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LA REPÚBLICA MINERA DEL NORTE – comcosur al día 2165 – 02.05.2018

COMCOSUR AL DÍA:
1) LA REPÚBLICA MINERA DEL NORTE /Víctor L. Bacchetta
2) EL NUEVO CAMPEÓN SUIZO FRENTE AL DESAFÍO DE LA INTEGRACIÓN /Sergio Ferrari
3) JULIO CORTÁZAR Y LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA NOVELA / Kintto Lucas
4) URUGUAY: ¿LA IZQUIERDA AL SERVICIO DE LA DERECHA? /Luis E. Sabini Fernández
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COMCOSUR AL DÍA / AÑO 19 / Nº 2165 / Miércoles 02.05.2018
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1) LA REPÚBLICA MINERA DEL NORTE

Casi no se habla de la extracción de ágatas y amatistas en Artigas, pero la minería ha pasado a dominar la vida del departamento con reglas propias al margen de las vigentes en el país.

Por Víctor L. Bacchetta / Sudestada, 30/04/2018

“Para todas las áreas en este país, el Uruguay hace leyes como si fuéramos del Primer Mundo, pero no somos del Primer Mundo. Después quedamos con este problema: la ley allá arriba, la realidad acá abajo y veinticinco mil conflictos en el medio”, dijo a Sudestada el director de Desarrollo Productivo de la Intendencia de Artigas, Rodolfo Caram, al justificar así los conflictos generados en ese departamento por la explotación de piedras semipreciosas, ágatas y amatistas.

Con el respaldo institucional de los gobiernos nacional y departamental, así como del sistema político en pleno – en la última elección municipal, los candidatos a Intendente de todos los partidos firmaron un compromiso de apoyo al sector -, sumado con una ostensible complicidad de los organismos del estado fiscalizadores de esa actividad, los mineros ejercen un predominio avasallador sobre la sociedad artiguense, que se traduce en graves conflictos sociales y ambientales soterrados.

El problema no son las leyes, sino la falta de voluntad política para aplicarlas. El Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, tanto a nivel nacional como departamental, poseen las atribuciones para autorizar proyectos mineros, controlar su ejecución y sancionar los incumplimientos. Si esto no funciona, la responsabilidad es de los titulares de esos poderes pero, si el sistema político-partidario los respalda, desaparecen los límites para la defensa de los derechos de los ciudadanos de a pie.

Víctor L. Bacchetta / Sudestada, periodismo y transparencia
COMCOSUR AL DÍA / MIÉRCOLES 02 DE MAYO DE 2018
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2) EL NUEVO CAMPEÓN SUIZO FRENTE AL DESAFÍO DE LA INTEGRACIÓN

Young Boys, fútbol e inmigración
* Iniciativa contra el racismo
* Escenario de un film contra la homofobia

Por Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza

Rompiendo con el maleficio de 32 años de sequía total, Young Boys (YB, “ibé”), conquistó el último fin de semana de abril el campeonato suizo de fútbol a cuatro jornadas de su formal clausura. Un agónico segundo gol en el minuto 89 ante su rival Lucerna – 2 a 1 resultado final-, abrió las puertas del festejo del 12do título de su historia. El club de Berna sostiene activamente desde hace veinte años el combate contra el racismo.

El nuevo “Estadio de Suiza”, emplazado en el mismo lugar del antiguo “Wankdorf”, -que albergó la final del Mundial de 1954 con la victoria alemana por 3 a 2 frente a Hungría-, explotó de júbilo que se extendió luego hasta el domingo a la mañana en toda la capital helvética. 31 mil espectadores junto a otros tantos miles de capitalinos festejaron durante horas el sueño pospuesto durante tres décadas y que decreta el fin de la supremacía futbolera ininterrumpida durante los últimos ocho años de su principal rival, el club Basilea.

