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EL MISTERIO DE BOKO HARAM

1) Rusia y la Unión Económica Euroasiática
2) Ucrania: “Que parezca un accidente”
3) Nuevo gobierno da un respiro a la libertad de expresión en Sri Lanka
4) Desenmarañando el misterio de Boko Haram

POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 15 / Nº 707 / Lunes 9 de Febrero de 2015 / REVISTA SEMANAL DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares / COMCOSUR — COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR /
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es central.” — Emir Sader
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1) Rusia y la Unión Económica Euroasiática
Oscar Ugarteche y Miriam Chaverría (Alai)

Rusia con su entrada a la Organización Mundial de Comercio (OMC) el 22 de agosto de 2012, se adhería a los principios liberales contra los que había estado desde 1917. Hoy, -a casi tres años de su adhesión- lleva a cabo su propio proyecto de integración con la conformación de la Unión Económica Euroasiática (UEE), cuya constitución formal se llevó a cabo en Astaná –capital de Kazajistán- el 29 de mayo del 2014 tras la firma del Tratado constitutivo –conocido como “Tratado de Astaná”- por los mandatarios de Rusia, Bielorrusia y Kazajistán.

Su entrada en vigor ocurrió el primer día de enero del 2015. La idea de su creación viene desde hace aproximadamente veinte años, presentada por primera vez por el entonces y aún mandatario de Kazajistán Nursultán Nazarbáyev, brindándole mayor apoyo para su conformación el mandatario ruso Vladimir Putin.

La firma del Tratado de Astaná ocurrió días después de que la mayor empresa productora rusa de gas Gazprom, acordara con la firma China CNPC (China National Petroleum Corporation) el suministro de gas por los siguientes 30 años. Este acuerdo suma un intercambio comercial agregado de alrededor de 400 mil millones de dólares. Rusia busca por todos los medios posibles reorientar sus acuerdos comerciales previendo las posibles represalias de Estados Unidos y la Unión Europea por los acontecimientos en Ucrania.

Estas vienen siendo aplicadas desde agosto del 2014 con una afectación comercial de 160 mil millones de euros, sobre por la importación de petróleo y gas de la Unión Europea. Europa es el principal socio comercial de Rusia y Rusia es el tercer socio comercial de Europa, con un valor total de 206 mil millones de euros de bienes y servicios importados de la Unión Europea procedentes de Rusia[i]. Los países europeos más afectados por dichas sanciones son: Alemania, los Países Bajos, Italia y Polonia-.

Queda la impresión que Rusia se aleja de Europa pero que ambos quedarán severamente afectados por estas sanciones debido a la interdependencia económica entre ellos lo que para Europa, deflacionada y estancada sin crecimiento es una mala noticia. La solución europea al gas ruso es la construcción de un gasoducto de Nigeria a Argelia con un pase submarino a Francia. Para el largo plazo, entonces, Rusia debe buscar mercados más dinámicos y amigables y este es el sentido de la UEE que le sirve por un lado para competir con China y por otro para crear un mercado de gas complementario al mercado chino.

La Unión Económica Euroasiática, integrada finalmente por cinco países: Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia – incorporada el 9 de octubre de 2014- y Kirguistán –incorporado en diciembre de 2014- se encuentra abierta al diálogo para la incorporación de nuevos miembros así como para lograr acuerdos comerciales con países como Irán y Vietnam, quienes han mostrado un gran interés en unirse a la UEE – hecho que le abriría el espacio económico desde el Mediterráneo hasta el mar de la China- . En temas de cooperación comercial, el interés por acuerdos no es sólo de parte de países vecinos sino de algunos países latinoamericanos como el Perú, además de bloques económicos como el MERCOSUR, el UNASUR y CELAC.

El objetivo de la UEE es el establecimiento de una organización económica regional cuya construcción fortalezca a Moscú. Dentro de su ámbito fundacional, sus instituciones contarán con sede política e institucional en Moscú, en tanto, su reguladora financiera tendrá sede en Almaty, Kazajistán, y finalmente su tribunal se ubicará en Minsk, Bielorrusia. En materia económica esta unión supone la liberalización del tránsito de mercancías, servicios, capitales, y personas, aunada a una coordinación de políticas comunes en sectores como la industria, la agricultura, el transporte y –obviamente- el sector energético ya que este espacio territorial concentra aproximadamente el 15% de las reservas mundiales de petróleo y el 20% de las de gas.

Si bien, la liberalización será de manera gradual, en sectores como la agricultura, la construcción y el comercio, dicha liberalización se llevó a partir del primero de enero de 2015, con la pretensión de lograr un mercado común -con cerca de 170 millones de consumidores- cuya estimación en el PIB conjunto del bloque es de aproximadamente 4,5 billones de dólares. En tanto, el mercado farmacéutico se prevé abrirse para el año 2016; tres años después, en el 2019, sucederá la apertura para el mercado de generación eléctrica y finalmente, la apertura para el mercado de gas, el petróleo y derivados se prevé hasta el 2025.

De igual manera, se pretende la libre circulación de fuerza laboral, para lo que es necesaria la homologación de los títulos de educación superior, aunque por el momento quedan excluidas profesiones como las relativas a los juristas, los pedagogos, los médicos y los farmacéuticos. Si bien, el camino institucional y de integración para la UEE aún es largo debido a que en el largo plazo busca establecerse en su unificación como la Unión Europea, la cual dio un primer paso de integración en los años cincuenta con la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, y la cual prevé la libre circulación de trabajadores como un principio fundamental establecido en el artículo 45 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, además, con la Declaración de Bolonia se propuso la creación de un sistema de grados académicos fácilmente reconocibles y comparables, incluyendo la creación de un suplemento común al título superior para mejorar la transparencia.

Si bien, el proceso de conformación del Tratado de Astaná fue un proceso de arduas horas de negociación debido a que el primer proyecto pretendía la reglamentación de cuestiones más políticas que económicas -al abordar temas como la cooperación política, la ciudadanía, la política exterior y la política migratoria-, cuestiones que por el momento han quedado fuera del tratado, centrando su atención primordialmente en lo económico. La entrada en vigor de la unión de estas repúblicas ex-soviéticas supone una bocanada de aire fresco para Rusia, ya que desde el último trimestre del año 2014, el Kremlin se ha visto inmerso en una tormenta financiera derivada de la depreciación del rublo, la caída de los precios internacionales del petróleo y las sanciones comerciales. Dichos sucesos abrieron un debate entre subir o no los tipos de interés, resuelto con la subida de los tipos de interés y la consecuente recesión. La artillería financiera de Estados Unidos, con las sanciones comerciales y el ataque contra el rublo, parece más convincente que los drones y las bazucas. ¿La recesión debilitará el apoyo público a Putin y su partido?

Por último, está claro que con la conformación de la UEE, el Foro de Cooperación de Shanghái y los BRICS, Moscú busca encontrar un nuevo balance y mitigar las turbulencias económicas que la han aquejado en los últimos meses, además de replantear el mapa de los actores políticos globales más importantes con un nuevo mapa plurilateral.

Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina, presidente de ALAI .

Miriam E. Chaverría Reséndiz ES Miembro del proyecto OBELA, IIEc-UNAM.

LUNES 9 DE FEBRERO DE 2015 – COMCOSUR
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2) Ucrania: “Que parezca un accidente”
Guadi Calvo (Rebelión)

La reactivación del conflicto de Ucrania contra las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, quebrando, sin explicaciones, lo acordado en las reuniones de Minsk, (Bielorusia) entre Kiev, los territorios recientemente independizados y Moscú, ponen seriamente a pensar que es lo que lleva al actual presidente ucraniano Petro Poroshenko a erigirse como el nuevo Slobodan Milosevic del este europeo.

