1) Argentina: Los activismos multiplicados
2) Mujeres Nobel de la Paz: por la no-violencia, la paz, la justicia y la igualdad
3) El Salvador: Mujeres en el Rap Creando espacios
4) México: Marichuy, primera indígena candidata a la presidencia
5) Nuevas formas de desigualdad: el alquiler de úteros como extractivismo
6) Soy mujer, escucha mi rugido
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COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 13 / No. 537 / Lunes 23 de octubre de 2017 / Producción: Beatriz Alonso
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Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” ― Rosa Luxemburgo
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1) Argentina: Los activismos multiplicados
Pagina 12 / Sonia Tessa
¿Qué se lleva cada una de las que vuelve cada año del Encuentro Nacional de Mujeres a su casa, a su cotidianidad? Hay tantas respuestas como asistentes, claro está, pero se podría ensayar una, en construcción: se lleva la riqueza de haber compartido tres días en los que las identidades contrahegemónicas toman la palabra en los talleres y las plazas, gritan sus verdades desde las inscripciones en el cuerpo, desde las pancartas, desde los fanzines, desde los stickers y la indumentaria (“Fanática de los boliches”, decía una remera, haciendo potencia aquello que un diario usó para descalificar a Melina Romero, víctima de un femicidio aún impune). Se lleva esa posibilidad de verse las caras sin jerarquías pero sobre todo se lleva el entusiasmo de convertir en acción militante, en activismo, aquello que se logró plasmar colectivamente en cada taller, en cada actividad paralela, en las asambleas que fueron un lugar de encuentro alternativo para plantear líneas de acción durante todo el año.
Muchas llegan organizadas en sus partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales, y su participación en el Encuentro lo que abre es nuevas líneas de interpelación a esos espacios. Saber con otras que no se trata de una pelea individual sino que es la trama de muchas voluntades la que logrará interpelar al machismo de cada institución. Y otras, las que van sueltas, no siempre se vuelven activistas pero muchas, muchas, deciden durante esos días potentes que pueden pasar a la acción, que hacer con otrxs es la mejor forma de encontrar un cauce para los dolores, las violencias, los despojos que se fueron expresando y desandando en los talleres. No sólo ahí. En la marcha torta, en la plaza, en cada lugar se trama algo por hacer.
El año pasado se creó el Frente nacional por la Educación Sexual Integral y este año, la propuesta fue ampliarlo a las provincias en las que no existe aún. También en 2016 se dio el puntapié inicial a la Red Federal de Ni Una Menos en el ENM de Rosario. Del taller de activismo gordo salió este año la intención de hacerse federal, de modo de ampliar los límites mucho más allá de la ciudad de Buenos Aires. La enumeración es acotada, e injusta con las otras miles de iniciativas que surgen allí.
Si cada una se lleva la propuesta de activar en su territorio, las grupas se multiplican, como se puede ver en cada lugar adonde se hace el Encuentro. A la llegada de las miles de mujeres la antecede la formación de agrupaciones de lo más diversas. Y cuando todo termina, quedan las que continúan con las asambleas, pero también se van muchas que llevan los contactos, las ideas, las posibilidades de hacer, a su propio lugar. Así, ir al Encuentro es también encontrar argumentos, estrategias y propuestas para seguir todo el año pensando en darle carnadura política a la construcción de un poder popular que cada vez es más feminista y se ancla en las desigualdades que sufren las identidades disidentes. Hace muchos años, en Mar del Plata, se debatía si las trans podían participar. Hoy, el taller trans es masivo, y sería impensado cuestionar que participen de este ritual que cada año interpela al patriarcado. Porque el Encuentro también es el lugar para ampliar el horizonte, para encontrarse en la diversidad y perder los miedos.
COMCOSUR MUJER Nº 537 – 23.10.17
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2) Mujeres Nobel de la Paz: por la no-violencia, la paz, la justicia y la igualdad
Cimac
Las 4 mujeres Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú Tum, de Guatemala; Tawakkol Karman, de Yemen; Shirin Ebadi, de Irán, y Jody Willims, de Estados Unidos, encabezan una delegación que visitará Guatemala y Honduras, del 20 al 28 de octubre de 2017.
