Hombres de todas las clases sociales -nuestros padres, profesores grado 5, choferes de ómnibus- pagan con dinero, con un paquete de fideos o una recarga de celular y reproducen un modelo de masculinidad hegemónica”.
¿Cuáles son los soportes del abuso? “Primero están los abusos cercanos de progenitores, tíos, abuelos. Luego se sostiene por la comunidad: vecinos, operadores sociales, nosotros, bajo un sistema de ideas que legitima esta tolerancia social y académica”. A esto se suma que, cuando niños, niñas y adolescentes denuncian, “no creemos en su palabra, lo que repercute en una inmensa desconfianza hacia los adultos”. “Es momento de que asumamos que tenemos el poder para cambiar y construir respuestas adecuadas para este problema”, concluyó Echeverri.
“Hay situaciones que interpelan muchísimo en la práctica cotidiana y reglas que no son tan claras respecto del abordaje en territorio, cuando una chica -cuyo caso están siguiendo los técnicos de una ONG- te presenta a un adulto que la dobla en edad y dice que es su novio, con quien vive y al que vas a tener que sumar en tu trabajo. ¿Cómo abordar al proxeneta?”, se preguntó Gastón Cortés, coordinador del Instituto de Educación Popular El Abrojo, quien subrayó que está pendiente desarrollar el Sistema Nacional de Protección a la Infancia y el intercambio de información entre los equipos territoriales, readecuar la normativa existente y aumentar la formación e intercambio de agentes judiciales, de la salud y educación, entre otros, para “sensibilizar y generar redes de cuidado y protección”.
Las experiencias de vida de niños y adolescentes en situación de calle nos hablan de “vínculos familiares debilitados” (88% han transitado situaciones de violencia intrafamiliar), indican que han estado vinculados a situaciones de ESCNNA (40%), tuvieron consumo problemático de drogas (31%), pasaron por clínicas psiquiátricas (14%) o estuvieron privados de su libertad (5%). 77% de los jóvenes vinculados al proyecto Revuelos, de Gurises Unidos, coordinado por el educador social Pablo Bassi, no tiene primaria completa. Estos porcentajes se desprenden de un estudio que realizó dicha ONG en octubre de 2014 con 43 de los niños, niñas y adolescentes con quienes abordan su “proceso de callejización” buscando una “paulatina salida de la calle”.
Bassi señaló que hubo “leves cambios en el paisaje urbano” como un factor de cambio en la visibilidad de niños, niñas y adolescentes en situación de calle, registrados por Gurises Unidos desde su creación en 1990. Destacó “avances significativos” en el desarrollo de políticas sociales en los barrios y la descentralización de los servicios, que permitió a las familias “no tener que ir hacia el centro para acceder a derechos básicos”, pero puntualizó el “corrimiento policial hacia un enfoque represivo”, enmarcado en leyes como la de Procedimiento Policial (Nº 18.315) y la de Faltas (Nº 19.120).
Consultado por la diaria, Bassi detalló que “muchos adolescentes son llevados [por la Policía] a partir de su uso del espacio público. Después se confirma que son menores y son devueltos [a la calle]”.
Gurises Unidos “ha ejercido en estos casos su rol de vigilancia y garante de derechos, presentando denuncias ante el Mecanismo de Prevención de la Tortura de la Institución Nacional de Derechos Humanos por situaciones de maltrato policial en comisarías”, añadió.
También hizo énfasis en la “necesidad de articular” con espacios de salud, educación y convivencia “para pensar, a partir de situaciones particulares, cómo podemos integrar paulatinamente a estos sujetos a servicios más universales que los de la política focalizada”.
Por fuera del debate, Luis Purtscher, titular de Conapees, adelantó a la diaria que el organismo está diseñando un nuevo plan quinquenal que tendrá entre sus aspectos centrales el “trabajo con hombres”, por ser quienes encarnan a la mayoría de los abusadores: proxenetas, intermediarios y perpetradores de ESCNNA. “Es una materia pendiente y muy compleja, porque implica deconstruir un imaginario que está enraizado en nuestra forma de pensamiento. El machismo no es solamente un concepto que se construye desde las políticas de género o desde el feminismo: es reproductor y productor del problema. Queremos abordarlo como lo que es, desde todas sus dimensiones y peligrosidades, y cómo afecta nuestra forma de sentir, pensar y hacer”, expresó.