Integración y multiculturalidad

Doce de los dieciocho jugadores inscritos para el partido donde YB se acaba de coronar son extranjeros o cuentan con doble nacionalidad, es decir la suiza y otra. Y de ellos, la gran mayoría, tienen raíces o pasaportes africanos y son negros.

Goles son amores, dice el dicho popular. En la temporada completa, 14 pertenecen al francés de tez cobriza Guillaume Hoarau, nacido en la índica Isla de la Reunión, antigua estrella del Paris Saint Germain y hoy ídolo de la afición bernesa por su efectividad y su dedicación complementaria a la música popular. 12 son obra del marfileño Roger Assalé, que con apenas 24 años es ya uno de los jugadores más famosos de Costa de Marfil. Y otros 12, del joven internacional camerunés Jean-Pierre Nsame, -que cuenta también con la nacionalidad francesa-, autor del “gol del campeonato”, el sábado 28 de abril, a un minuto del silbato final.

Si adelante la presencia africana fue decisiva para esta coronación bernesa, en la defensa y el medio, no deja de ser menos importante. El ghanés Kassim Adams Nuhu de apenas 22 años es uno de los cerrojos centrales. En el lateral derecho, Kevin Mbabu, suizo originario de la República Democrática del Congo, se convirtió en una de las atracciones principales del equipo. El marfileño Sékou Sanogo, dirige el medio centro, y el internacional camerunés Nicolas Moumi Ngamaleu, quien entrara en el segundo tiempo, destella con apenas 23 años como medio ofensivo.

Entre los suplentes de la última jornada, los defensores Gregory Kwesi Wüthrich, suizo de origen ghanés, y Jordan Lotomba -helvético, congolés, angolano-, completan un plantel fuertemente marcado por el color de piel negro o mestizo, por el estilo de juego intuitivo y ofensivo, y por el destaque atlético propio del continente africano.

El cuarto principal atacante “bernés”, un zurdo de técnica incomparable, es el serbio Miralem Sulejmani, con once goles e incontables asistencias. Completando la larga lista de extranjeros, el austríaco Thorsten Schick y el arquero suplente temporal, el francés Alexandre Letellier.

Amplia presencia internacional que no resulta una casualidad para un club que desde 1998 promueve activamente la lucha contra la xenofobia. La asociación “Halbzeit” (“Entretiempo”), muy activa en el medio deportivo y cultural, creada por personalidades de primer nivel ligadas a YB y sus iniciativas “Juntos contra el Racismo” constituyen ya una realidad entre la hinchada y en la opinión pública helvética.

Amplitud socio-cultural que va más allá de la migración y toca otras temáticas de gran actualidad. YB ha puesto a disposición no solo sus colores sino su estadio para la producción del film “Mario” que acaba de ser estrenado en las salas nacionales y que trata sobre la homosexualidad de dos jugadores de fútbol confrontados a la encrucijada profunda entre sentimientos y éxito deportivo.
Trampolín hacia las grandes ligas…

La victoria de YB se da en un momento de pleno ascenso del fútbol en este país alpino. Suiza, apenas atrás de Argentina, ocupa el sexto lugar de la clasificación FIFA, delante de potencias como Francia y España. Clasificada brillantemente para el Mundial de Rusia, fue co-organizadora del europeo del 2008, -junto con Austria- fungiendo el Wankdorf de Young Boys, en esa ocasión, como una de las sedes.

Remontada deportiva que se explica, en parte, por la presencia revitalizadora de numerosos jugadores extranjeros, en particular africanos, en la liga helvética. Así como por la gran cantidad de inmigrantes, incluso refugiados nacionalizados, que hacen parte de la selección nacional helvética. Sin subestimar las consecuentes políticas de formación, de abajo hacia arriba, que promueve la mayoría de los clubes de barrios, ligas asociativas y los equipos que compiten a nivel regional o nacional.

No sorprende que el astro egipcio del Liverpool, Mohamed Salah, uno de los mejores jugadores actuales en el Viejo Mundo, brillara en el club suizo de Basilea (2012-2014), desde donde se proyectó hacia la liga inglesa, pasando previamente por la Fiorentina y la Roma.

