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“EN BOLIVIA NOS VIENEN ROBANDO HASTA LA PALABRA FEMINISMO”

COMCOSUR MUJER
ARGENTINA
1) ACTIVISTA DISERTARÁ EN ALEMANIA SOBRE AGROTÓXICOS
BOLIVIA
1) “NOS VIENEN ROBANDO HASTA LA PALABRA FEMINISMO”
KENIA
1) DICTAMINAN LA LEGALIDAD DE LAS ORGANIZACIONES LGTB
PARAGUAY
1) NIEGAN ABORTO A NIÑA DE 10 AÑOS VIOLADA
URUGUAY
1) JORNADAS DE DEBATE FEMINISTA
TEMAS DE COMCOSUR MUJER
I – NO PUDIERON CON TODAS
II – EL PATRIARCADO DEL SALARIO:

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COMCOSUR MUJER
Fundado por Yessie Macchi
AÑO 11 -No. 451/ Miércoles 6 de Mayo de 2015
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
Coordinación y búsqueda: Beatriz Alonso, Cecilia Duffau y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Ahora puedes seguir a Comcosur también en Facebook
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«Hay que dar vuelta el mundo. Cada lágrima que corre allí donde podría haber sido evitada, es una acusación…” Rosa Luxemburgo
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ARGENTINA

1) ACTIVISTA DISERTARÁ EN ALEMANIA SOBRE AGROTÓXICOS

«Que el mundo vea como nos fumigan como a insectos» dijo la abogada argentina Graciela Vizcay Gomez, antes de su partida.

La reconocida activista contra las fumigaciones con agrotóxicos, representará a la Argentina en la Jornada Europa Libre de OGM, a realizarse durante los días 6, 7 y 8 de mayo en Berlín, Alemania.

Ver aquí su ponencia: www.gmo-free-europe.org/program-info/7th-of-may-2015/ngos-and-scientists-network-of-gmo-free-regions/speakers.html

La Red de Regiones libre de OGM Europea, la red de ONG Libre de Transgénicos y la Asociación Soya Danubio invitan a su conferencia conjunta » Europa Libre de Transgénicos – Oportunidades y Desafíos Futuros» en Berlín. Desde el 6 al 8 mayo de 2015, los participantes de los círculos políticos, economistas, científicos y la sociedad civil de toda Europa, así como invitados de América, Asia y África discutirán las posibilidades de una agricultura futuro sin plantas y animales modificados genéticamente.

Temas:

-Europa necesita una estrategia coherente de proteínas, garantizar el suministro de alimentación Libre de Transgénicos, la reducción de las importaciones de soja, el fomento de la biodiversidad agrícola y la reducción de las emisiones de gases al al ambiente.

– Un uso ambientalmente responsable y saludable de los recursos de proteínas de origen animal. La semilla debe permanecer completamente libre de OMG .

– «La presencia de bajo nivel» de OMG en semillas es inaceptable.

– La tolerancia cero debe aplicarse también a los OMG no autorizados en los alimentos. El llamado «opt out» revisión de la actual legislación sobre OMG de la UE teniendo en cuenta las prohibiciones nacionales sobre el cultivo de OMG y de su aplicación a nivel nacional debe ser seguido de cerca, al igual que los cambios previstos en el procedimiento de autorización de los OMG.

– Los Tratados de libre comercio, entre la UE y Canadá (CETA) y la UE y los Estados Unidos (TTIP) no deben convertirse en pasarelas para bajar los niveles de consumo y protección del medio ambiente.

-Los nuevos avances científicos y técnicos en la biotecnología plantean cuestiones relativas a la definición actual y futura de lo que constituye un organismo modificado genéticamente.

Todos estos temas serán presentados y discutidos en Berlín en mayo de 2015, cuando por primera vez los tres pilares de la Europa libre de GMO, los gobiernos regionales, las empresas y las Ongs organizan conjuntamente esta conferencia, que incluirá sesiones plenarias conjuntas, así como reuniones por separado y una amplia gama de talleres sobre los diferentes aspectos de la agricultura Libre de Transgénicos, la producción, el comercio y el consumo.

Fechas:

6 al 8 mayo 2015

Lugares:

La conferencia de tres días se celebrará en las Cancillerías de los Estados Renania del Norte-Westfalia, Hesse y Turingia, la Embajada de Austria y el Hotel Palace Berlin,

Organizan:

Red Europea libre de GMO (gmo-free-regions-nrw.de/)
Asociación Danubio Soya (www.donausoja.org)
Red de ONG de Regiones libres de OGM (www.gmo-free-regions.org)

Rebelión/ COMCOSUR MUJER No. 451 – 06/05/2015
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BOLIVIA

1) “NOS VIENEN ROBANDO HASTA LA PALABRA FEMINISMO”

Entrevista a María Galindo, militante feminista y miembro del colectivo Mujeres creando

María Galindo es uno de esos personajes incómodos que no deja títere con cabeza. Tras 23 años de militancia en el colectivo boliviano Mujeres Creando, ha conseguido consolidarse como referente del movimiento feminista y ser la china en el zapato de ONG, gobiernos y cualquiera que haya tratado de erigirse en “la voz” de las mujeres. Con un feminismo construido desde el hacer cotidiano, hace frente a lo que denomina la “fallida revolución feminista” y al papel que juegan instituciones y organismos internacionales como traductores de los movimientos de lucha, encargados de escribir en su nombre los guiones oficiales, imponiendo categorías y despolitizando el lenguaje. “Soy consciente de que nos vienen robando hasta la palabra feminismo. Uno de los actos del poder es devorárselo todo, ser el todo y que nada tenga sentido por fuera del sentido que el poder asigna a las cosas, por eso la necesidad de apropiarse de la palabra, del territorio feminista, la necesidad de cooptarlo, devorarlo y despojarlo de su sentido subversivo e inquietante”.

DIAGONAL: Mujeres Creando nace en 1992. ¿Cómo han sido estos años?