La Diaria / Azul Cordo
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URUGUAY
2) OTRO FEMINICIDIO, OCHO EN MENOS DE DOS MESES
Lunes, 20 de abril de 2015
El pasado miércoles 18 de febrero se realizó en Montevideo una nueva movilización, la tercera en el año, en denuncia de otra muerte en manos del machismo. Ya son 8 feminicidios en 2015. En este caso se trata de una mujer de 68 años que fue encontrada muerta por ahorcamiento en su casa del balneario las Toscas, departamento de Canelones, junto a su esposo, que se había suicidado de un disparo. En Uruguay una de cada 4 mujeres ha vivido situaciones de violencia doméstica, el 34 % de los casos se da en mujeres pobres.
La movilización partió de la plaza Independencia hacia la Plaza de Cagancha (Libertad), donde se encuentra la Suprema Corte de justicia. Se expresó indignación por esta situación de creciente violencia hacia las mujeres, marchando bajo la consigna “si tocan a una tocan a todas” y pancartas que denuncian el machismo, con ollas, gritos y cantos. Al llegar se leyó una proclama que levanta Mujeres en Alerta y en las Calles, grupo convocante que además integra la Coordinadora de Feminismo, colectivo amplio que nuclea mujeres oficialistas y no oficialistas, de distintos sectores y partidos. La denuncia sigue girando en torno al trato amarillista que hace la prensa sobre la violencia hacia la mujer, sin abordarlo seriamente como un hecho que muestra el nivel de descomposición social del rol de la mujer como objeto sexual, no haciendo referencia a la vida íntima de las víctimas que las hacen pasar de víctima a victimario. También se exige al Estado que tome medidas concretas, como una legislación que aborde y responda de forma integral y específica a la violencia machista en la casa y en la calle.
Entrevistamos a Antonella, activista del movimiento de mujeres:
LID: ¿Qué nos podes contar de tu participación en el movimiento?
Yo participo desde hace unos meses en las instancias de coordinación donde se discute y resuelve este tipo de actividades. Debo aclarar que soy parte de una organización política llamada JRI (Juventud Revolucionaria Internacionalista) y de Tesis XI (Agrupación Universitaria) que venimos participando del movimiento, siendo una minoría del mismo, dando distintos debates sobre cómo creemos que debe avanzar el movimiento de mujeres.
LID: ¿Cuáles son esos debates?
Las mujeres de la JRI planteamos que la violencia hacia la mujer es la expresión de un problema de fondo de este sistema social, ya que en su estructura, unos oprimen a otros.
Creemos que el movimiento se tiene que ligar a los trabajadores, porque las trabajadoras y trabajadores somos el único sector que puede frenar la producción y por lo tanto enfrentar y derrotar al sistema que nos explota y oprime. Ligándose a todos los sectores oprimidos, pero teniendo esto claro, porque para luchar contra el machismo, debemos luchar contra el sistema que lo mantiene y garantiza.
Otro de los debates que se dan es en torno al rol del estado y el gobierno, y con las compañeras de la JRI planteamos que el estado es quien ejerce y asegura esta estructura social con sus instituciones y el gobierno quien lo administra. Es por esto que debemos mantenernos independientes del gobierno y denunciando su responsabilidad directa en la opresión de género, ya que no existe una política seria respecto a esto más que normativas específicas y simbólicas.
LID: ¿Qué tiene planteado el movimiento próximamente?
Este lunes 23 tendremos plenario para discutir nuestro accionar de cara al 8 de marzo. Nos parece importante mantenernos movilizadas en las calles rescatando la historia como un día de lucha por los derechos de la mujer trabajadora, y sobre todo independientes al gobierno, ya que si bien se ha avanzado en materia legal como lo es la ley del aborto, la situación material sigue sin soluciones como lo es la precarización laboral, los salarios son menores al de los hombres por igual tarea, las mafias de trata que involucran tanto al poder político como a empresarios, etc. Por lo tanto debemos levantar una gran campaña de denuncia y exigencia, expresándonos ampliamente en las calles junto a todo el reto de los trabajadores.