Suiza, se ha convertido así en una puerta de entrada privilegiada de talentos internacionales, especialmente de países del Sur. En escenario de una acelerada integración multicultural en lo deportivo de punta. Y en tránsito predilecto de jugosas transacciones deportivo-financieras, que facilitan que jóvenes con grandes aptitudes deportivas que llegan al país se potencialicen en pocos años -e incluso a veces en pocos meses- para alimentar los principales clubes europeos de los cuales, todavía, el fútbol helvético se ubica bastante por detrás.

Apenas unas horas después del gran festejo de su campeonato, YB aparece ya en las especulaciones financieras de la gran prensa suiza. El periódico SonntagsBlick del domingo 29 de abril especula que cinco de las estrellas bernesas, todas de color, podrían engrosar en las próximas horas el mercado internacional de pases, con un valor de mercado total oscilante en los 55 millones de dólares.

Finanzas, multiculturalidad, inmigración integradora, lucha contra el racismo…Lógicas confundidas con fútbol como pasión detrás de un título pendiente desde hace 32 años.

Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza
COMCOSUR AL DÍA / MIÉRCOLES 02 DE MAYO DE 2018
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3) JULIO CORTÁZAR Y LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA NOVELA

Por Kintto Lucas

¿Qué habrá sospechado Alicia en ese minuto decisivo, ese fugaz minuto que escapó volando -antes que ella- y atravesó el espejo rumbo al país de las maravillas? Seguramente no sospechó que las bellas, pequeñas y sofisticadas máquinas con las cuales iba a encontrarse cambiarían totalmente la historia de su vida. No. No lo sospechó siquiera y ella también, como el minuto, atravesó el espejo y entró en la computadora. Y en ese país de las maravillas, que ya no era el mismo de antes, el que alguna vez había visitado, la reina de los robots la perseguía por el largo camino que llevaba hacia el satélite de cristal. Pero Alicia ya no tenía la seguridad de que tarde o temprano llegaría sana y salva a su destino como antes, dependía de quien manejara el computador. Tal vez el niño que lo hacía decidía que ella debería ser presa por la reina de los robots y la dejaba detenida para siempre en la laguna de los encierros, y no regresaba jamás a casa, o tal vez decidía convertirla en pájaro y regresaba a casa volando. El final ya no pertenecía a quien la había creado y mucho menos a ella… Esa incertidumbre sobre el final de la historia de Alicia podría pasar con cualquier historia. Cualquier mundo podría ser transformado, cualquier personaje podrá vivir distintas realidades cualquier final podrá tener muchos finales, de acuerdo al lector.

A pesar de, tal vez, romper las normas académicas, inicio con este pequeño texto para ejemplificar la utilización de la metaficción en la actualidad. La computadora permite crear una verdadera historia metaficcional interactiva, multiplicando la imaginación y la creatividad entre el escritor y el lector que deja de lado su papel pasivo. Hoy, distintas plataformas informáticas o las propias redes sociales permiten un intercambio directo entre escritor y lector. Se está construyendo una ficción literaria que cuestiona la propia ficción, al punto de poner en duda en qué momento la obra es ficción o realidad. Esto genera ciertas interrogantes. ¿La creación literaria se democratiza? ¿Se destruye la literatura?

Sin embargo, está realidad que estamos viviendo hoy, no tuvo su génesis en los ingenieros informáticos, en quienes crearon programas de hipertextos, tiene su origen en la novelas metaficcionales. Estas novelas, en un comienzo experimentales, buscaban involucrar al lector en la ficción, buscaban despertar los sentidos del lector, advirtiéndole que lo que estaba leyendo era ficción y podía intervenir en el desenlace. De alguna forma el escritor de una novela de metaficción, quería decirle a lector: esto que estás leyendo es inventado, por lo tanto tu tienes el derecho a intervenir, lo límites entre la realidad de esta historia inventada por mi y la ficción propiamente dicha los pones tú. Es un llamado al lector a cuestionar los cordones de la verosimilitud y la relación entre ficción y realidad. Cómo señala Francisco Orejas, la metaficción literaria cuestiona al realismo narrativo:

Obras de ficción (fundamentalmente en prosa, de carácter narrativo) escritas a partir de los años sesenta (lo que no significa que la tendencia haya surgido en ese momento), que exploran los aspectos formales del texto mismo, cuestionan los códigos del realismo narrativo (en ocasiones, sirviéndose de ellos) y, al hacerlo, llaman la atención del lector sobre su carácter de obra ficticia, revelando las diversas estrategias de las que el autor se sirve en el proceso de la creación literaria. Sus aspectos más destacados son la autoconsciencia, la autorreferencialidad, la ficcionalidad y la hipertextualidad.” (Orejas, 2003, pp. 113)

Luis Veres, por su parte, caracteriza a la metanovela por la intención del autor “de dificultar al lector una lectura inocente del texto, recordándole constantemente la naturaleza artificiosa del texto con el intento subyacente de estimular una reflexión sobre la función y los mecanismos de la literatura y, por ende, de la realidad” (Veres 2009, pp. 1)

Tanto Orejas como Veres, colocan al escritor de una metanovela, como una persona cuyo propósito es estimular en el lector la reflexión filosófica del sentido de la literatura y los mecanismos utilizados en la creación literaria.

Si bien, en buena parte esa es la intención, creo que hay algunos escritores que utilizaron la metaliteratura como una forma de involucrar al lector de darle una mayor participación en la acción de la trama, no solamente en la reflexión. Se busca que el lector a veces pueda ser una especie de coautor o incluso personaje de la novela, según como se quiera asumir. Tal vez el mejor ejemplo de esa apertura a la participación directa del lector es Rayuela, de Julio Cortázar.

La aclaración del comienzo de Rayuela es elocuente. Ahí está clara la intención de Cortázar de provocar al lector e invitarlo a que siga su propio camino. Es una forma de decirle: aquí está mi novela, sin embargo no te voy a llevar de la mano por la trama, tu tienes la libertad, de buscar tu propio camino, o construirlo. Le está diciendo al lector que puede ser coautor y, tal vez, personaje si quiere serlo, sino puede seguir siendo un simple lector.

TABLERO DE DIRECCIÓN: A su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El lector queda invitado a elegir una de las dos posibilidades siguientes:

El primer libro se deja leer en la forma corriente, y termina en el capítulo 56, al pie del cual hay tres vistosas estrellitas que equivalen a la palabra Fin. Por consiguiente, el lector prescindirá sin remordimientos de lo que sigue.

El segundo libro se deja leer empezando por el capítulo 73 y siguiendo luego en el orden que se indica al pie de cada capítulo. En caso de confusión u olvido, bastará consultar la lista siguiente: (Cortázar, 1963, pp. 1)

La metaficción tiene raíces lejanas en el propio Quijote, pero uno de los primeros que asumió su papel fue Macedonio Fernández, y lo explica señalando que él quiere ganar al lector como personaje. Su influencia en la obra de Cortázar, se evidencia claramente en Rayuela. Si Macedonio Fernández buscaba un lector-personaje, Cortázar busca un lector-cómplice en todos los sentidos: cómplice del autor, cómplice de los personajes, cómplice en el padecimiento de crear una novela:

«…la de hacer un cómplice, un camarada de camino. Simultaneizarlo, puesto que la lectura abolirá el tiempo del lector y lo trasladará al del autor. Así el lector podría llegar a ser copartícipe y copadeciente de la experiencia por la que pasa el novelista, en el mismo momento y de la misma forma» (Cortázar, Capítulo 79)

De la misma forma que busca un lector activo, que llama al lector a transgredir las supuestas normas de la novela, Cortázar da el ejemplo y transgrede las normas, entonces Morelli puede ser personaje, autor, lector y crítico, puede asumir varias voces. ¿Cuál es la voz de la realidad? ¿Cuál es la voz de la ficción?