MARÍA GALINDO: Ha sido una acumulación de conocimiento político imposible de resumir. Hemos ido reelaborando nuestras ideas muchas veces, y toda esta acumulación de trabajo político desde una perspectiva feminista le ha dado a Mujeres Creando una originalidad muy especial. Empezamos muy pocas mujeres y ahora somos más, aunque nuestra vocación nunca fue de masas. Hubo un momento en que Mujeres Creando era un sueño. Nuestro “indias, putas y lesbianas; juntas, revueltas y hermanadas” parecía algo imposible de construir, un enunciado poético que no iba a concretarse nunca. Pero hoy somos una organización que mantiene la vitalidad con un alto grado de complejidad social. Hemos construido una organización política que ha jugado un papel histórico en nuestro país. De ser un grupo de feministas hemos pasado a ser un fenómeno cultural y un referente de rebeldía para las bolivianas.

D.: Tu último libro reclama la autoría de la tesis de la despatriarcalización para evitar los usos demágogicos que se estaban sucediendo. ¿Qué aporta esta teoría a la lucha feminista?

M.G.: La despatriarcalización supone un reposicionamiento de los feminismos en función de una visión utópica y no de una visión de derechos que limita el empoderamiento de las mujeres a la participación en estructuras engañosas que forman parte de la visión capitalista colonial. Conceptos como discriminación, igualdad o empoderamiento son engañosos y han abierto la puerta a la domesticación del feminismo. Una cosa es impugnar, subvertir y cuestionar el sistema y otra muy distinta demandar la inclusión en el mismo.

D.: Teniendo en cuenta las diferencias Norte-Sur, ¿crees que la teoría de la despatriarcalización es exportable al mundo occidental?

M.G.: El neoliberalismo ha sido muy hábil en utilizar todas las expectativas sociales e individuales de las mujeres para funcionarizarlas a sus objetivos, tanto a las del Norte como a las del Sur. Este libro desmonta muy bien esa trama para el Sur del mundo, pero también permite utilizar muchas de esas categorías para desmontar la manipulación de las expectativas de varias generaciones de mujeres en el mundo occidental. Lo que el sistema neoliberal está vendiendo a las mujeres europeas como conquistas para ellas es falso, pues está asentado sobre la servidumbre de las mujeres del Sur, sobre las exiliadas del neoliberalismo, que funcionamos como chantaje.

D.: Desde Mujeres Creando reclamáis una política feminista basada en la cercanía, lo cotidiano y el placer. ¿Cómo se materializa todo esto en vuestras prácticas?

M.G.: Una de nuestras patas es la política simbólica, la construcción de lo ideológico, pero sobre todo nos centramos en lo que llamamos “política concreta”, como la que usamos en los casos de violencia machista. Proponemos acciones concretas a cada mujer y luego ella decide: el escándalo público, la acción ilegal o la vía jurídico-policial. Con respecto al hombre, cuando se niega a ser parte de la solución, lo cercamos a través de su trabajo, lugar de residencia, amigos. En nuestra radiodifundimos listas de padres irresponsables y de hombres violentos. Estas prácticas y metodologías del ingenio, de la espontaneidad y del acompañamiento han generado que hoy nuestro servicio contra la violencia machista sea el más prestigioso de la ciudad.

D.: A pesar de que el Estado plurinacional ha puesto en marcha diferentes políticas de género, no tienes una opinión demasiado positiva de ellas.

M.G.: Las feministas parimos la idea de que la violencia machista es un delito público, no privado, un acto de poder y de dominación política. Frente a eso, nosotras generamos todas las categorías para interpretar esa lucha. Pero el Estado se ha apropiado de ellas a través de sus instituciones limitando el discurso y acabando con lo interesante del proceso, que era romper con el asistencialismo. Por ello la relación de la institución con la realidad es nefasta: las políticas de género cooptan el discurso para justificar la propia institución y domesticar la lucha feminista.

D.: Como parte de los movimientos sociales bolivianos, ¿os afectó la llegada al poder de Evo Morales?

M.G.: Fue un momento de mucha frustración. Evo supo aprovechar un espacio vacío que se dio en la sociedad, y eso lo entendimos. Sin embargo, eso no significa que no podamos cuestionar lo que con ese poder ha hecho. La sociedad boliviana logró en 2003, gracias a una revuelta popular sin vanguardias, entender que el modelo neoliberal estaba agotado y, sin embargo, Evo se apropió de ese discurso para darle continuidad de una forma disfrazada. Otra cosa que le impugnamos a Evo es la relación que establece entre la cúpula gubernamental y los movimientos sociales, que empieza a ser una relación de clientelismo, de entrismo con una pequeña dirigencia. Y a los movimientos que de alguna manera no han confluido se les ha intentado dividir y anular, como ocurrió en el caso de los indígenas de las tierras bajas con el conflicto del Tipnis.

D.: Entonces, ¿cómo hacer oposición al gobierno de Evo Morales, reelegido con más de un 60% de apoyo?

M.G.: Nosotras no hacemos oposición, intentamos generar nuestras propias alternativas y provocar un escenario social que no sea exclusivamente de reacción. Gobierno y Estado no lo son todo, hay una sociedad más allá. Y nosotras interpelamos y hacemos política con esa sociedad tratando de inventar nuestros propios escenarios políticos

diagonalperiodico.net / COMCOSUR MUJER No. 451 – 06/05/2015

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KENIA

1) DICTAMINAN LA LEGALIDAD DE LAS ORGANIZACIONES LGTB

El Tribunal Superior de Justicia de Kenia ha dictaminado que las autoridades gubernamentales no pueden impedir que las organizaciones LGTB se registren como ONG. El alto tribunal estima que la religión y la moral imperantes no pueden socavar los derechos constitucionales, entre ellos el de asociación. También ha resuelto que las garantías recogidas en la Constitución de Kenia son aplicables a todos los ciudadanos, sea cual sea su orientación sexual.

Este 24 de abril, el Tribunal Superior de Justicia de Kenia ha fallado a favor de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas (NGLHRC en sus siglas en inglés), que había denunciado a la Junta Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales y a la Fiscalía General de Kenia por impedir su registro como ONG en más de cinco ocasiones desde el año 2012, en base a que el nombre de la organización era “inaceptable” porque el Código Penal de Kenia castiga las relaciones homosexuales.