Claudio Álvarez / Publicado por Refundación Comunista de Uruguay / Amarelle
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URUGUAY
3) MAESTROS
Miguel Soler Roca fue homenajeado ayer en Cerro Largo, en la inauguración de la colonia Julio Castro.
“Muy querida y recordada Zaira: aquí estamos haciendo lo que siempre hicimos, desde hace más de 50 años, con Julio, cuya compañía no nos abandona nunca. Nos tocó perder y sufrir, pero la derrota será transitoria. Un día nosotros le haremos justicia a Julio. Y si el tiempo se nos va, otros lo harán por nosotros”. Esta carta se la envió desde México Carlos Quijano, el 24 de abril de 1980, a la esposa del maestro Julio Castro. Ayer, el Instituto Nacional de Colonización (INC) le rindió un justo homenaje a Castro, aunque para la justicia, según su amigo Miguel Soler Roca, todavía falta.
La jornada arrancó después del mediodía y fue intensa. Primero tratemos de ubicar el lugar geográfico y algo de su contexto histórico. La escuela rural Nº 60 fue el epicentro del Núcleo Experimental de La Mina, un emprendimiento educativo que el maestro Miguel Soler Roca coordinó entre 1954 y 1961. Queda a 12 kilómetros del pueblo Isidoro Noblía y a 55 kilómetros de Melo, la capital departamental; tiene varios salones de clase, un pequeño parque con juegos y un par de pinos, dos aljibes y una casa lindera pintada de salmón. Y después campo, mucho campo.
La Mina involucró a maestros, alumnos y pobladores de este lejano paraje del norte del departamento de Cerro Largo, a pocos kilómetros de la frontera con Brasil. Participaron siete centros educativos y se llevó adelante en coordinación con organismos del Estado, hasta que el Consejo de Educación Primaria de la época entendió que el proyecto ya no tenía sentido.
Ayer, además de homenajear a Soler Roca por su trabajo en este proyecto, el INC inauguró la colonia Julio Castro, un predio de 770 hectáreas que beneficiará a 24 familias de asalariados rurales de la zona. Los beneficiarios son tres grupos, que se dedicarán a la ganadería y a la agricultura: Cruz de Piedra, Proquincel y La Esperanza. Significativamente, la colonia Julio Castro está ubicada a 12 kilómetros de la colonia Misiones Sociopedagógicas Miguel Soler Roca, que funciona desde 2011.
“Esta adjudicación de tierras es fundamental para la justicia social, la distribución de la riqueza y la construcción de ciudadanía. La denominación de esa colonia para homenajear al educador y periodista Julio Castro está vinculada con su defensa de los trabajadores rurales y su compromiso por construir una sociedad más justa”, resumió Jacqueline Gómez, la presidenta del INC.
En el acto estuvieron también el vicepresidente Raúl Sendic, las ministras Marina Arismendi y María Julia Muñoz y autoridades de Primaria, Secundaria y UTU, pero el protagonista de la jornada fue Soler.
No fue una tarde sencilla. Se lo notaba emocionado por el reencuentro con la escuela que fue clave en su proyecto más emblemático. La escena más repetida de la tarde: personas, de entre 50 y 60 años, que se acercaban a saludarlo y se presentaban como ex alumnos. También se encontró con ex colegas; a algunos no los veía desde hacía 30 años. Los maestros rurales y estudiantes de magisterio lo rodeaban para sacarse fotos con él o pedirle que les firmara alguno de sus libros; lo mismo hizo un policía y hasta un cura párroco. “Este viejo es un fenómeno. En todo el mundo”, le explicaba un peón de estancia a su hija. A pocos metros, unos niños jugaban en el pequeño parque como si fuera un día normal de clases.
Otra vuelta
Soler, que tiene 93 años, no quiso leer el texto que escribió, y le pidió a un maestro rural jubilado, Ariel Britos, que lo hiciera. “Les aseguro que esta tarde es portadora de voces memorables para mí”, comenzó diciendo Soler, por intermedio de Britos. En la carta agradeció a muchos protagonistas del proyecto La Mina: a una joven maestra que donó todo su primer sueldo, al primer grupo de enfermeras rurales de Uruguay (sí, enfermeras a caballo), a los ingenieros agrónomos que aportaron al colectivo, y a su esposa, Nelly Couñago, maestra de Educación Estética en el núcleo, fallecida en 1965 en México. El final de la carta dice lo siguiente: “Me llena de emoción que esta importante colonia lleve el nombre del maestro mártir Julio Castro. Trabajamos juntos y nos quisimos mucho durante 40 años […] Cuando en marzo de 1961 di por concluida mi actuación en el núcleo, La Voz de Melo me cedió sus micrófonos para que explicara las razones de mi partida. Ese día dije: ‘Volveremos’ y, como ven, hemos vuelto, fortalecidos para seguir trabajando por el futuro de la patria, porque como nos dejó dicho Eduardo Galeano, otro mundo es posible”.