A lo largo del 2014 las políticas de Poroshenko en las cuestiones del este del país se redujeron a atacar a centros urbanos y tratar de desmembrar la resistencia armada, lo que provocó la muerte de cinco mil civiles y la devastación absoluta de la economía y la infraestructura edilicia de las regiones que se levantaron tras el golpe de febrero contra el presidente Víctor Yanukovich. Hospitales, escuelas, fabricas, carreteras, barrios enteros has sido destruido por los bombardeos de Poroshenko.

Tras la asunción como presidente de Poroshenko, electo en mayo, el ejército ucraniano, junto a los grupos paramilitares y neofascistas emergentes del Pravy Sektor y el partido Svoboda, que fueron entrenados a lo largo del 2013 en campos de la CIA en Polonia por “asesores” israelíes y norteamericanos, hoy conocidos como “Reservas de las Fuerzas Armadas de Ucrania”, “Tropas de Interior de Ucrania” o “Batallón Azov” bajo el control del Ministerio del Interior, se han infiltrado en territorios liberados del este y el sur, han secuestrado, torturado y practicado infinidad de atentados contra la población civil, intentado quebrar el frente interno de la resistencia.

El fracaso de la maniobra ha obligado a Kiev a intensificar su ataque alentado por la coalición occidental que utiliza a Ucrania como ariete contra la Federación de Rusia.

A lo largo del 2014 hemos presenciado como militar, política y económicamente se ha reactualizado la antigua “Guerra Fría”, donde no han faltado operaciones de falsa bandera como el derribo del Boeing 777 de Malaysia Airlines, en tránsito desde Ámsterdam a Kuala Lumpur, en la región de Donetsk, el diecisiete de julio que provocó la muerte de todo su pasaje, 299 personas. De inmediato fueron acusados los rebeldes y hasta las fuerzas armadas rusas de dicho atentado. A partir de que se comenzaron a acumular pruebas de que el disparo se produjo desde los territorios ucranianos, y que la caída del MH17, fue un atentado de falsa bandera, el “incidente” del avión fue olvidado por los grandes medios.

Rusia esta siendo sometida a infinidad de provocaciones como sanciones económicas y políticas lo que generó la contrapartida de Moscú, lo que obligó a miles de productores agrícolas de Europa occidental a tener que tirar sus producciones. La economía de la Unión Europea ha perdido a lo largo del 2014, más de diecinueve mil millones de euros dando un paso más hacia el abismo tan anunciado.

La actual caída del precio del petróleo, responde también al intento de los Estados Unidos de quebrar la economía rusa y de paso arruinar a Irán y Venezuela, enemigos jurados de Washington. La estrategia estadounidense, que esta obligando a sus aliados del golfo Pérsico, a tener super producción petrolera, ha comenzado a crearles graves inconvenientes económicos a los enemigos de Estados Unidos sino también a sus más íntimos aliados.

El presupuesto de Arabia Saudita para 2014 había sido conformado con un barril de petróleo de ochenta dólares, en esta escalada de superproducción, a la que fue sometida por Washington, ha llegado el barril a los cuarenta y cinco dólares. Se calcula que el déficit presupuestario del 2015 para Arabia Saudita será casi el triple respecto al de 2014.

Pegarle a Ucrania para que le duela a Grecia.

El triunfo de la izquierda griega, la postura intransigente del nuevo primer ministro Alexis Tsipras, y más después de la nada exitosa gira de buena voluntad europea, tensa mucho más la situación al interior de la eurozona. La coyuntura griega no permite medias tintas y la coyuntura europea mucho menos. La solución griega es escapar de la Unión Europea y es vital para la Unión Europea que Grecia no escape.

Más allá del “paga dios” que pueda intentar Tsipras, la situación se agudiza en el mal ejemplo y de no lograr que Grecia permanezca en el lugar que tiene asignado por la Troika el futuro europeo es incierto.

Económicamente Grecia, que ya sabe que de sus socios europeos solo puede esperar la misma receta de siempre: ajuste y privatizaciones, despidos y cierres de empresas, por lo que hace años que prácticamente a diario el pueblo griego ha producido gigantescas manifestaciones contra los gobiernos pro europeos. El jueves cinco de febrero pasó absolutamente lo contrario, el pueblo griego se ha volcado a las calles para apoyar las nuevas medidas de Syriza, el actual partido gobernante,

Sin duda estas manifestaciones de apoyo compromete y da fuerzas al Primer Ministro Alexis Tsipras que deberá buscar aliados extra continentales, y lo más cercano es Rusia, por eso Poroshenko, como un engranaje clave para la política del Departamento de Estado en la región, ha vuelto a lanzar con virulencia más ataques a las nuevas republicas de Donetsk y Lugansk aliadas de Rusia. Ya lo hemos dicho a lo largo del 2014, Kiev produjo cinco mil muertos en sus antiguas provincias del este, en lo que va de 2015, las víctimas mortales ya superan el millar. Esto marca a las claras el apuro por atar a Rusia al conflicto con Ucrania, profundizarlo hasta el borde de la guerra desembozada. Quizás esto le fueron a anunciar a Vladimir Putin, Ángela Merkel y François Hollande, que se han corrido hasta Moscú, como un último intento para detener esa guerra, que podría arrastrar a toda Europa a una nueva locura.

Por otro lado este conflicto no permitirle a Moscú atender los apremios griegos y estrecha hasta la angustia los márgenes de Atenas, por encontrar nuevos respaldos y nuevos aliados. La política de crisis de Europa linda con lo suicida, pero bueno, esa suele ser una salida frecuente en los casos terminales, aunque muchas veces parezca un accidente.

LUNES 9 DE FEBRERO DE 2015 – COMCOSUR
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3) Nuevo gobierno da un respiro a la libertad de expresión en Sri Lanka
Análisis de Amantha Perera (IPS) –

Los medios de comunicación de Sri Lanka observan con alivio las medidas del gobierno de Maithripala Sirisena, que tras asumir el poder el 9 de enero flexibilizó las restricciones a la movilización de la población y permitió el acceso a páginas de Internet que estaban bloqueadas o prohibidas. Los nuevos ministros aseguran a la población que los servicios de inteligencia recibieron la orden de cancelar la vigilancia a las llamadas telefónicas particulares.

“Al Servicio de Inteligencia del Estado se le solicitó que se limite estrictamente a las operaciones nacionales de seguridad, nada más”, declaró el 28 de enero a corresponsales extranjeros el portavoz del gabinete y ministro de Salud, Rajitha Senaratne. El gobierno también impulsa un antiguo proyecto de ley de Derecho a la Información, que probablemente presente al Parlamento antes del 20 de este mes.

Un comité creado para redactar la iniciativa se reunió con organizaciones defensoras de la libertad de prensa, entre otras, para presentar un anteproyecto al gabinete antes del 16 de febrero. No es la primera vez que el Parlamento maneja una iniciativa de este tipo. En septiembre de 2010, Karu Jayasuriya, el vicepresidente del opositor Partido Nacional Unido, presentó un proyecto similar de ley de DAI, pero tuvo que retirarlo tras la fuerte resistencia del entonces presidente, Mahinda Rajapaksa.

Al menos 13 trabajadores de los medios de comunicación fueron asesinados y decenas huyeron por temor a represalias durante el gobierno de Rajapaksa (noviembre de 2005-enero de 2015), según el Comité para la Protección de los Periodistas. Lasantha Wickrematunge, redactor de un semanario crítico de Rajapaksa y su gobierno, fue asesinado el 8 de enero de 2009 a plena luz del día. El crimen, que continúa impune, conmocionó al país, a medida que se reforzaba la represión estatal de un régimen con nula tolerancia a las críticas.