El Tribunal Superior de Justicia, cuyas competencias son similares al Tribunal Supremo español, ha dilucidado en su sentencia dos cuestiones fundamentales. En primer lugar, a petición de los demandantes, ha aclarado que, cuando la Constitución de Kenia otorga derechos a “todas las personas”, incluye a todos los ciudadanos, sin distinción por razón de la orientación sexual. En segundo lugar, el alto tribunal ha dictaminado que, en una sociedad democrática, la moral y la religión imperantes no pueden utilizarse para la limitación de derechos.

Por todo ello, el panel de tres jueces del Tribunal Superior de Justicia ha fallado por unanimidad a favor de los demandantes, estimando que la Junta Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales ha violado el artículo 36 de la Constitución keniana, que protege el derecho de asociación. También ha emitido un mandato de ejecución inmediata para que la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas sea registrada como Organización No Gubernamental.

El Foro de Cristianos Profesionales de Kenia, que se había personado en el juicio como parte afectada en el bando de los acusados, ha solicitado permiso al Tribunal Superior de Justicia para poder presentar una apelación a su sentencia, autorización que le ha sido concedida. Si la apelación es aceptada finalmente a trámite tras su presentación, deberá dictaminar al respecto el Tribunal Supremo de Kenia, que es quien tiene la competencia final para la interpretación de la Constitución, a semejanza del Tribunal Constitucional español.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas ha emitido una nota de prensa para dar a conocer la noticia, firmada por su director ejecutivo Eric Gitari, que concluye con la siguiente valoración:

Esta sentencia del Tribunal Superior de Justicia es innovadora; marca un hito histórico para la inclusión de las minorías sexuales y de género en el espacio democrático de Kenia. Alude a un país que está deseoso de convertirse en mucho más abierto y democrático, a pesar de los desafíos. Al subrayar la moralidad constitucional de la inclusión en detrimento de la moral religiosa, los jueces honran el espíritu y las aspiraciones de los kenianos cuando promulgaron esta Constitución después de un período de violencia postelectoral que había estallado tras años de exclusión virulenta de los demás. Esperamos que este rechazo a las limitaciones de los derechos civiles por parte de la moral y la religión se convierta en un símbolo de jurisprudencia para las otras treinta y ocho naciones africanas que todavía usan argumentos morales para limitar los derechos de las minorías.

Nos congratulamos de la apelación presentada por el Foro de Cristianos Profesionales de Kenia y esperamos que mejore la jurisprudencia sobre la igualdad en nuestro país durante el proceso legal. Al celebrar la victoria, honramos la lucha de muchos activistas y aliados que han desarrollado su labor antes de nosotros y nos han ayudado en la nuestra.

La importancia de una sentencia semejante, que parte de un tribunal que sienta jurisprudencia sobre todos los demás, es indudable, sobre todo por la argumentación en que se sostiene el fallo. Dada la dificultad de que un cambio favorable a los derechos LGTB provenga del poder legislativo o ejecutivo, esperemos que sea la vía judicial la que sirva para conseguir la igualdad de todas las personas LGTB de Kenia.

La difícil situación de las personas LGTB en Kenia

A pesar de la importancia de la esta victoria legal, y de la repercusión que pueda tener en el futuro, las personas LGTB kenianas se tienen que seguir enfrentando a una legislación y una sociedad muy hostiles.

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana) y profundamente homófobo, que castiga la práctica de la homosexualidad con penas de hasta 14 años de cárcel, en base a leyes heredadas de la época colonial británica). Precisamente a principios de este año informábamos de la detención de dos hombres, acusados de practicar la homosexualidad, víctimas de una operación policial más amplia, con la que se pretendería dar ejemplo tras salir a la luz unos informes que señalan un aumento del turismo homosexual en la zona costera del país.

A las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales, se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaría dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% considera tal orientación sexual inaceptable.

Sin embargo, como evidencia la noticia que nos ha ocupado, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB muy productivo. Entre sus miembros se encuentra Denis Nzioka, que incluso trató de presentarse en las últimas elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó como senador en las últimas elecciones, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez una persona abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos y ser escuchado.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que se ha visto truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros.

NODO 50/ COMCOSUR MUJER No. 451 – 06/05/2015
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PARAGUAY

1) NIEGAN ABORTO A NIÑA DE 10 AÑOS VIOLADA

La historia es una más de una larga lista de abusos a menores de edad en Paraguay. Una nena de 10 años fue violada por su padrastro. Con 23 semanas de gestación, las autoridades de salud de Paraguay le acaban de rechazar un pedido de aborto porque está pasada de la semana 20. La madre de la nena está presa por encubrir a su pareja, que a su vez está prófugo.

«La solicitud es imposible de cumplir porque el embarazo tiene un desarrollo de cinco meses. Además, el código penal prohíbe esa práctica», sentenció la directora de la oficina Programas de Salud, Lida Sosa.

La petición para un aborto fue presentada por la madre, quien recibió el respaldo de la oficina local de Amnistía Internacional «para salvarle la vida» a la menor. Para ello, se lanzó una campaña pero la justicia lo rechazó de plano.

La investigación de la Fiscalía indicó que el 21 de abril la niña fue conducida por su madre hasta un hospital público de Asunción debido a las molestias permanentes en el abdomen y que la inspección médica se confirmó un embarazo de 22 semanas, pero como la atención se hizo en horario nocturno las autoridades del hospital esperaron hasta el día siguiente para informar a la secretaría de la niñez y la adolescencia.

La fiscal Monalisa Muñoz informó que actuó de oficio y abrió una investigación, presentó imputaciones contra el padrastro por coacción sexual a una menor y contra la madre por falta al deber del cuidado y obstrucción a la justicia, al dar datos faltos de su pareja, que huyó y está prófugo.

La madre, cuya identidad también se mantiene en reserva, fue enviada a la cárcel de mujeres de Asunción con prisión preventiva mientras duren las investigaciones hasta el llamado a juicio oral y público. El padrastro se encuentra con orden de captura.