Lo que falta
Después de que terminó el acto, Soler ingresó a uno de los salones, se sentó en uno de los pequeños bancos escolares y conversó unos minutos con la diaria.
-¿Cómo era esta zona en 1955?
-Era una zona rural de pequeños productores, algunos medianos, no era una zona de latifundio. Había muchos más habitantes que los que hay ahora. Lo que pasó en toda la campaña uruguaya pasó aquí también. Era una zona fundamentalmente ganadera y agrícola, para la supervivencia de las familias. Era gente trabajadora, habitantes de rancheríos similares a los que ya había conocido en otros lugares del país. Aquí había algún bolsón de población, pero en general era población dispersa, cada uno en su casa, con cierto nivel de vida medio y medio bajo, que hacía recomendable la implementación de una experiencia de desarrollo rural. Para eso fue necesario convencer a la población de que se plegara a los objetivos que teníamos con la misión.
-¿Cuáles eran las desigualdades más visibles?
-Tenían que ver, en primer lugar, con lo racial, con una población que hoy llamaríamos afrodescendiente y también con los pobladores que venían desde Brasil. En general, era una población que si bien no constituía comunidades, salvo en el caso de Isidoro Noblía, resultó apta para gestar, entre ellos, un sentimiento de comunidad. Eso ayudó mucho a nuestro trabajo.
-¿Qué resistencias generó el proyecto?
-Las resistencias que tuvimos son las naturales de todo cambio sociocultural, que eran previsibles, y para eso construimos un programa educativo. Las resistencias políticas de fondo llegaron después del cambio de gobierno, cuando el Partido Nacional ganó las elecciones de 1958. Entonces cambió la visión desde Montevideo con respecto al núcleo de La Mina, que rápidamente se reflejó en la actitud del Consejo de Educación Primaria, que estaba constituido por gente muy incompetente. Algunos de ellos carecían de toda ética profesional y personal. Naturalmente, fue muy rápida la acción agresiva contra nuestro proyecto.
-¿La insistencia en la defensa de la tierra es algo que incorporó acá o ya lo traía?
-El tema de la tierra lo tengo presente desde mi nacimiento. Yo nací en tierra catalana, en zona rural. Siempre comprendí que la distribución y el uso de la tierra es un tema fundamental para Uruguay. Es algo que sigue ocurriendo y que es necesario profundizar.
-Cuando habla del maestro Julio Castro destaca su capacidad de pasar de la reflexión a la acción. ¿Piensa que eso está cambiando?
-Creo que ahora, en general, la reflexión que debe preceder a la acción en algunos casos es demasiado floja o inexistente. En el afán por cambiar las cosas hay cierta prescindencia de un debate suficiente. Creo que es algo para corregir: hay que provocar esos debates. En cuanto a los docentes de antes y los de ahora, es difícil hacer comparaciones. Primero, porque la formación docente ha tenido una evolución: antes los maestros se graduaban con dos años de carrera, después fueron tres y ahora son cuatro. Antes no pensábamos en la Universidad, ahora reclamamos que la formación del maestro de base tenga grado universitario. Hay que reconocer que un sueldo bajo es siempre motivo para que una parte de la población que estudia magisterio lo haga desde la extrema necesidad de ganarse la vida, pensando en una formación rápida y en un trabajo seguro. Me da la impresión de que eso requiere un debate y una corrección. Necesitamos renovar el cuerpo de estudiantes de magisterio para que sea más representativo del conjunto de la sociedad e incluya a muchos jóvenes marginados, que hoy cursan secundaria con dificultades. Que reciban becas e ingresen a la formación docente desde su antecedente de haber sido partícipes de una vida pobre. Yo fui un niño pobre y después un adolescente pobre. Esa pobreza que viví con dignidad era la pobreza de los inmigrantes europeos que venían con cierta cultura y cierta formación; esa pobreza me ha servido, a lo largo de la vida, para ubicarme en el lugar de otros que comparten hoy esa pobreza, y para creer en el gran potencial que tenemos en esa parte de nuestra población, que hoy no accede a estudios universitarios. Ser de izquierda significa estar siempre del lado del más débil, pero los maestros, además, estamos obligados a ser agentes de cambio. Nosotros no podemos trabajar para perpetuar esta sociedad; esta sociedad tiene problemas y defectos, cosas a corregir, y debemos educar para facilitar esa corrección, para que haya un cambio social.