Pero para seguir rompiendo las normas, vuelvo al comienzo. Hoy con la tecnología informática podríamos construir una novela verdaderamente abierta, como lo intentó Cortázar con Rayuela, como lo intentaron tantos sin conseguirlo finalmente conseguirlo. A través de plataformas informáticas, de redes sociales como Facebook se puede construir una novela que se va leyendo y según lo que se va opinando, las páginas que siguen pueden ser distintas.

En el 2018 puede ocurrir que no aceptemos algunos hechos ocurridos en el año 70, entonces le cerremos esas alternativas. Participaría de la misma el azar y el tiempo transcurrido; permite a un escritor hacer una obra de fabulosa magnitud, una obra que ya no sería de él, sino de todos los que pueden acceder a ella. Y él autor, a su vez luego puede volver a leerla e introducirle otras alternativas. La novela se humaniza porque el lector participa de verdad..
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Al leer Rayuela, por ejemplo, nos enterábamos de todas las variantes que se le habían ocurrido a Cortázar. En una creación colectiva, usando las tecnologías informáticas, no pasaría eso porque permitiría dejar leer las variantes según la opinión de cada uno sobre el hecho anterior.
Vuelvo a las preguntas mencionadas anteriormente. ¿La creación literaria se democratiza? ¿Se destruye la literatura? Tal vez la literatura de humaniza, como decía el escritor e ingeniero uruguayo Juan Grompone, al principio de los 90, mencionando las tecnologías que recién se estaban creando y cuando todavía no existían redes sociales.

Tal vez la literatura se democratiza. En todo caso, más allá de las posibilidades actuales, Julio Cortázar utilizó la metaficción como una forma de democratizar la literatura, de humanizarla. Entonces, Rayuela, entre otras cosas, también es ejemplo de esa intención.

Bibliografía

Cerón, Sebastián. Las morelianas de Macedonio o los prólogos de Cortázar, en VIII Congreso Argentino de Hispanistas, 2007.
Comes Peña, Claudia. Vedeoconferencia, UNIBA, 2018.
Cortázar, Julio. Rayuela, Oveja Negra, Bogotá, 1963.
Fernández, Macedonio. Museo de la Novela de la Eterna, 1967.
Juan-Navarro, Santiago. Un tal Morelli: teoría y práctica de la lectura en Rayuela, de Julio Cortázar. Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, No. 16 (2), 1992.
Lucas, Kintto. El arca de la realidad: de la cultura del silencio a wikileaks, Ciespal, Quito, 2013.
Orejas, Francisco. La metaficción española contemporánea, Arcos, Madrid, 2003.
Shaw, Donald L. “Macedonio Fernández”. En Nueva narrativa hispanoamericana.
Torres Perdigón, Andrea. La noción de metaficción en la novela contemporánea, Université Paris Sorbonne, París, 2011.
Torres Perdigón, Andrea. ¿Quién ve, quién narra? Museo de la Novela de la Eterna y La ciudad ausente, 2011.
Veres, Luis. Metaliteratura y cultura posmoderna, Capítulo 1, Editorial de la Universidad de Granada, Granada, 2019.
Waugh, Patricia. Metafiction, the theory and practice of self-conscious fiction, London, Routledge (1ª edição: 1984), 2003.

Kintto Lucas (Ecuador)
COMCOSUR AL DÍA / MIÉRCOLES 02 DE MAYO DE 2018
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4) URUGUAY: ¿LA IZQUIERDA AL SERVICIO DE LA DERECHA?

IRONÍAS DE LA HISTORIA

Por Luis E. Sabini Fernández

¿Quién habría imaginado a comienzos de los ’60 que muchos de los más radicalizados de la izquierda uruguaya iban a defender a represores institucionales? ¿Quién habría de imaginar en esa época de insurgencia estudiantil y de abordajes a la utopía, que muchos de sus titulares iban a defender un golpe de estado o aceptar instituciones de “la seguridad nacional” auspiciada por los represores del “estado burgués”?