«Instamos a las autoridades paraguayas a conceder el aborto solicitado por la madre y salvarle así la vida», señaló Amnistía en una carta. Y agregó que «según los organismos de la ONU, un embarazo entraña riesgos específicos y posibles secuelas a largo plazo para la salud física y mental de las niñas».

Dolores Castellanos, jefa del área niñez y adolescencia del hospital Cruz Roja de Asunción, informó a los periodistas que la niña está ingresada hospital Cruz Roja, de Asunción «y goza de Buena salud física y psicológica».

«Está llevando un embarazo riesgoso pero tomamos todas las medidas preventivas. En año anteriores tuvimos pacientes como ella que llegaron hasta el final de la gestación», indicó.

El senador y pediatra Carlos Filizzola de la coalición Frente Guasú, de centroizquierda, expresó en entrevista con The Associated Press que relanzará un proyecto de ley para educación sexual de menores, que «está estancado en las comisiones del Senado porque años atrás las Iglesias cristianas, estrictamente por razones dogmáticas, hicieron una fuerte campaña de oposición a la posible aprobación señalando equivocadamente que la ley estimularía el aborto», comentó.

Específicamente, el proyecto autorizaría a organismos de salud del Estado a orientar a los jóvenes, sin tapujos, sobre las relaciones sexuales y la necesidad de utilizar anticonceptivos.

Este caso puso bajo la luz la existencia de una cruda realidad en Paraguay, donde 680 menores entre los 10 y 14 años de edad dieron a luz en 2014, según cifras del Ministerio de Salud. Además, cada año se registran unos 20.000 alumbramientos de mujeres entre los 15 y 19 años de edad.

Karina Pérez, directora de psicología de la unidad Victimología de la fiscalía general, explicó que «anualmente atendemos unos 4.000 casos de violencia contra mujeres y el 50% corresponde a abuso sexual de menores de 14 años de edad».

En cuanto a la nena que ocupa la atención de los paraguayos, se sabe que en enero de 2014 su madre había denunciado al padrastro por supuestos abusos sexuales de la pequeña, que entonces tenía nueve años.

Sin embargo la denuncia fue archivada por un fiscal de la ciudad de Luque, en el Gran Asunción, quien está siendo investigado por una posible negligencia.

Más de un año después, la niña fue conducida por su progenitora a un hospital de Luque, ante la creencia de que el aumento abdominal de la menor podría tratarse de un tumor.

Se estima que la madre, una cocinera, que trabajaba jornadas de doce horas para mantener a otros dos hijos, posiblemente también tenga una historia de violencia doméstica.

Agencias/ COMCOSUR MUJER No. 451 – 06/05/2015
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URUGUAY

1) CONVOCAN A PRESENTAR PROPUESTAS PARA LAS JORNADAS DE DEBATE FEMINISTA

Entre el 20 y el 22 de julio de este año, se llevará adelante una nueva edición de las Jornadas de Debate Feminista. En ese marco, se convoca a presentar propuestas.

Las Jornadas de Debate Feminista tendrán lugar los días 20, 21 y 22 de julio de 2015. Organizan y convocan las jornadas: Cotidiano Mujer – Red Temática de Género de la UdelaR – Programa de Género y Cultura de FLACSO Uruguay – Grupo de Trabajo CLACSO “Derechos en tensión: (Des)igualdades de género, estado y procesos políticos en América Latina y el Caribe”.

En ese sentido, está abierta hasta el domingo 26 de abril la convocatoria a investigadoras/es, militantes, activistas y estudiantes a presentar propuestas de ponencias, posters, experiencias de militancia feminista y/o talleres.
Se debe completar el formulario bit.ly/llamadodebatefeminista2015

Jornadas de debate Feminista

Estas jornadas “tienen como objetivo articular y promover la producción académica y la generada desde el activismo feminista y crear espacios de intercambio de experiencias y diálogo entre las/los investigadoras/es que desarrollan su trabajo en las universidades y las/los militantes que lo desarrollan en movimientos sociales y en política. Se pretende incentivar la participación de los estudiantes de grado y posgrado en los debates que atraviesan los estudios de género y el activismo feminista, posibilitando así enriquecer sus perspectivas de análisis en su proceso de formación.

Las Jornadas parten de la necesidad de aportar al debate democrático actual desde el pensamiento feminista. En nuestro país subsisten obstáculos y resistencias culturales que impiden pensar en forma integral las desigualdades intersectadas por clase, raza-etnia, género, identidad de género, orientación sexual, edad, discapacidad, nacionalidad, condición de migrante, entre otras”.

Ejes

Las Jornadas se dividen a su vez en torno a diferentes ejes como:

Perspectivas feministas emancipatorias
La transformación feminista del Estado y las políticas públicas
Paridad en todos los ámbitos
Violencias de género
Identidades de género y discriminación
Sexualidad, deseo y derechos: interpelaciones conceptuales y políticas
¿Militancia en la calle, militancia política? Nuevos accionares feministas

Cotidiano Mujer/ COMCOSUR MUJER No. 451 – 06/05/2015
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TEMAS DE COMCOSUR MUJER

SILVIA FEDERICI I
“NO PUDIERON CON TODAS”

Silvia Federici, la italiana autora de Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria –Tinta Limón Ediciones–, estuvo en Buenos Aires para dialogar cara a cara con organizaciones sociales, políticas, barriales; de resistencia, en definitiva, porque –dice– es en este tipo de encuentros donde toma cuerpo su palabra escrita, donde constata que el disciplinamiento de las mujeres requiere, desde los inicios del capitalismo, volverlas pobres, quitarles sus saberes, confinarlas a un trabajo reproductivo que después es denigrado. Una crónica de estos encuentros en los que teoría y práctica se entrelazan y se cobijan para alumbrar nuevos caminos, nuevas resistencias.

En medio del bullicio de Retiro, en la boca de un desfiladero que se abre entre las vías y la estación de micros, un tumultuoso grupo se prepara para entrar a la Villa 31, en el corazón de una de las zonas ricas de la Ciudad de Buenos Aires. Tras quince minutos de caminata por los pasillos angostos y altos, en un otoño que de tan primaveral confunde, se llega a la casa de las Mujeres Luchadoras, del Movimiento Popular La Dignidad. Allí la feminista italiana Silvia Federici está almorzando, rodeada de mujeres del movimiento y vecinas integrantes de la Corriente Villera Independiente que conversan, le ofrecen más comida y le cuentan de qué se trata lo que hacen todos los días: trabajo barrial, denuncias contra el maltrato, autoorganización popular, elecciones y conquista de la conducción de la villa. Silvia tiene una cualidad no tan común. Sabe escuchar. Disfruta escuchar.