-Usted habla de la importancia de la acción. En esta etapa histórica del país, ¿se corre el riesgo de que esa acción sea meramente institucional?
-La acción institucional puede ser un motor, es un agente representante de la sociedad, que está obligado a la acción en todo momento y por la voluntad soberana. Es el rol del gobierno ejercer la función de conducir los destinos del país. Pero con eso no basta. Tenemos que tener el diálogo, la comprensión y la negociación de las fuerzas sociales del país. Por eso es importante que el PIT-CNT y el gobierno busquen un entendimiento en temas educativos, porque toda ruptura con los actores sociales va a lesionar el futuro del país. Necesitamos, naturalmente, que la sociedad civil y los miembros de la comunidad educativa, que no somos sólo los maestros y los niños, trabajen juntos por el bien de la escuela pública.
-Quijano, en una carta que le envió a la esposa de Castro, le pedía paciencia, porque la justicia finalmente iba a llegar. ¿Piensa que con este homenaje se está más cerca?
-Falta mucho para hacer justicia por Julio Castro. Julio Castro fue secuestrado, torturado, asesinado y desaparecido durante más de 30 años. Con la aparición de sus restos no termina el caso Julio Castro. De ninguna manera. Falta un ingrediente fundamental, que es la justicia. Él no se asesinó, no se torturó; los responsables por ese crimen no han sido juzgados. Eso no se ha reparado, y yo voy a seguir reclamando justicia.
Lucas Silva / La Diaria
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TEMAS DE COMCOSUR MUJER
I. – EL CUERPO DE MUJER: SENSUALIDAD SÍ, MENSTRUACIÓN NO
La censura de la imagen de Rupi Kaur con manchas de sangre ratifica que la regla sigue siendo un tema tabú: «No voy a pedir disculpas por no alimentar el ego y el orgullo de una sociedad misógina que quiere ver mi cuerpo en ropa interior, pero se incomoda por una pequeña mancha».
Cada 28 días (aproximadamente), las mujeres en edad fértil inician el llamado ciclo menstrual. Este proceso, aunque fisiológico, continúa siendo molesto en una sociedad demasiado avanzada como para escandalizarse por un sangrado absolutamente natural.
Para «desmitificar y desestigmatizar los procesos normales y regulares del cuerpo femenino» y con el objetivo de “no avergonzarse de ellos ni rechazarlos”, la fotógrafa y poeta paquistaní Rupi Kaur, con ayuda de su hermana Prabh, decidió exponer una serie de imágenes bajo el título Period, en las que mostraba distintas escenas con la pretensión de normalizar la menstruación.
Una de ellas, cuyo fin era criticar que la regla es «un tema tabú en la sociedad», fue compartida y posteriormente censurada en Instagram, corroborándose así el sentido de la iniciativa. «Gracias, Instagram, por proporcionarme la respuesta exacta de que mi trabajo fue creado para criticar», reconocía la autora en Facebook tras la eliminación de la publicación.
Resulta paradójico, como plantea la psicóloga y consultora en Género Ana Carolina Ortiz Asensio, que «la sangre que ha dado la vida a la humanidad y el cuerpo que gesta en su interior esa misma vida sea censurable cuando menstrua».
La imagen de Kaur, completamente vestida, tumbada en la cama y de espaldas al objetivo, violaba las reglas de la comunidad. Las manchas de sangre en su pijama y sábanas resultaban ofensivas para la red social que, hasta en dos ocasiones, decidió eliminarla. «No voy a pedir disculpas por no alimentar el ego y el orgullo de una sociedad misógina que quiere ver mi cuerpo en ropa interior, pero se incomoda por una pequeña mancha», argumentó Rupi. Quien sí tuvo que rectificar fue la empresa, propiedad de Facebook, alegando que se trataba de un simple «error».