Ningún uruguayo, ningún oriental, espontáneamente, podría haber aceptado semejantes maridajes.

Sin embargo, conociendo un poco de historia no habría sido tan increíble. El papel de mucha izquierda en la Revolución Rusa y en su consolidación estalinista; en la llamada Revolución Española y su descaecimiento; en el ascenso del nazismo en Alemania, ha sido ése. Innegable aunque haya sido tan escamoteado en la prensa generalmente progre o de izquierda (¡a lo largo de casi todo el siglo XX!). Al punto que hasta se podrían rastrear razones no explícitas (dejando de lado los casos de provocadores, infiltrados y soplones, que también han cumplido su lastimoso papel al respecto). Pero no es el momento de rastrear esas curiosas y significativas metamorfosis de la historia en tantos sitios. Limitémonos a un episodio uruguayo, uruguayísimo.

Tomemos el galimatías jurídico de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. Julio Sanguinetti, figura clave en la elaboración de dicha ley, hizo su jugada maestra mediante un gambito, iniciado el 8 de marzo de 1985, con ley de amnistía que amparaba a los tupamaros que acababan de cumplir 13 años de prisión (aunque alcanzaba ─y aquí está la frutilla de la torta─ también a quienes habían evitado la cárcel e incluso a quienes habían sido reclamados por “delitos de sangre” y habían huido fuera de fronteras). Con amnistía o con conmutación de penas, “todo el mundo” tupamaro, los integrantes del MLN (y de organización menores) quedaron libres de culpa y cargo.

En 1986 ─estábamos viviendo los reacomodos del país tras el brutal cimbronazo de la crisis, la violencia guerrillera y la represión indiscriminadora del terror público, estatal─, los artífices políticos del momento, creen llegado el momento de “cumplir” con los militares las promesas del Pacto del Club Naval y, a través de la influencia clave de Julio M. Sanguinetti y Wilson Ferreira Aldunate, anudan la Ley de Caducidad.

Algo que no se podía aprobar simultáneamente en 1984, cuando la liberación de los presos políticos, porque la huella odiosa de la dictadura estaba fresca y la prisión de tantos años (de tupamaros y otros luchadores políticos) patentizaba su rol de víctimas.

Había que dejar pasar un tiempo, para hacer semejante juego de la mosqueta.

La acción guerrillera había recaído sobre actores sociales muy precisos; empresarios expropiados, policías desarmados, cuerpos represivos golpeados e incluso asesinados (aunque por el estilo o el método empleado, sobrevinieron también varios “daños colaterales” sobre habitantes totalmente inocentes o ajenos). Pero la acción represiva oficial generalizó el terror sobre buena parte de la población y dañó y mató mucha población porque la intención fue, precisamente, postrar a la sociedad en general, bajo el terror. Algo ajeno a la estrategia guerrillera, al menos en esa etapa, de subversión. (1)

Así que toda equivalencia entre la amnistía y la caducidad está viciada de origen. La amnistía amparaba a quienes habían actuado puntualmente; la caducidad amparaba a quienes habían maltratado a toda o casi toda una sociedad.

Y aquí viene el punto: la izquierda, fundamentalmente la izquierda tupamara, aceptó el trapicheo, reconoció un interés común en la defensa de amnistías y caducidades. Con representantes conspicuos de esa “alianza”, como Eleuterio Fernández Huidobro. El tristemente más destacado, pero no el único. En esa estela, han navegado, navegan, M. Rosencof, J. Mujica, J. Marenales, D. Cámpora y muchas otras acrisoladas figuras sobre todo de la llamada dirección. Si nos dejamos llevar por las consideraciones de refractarios al pacto y a la “política” de EFH, tendríamos que inferir que la mayoría o una buena parte de la camada tupamara aceptaron el trapicheo que venimos señalando.