Federici nació en Italia, desde los años ’60 vive en Estados Unidos, donde fue parte de la red que discutió y se organizó alrededor del salario para el trabajo doméstico. El Comité por el Salario Doméstico (1972) bien podría pensarse como un antecedente militante y feminista de planes sociales que hoy son extendidos en Argentina, como el Ellas Hacen y la Asignación Universal por Hijo, sólo que por entonces el marco era la discusión misma de la división sexual del trabajo y se prestaba gran atención a la consolidación de jerarquías que dividían el trabajo en el interior del hogar y aquel que, como una invencible frontera, marcaba el afuera público. Una división conocida como el “patriarcado del salario” y más popularizado con la frase de la propia Federici, que dice: “Lo que llaman amor, nosotras lo llamamos trabajo no pagado”. Hoy esas mismas fronteras son más difusas: en la Villa 31 son estas mujeres las que hacen trabajo político, organizan asambleas, arman capacitaciones y también, siempre, cuidan niñxs, lavan y cocinan. Hoy sería interesante volver a pensar la relación entre esos planes sociales y la idea misma de salario porque, cuando se habla sólo de subsidios, queda secuestrada la producción de valor social por la cual este dinero es injustamente etiquetado como dádiva o favor que viene del Estado.

La frontera, sin embargo, aparece bajo otras formas, en el centro del gobierno racista sobre este territorio: por el pasillo siguiente a esas habitaciones limpias y decoradas se levanta el muro que se está construyendo para que no se vea la villa desde el otro lado de las vías, ese borde que linda con la Avenida del Libertador. Es similar al que ya se construyó sobre el otro lado de la villa, el que da a la autopista, con el fin de que no se puedan hacer cortes de ruta cada vez que los vecinxs querían reclamar algo con urgencia.

Al rato, la actividad se desplaza a una canchita de fútbol, ya casi hacia la Villa 31 bis, el doble dinámico y expansivo de la Villa 31. Ya hay más de doscientas mujeres. Muchas tienen pañuelos rojos atados al cuello. Muchísimas son bolivianas. Más tarde llegan otras, con pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Como si los pañuelos blancos quedaran disponibles, capaces de alojar otros colores, otras luchas. Las mujeres pintadas en los carteles que enmarcan la actividad también tienen pañuelos, esos reconocibles de las montañas de Chiapas.

Los varones no son tantos. Algunos se ubican con reposeras por fuera de la asamblea, como espectadores. Hay dos rostros inconfundiblemente masculinos que, estampados en ambulancias de las organizaciones del barrio, custodian el espacio y parecen mirar al más allá: el Padre Carlos Mugica y el Che Guevara.

Una de las organizadoras lee un texto. Cuenta que han trabajado y saboreado el libro que Federici vino a presentar a Argentina: Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Tinta Limón Ediciones). Que han charlado sobre las historias de las brujas y que en esa genealogía puede ubicarse a las piqueteras, a las mujeres de las ollas populares, a las que se animan a caminar los pasillos de la villa a cualquier hora, las que se rebelan en sus casas, y a las que hoy están ahí, también evocando un tipo de aquelarre, con muchos chicos que corren en el medio y otros tantos que se quedaron dormidos.

Después se vienen las representaciones de un grupo de mujeres de la Villa 1.11.14 del Bajo Flores que practican –bajo ensayos de teatro– formas de encarar, decir y poner freno a la violencia contra ellas. Al rato, algunas mujeres del público proponen cambio de guión, se convierten por un momento en actrices y se ganan aplausos. Como una “promotora ambiental”, que se presenta como Jackie y que le pone los puntos a una situación de palpable abuso y se gana la simpatía general. No hay sólo brujas. También guerreras.

Silvia Federici escucha, observa. Y luego, recién luego, habla. Dice que está feliz y agradecida. Que las cosas sobre las que ella escribe las encuentra en este tipo de espacios. Que el disciplinamiento de las mujeres requiere –desde los inicios del capitalismo– volverlas pobres, quitarles sus poderes de curanderas y parteras, despojarlas de sus tierras y de las posibilidades de autoproducción, confinándolas al trabajo reproductivo al mismo tiempo que éste es devaluado y limitado sólo como “trabajo de mujeres”. Que la caza de brujas, como escena predilecta de una expropiación colectiva, no queda sólo en el pasado, sino que insiste y aparece bajo nuevas formas de criminalización, empobrecimiento y violencia contra las mujeres y sus formas de autonomía. Las preguntas se suceden. Algunas con micrófono, otras a los gritos. El sol empieza a ser menos intenso. El naranja del ladrillo a la vista sin revoque produce un efecto de luz que se parece a un fuego, bien distinto del de las hogueras.

Máquinas de la sexualidad
“Sexo limpio entre sábanas limpias”: éste fue el objetivo de la racionalización capitalista de la sexualidad que aspiraba a convertir la actividad sexual femenina en un trabajo al servicio de los hombres y de la procreación. Además, era una forma de sedentarizarlas. Para ellas era mucho más difícil convertirse en vagabundas o trabajadoras migrantes, porque la vida nómada –argumenta Federici– las exponía a la violencia masculina, y por entonces –en el momento de organización capitalista del mundo– la misoginia estaba en aumento. Sin embargo, como ella insiste, esa violencia no quedó como un cuento recóndito de los inicios. Por eso mismo suena tan cercana esta imagen de que todo nomadismo femenino (sea desde tomar un taxi por las noches a abandonar a una pareja) es, cada vez más, ocasión de violencia sexista.