Su asesinato también fue considerado un ataque a uno de los pocos medios de prensa que se comprometieron a denunciar la corrupción y el nepotismo, en momentos en que el derecho a la información era visto como un sueño imposible. Pero en el actual gobierno de coalición presidido por Sirisena, la transparencia y la buena gestión finalmente están subiendo en la lista de prioridades.

“Tenemos que hacer mucha limpieza en casa y no queremos perder el tiempo”, señaló Gayantha Karunathilaka, el nuevo ministro de Comunicación. El proyecto de ley amparará el derecho a recabar información de las oficinas públicas y los funcionarios, y también protegerá a quienes busquen esa información. El gobierno también pidió el retorno de las personas que huyeron del país, pero ninguna lo ha hecho aún.

La ignorancia alimenta la corrupción

Los analistas económicos de Sri Lanka opinan que el proyecto de ley actuaría como un elemento disuasorio contra la corrupción generalizada, que era una de las principales críticas que se le hacían al gobierno de Rajapaksa. La corrupción y el derroche del expresidente y su entorno eran tan extremos, según diferentes denuncias, que el actual presupuesto provisional, preparado meses antes de las elecciones generales del 8 de enero, incluye un recorte de más de 600.000 dólares en los fondos destinados a la secretaría presidencial.

Según los expertos, esta es solo la punta del iceberg de los fondos públicos que fueron a parar a la familia inmediata de Rajapaksa o a sus allegados. “En países como India, la ley del Derecho a la Información parecería haber reducido la corrupción, como se refleja en una mejor calificación… en el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) que elabora Transparencia Internacional”, señaló el economista Muttukrishna Sarvananthan. India pasó del puesto 94 en 2012 al número 85 en 2014 en el índice de la organización internacional con sede en Berlín.

“Muchos países en desarrollo también experimentaron una mejora en el IPC después” de aprobar estas leyes, añadió. El economista considera que la ley del Derecho a la Información permitiría que los medios tuvieran un mayor control del gasto público, dada la garantía jurídica para obtener información del Estado. En 2014, Sri Lanka ocupó el lugar 85 en el IPC, ya que solo obtuvo 38 de los 100 puntos del índice, lo que revela la necesidad de adoptar medidas contra la corrupción, según Transparencia Internacional.

En uno de los ejemplos más sorprendentes de corrupción, el último gobierno habría gastado unos seis millones de dólares en un fallido intento por organizar los Juegos de la Comunidad Británica de Naciones en Sri Lanka. La prensa local informó a fines de enero que el Ministerio de Vialidad, cuya cartera ostentaba el expresidente, gastó más de 375 millones de dólares por encima de su presupuesto en 2014, casi todo destinado a la campaña electoral de Rajapaksa, que finalmente perdió la contienda.

La información sustituye a la autocensura

Sunil Jayasekera, coordinador del Movimiento de Medios Libres (FMM), el principal grupo defensor de la libertad de prensa en este país insular, se refirió al proyecto de ley sobre el derecho a la información. “Es solo un bloque en una pared más grande que tenemos que construir para reforzar los derechos cívicos aquí. Junto con esa ley, el gobierno también debe formar una comisión independiente para el poder judicial y la policía”, recomendó. En los últimos cinco años los derechos de los medios se deterioraron como nunca antes, ya que decenas de periodistas huyeron del país y otros se vieron obligados a practicar la autocensura, aseguró.

“No solo a través del miedo y la intimidación, eran las formas más evidentes, sino que hubo mucha censura por medio del control financiero”, explicó el activista. Varias empresas de medios en manos privadas cambiaron de dueño en los últimos cinco años, entre ellas The Sunday Leader, el principal diario en inglés, cuyo redactor era el asesinado Wickrematunge y que a veces era la única voz contra el nepotismo imperante. Se sospecha que la mayoría de los nuevos inversores apoyaban a la administración de Rajapaksa.

En uno de esos casos, la dirección de un semanario informó a su personal, poco después de las elecciones de enero, que había perdido todos sus ingresos por concepto de publicidad, simplemente porque más de 90 por ciento de sus anuncios correspondían a organismos públicos. Una regla interna no escrita del semanario era no informar sobre las inversiones relacionadas con casinos que realizó el gobierno de Rajapaksa, estimadas en más de 1.000 millones de dólares. “Ese es solo un ejemplo. Hay decenas similares en la última década”, sostuvo Jayasekera.

Edición de Kanya D’Almeida / Traducción de Álvaro Queiruga

LUNES 9 DE FEBRERO DE 2015 – COMCOSUR
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4) Desenmarañando el misterio de Boko Haram
Eric Draitser (CounterPunch)
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

Los misterios más entretenidos son los que tienen protagonistas convincentes, antagonistas enigmáticos y conclusiones sorprendentes o impactantes. En efecto, sin estos elementos esenciales es poco probable que pueda entenderse bien la historia. Sin embargo, en lo que se refiere a la política y geopolítica, de alguna manera nuestros escritores de los medios de comunicación de masas –los montones de periodistas, militares y “expertos” en contraterrorismo, así como los portavoces del establishment- no consiguen siquiera orientarnos en la buena dirección. No sólo no develan los hilos de la historia sino que sencillamente prefieren fingir que no existen.

Y lo mismo ocurre con el gran “misterio” de Boko Haram, un grupo que en sólo unos pocos años se ha convertido en una de las entidades terroristas más perceptibles del mundo. Tras haber perpetrado atroces masacres de hombres, mujeres y niños, secuestrado a miles de inocentes y destruido ciudades enteras, Boko Haram simboliza ahora precisamente esa mezcla perfecta de barbarie, fundamentalismo religioso e ideológico y piel no blanca, que se unen para conformarles, especialmente a los ojos de los occidentales, como la manifestación del mal, el diablo encarnado que sólo puede destruirse mediante las fuerzas del bien. Ya saben, de los “chicos buenos”.

Pero, ¿qué sucede cuando no pueden encontrarse “chicos buenos”? ¿Qué sucede cuando al seguir la historia sólo encuentras la más cínica de las intenciones en todos los actores implicados? Eso es lo que ocurre con la historia de Boko Haram, así como con la política y geopolítica regional de África Occidental en su conjunto.

Al intentar desenmarañar la laberíntica red de hilos políticos, económicos y estratégicos que conectan a toda una serie de destacados actores, se hace evidente que no merece la pena leer ningún análisis de Boko Haram si no consideramos la cuestión desde tres ángulos muy diferentes aunque íntimamente conectados.

En primer lugar, tenemos la política interna de Nigeria, la cuestión de Boko Haram y la percepción de la responsabilidad de la oposición y del gobierno en el caos que ha desencadenado. Con elecciones programadas para el mes de febrero, Boko Haram y la seguridad nacional se han convertido, muy comprensiblemente, en cuestiones dominantes en la mente del público. Las acusaciones mutuas proporcionan un importante telón de fondo para entender cómo Boko Haram se ajusta tanto al discurso público como a las estrategias de las redes políticas que se mueven entre bastidores en Nigeria y en la región en un sentido más amplio.