«Hemos dado el salto a la normalización evitando enseñar las heridas»
Erika Irusta, pedagoga especialista en Educación menstrual y autora del blog el camino rubí, define la iniciativa de Kaur como un «movimiento de orgullo menstrual», y asegura que «esta desvergüenza es contagiosa y se pierde al ver que la vecina deja de tenerla». «Es un virus imparable y muy necesario», afirma.
En efecto, la propagación no se ha hecho esperar. Consecuente con el efecto Streisand (intento de censura que fracasa y la información acaba siendo ampliamente divulgada), la imagen se ha hecho viral y ha puesto el debate encima de la mesa: ¿por qué la menstruación sigue siendo un tema tabú?
El tabú de la menstruación
«El tabú de la menstruación sigue en activo porque negamos el simbólico de éste», señala Irusta. «Hemos dado el salto a la normalización evitando enseñar las heridas, saltándonos el proceso de visibilización y recuperación del propio proceso menstrual», defiende.
Por ello, la imagen de Rupi supone una «convulsión socio-mediática» en un mundo que vende la menstruación como un proceso incómodo que debe ocultarse. «Es revolucionario el trabajo de mujeres que se fotografían para ellas, porque muestran otra pupila, otra manera de mirarse. Lo que me ocurre a mí no es porque yo esté defectuosa, y esto sólo lo llego a saber cuando otra alza la voz y hace clic con su cámara y lo comparte».
os límites que pone Instagram a la divulgación de imágenes se sitúan en las fotografías con «desnudos íntegros o parciales, de mal gusto, pornográficas o con contenido sexual». Por descarte, la empresa decidió eliminar la imagen de Kaur por una cuestión de estética. Para Irusta, lo censurable, en cambio, debería ser «la mirada que nos convierte en objetos, que no nos sabe ni quiere ver de otra manera».
En ese sentido, Jùlia Mas, socióloga, experta en género y cofundadora de projecte ella, sostiene que «la mujer que menstrua y mancha incomoda y molesta, porque no responde a lo que los hombres esperan de ella», admitiendo que «menstruar es incompatible con la imagen de mujer objeto» que determinado sector de la sociedad se «esfuerza en difundir, alimentar y consolidar».
La propia Kaur, en declaraciones a la BBC, cuestionó que «a nadie parece importarle que aparezcan por todas partes mujeres desnudas o con poca ropa, como meros objetos sexualizados».
La cosificación sexual de la mujer
A menudo la publicidad incluye con total libertad en sus anuncios imágenes de mujeres en actitud denigrante para hacer sus productos más atractivos, presentando a las mujeres como mera mercancía. Imágenes que muestran sólo una parte de su cuerpo, mujeres que son usadas para soportar objetos o incluso representadas como alimentos contribuyen a la denominada cosificación sexual. Cosificar consiste en reducir a la condición de cosa aquello que no lo es, es decir, tratar a las mujeres como objetos y no como personas. El mensaje para Mas es claro: «Tú eres tu cuerpo, tú vales lo que vale tu cuerpo».
Esta infravaloración del cuerpo de la mujer, al que Mas define como «un campo de batalla», perpetúa la percepción de la regla como algo que se debe esconder en pro de la imagen sexual que como mujer que es debe tener, según la imposición que desde tiempos ancestrales lleva a cabo la sociedad en general y los medios, la publicidad y el cine en particular. «Hemos hecho de los cuerpos de las mujeres prisiones, campos que alimentamos de inseguridades, en los que proyectamos imposibles», asegura. Según Irusta, aunque «seguimos siendo delimitadas por un imaginario ajeno a nuestro cuerpo, que lo teme, admira y envidia», es la propia mujer, como parte también de esa sociedad que «ignora», la que «puede pararse, mirarse y buscar en su cuerpo y en el de otras mujeres la respuesta».