Federici estuvo también en un taller de pedagogía feminista organizado por el equipo de Educación Popular de Pañuelos en Rebeldía, en el barrio de Pompeya. También allí había muchas lectoras de su libro, a esta altura una suerte de manifiesto de cuatrocientas páginas que hilvana historia colonial (sobre la esclavitud en Africa y América), con el poder de medicalización (contra el cuerpo mágico), y la masificación de la prostitución (en simultáneo a la aparición de la figura del “ama de casa”). Este tema en particular, la prostitución, fue eje de discusión. También de las preguntas que le hicieron en La Casona de Flores, donde más de cuatrocientas personas se reunieron para escucharla. Silvia hace esfuerzo por entender la discusión tal como se da en Argentina. A los días de escuchar argumentos dice que es uno de los temas que más divide al feminismo aquí y en el mundo. Sin embargo, subraya dos cuestiones. Por un lado, la diversificación de situaciones de prostitución que incluso desafían las teorizaciones clásicas porque ya no ponen de manera clásica al cuerpo en el centro. Se refiere, por ejemplo, a las modalidades virtuales de las hot-lines o las páginas web que venden conversaciones e imágenes eróticas. “Diría, en primer lugar, que el mundo de lo que llamamos prostitución es cada vez más amplio, variado y cambiante, así como se amplifican las formas de explotación y de servidumbre”, apunta. “Por otro lado, aun si veo que aquí no es una posición que tenga mucha fuerza, creo que hay muchas mujeres, especialmente migrantes que, en el marco restringido de lo que significa optar, encuentran en la prostitución una forma de ganar dinero que evalúan como más conveniente. Esto se debe a que ganan más que en el trabajo doméstico y porque el trabajo doméstico tampoco funciona como lugar seguro frente a abusos sexuales. Entonces, muchas jóvenes dicen que optan por la prostitución como forma de rechazo al trabajo doméstico y debido a la diferencia de dinero. Creo que es un argumento que no puede dejar de tenerse en cuenta. Aun si eso no nos cierra la discusión de si debemos considerarlo o no trabajo”, señala Federici en un intervalo de sus actividades. Además, puntualiza otra diferencia importante, “hay que discriminar entre la criminalización de la prostitución y el intento del Estado de legalizar, que apunta a toda una serie de controles contra las mujeres”.

La prostitución y el trabajo doméstico, dice Federici, deben siempre estudiarse y comprenderse de conjunto. Porque son las mujeres las que, bajo el capitalismo, se convierten en “máquinas productoras de trabajadores”: a esa exigencia se debe el control de la procreación y del trabajo de la reproducción que las mujeres realizan gratis, como trabajo no retribuido, y del cual el capital extrae un beneficio extraordinario.

Así lo estudió en su libro, que empezó siendo un proyecto de investigación con otra feminista italiana, Leopoldina Fortunati, que quería bosquejar la historia de las mujeres en la transición del feudalismo al capitalismo. Terminó siendo un modo de confrontar con la ortodoxia marxista, que señalaba como irrelevante al trabajo doméstico en la acumulación de capital. También un ajuste de cuentas con Michel Foucault que, según las autoras, “funde las historias masculina y femenina en un todo indiferenciado y se desinteresa por el disciplinamiento de las mujeres”, al punto que nunca menciona a las brujas.

Nuevas violencias
Federici cumplió 73 años el lunes pasado, cruzando el charco de Montevideo a Buenos Aires. Recién alojada –junto a su marido, el marxista George Caffentzis– en un hotel del barrio de Once, insistió con que preferían quedarse en la casa de alguien. De actitud militante incansable, no rechaza ninguna propuesta que quepa en su abultada agenda, que seguirá por las ciudades de La Plata y Neuquén. De un vegetarianismo cuidado, debido a que se está reponiendo de una enfermedad, no deja de decir que lo que verdaderamente la energiza es la cantidad de mujeres que encuentra y que no deja de sorprenderse por las repercusiones múltiples que este libro ha logrado en América latina.

Después de su presentación en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, junto con militantes del Frente Popular Darío Santillán-Corriente Nacional, Federici dedicó casi el mismo tiempo de la charla a responder preguntas. Dos días después, en un taller con integrantes de distintos colectivos y coordinado por el Instituto de Investigación y Experimentación Política (IIEP), Federici se explayó sobre las nuevas violencias que la crisis de la forma salarial desata. Los microcréditos que vuelven deudoras a las mujeres y las economías ligadas al narcotráfico que escalan la violencia en las relaciones cotidianas, argumentó, requieren pensar los elementos de autodefensa. Federici dice detectar una guerra que atraviesa micropolíticamente la sociedad post salarial. Tomar conciencia de la guerra y pensar cómo las resistencias pueden desarrollar estrategias sin acomodarse en la tristeza pero sin dejarse tampoco entrampar en el enfrentamiento directo, podrían ser –explicó– objetivos de las luchas y las organizaciones a mediano plazo. Una de las integrantes de una organización que trabaja con mujeres presas en Ezeiza puntualizó también cómo esa guerra traza un continuum con las cárceles cada vez más íntimo. Y cómo en las cárceles, los negocios con el afuera son un modo de disciplinamiento interno. Otra integrante de un centro de salud de la zona sur detalló cómo la presencia misma de las mujeres en el barrio cambia: ya no protagonizan sólo situaciones de lucha comunitaria, sino que también se involucran en funciones muy importantes de una dinámica economía ilegal. Lo cual –se dijo– reorganiza los flujos de dinero que componen nuevos tipos de “salario” y estructura relaciones de poder muy diferentes.

El otro punto que Federici destacó es la guerra en las escuelas por medio de la introducción de fármacos para aquietar a lxs niñxs –“¡lo cual desestima toda idea de guerra contra las drogas, sino que lo que se promueve es lo contrario!”, aclaró– y una estricta batalla que se inculca entre alumnxs bajo el mandato de la competitividad individual. Agrega que la expropiación del conocimiento es un componente fundamental de las privatizaciones que se practican sobre recursos naturales (tierras, aguas, bosques).
Federici sigue camino y se encuentra, nuevamente con aulas llenas, en la cátedra libre Virginia Bolten en la Universidad de La Plata. Dice, otra vez, estar feliz y agradecida. Y vuelve a convocar a las brujas, a las esclavas en las plantaciones del Nuevo Mundo, a su experiencia de confluencia con los grupos del Black Power en los agitados años ’70 en Estados Unidos, a rememorar su experiencia de vida y trabajo en Nigeria, y así abrir la pregunta: ¿cuál es la guerra hoy y contra qué modos de vida?