Segundo, es el tablero económico y político regional más importante. En África Occidental –un área rica en recursos estratégicos-, hay unas cuantas partes interesadas que esperan obtener muchas ventajas de los continuos ataques de Boko Haram, que pueden llegar a desestabilizar completamente al Estado nigeriano. El Chad, vecino de Nigeria, está siendo desde hace poco tiempo estrechamente vigilado por el aparato militar de Nigeria a causa de su supuesto papel en la financiación y facilitación de la expansión de Boko Haram. El Chad considera que en Nigeria puede obtener potenciales beneficios petrolíferos mientras amplía sus capacidades propias de extracción de petróleo por toda la cuenca del lago Chad, una región geográfica que incluye amplios territorios del Chad, Nigeria, Camerún y Níger. Desde luego, las grandes corporaciones del petróleo, por no mencionar a poderosas naciones occidentales como Francia, tienen un interés particular en mantener los beneficios que consiguen del petróleo de África Occidental.

En tercer y último lugar, y quizá sea el aspecto más importante, debemos considerar la perspectiva continental y global. Nigeria, como la economía más dinámica de África que es, presenta importantes oportunidades y desafíos para las principales potencias mundiales. Para China, Nigeria representa uno de sus principales puntos de apoyo en África. Nigeria, un socio comercial clave para Pekín, se ha ido moviendo cada vez más fuera de la órbita directa de Occidente, transformándose de un aliado occidental fiable y servil en un obstáculo a superar. Coincidiendo con estos desarrollos, la presencia militar estadounidense ha ido extendiéndose continuamente por toda África, concentrándose de forma creciente en África Occidental, aunque sin grandes fanfarrias en los medios aparte de la historia del Ébola.

Los medios internacionales se han apoderado de la desgarradora historia de las niñas de Chibok –el ubicuo latiguillo en Internet “Devolvednos a nuestras niñas”- y para la mayoría de la gente eso es todo lo que saben sobre Boko Haram. Sin embargo, ese conocimiento superficial de una de las historias internacionales más complejas de los últimos años añade muy poco al discurso y no propicia una resolución. Además, un conocimiento más matizado sitúa a Boko Haram en un contexto internacional más amplio que puede ayudar a desmantelar la organización y el aire de misterio que la rodea. Aunque en el mejor de los casos muchos de los detalles siguen constituyendo una nebulosa, con actores poderosos actuando tras las bambalinas, pueden entreverse los contornos de una desestabilización regional y una guerra por poderes.

La política de Boko Haram

Con elecciones generales fijadas en menos de un mes, las facciones en competición del establishment político de Nigeria están muy ocupadas tratando de culpar a sus oponentes y cada una de las partes está insinuando que la otra tiene vínculos con Boko Haram, tratando deliberadamente de capitalizar la situación. Los dos partidos principales –el gobernante Partido Democrático Popular (PDP), dirigido por el Presidente Goodluck Jonathan, y el Congreso de Todos los Progresistas (CTP)- han convertido a Boko Haram en una patata caliente política, pasándosela una y otra vez con la esperanza de que los votantes la identifiquen con sus oponentes.

El pasado septiembre, antes de que Boko Haram se apropiara de nuevo de los titulares internacionales con sus más recientes ofensivas, la difamación política era ya feroz. El Presidente del Foro de Cancilleres del Partido Democrático Popular, Collins Onogu, afirmaba que:

“La mayoría de los que se han quedado sin hogar en la parte nororiental del país a causa de Boko Haram son miembros del PDP. ¿Cuál es su ofensiva? El portavoz del CTP… ha descuidado su deber y está ahora haciendo declaraciones en nombre de Boko Haram… El CTP ha estado utilizando a los medios para chantajear al Presidente Goodluck Jonathan, su plan es conseguir que el país se vuelva ingobernable; tienen planes para desviar la atención de los nigerianos, pero no van a funcionarles.”

Aunque la caracterización que hace Onogu de la cuestión puede realmente ser objeto de debate, está muy claro que el PDP considera la cuestión de Boko Haram como un lastre político importante para su partido y para el Presidente Jonathan. Es por esta razón que Collins y otros dirigentes del PDP han amenazado repetidamente con “revelar los nombres de los miembros del CTP que están patrocinando a Boko Haram”. Es muy posible que el PDP pueda estar haciendo esto únicamente para sabotear a sus oponentes en la campaña. Sin embargo, es igualmente verdad que el PDP está intentado desesperadamente desviar de sí la culpa por una crisis que se ha desarrollado mientras el gobierno estaba bajo su control. De cualquier manera, el PDP está difamando al CTP culpándoles de asociación.

A la inversa, el CTP no sólo ha negado todos los cargos sino que ha lanzado sus propias contrainformaciones afirmando que hay personalidades del PDP que están íntimamente implicadas en la financiación de Boko Haram. John Oyegun, presidente nacional del CTP dijo el septiembre de 2014:

“El Dr. Stephen David, un hombre contratado por el gobierno federal del Presidente Jonathan para negociar con Boko Haram la liberación de las niñas de Chibok decidió hablar claro, creyendo que la mejor forma de enfrentar a la insurgencia es revelar quiénes son sus patrocinadores. ¿Y quiénes son?… Nombró al exgobernador Ali Modu Sheriff y a un ex Jefe del Estado Mayor, el general Azubuike Ihejirika, como patrocinadores de Boko Haram… Los patrocinadores de Boko Haram están dentro del PDP y de la Presidencia. Son amigos conocidos del Presidente Jonathan. Los conoce y le conocen.”

Estas revelaciones, vehementemente negadas por el PDP y la administración del Presidente nigeriano Jonathan, plantean realmente una serie de importantes preguntas sobre las redes que apoyan y financian a Boko Haram, y cuándo, dónde y por qué se organizaron originariamente. Según información filtrada de inteligencia obtenida por la cadena de noticias nigeriana Premium Times, el exgobernador del Estado de Borno, y el aliado de Gookluck Jonathan, Ali Modu Sheriff, han sido unos de los principales financieros y organizadores de Boko Haram, llevando a cabo sus operaciones fuera del Chad (aunque también en el Chad después). Las comunicaciones fechadas obtenidas por Premium Times “pintaban el cuadro de lo que parece ser una poderosa estructura de apoyo regional que implica al presidente chadiano, a funcionarios nigerianos y a la República del Níger, encabezados por Sheriff, a quien la inteligencia presenta como una figura poderosa dentro de ese círculo”.

Añádanse a esta información los hallazgos de un panel presidencial ordenado por el Presidente Jonathan: “El informe rastreaba el origen de las milicias privadas, especialmente en el Estado de Borno, en el que Boko Haram brotó, y a los políticos que lo establecieron en el período previo a las elecciones generales de 2003. Al parecer, las milicias fueron armadas y utilizadas ampliamente como matones políticos. Tras las elecciones y habiendo conseguido su principal objetivo, los políticos abandonaron a su suerte a esas milicias al no poder continuar financiándolas y manteniéndolas ocupadas. Sin medios aparentes de subsistencia, algunas de las milicias gravitaron hacia el extremismo religioso, del tipo representado por Mohammed Yusuf.”

Hay realmente muchas preguntas que contestar aquí. ¿Es Sheriff simplemente un antiguo aliado que se ha escapado de control y ha decidido establecer su propio ejército privado para enriquecerse a sí mismo y a su patrón extranjero? Y a la inversa, ¿podría ocurrir que Sheriff siga vinculado, quizá sólo indirectamente, con el gobierno en Abuja? Las comunicaciones entre la red de Sheriff y los oficiales militares nigerianos datan de 2011, lo que parece sugerir al menos una conexión indirecta entre ellos. Obviamente, hay de por sí toda una compleja red de relaciones que conecta a los diversos partidos en Nigeria, así como a sus vecinos, con Boko Haram.