Esto no significa desconocer u olvidar todos los militantes y combatientes, a menudo esforzados, que han pagado con cárcel, exilio o la misma vida el sostenimiento de sus convicciones. Que podemos compartir o no.

Porque una cosa es “la revolución” (siempre bastante mitificada) y otra es conseguir mejores jubilaciones con pocos años de trabajo (más otros, a veces muy duros, es cierto, de cárcel) en tanto que laburantes que han trabajado 35 o 40 años en el país cobran un mendrugo; una cosa es reconocer o respetar a los poquísimos militares que han actuado correctamente y otra proteger a militares asesinos o cómplices de asesinatos, como el de un asesor de Pinochet, por más que el susodicho, E. Berríos, fuera un investigador científico deleznable…

En general, haber sido contemporizador o cómplice con las “movidas” militares del 9 de febrero o del 27 de junio de 1973, como sucedió con casi toda la izquierda incluyendo las dos principales organizaciones, tupamaros y tapamuros (comunistas) es lo que se expresará años después, con “la recuperación democrática” en el Pacto del Club Naval, en la amnistía “general e irrestricta”, en el engendro de la Caducidad.(2)

Aquellos polvos trajeron estos lodos. Nada distinto podía depararnos lo que se tipifica como derecha; está para defender lo estatuido, la injusticia dominante. Pero quienes han acarreado buena parte de nuestra lastimosa herencia han sido los que suelen considerarse “de izquierda”.

Notas:

(1) Hubo un episodio, en 1970, que dio pistas para lo que podría pasar una vez obtenido el triunfo guerrillero. El MLN, previa inteligencia, copó instalaciones de Nybroplast para dar Hubo un episodio, en 1970, que dio pistas para lo que podría pasar una vez obtenido el triunfo guerrillero. El MLN, previa inteligencia, copó instalaciones de Nybroplast para dar a conocer a su personal una proclama; operativos que hizo el MLN con frecuencia, buscando darse a conocer, socializando sus objetivos. El copamiento fue defectuoso: mientras “dialogaban” con el personal, un sereno que no había sido advertido se comunicó telefónicamente con la policía. Cuando los guerrilleros abandonaban las instalaciones en vehículos, los del primero ni siquiera advirtieron dificultades, pero los siguientes debieron enfrentar el cerco. No hubo muertos, pero sí varios detenidos.
La dirección tupamara evaluó el operativo; no sé si hubo críticas a los defectos del copamiento, pero sí se resolvió “ajusticiar” al sereno. Suponemos que “por buchón”. Sin embargo, el sereno había apenas cumplido con su deber. El mensaje entonces fue: si estás de acuerdo aplaudí, ¡si estás en contra, obedecé! Pensemos por un instante lo que sería esa política dentro de toda una sociedad: recibe el nombre de totalitaria.

(2) Hubo honrosas excepciones. En febrero, dentro del FA apenas la figura aislada de Carlos Quijano y seguramente otros miembros de “su” agrupación, ANDS. Fuera del FA, los exanarcos de ROE-OPR y los llamados prochinos. Hubo también otros objetores; colorados como A. Vasconcellos, y W. Ferreira Aldunate y su agrupación del PN. En junio, hay para todos los gustos: el PC prosiguió con su antibordaberrismo excluyente, apoyando a los militares torturadores como en febrero, pero empujado a la clandestinidad, pocos días después del 27/6 pasó a ser crítico acérrimo de este golpe de estado; el PS que en la secuela de febrero brindó con su líder V. Trías apoyo al peruanismo quedó, en junio proscrito por la dictadura; Seregni, prescindente en febrero fue en julio de 1973 degradado y puesto en prisión durante 9 años.

Luis E. Sabini Fernández – revistafuturos.noblogs.org/
COMCOSUR AL DÍA / MIÉRCOLES 02 DE MAYO DE 2018
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. Carlos Marx
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