En ese imaginario deben encontrarse los creativos publicitarios cuando anuncian compresas y tampones. Esa publicidad demuestra, a juicio de Ortiz Asensio, «la facilidad con la que se silencianprocesos orgánicos de las mujeres imprescindibles para la continuidad de la vida». Presentar la menstruación como un líquido azul que desprende un mal olor le hace un flaco favor a su normalización. «Nos venden la menstruación como algo sucio y que hay que esconder, en lugar de tratarla como algo natural que sucede a todas las mujeres», afirma Mas, para quien los anuncios serían más efectivos si mostrasen la realidad tal y como es: «Una imagen de una chica menstruando la humaniza».
Irusta alerta de que la publicidad enfatiza «ese ‘algo más’ en torno a la menstruación que nos hace sentir incómodas, sucias y ajenas en nuestro propio cuerpo». Si bien el cambio no debe comenzar en un spot. «Esperar que la publicidad cambie sin que cambiemos nosotras y ellos es, a mi parecer, omisión de la responsabilidad», sentencia Irusta.
Mientras tanto, seguirá latente la incógnita de saber a qué huelen las cosas que no huelen.
Itxso Marín Público.es / REBELIÓN
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TEMAS DE COMCOSUR MUJER
II. – EDUARDO GALEANO: LOS INMORIBLES
Por Stella Calloni / La Jornada
Dicen que Eduardo Galeano ha muerto hoy y parece imposible aceptarlo, porque si hay un escritor viviente en América Latina es precisamente él, que hizo de la palabra el mayor juego de la imaginación para la vida.
Cuando un día en Montevideo me regaló su libro Las palabras andantes, editado –como todos en su primera edición en la editorial El Chanchito, que creó en su país–, sentí y se lo dije que era un trabajo embarazado de magias. En un párrafo de ese libro leemos la más acabada definición que uno podría hacer de él mismo: «Por favor, se lo ruego, no me ofenda usted preguntando si esta historia ocurrió. Yo se la estoy ofreciendo para que usted haga que ocurra. No le pido que describa la lluvia aquella noche de la visitación del arcángel: le exijo que se moje. Decídase señor escritor, y por una vez al menos sea usted la flor que huele en vez de ser el cronista que aroma. Poca gracia tiene escribir lo que se vive. El desafío está en vivir lo que se escribe».
Galeano había aceptado largamente ese desafío y por esa razón era posible entrar con él en todos los laberintos de este continente nuestro y mojarnos con las lluvias y temblar en los huracanes, y bailar cuando la realidad circundante quería instalarnos la cultura de la muerte. Y podíamos hablar de los temas más candentes que nos rodean, y en cómo millones de seres ignorados resisten simplemente por «magias sueltas de la vida».
Los temas que eligió son variados y los leemos como quien bebe un agua fresca que sale de una cascada en medio de la selva. Los leemos con sed, porque como el agua nos calma y curiosamente nos abriga. Era conmovedora la ternura que aparecía en su mirada cuando hablaba de los países de América Latina, de Bolivia, de Guatemala, de Nicaragua, donde en otros momentos compartimos un viaje inolvidable a la Costa Atlántica en que sucedieron una infinidad de situaciones que superaban toda ficción o cuando pudo «mirar viendo» la realidad de lo que significaba el presidente Hugo Chávez para su país y la decepción que lo golpeó al ver viejos amigos socialistas que en su momento fueron figuras políticas de la izquierda venezolana, llegando a una cita en un hotel de Caracas, en lujosos carros de los grandes empresarios a los que defendían. Algo incomprensible para un escritor como Galeano que además –y fui testigo de esto– se los dijo abiertamente.
En una de las varias entrevistas que pude hacerle en el periodo del aparente «esplendor» neoliberal y de la globalización en nuestro continente, advertía que nunca el mundo había sido tan desigual. “Es una paradoja terrible que retrata el fin del siglo (XX) de no muy amable manera, donde se nos obliga a pensar todos iguales, a vestir todos iguales, a comer las mismas cosas. Incluso se ha ocupado el lugar de las comidas locales. Yo creo que hay que estar a favor de la autodeterminación en las comidas, como en todo, porque las comidas locales son una de las energías culturales más poderosas que los países contienen (…) nunca los pobres fueron tan pobres y nunca los naúfragos quedaron tan abandonados. Nunca habíamos visto esta homogeneización atroz que tiene por protagonista principal a la televisión. La gran uniformadora de costumbres es la televisión que nos lleva a no pensar con nuestra propia cabeza, a no sentir y nos hace incapaces de caminar con nuestras propias piernas. No estoy confundiendo el cuchillo con el asesino, la televisión es un instrumento, pero, tal como funciona y al servicio de quien funciona, cumple ese papel”.