Según un memorándum de inteligencia de 2011 de los oficiales de campo en el Chad, “los miembros de la secta de Boko Haram se concentran en la región de Abeche, en el Chad, donde se entrenan antes de dispersarse. Esto sucede normalmente cuando el Sr. Sheriff visita Abeche”. Por tanto, incluso el más conservador de los análisis tendría que admitir que hay indefectiblemente una conexión entre la política interna de Nigeria, especialmente dentro del partido gobernante, y los actores internacionales, que tienen su propia agenda. Y son esos actores, y sus motivaciones, los que merecen un análisis cuidadoso.

El conflicto regional y la guerra por los recursos

Las inmensas riquezas de África Occidental han sido siempre el premio a lograr tanto para las potencias coloniales como para los Estados poscoloniales. Nigeria se ha convertido en un actor global en términos de producción de petróleo –suministrando al menos el 8% de las importaciones de petróleo de EEUU-, aunque sería algo a debatir si esa producción ha supuesto algún beneficio para el pueblo nigeriano. Por toda la región, los intereses económicos han sido fundamentales en las políticas y agendas de una serie de Estados cuyos dirigentes tienen tanto la visión del dólar en los ojos como la de la hegemonía en las mentes. Esto no ha hecho sino acelerarse en los últimos años, sobre todo desde la guerra imperialista que derrocó al exdirigente libio Muammar Gadafi, quizá la única fuerza en África que proporcionaba estabilidad y mantenía derechos, más o menos, a actores periféricos como el Chad, Níger y otros. Naturalmente, aquellos gobernantes cuyas ambiciones sufrían a causa de Gadafi consideraron el impacto de su muerte de forma harto diferente.

Quizá no haya habido en los últimos años un líder tan ambicioso como el Presidente chadiano Idriss Déby, que ha jugado un papel fundamental en toda la historia de Boko Haram, desde las acusaciones de que su gobierno les ha proporcionado un puerto seguro a los intentos, posiblemente auténticos o posiblemente falsos, de auspiciar un alto al fuego entre el grupo terrorista y el gobierno nigeriano. Ha estado vinculado con el anteriormente mencionado Sheriff, el supuesto cerebro de la red de Boko Haram. La información de inteligencia proporcionada por diversas fuentes parece indicar una conexión directa. Además, en un cable diplomático de EEUU de 2009 publicado por WikiLeaks se revelaba:

“Un veterano extremista chadiano bien entrenado, Abu Mahjin, con limitados vínculos con los asociados de al-Qaida, viajó recientemente a Nigeria. Puede que esté planeando dirigir o facilitar una operación terrorista…, se afirmaba, ‘un probable extremista chadiano con base en Nigeria con muchas ganas de conseguir más fondos… no está claro cuándo recibirá esta financiación adicional’.”

¿Podría ser que Abu Mahjin actuara como intermediario de facto entre ciertos elementos en Nigeria y Chad? Es muy probable que, por lo menos, la conexión entre el Chad y Boko Haram date de la propia transformación de esa organización en una entidad terrorista. Pero, ¿qué puede el Chad ofrecer? Y, ¿por qué ellos?

Para responder a la primera pregunta, hay que sumergirse en la historia reciente para ver cómo Déby llegó al poder. Curiosamente, su ascenso a la presidencia se debió directamente a Gadafi quien, tras años de guerra con el Chad –guerra en la que el mismo Déby dirigió a sus tropas contra las fuerzas libias-, apoyó a Déby contra el antiguo gobierno de Hissène Habré que había estado acogiendo a grupos libios anti-Gadafi con estrechos vínculos con la inteligencia estadounidense, como el cada vez más relevante General Hifter. Como la revista Time señalaba en 2001: “Si bien el alcance de la relación de Déby con Gadafi sigue siendo confuso, se sabe que Libia equipó al ejército de Déby con al menos 200 todo-terrenos Toyota equipados con cañones de 23 mm fabricados en la Unión Soviética”. Es muy probable que el respaldo militar a Déby fuera mucho más allá de lo que ahí se reconoce.

En cualquier caso, la guerra emprendida por la OTAN que derrocó a Gadafi en 2011 cambió de forma radical el carácter político de la región. De repente, alguien como Déby podía perseguir sus propias ambiciones regionales sin tener siempre encima el ojo vigilante de Gadafi, que estaba en contra de cualquier fuerza que tratara de desestabilizar África Occidental al servicio de las corporaciones occidentales. Con una arraigada red de contrabando de armas y combatientes, a finales de 2011, el Chad se convirtió en el punto de tránsito principal para muchas de las armas (y combatientes) procedentes de Libia. Aunque gran parte del material militar pasaba por la región del Sahel, probablemente en manos de la igualmente nebulosa al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), es probable que una cantidad importante del mismo fuera a parar al Chad. Los arraigados vínculos con elementos del ejército libio sólo aumentan las posibilidades de que el Chad se convierta en un refugio y/o conducto de innumerables armas y combatientes.

Por tanto, mientras Libia se derrumbaba y las armas y combatientes seguían fluyendo, de repente el Chad se encontró en una posición de fuerza, capaz finalmente de perseguir una agenda para enriquecerse, o al menos enriquecer a Déby y a la pandilla que hay a su alrededor. Pero, ¿qué es lo que él quiere?

En los últimos años, los descubrimientos de petróleo por toda la cuenca del Chad han transformado la forma en que los Estados de África Occidental contemplan su futuro económico. En el corazón de la cuenca está el lago Chad, rodeado por las naciones del Chad, Camerún y Níger. Según una evaluación de 2010 de US Geological Survey (USGS), “se estima que la cuenca del Chad contiene un volumen de 2.320 millones de barriles de petróleo, 14.650 billones de metros cúbicos de gas natural y 391 millones de barriles de líquidos de gas natural”. El tamaño potencial de estos recursos está realmente abriendo el apetito de unos cuantos, tanto en la región como a nivel internacional.

En los últimos años, todos los países de la cuenca han expresado firmes deseos de empezar a explotar esas reservas. Sin embargo, hasta el momento, Nigeria no ha podido hacerlo debido a la insurgencia de Boko Haram. E&P (Exploration & Production), la publicación de Hart Energy, señalaba en marzo de 2014:

“Las esperanzas de incrementar la exploración petrolífera en la cuenca del lago Chad en Nigeria se han truncado debido a los brutales ataques del islámico Boko Haram y a los terroristas de la secta Ansaru en la región nororiental del país… Entre 2011 y 2013, el gobierno nigeriano invirtió 240 millones de dólares para facilitar las actividades exploratorias de gas y petróleo en la cuenca del lago Chad… Las prospecciones de petróleo allí realizadas “obtuvieron resultados muy prometedores que pueden propiciar este año la exploración de gas y petróleo”, dijo en 2013 el Vicepresidente nigeriano Namadi Sambo… Pero las letales actividades de los insurgentes de Boko Haram interrumpieron todos los planes”.

Por tanto, aunque Nigeria se vea forzada a poner entre paréntesis su exploración petrolífera y el desarrollo de la cuenca del Chad, sus vecinos, sobre todo el Chad, continúan con las suyas. Como explicó el Dr. Peregrino Brimad: “La insurgencia de Boko Haram ha facilitado convenientemente al Chad, bajo el gobierno de Idriss Déby, un acceso sin restricciones al petróleo bajo suelo nigeriano a través de las perforaciones petrolíferas 3D desde dentro de sus fronteras territoriales, que el país está exportando”. Por tanto, en el verdadero estilo de “Me bebo tu batido” de Daniel Plainview, Déby está involucrado en el desvío de las riquezas petrolíferas de Nigeria, y está exportándolas a cambio de beneficios masivos para él y sus compinches. Pero, desde luego, el Chad no está solo en esas acciones, cuenta con la compañía de Camerún y Níger, quienes están haciendo precisamente lo mismo.