Pagina12.com.ar/ Verónica Gago/ COMCOSUR MUJER No. 451 – 06/05/2015
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SILVIA FEDERICI II – EL PATRIARCADO DEL SALARIO:
“LO QUE LLAMAN AMOR, NOSOTRAS LO LLAMAMOS TRABAJO NO PAGADO”

Silvia Federici. Teórica y militante feminista italiana. Autora de Calibán y la Bruja (Pez en el Árbol, 2013); la Revolución Feminista Inacabada (Calpulli, 2013); la Revolución en Punto Cero (Traficantes de Sueños, 2013). Federici participó y acompañó luchas de las mujeres por la defensa de las tierras comunales en Nigeria; en los años setenta realizó una campaña por el salario al trabajo doméstico. Sus reflexiones abordan de manera histórica las luchas políticas de las mujeres por producir lo común, con una fértil mirada sobre la reproducción de la vida. En esta conversación que sostuvimos en Puebla, México, nos presenta elementos teóricos para interpretar de manera más amplia el funcionamiento de lo que ella llama el patriarcado del salario. La conversa nos dota de una serie de detalles de la historia del capitalismo que sirven para comprender nuestras luchas.

GTT. Tú has reflexionado sobre las distintas formas de explotación de las mujeres, por ejemplo nombras Patriarcado del salario como una forma específica de dominación, ¿puedes hablarnos sobre ello?

El patriarcado es una institución muy larga y no ha sido universal. Debemos de rechazar esa afirmación que dice que las mujeres siempre han sido oprimidas, primero porque en muchas comunidades las mujeres tenían poder. 2 mil años atrás había formas de matriarcado, yo no puedo aclarar ampliamente como se establecía un matriarcado, pero es importante comprender que la historia ha sido destruida. La idea es entender que el patriarcado ha tenido formas diferentes, las relaciones no se estructuran de la misma manera en todos los sistemas sociales; también el patriarcado no se transmite automáticamente, no es un asunto que continua de forma natural y automática de un siglo a otro, de una sociedad a otra. Las investigaciones históricas han demostrado que con el desarrollo del capitalismo, es decir con el paso del feudalismo al capitalismo, hubo un pasaje violento, porque el desarrollo del capitalismo fue como la contrarrevolución en un momento de crisis del feudalismo. El capitalismo dio una nueva fundación a las relaciones patriarcales; el capitalismo se ha apropiado de los elementos de la relación patriarcal del feudalismo, pero lo ha transformado y ha dado nuevas funciones para sus fines sociales y económicas. Por ejemplo, una diferencia muy grande entre el patriarcado del feudalismo y el patriarcado del capitalismo, es que en el primero, para las mujeres prevalecía un sistema de uso comunitario de las tierras, es decir, las mujeres y los hombres usaban las tierras. En Europa por ejemplo, las mujeres no fueron dependientes económicamente de los hombres, su alimentación no dependía de los hombres. Tampoco en la sociedad feudal estaba la diferencia del tipo de poder entre hombres y mujeres, que en la sociedad capitalista se generó. La relación desigual de poder entre hombres y mujeres en el feudalismo no tenía raíces materiales. La diferenciación venía, por nombrar dos casos, de la formas del uso de la violencia, porque los hombres hacían parte de los ejércitos del poder feudal, los hombres componían los ejércitos y las mujeres no; otro caso es el de la diferencia de poder que estaba justificada en la religión, pues ésta tenía una función de diferenciación. Todos los sistemas sociales que han explotado el trabajo humano, han explotado a las mujeres en una medida particular, porque las mujeres son las que producen trabajadores, cuando hay un sistema social que explota el trabajo humano, éste cerca e intenta controlar el cuerpo de las mujeres, porque el cuerpo de las mujeres genera riqueza, mano de obra, cocinan. El capitalismo es una forma de explotación específico que tiene relaciones diferentes.

GTT. Podrías explicarnos más sobre las diferencias entre el sistema de explotación capitalista y el sistema de explotación feudal.

Una primera diferencia es que el capitalismo es el primer sistema social que funda su riqueza y su acumulación sobre el trabajo humano. Todos los sistemas de explotación precedentes, siempre han visto la riqueza no como trabajo humano, sino como tierra, bosques. El trabajo humano era importante para construir, crear, cultivar. Pero la riqueza fue conceptualizada por la riqueza material. Con el capitalismo cambia.
GTT. ¿Cambia la noción de riqueza?

Si, cambia la concepción de la riqueza social. Esto lo dicen los primeros economistas del capitalismo, dicen que la riqueza no es la tierra, la riqueza es el trabajo humano. Entonces comienza con el capitalismo una concepción del trabajo humano nueva, como algo que se puede intensificar, que se puede desarrollar, que puede tener nuevas formas de productividad, así como se cultivaba la tierra, así se cultiva el trabajo humano. El objetivo era medir cuanta fuerza de trabajo había. Es por esto, que en el desarrollo del capitalismo en su primera fase, lo que puede verse es una acumulación inmensa de trabajo humano, se ve esclavitud, millones y millones de personas traficadas para el trabajo esclavo. Segundo, la colonización es un evento que ha dado a los europeos el control de millones de personas, de trabajadores de las nuevas tierras que invade. Es en estas condiciones en que se comienza a usar la pena de muerte para prohibir a las mujeres que usen anticonceptivos o se persigue a las que abortan. Comienza una intervención directa para apropiarse del cuerpo de las mujeres. Por eso se habla de las mujeres como máquinas productoras de trabajadores. Eso yo lo pongo en contextos de esta hambre de trabajo que el capitalismo tiene. Esto promueve formas diferentes de patriarcado y por ello nuevas formas de relaciones sociales comienzan a conformarse, porque hay un control del Estado sobre el cuerpo de las mujeres; se inicia un control de la procreación y del trabajo de la reproducción. Las mujeres deben de procrear trabajadores y cuidarlos todos los días y deben hacerlo en condición invisible, en condiciones no pagadas, porque de ésta manera se reproducen de una forma muy barata. El capital puede tomar toda la riqueza que los trabajadores producen, pueden tomar toda la riqueza porque las mujeres producen trabajadores casi gratis.