Tan transparente era en su escritura como cuando hablaba ante públicos diversos condenando la hipocresía que era «establecer la uniformidad en nombre de la diversidad». Y en ese mismo contexto señalaba que en nombre de la lucha contra el dogmatismo se instalaba la paradoja de imponer el peor de los dogmatismos, que es el dogmatismo de mercado. “Ahora hay como una onda universal de lucha contra los fundamentalismos con la que se justifican los gastos en armamentos, cuando se han quedado sin enemigos… Ya no hay enemigo a la vista y se fabrican nuevos: el más poderoso es el fundamentalismo islámico, pero no dicen que, aún más poderoso, es el fundamentalismo de los tecnócratas del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, que imponen una receta económica obligatoria a los países del sur, dentro de los límites estrechísimos de lo que es la idolatría del mercado. Una concepción de la economía y de la vida que coloca a las mercancías por encima de las personas, confunde calidad de vida con cantidad de cosas y niega todos los valores a lo que no tiene precio, en un mundo donde –al decir del poeta Machado– cualquier necio confunde valor y precio”.
Sobre los aspectos perversos de un sistema que como él mismo analizaba «asalta y roba las palabras» pensaba que todo esto lleva a valorar el sentido que tiene la aventura de escribir, “devolver a las palabras el sentido que han perdido, manipuladas como están por un sistema que las usa para negarlas. Hay una lección que el mundo ignora y que nos han dado a todos, los indios guaraníes a la hora en que crearon su lenguaje. En su idioma guaraní, palabra y alma se dicen igual. Hay una voz “ñ’e”, donde dicen que palabra y alma son lo mismo. Y en este sistema des-almado que ha logrado la casi unanimidad universal en nombre de la lucha contra el materialismo –que es el más materialista de los sistemas que la humanidad haya conocido– la palabra ha estado y sigue estando manipulada con propósitos comerciales o de engaño político. Su uso y abuso traiciona al alma. O sea, que esta identidad entre la palabra y el alma se rompe todos los días, sufre traiciones”.
Galeano siempre tenía respuestas y aunque su libro Las venas abiertas de América Latina era el más conocido en el mundo, admitía que cada escritor escribe en realidad un solo libro y lo va cambiando, renovando, «reviviendo» al mismo tiempo «que la vida vive y el escritor continúa escribiendo». Le pregunté precisamente qué era para él Las palabras andantes, un libro de una textura tan poética.
«Yo creo que ese libro es un disparate que proviene de la imaginación colectiva. Muchos de los relatos los recogí en los caminos que anduve por América, y otros son producto de la imaginación. Pero tanto en un caso como en el otro, yo creo que lo que el libro expresa es una porfiada fe del autor en un hecho humano fundamental, que es el derecho de soñar y que no está en la Carta de las Naciones Unidas de 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Hay tantos derechos, pero entre ellos no figura el derecho de soñar, que es un derecho fundamental, sin el cual la pobre esperanza se moriría de hambre. Si el sueño no nos permitiera anticipar un mundo diferente, si la fantasía no hiciera posible esta capacidad un poco milagrosa que el bicho humano tiene de clavar los ojos más allá de la infamia, ¿qué podríamos creer?, ¿qué podríamos esperar?, ¿qué podríamos amar? Porque, en el fondo, uno ama al mundo a partir de la certeza de que este mundo, triste mundo convertido a veces en campo de concentración, contiene otro mundo posible. Ese mundo posible que hoy estamos viendo asomar» en América Latina.
Tomo sus palabras andantes: «Siento que somos gotas de alguno de los tantos ríos que sobreviven a la constante destrucción de la mano del hombre, que insiste en destruir el paraíso donde puede vivir. Somos como un viento que no muere cuando la vida se acaba. Y por eso no creo en otra inmortalidad más que esa, porque estoy seguro que uno sobrevive en la memoria y en los actos de los demás».
Stella Calloni / La Jornada / Amarelle
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“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de quien corresponde” – Luis Pérez Aguirre
(Tomado del libro A campo traviesa. Los caminos de Mario Costa)
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