Por encima y por detrás de estas prácticas se halla la antigua potencia colonial, Francia, el antiguo amo colonial del Chad, Camerún y Níger. En la actualidad, el papel dominante de Francia sigue vigente ya que su puerto de Le Havre es el destino final del petróleo sin refinar extraído bajo los pies de los africanos occidentales. Ni que decir tiene que hay intereses muy poderosos tanto en África como en Europa que quieren asegurar que el flujo de su precioso petróleo prosiga sin cesar. Además, harán lo que sea para impedir que la mayor potencia africana exportadora de petróleo, es decir, Nigeria, pueda meterse en medio de sus manejos.

Y esta rivalidad regional es, al menos en parte, la razón por la que Boko Haram tiene realmente potencial para desencadenar un conflicto internacional. El pasado octubre, después de que las fuerzas del ejército nigeriano lanzaran una ofensiva contra Boko Haram, la subsiguiente batalla se derramó a través de la frontera entre Nigeria y Camerún, donde, dependiendo de a quién se crean, las fuerzas nigerianas se retiraron o se pusieron a perseguir a los sospechosos de Boko Haram. Murieron en total 107 militantes de Boko Haram, junto a ocho oficiales del ejército camerunés y docenas de civiles. De esa forma, la guerra por los recursos se transformó en una guerra abierta. La desestabilización de toda la región no está ya muy lejos de eso.

Es precisamente el peligro de una desestabilización regional lo que ha hecho que muchos observadores por todo el mundo empiecen a morderse las uñas. El peligro obvio es que África Occidental se convierta, como el Sahel y la mayor parte del Norte de África, en un lugar de extremismo y terror. Sin embargo, la cuestión más apremiante de todas es por qué. ¿A quién le interesa que se desestabilice toda la región? ¿Cuál es el contexto geopolítico y global para comprender unos temas decididamente complejos e interconectados?
Hace al menos quinientos años que los europeos vienen considerando a África como una potencial fuente de riqueza y poder. Desde las primeras expediciones portuguesas hasta el momento actual, Occidente ha visto en África riquezas preciosas y aparentemente ilimitadas. Desde oro, diamantes y otros materiales preciosos, a energía y, imposible no mencionarla, fuerza de trabajo; los europeos (y recientemente los estadounidenses) han pululado por África como langostas del capitalismo, arrancándole sus riquezas y preguntándose después por qué África es tan caótica. Esas cínicas ambiciones, descaradamente imperialistas, han permanecido siempre en el centro de la estrategia occidental respecto al denominado “Continente Oscuro”. Por tanto, también se hallan en el corazón de la actual situación en Nigeria y, en sentido más general, en África Occidental.
Al examinar la compleja red de relaciones que conectan los acontecimientos en África Occidental, aparece una tendencia preocupante aunque apenas sorprendente: en la medida en que aumentan los intereses geopolíticos y económicos de Occidente en la región, crece la inestabilidad en ella. Aunque pueda parecer incongruente, esta tendencia tiene en realidad mucho sentido. Mientras EEUU y Europa invocan ad nauseam el término “estabilidad”, la realidad es que el caos y la inestabilidad se adecuan perfectamente a sus objetivos neocoloniales.

Francia, durante siglos potencia dominante en África, figura en lugar destacado en esta competición del siglo XXI para explotar África en beneficio propio. Francia se ha establecido de nuevo en sus antiguas colonias en África Occidental como poder militar y, quizá mucho más importante, como poder económico. Utilizando los pretextos gemelos del terrorismo y humanitarismo, Francia ha conseguido velar con éxito sus verdaderas intenciones en la región, es decir, el saqueo de los recursos minerales y energéticos. Debido a que el imperialismo rampante del Imperio Colonial Francés es políticamente inaceptable para los estándares actuales, Francia se ha presentado a sí misma como patrón benevolente, un poder altruista que quiere sencillamente ayudar a que se pongan en pie sus antiguos niños coloniales. Sin embargo, cuando uno rasca un poco más profundamente, se hace evidente que la Francia que en otro tiempo esclavizó a Haití, colonizó Argelia y gran parte de África del Norte y explotó sin piedad África Occidental, sigue vivita y coleando.

Pero Francia no está realmente sola vislumbrando potenciales beneficios económicos en África Occidental. Recientemente, Alemania ha saltado también al ring, dejando claro que intenta ser más asertiva militar y económicamente en la región. Como principal motor económico de Europa, Alemania se halla en una posición privilegiada para sacar el máximo provecho de la inseguridad y del tremendo crecimiento demográfico de África Occidental. En Ghana, Nigeria y otros lugares, Alemania considera desaprovechados para sus exportaciones los potenciales mercados, también como baluartes de apoyo militar. De esta forma, la Unión Europea, a la que Alemania considera cada vez más como dominio suyo, se coloca en el centro de una creciente competición en la región.

Y, por supuesto, luego está el ineludible e intratable centro neurálgico militar de EEUU, que ha ido aumentando calladamente, aunque de forma significativa, sus capacidades militares –su “huella”, por utilizar la forma de hablar del AFRICOM y sus planificadores estratégicos- por todo el continente. Esta atronadoramente silenciosa expansión militar tiene el objetivo, de raíz, de controlar el ascenso de la influencia económica de China en el continente. Con respecto a África Occidental, EEUU ha establecido una red extensamente dispersa, aunque obviamente coordinada, de pequeñas instalaciones militares que Washington confía en utilizar para ampliar su hegemonía sobre el espacio africano con las proverbiales “botas sobre el terreno”. En efecto, responde con precisión a las funciones asignadas al AFRICOM desde 2007, a saber, mantener la presencia militar estadounidense sin invertir en un despliegue a gran escala.

Con este objetivo más amplio de bloquear la penetración económica china en África, EEUU y sus lacayos europeos han transformado el continente en un campo de batalla por poderes, uno que tiene en la desestabilización un arma poderosa. En el caso de África occidental, como en otras partes del continente, son los pueblos los que pagarán con sangre las ambiciones geopolíticas y económicas del Imperio.

¿El jefe de ahora…? El mismo de siempre…

La creciente inestabilidad en todo el África Occidental francófona le ha proporcionado a Francia el pretexto adecuado para reafirmar su hegemonía en sus antiguas colonias. El golpe de 2012 en Mali, y la subsiguiente guerra civil y aparición del terrorismo, le dio al ejército francés la puerta de entrada para estacionar de forma permanente fuerzas militares en toda la región. Sin embargo, la pregunta real no es si Francia está “ayudando” o no a sus antiguas colonias, sino ¿cuál es su verdadera agenda?

A pesar de toda la retórica sobre democracia, estabilidad e imperio de la ley, Francia tiene motivaciones muy egoístas. En relación a Boko Haram, Nigeria y la cuenca del lago del Chad, Francia es el principal beneficiario de la extracción energética que está teniendo lugar allí, mientras que su puerto de Le Havre es el destino final del petróleo sin refinar. Como señalé en la Parte I, la cuenca del lago del Chad contiene un volumen estimado de 2.320 millones de barriles de petróleo, 14.659 billones de pies cúbicos de gas natural y 391 millones de barriles de líquidos de gas natural. Consideradas globalmente, tanto en términos de las actuales y las potenciales exportaciones, esas reservas energéticas valen miles de millones. Pero los intereses económicos de Francia no se detienen precisamente en la energía.