GTT. ¿Y aquí es donde el salario produce una forma de patriarcado?

En este sistema el Estado y el capital, controlan el cuerpo de las mujeres y se apropian de su trabajo a través del sistema del salario. El sistema del salario no solamente controla el trabajo de los asalariados, porque si lo pensamos como una relación, éste moviliza a dos trabajadores; con un salario se moviliza al hombre y la mujer que lo reproduce, le pagan a uno, pero trabajan dos. Entonces moviliza una gran cantidad de trabajo no pagado. El salario amplía la explotación, porque no solamente toma el trabajo del hombre que está en la fábrica o en la oficina, sino que también el trabajo de la mujer que lo reproduce diariamente, la que cocina, la que cría a los hijos. El capital acumula, porque hay mujeres que trabajan por casi nada, no completamente para nada, porque de la mujer comen, etc. Con el salario se puede controlar directamente el trabajo de las mujeres a través del sistema de la familia y el matrimonio. El matrimonio es un sistema fundamentalmente laboral, es el medio por el cual el capitalismo hace trabajar a las mujeres para que reproduzcan su fuerza de trabajo obrero. El salario es la medida para conformar la familia, porque es ahí donde se obliga a las mujeres a reproducir trabajadores. Yo creo que cuando se ve esto se comprende por qué se puede hablar de un patriarcado del salario, porque el salario toma el trabajo de la mujer y también la controla a ella. El hombre se convierte en el delegado, porque el capital y el Estado delegan en el trabajador el poder de controlar y golpear las mujeres si no cumplen con esa función. Así como los señores que dominaban las plantaciones tenían a los supervisores que controlaban el trabajo de los empleados, se puede decir que los hombres controlan a las mujeres.

GTT. ¿Qué formas cobra este tipo de control, además de los que ya nos has comentado?

Todo esto se hace invisible por lo que se llama amor. El capitalismo también se ha apropiado y ha manipulado la búsqueda de amor, de afectividad y de solidaridad entre todos los seres humanos; lo han deformado, usándolo como una medida para extraer trabajo no pagado. Por eso yo escribí. “Eso que llaman amor, nosotras lo llamamos trabajo no pagado”.

GTT. ¿Le dicen amor al trabajo no pagado?

Si porque en la familia se dice amor, dicen que por amor se limpia y se cocina, que todo se hace por amor. Confunden amor con un servicio personal. El amor es un sistema que obligaba a muchas mujeres que no tenían posibilidades de sobrevivencia y el matrimonio era como tomar un empleo. Por mucho años, hasta la generación de mi madre, ocurría que si no te casabas ¿Qué harías? Pobrecilla, porque estás sola, muchas veces estabas en la casa de tu hermana que si estaba casada y ella ayudaba, porque es muy difícil tener un empleo y si se tenía un empleo no podías tener una vida social. Esas mujeres que no se casaban eran consideradas como desdichadas, por eso muchas mujeres compiten entre ellas por un hombre bello y con un buen salario. Por eso tu mamá te prepara, te orienta para arreglarte, que no salgas despeinada a la calle, que siempre estés de buen humor y que aprendas a hacer labores domésticas. Mi madre me amenazaba: “Si tu continuas así, ningún hombre se va a casar contigo” porque se sabe que casarse significa obedecer, hacer trabajo domésticos y si tú eres una buena mujer, él va a mantenerte, él te va a dar una posición social. Pero en el matrimonio un hombre te puede golpear y lo que van a decir, es que lo tienes merecido porque seguramente no lo obedeciste, porque no hiciste el amor cuando él lo quería. En el matrimonio se presume que él compra tu cuerpo y que siempre tienes que estar a su disposición. A todo esto muchas luchas feministas han dicho que ni el hombre, ni el matrimonio tienen derecho absoluto a tu cuerpo. Si tú dices que no, es no.

GTT. Es interesante hacer una revisión del amor romántico por este mundo de la reproducción.

¡Ah! el amor romántico donde las vidas se funden, pero se funden en la voluntad del hombre. Yo quiero escribir un libro sobre el amor y la sexualidad. La causa de tanta pena de las mujeres y su sentido de valor depende de si estas o no casada, si un hombre te quiere o no te quiere. Yo he visto muchas veces, que aunque a un hombre no lo aman tanto, cuando acaban las relaciones, las mujeres se sienten desvalorizadas y con penas. Por eso quiero escribir ese libro, no sé si con eso se puede hacer la revolución pero con eso se puede aliviar la pena. Un asunto que no quiero olvidar es que el sistema del salario crea la familia como una formación social jerárquica, donde el hombre es el patrón, el representante del Estado y la mujer debe ser sometida, puede ser obligada a hacer todo el trabajo de reproducción. Entonces el salario crea una división, porque con la creación de la división sexual del trabajo crea una división que rompe el frente unido de la lucha. Por eso yo digo que es importante que los hombres comprendan que esa relación de poder los destruye a ellos también. Si se comprende que un hombre colabora con el capital, cuando esté contento con ser el patrón de la familia, cuando se siente fuerte porque es superior a la mujer y puede golpearla o humillarla, él no sabe que refuerzan sus cadenas con respecto de la dominación, porque hace que no puedan luchar juntos hombres y mujeres. Es importante comprender que el conflicto que se produce en el trabajo asalariado y el trabajo no asalariado, crea una jerarquía laboral y se crea una naturalización de la explotación de la mujer. Por eso creen que el trabajo doméstico pertenece a la naturaleza de la mujer y contra eso es lo que hay que luchar. A veces se piensa que si se lucha contra el trabajo doméstico se es una mala mujer, que no ama a su marido, etcétera. Y no se trata de eso, el trabajo doméstico es un sistema de explotación que usa el amor, usa las relaciones entre hombres y mujeres.

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(Tomado del libro A campo traviesa. Los caminos de Mario Costa)
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