Francia tiene mucho interés en explotar los lucrativos depósitos minerales por toda la región. Si uno duda de la sinceridad de las intenciones neocoloniales de Francia en lo que respecta a la extracción de minerales, uno no tiene más que mirar más allá del hecho de que el gobierno “socialista” francés de Hollande está invirtiendo más de 500 millones de dólares en una nueva compañía minera de propiedad estatal. Como el Ministro francés de Industria, Arnaud Montebourg, afirmó al anunciar esta nueva empresa: “A los países francófonos africanos les gustaría trabajar especialmente con nosotros más que hacer negocios con multinacionales extranjeras”. Naturalmente, uno debería tomar esa declaración con una saludable dosis de escepticismo respecto a las posibilidades de elección que tienen esos países en el asunto, y no digamos ya sus ciudadanos. No sólo Francia tratará de explotar los depósitos de minerales de litio y germanio sino también todos los importantes y raros minerales que resultan tan lucrativos en esta era de los microprocesadores y otras tecnologías, que necesitan precisamente de esos minerales.

Además, la interesante frase de Montebourg sobre las “multinacionales extranjeras” es muy reveladora. Por una parte, parece que en las mentes de las elites empresariales y políticas francesas, ellos no son “extranjeros” cuando actúan en los países francófonos. Es imposible ignorar el neocolonialismo subyacente en esa mentalidad. Por otra parte, parece casi evidente que las “multinacionales extranjeras” a las que se está refiriendo son las compañías chinas (privadas y de propiedad estatal) que han conseguido inmensos avances por toda la región en términos de inversión y extracción de minerales. Por tanto, Francia es claramente consciente de la guerra territorial entre ellos y China por esas riquezas del África Occidental.

Además de las tierras raras y otros minerales, hay enormes depósitos de uranio por toda la región que han despertado el interés de Francia. Como informaba en 2014 Think Africa Press:

“En la actualidad, Francia obtiene más del 75% de su electricidad a partir de la energía nuclear, y depende de Níger para gran parte de sus suministros actuales y futuros de uranio. Esta dependencia podría incluso crecer aún más cuando se inicie en 2015 la producción en el recién descubierto depósito de uranio Imouraren. La mina está preparada para producir 5.000 toneladas de uranio al año y contribuirá a hacer de Níger el segundo mayor productor de uranio del mundo. Areva, que es propiedad del Estado francés en un 87% y tiene una participación mayoritaria en tres de las cuatro compañías mineras de uranio que operan en Níger, está financiando la nueva mina.”

Añadan a esto el hecho de que el Presidente del Níger, Mahamadou Issoufou, es un antiguo empleado de Areva, la compañía que, a pesar del conflicto en curso con el gobierno del Níger sobre los porcentajes de royalties, mantiene aún un monopolio sobre el comercio de uranio. No debería constituir ninguna sorpresa entonces que el principal competidor de Areva (y de Francia) por este lucrativo comercio sea China que “tiene ya el 37% de la propiedad de la mina SOMINA en Níger y ha desarrollado exploraciones para encontrar uranio por todo el país”.

La batalla entre Francia y China por la influencia y el control de los minerales y mercados estratégicos es cada vez más importante en la política global de Francia en la región. El objetivo de Francia es reestablecer la hegemonía económica en su “esfera de influencia” francófona, como se pone de manifiesto en el documento político del gobierno francés titulado “Una alianza para el futuro: 15 propuestas para una nueva dinámica económica entre África y Francia”, que puede considerarse como el plan de acción de la política francesa en la región. Sin duda, este mayor énfasis se debe al hecho de que “Durante la pasada década, la cuota de Francia en el comercio africano se desplomó del 10% al 4,7%, mientras que la cuota de China en el mercado africano se disparó en 2011 a más del 16%”. Cada vez se hacen más evidentes los contornos de esta guerra por poderes.

¡Que vienen los alemanes!

Aunque la implicación de Alemania en África no fue nunca tan profunda ni tan duradera como la de Francia, Gran Bretaña u otros imperios europeos, no es muy probable que alguien acuse a Alemania de quedarse atrás en lo que se refiere a imperialismo agresivo. Aunque el “reparto de África” del siglo XIX está desde hace mucho tiempo en el espejo retrovisor bien diseñado de Alemania, Berlín ha demostrado recientemente un cambio en sus compromisos en el continente; Alemania intenta ser un actor a nivel militar y, sobre todo, económico.

En un reciente documento político titulado Directrices Políticas para África del Gobierno Federal, el gobierno alemán señala que “el potencial de África se deriva de su desarrollo demográfico y del hecho de que es un inmenso mercado de futuro con fuerte crecimiento económico, ricos recursos naturales, un gran potencial para aumentar la producción agrícola y la seguridad alimentaria por sus propios esfuerzos… Los mercados africanos están desarrollándose dinámicamente y –más allá de las industrias extractivas- serán de interés creciente para las empresas alemanas” (recogido también aquí).

En esencia, Alemania considera a África en sentido general, y a África Occidental en sentido específico, como un importante mercado emergente que puede ser capitalizado por las corporaciones alemanas. Quizá sea por esto que la Cancillera Merkel ha reiterado el compromiso de Alemania para proporcionar ayuda militar en forma de apoyo financiero, entrenamiento, logística, vigilancia, etc. para su socio desde hace tiempo en Ghana. Y es a través de la mediación de Ghana que Alemania busca ampliar su presencia militar en la región. Tras un reciente encuentro en Alemania entre los dirigentes de los dos países, se informó en la página oficial del gabinete alemán en Internet en respuesta a la amenaza de Boko Haram:

“Angela Merkel apoyó la propuesta del Presidente de Ghana de fundar una fuerza de intervención regional africana… El Presidente de Ghana prometió que desplegaría las tropas de su país. El Bundeswehr [las fuerzas del ejército alemán] coopera con las fuerzas armadas de Ghana. En aras a la construcción de la paz y prevención de crisis, Alemania está trabajando para poner en marcha y estabilizar estructuras de seguridad regional, en parte a través del Centro de Formación para el Mantenimiento de la Paz Internacional Kofi Annan, que se fundó hace diez años con apoyo alemán. Alemania apoya también a Ghana en el establecimiento de un regimiento de ingenieros como parte de la planeada fuerza de intervención de la Unión Africana.”

Está claro que Alemania ve en Ghana un socio viable a través del que puede conseguir presencia militar en la región. Utilizando como pretexto a Boko Haram, parece que una vez más la fuerza militar alemana, junto con la ayuda financiera, se utilizará para garantizar el acceso a todos los mercados importantes que Alemania desea tan desesperadamente.

También está claro el contexto más amplio. Alemania es la segunda mayor economía exportadora por detrás de China (excluyendo a la UE como economía única) y como tal, considera a China como su principal rival en la penetración de aquel mercado. No hace falta decir que, al igual que a Francia, a Alemania le preocupa que la hegemonía económica china en África Occidental pueda marginar a las empresas alemanas, obligándolas a ocupar el asiento trasero respecto a China. Y por tanto, al igual que su prima europea Francia, Alemania mira hacia su ejército y utiliza el pretexto del contraterrorismo para asegurar su propia posición económica.

El elefante imperialista en la cacharrería

Aunque Alemania y Francia tienen claras motivaciones económicas para expandir su presencia en África Occidental, la agenda de EEUU es mucho menos obvia. Aunque EEUU invierte mucho en total en África, casi no depende de las materias primas africanas o del mercado emergente como sus aliados europeos. Lo que realmente le preocupa a Washington es quedarse rezagado respecto a China en todo el continente.

Como la respetada profesora y experta en China Deborah Brautigam señalaba en su informe de 2013 “Chinese Investment in Africa”: “Las importaciones y exportaciones chinas, el flujo de inversiones y la financiación de las exportaciones están creciendo cada vez más. Por ejemplo, el comercio entre China y África aumentó de 10.000 millones de dólares en el año 2000 a 166.300 millones en 2011… [En 2012] los dirigentes chinos anunciaron un objetivo de 20.000 millones para financiar a los países africanos en 2015. Si se llevara a cabo, entre 6.000 y 7.000 millones de dólares fluirían de media cada año hacia África”.

Las cifras de Brautigam ilustran el hecho de que, a pesar de estar aún un poco por debajo de la inversión total anual de EEUU en el continente (9.000 millones de dólares), China está desafiando con toda rapidez la hegemonía económica estadounidense en África. Al haber invertido en toda una variedad de sectores, desde la minería y el petróleo a las telecomunicaciones y la banca, China se ha convertido en una alternativa viable a las inversiones y ayudas de EEUU, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Naturalmente, esto ha molestado al establishment corporativo y político en EEUU, que ven en China una amenaza a su poder. Es precisamente este desafío de China lo que verdaderamente motiva la callada expansión de la presencia militar estadounidense en el continente, especialmente en África Occidental y el Sahel.

EEUU ha establecido una inmensa red de bases e instalaciones para aviones no tripulados por toda la región, aunque los oficiales del ejército se niegan a reconocer que las instalaciones sean algo más que “zonas temporales de tránsito” o algún otro vacuo eufemismo. Sin embargo, una simple mirada al mapa, combinada con los dispares informes aparecidos en diversos medios, pinta un cuadro mucho más insidioso acerca de lo que EEUU está haciendo.

Bajo los auspicios del AFRICOM, EEUU se halla presente en casi cada país importante de la región. En el Chad, que aparece de forma preeminente en la narrativa de Boko Haram, EEUU ha estacionado indefinidamente personal militar para buscar, aparentemente, a las niñas de Chibok. Sin embargo, el propio comunicado de prensa de la Casa Blanca revela un objetivo de mucho mayor alcance, a saber: “Ese personal apoyará las operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento de aviones para las misiones desplegadas sobre el norte de Nigeria y áreas circundantes”. Traducción: EEUU tiene aviones no tripulados y otros medios de vigilancia cubriendo toda la cuenca del lago del Chad.

Aunque EEUU sólo admitió un pequeño contingente de soldados, la realidad es que hay muchas más fuerzas estadounidenses presentes en el Chad de una u otra manera. Quizá esto quede mejor ilustrado por el desconcertante hecho de que el Chad ha sido seleccionado para albergar los ejercicios militares Flintlock 2015 del AFRICOM, “que se iniciarán el 16 de febrero de 2015 en la capital, N’Djamena, con zonas remotas de avituallamiento en Níger, Nigeria, Camerún y Túnez, y que durarán hasta el 9 de marzo de 2015”. ¿Enterados? El personal militar estadounidense estará dirigiendo maniobras por toda la región, con especial atención en los países de la cuenca del lago Chad. Pero la cosa no acaba ahí.

EEUU anunció en 2013 que estaba construyendo una importante base para aviones no tripulados en Níger. Como informaba el Washington Post:

“Los aviones no tripulados Predator en Níger… le facilitan al Pentágono un bastión estratégico en África Occidental… Níger tiene también fronteras con Libia y Nigeria, que están también luchando para contener movimientos armados extremistas… El Presidente nigeriano Issoufou Mahamadou dijo que su gobierno invitó a Washington a enviar aviones no tripulados de vigilancia porque estaba preocupado de que el país no pudiera defender sus fronteras de los combatientes islámicos que tenían bases en Mali, Libia o Nigeria… ‘Damos la bienvenida a esos aviones”, dijo Mahamadou… ‘Nuestros países son como un ciego llevando a otro ciego’. Confiamos en países como Francia y EEUU. Necesitamos su cooperación para afianzar nuestra seguridad’.”

Y ahí queda dolorosamente clara la conexión entre la implicación militar estadounidense y Boko Haram y otros grupos terroristas. EEUU explota cínicamente la inestabilidad en la región –una consecuencia directa de la guerra de la OTAN y EEUU contra Libia- para atrincherar aún más su potencia militar.

Como si fueran necesarias más pruebas de las intenciones estadounidenses, Marine Corps Times informaba en septiembre de 2014 de que: “El Cuerpo de Marines ha establecido tres nuevas zonas remotas de avituallamiento en Senegal, Ghana y Gabón que ayudarán a los marines a responder con mayor rapidez a las crisis africanas”. Desde luego el AFRICOM y la burocracia militar no se refieren a esas instalaciones como “bases”, sino como “instalaciones de seguridad cooperativa”. Pero ese nombre cambia poco el hecho de que son instalaciones militares permanentes de EEUU en África Occidental.

Al parecer no hay ningún país en la región que se vea libre de la penetración militar estadounidense. El Washington Post informaba en 2012: “Un enclave fundamental de la red de espionaje estadounidense puede encontrarse en Ouagadougou, la… capital de Burkina Faso… En función de un programa clasificado de vigilancia, denominado Creek Sand, docenas de contratistas y personal estadounidense han llegado a Ouagadougou en los últimos años para establecer una pequeña base aérea en la zona militar del aeropuerto internacional. Aviones-espías desarmados estadounidenses vuelan cientos de kilómetros hacia el norte hasta Mali, Mauritania y el Sahara.”

Considerando todo lo expuesto, queda claro que EEUU ha establecido una inmensa estructura militar por todo África Occidental y el Sahel, mucho más grande de lo que se haya reconocido públicamente o incluso a nivel privado. Aparentemente, EEUU está levantando esta red de bases con objetivos contraterroristas, para enfrentar los desafíos a la seguridad generados por Boko Haram, Al-Qaida en el Magreb, y otros grupos. Sin embargo, los que somos algo menos crédulos y sentimos a menudo escepticismo sobre las intenciones de EEUU y su ejército, podemos ver claramente lo que Washington está haciendo.

La infraestructura militar, la vigilancia, la ayuda a los países de la región, etc., son parte de un intento coordinado de EEUU para controlar la creciente influencia de China en la región. EEUU conoce perfectamente el hecho de que cada vez es más incapaz de competir con China en términos de inversión y comercio mutuamente beneficioso en el continente. Y, por tanto, EEUU recurre a su principal palanca de hegemonía: su ejército. Considerado bajo este prisma, el terrorismo no es tanto una amenaza como una ventana de oportunidades para consolidar el lugar de Washington como supremacía dominante en África.

Quizá lo más trágico es que el destino de las niñas de Chibok, junto con los inocentes de Baqa y otros muchos por todo el norte de Nigeria y la región, se ha convertido en una mera coletilla en el gran esquema del imperialismo en África. Sus vidas han devenido en moneda de cambio con la que jugar en beneficio de Francia, Alemania y, sobre todo EEUU.

Desde luego, hay que hacer chitón en todo lo que se refiere a las verdades incómodas. “Aquí no ha pasado nada”, nos dicen nuestros valientes medios de comunicación. Por desgracia y de forma innegable, esto es así para la inmensa mayoría de los occidentales; piensan sencillamente que no hay nada digno de ver.
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Eric Draitser es el fundador de StopImperialism.com. Es un analista geopolítico independiente que vive en la ciudad de Nueva York.

LUNES 9 DE FEBRERO DE 2015 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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