La delegación da continuidad a una primera visita que la Iniciativa de Mujeres Nobel llevó a cabo en 2012. En la gira también participarán expertas en Derechos Humanos de Estados Unidos, Canadá, Guatemala y Honduras, un cinematógrafo (documentalista) y periodistas.
La delegación, organizada por la Iniciativa de Mujeres Nobel, JASS-Asociadas por lo Justo y la Fundación Rigoberta Menchú, se encontrará con periodistas, co-organizaciones indígenas y rurales que defienden sus territorios y recursos naturales, defensoras y organizaciones de Derechos Humanos, funcionarios de gobierno y diplomáticos de Estados Unidos, Canadá y de otros países.
La iniciativa de las Mujeres Premio Nóbel (NWI’s por sus siglas en inglés) fue establecida en el 2006 por las laureadas del Premio Nobel de la Paz: Jody Williams, Estados Unidos, 1997; Rigoberta Menchú Tum, Guatemala, 1992; Betty Williams y Mairead Maguire, Irlanda, 1976; Shirin Ebadi, Irán, 2003; y Wangari Maathai, Kenia, 2004, – representando Norte y Sur América, Europa, el Medio Oriente y África, respectivamente –.
La misión de la NWI’s es "colaborar en nuestra capacidad de laureadas y usar la visibilidad y prestigio que nos otorga este premio para promover, resaltar y amplificar la labor tanto de las activistas y las investigadoras que trabajan por los derechos de la mujer como de las organizaciones que alrededor del mundo combaten las causas fundamentales de la violencia".
De esta manera, afirma la NWI’s, "se fortalece y expande el movimiento global que promueve la no-violencia, la paz, la justicia y la igualdad".
A pesar de que en algunos países se han logrado avances, las violaciones a los Derechos Humanos y la violencia política se han extendido en la región. Honduras y Guatemala ocupan el primer y quinto lugar en la clasificación de países con mayores tasas de homicidios.
La represión y política es una preocupación clave; muchas defensoras de los Derechos Humanos no sólo experimentan altos niveles de violencia sino que también son criminalizadas por ejercer su derecho básico a protestar y organizarse contra la corrupción y otras amenazas contra sus comunidades.
De acuerdo con un informe de la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras), de 2012 a 2014, México, El Salvador, Honduras y Guatemala registraron mil 688 agresiones, 31 asesinatos y 39 intentos de homicidio contra activistas.
La delegación Mujeres Tierra y Paz: Delegación a Honduras y Guatemala, visitará algunas comunidades indígenas, para constatar in situ la situación de las mujeres en estos países.
COMCOSUR MUJER Nº 537 – 23.10.17
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3) El Salvador: Mujeres en el Rap Creando espacios para mujeres y por mujeres
Nodal Cultura
Cantan. Rapean. Son 5 mujeres y a simple vista es una presentación más, pero cantar en frente de la Asamblea Legislativa de El Salvador tiene su magia y aún más un 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Decir “esto es para usted, el señor de corbata”, mientras cantan sobre la legalización del aborto, es una imagen que el Colectivo Hip Hop Femenino El Salvador no olvida.
Este colectivo estuvo de gira en Nicaragua, presentándose y participando en actividades en León, Matagalpa y Managua durante septiembre; siendo así el primer grupo de raperas que ha salido de El Salvador para hacer una gira.
El Colectivo Hip Hop Femenino El Salvador es integrado por 5 mujeres que se hacen escuchar a través del rap, definiéndose feministas en un arte históricamente de hombres. Y, que a pesar que esta declaración les puede traer más problemas que beneficios en ningún momento la dudan.
Todas ya eran raperas antes de formar el colectivo. Yezlimic de 20 años, comenzó hace 6 años por curiosidad mientras que Aris, de 21 años, durante el bachillerato el graffiti la llevó al rap, como una protesta de lo que vivía.
Su otra integrante La Straw, de 23 años, hace 8 años anduvo experimentando en género urbanos como el breakdance, el graffiti, el skateboarding hasta llegar al rap, el elemento que más le llena. También forma parte de este colectivo Queen, la “representación de la nueva juventud”, de 17 años y la Dj Yoshi, de 25 años.
Expresión, incidencia, herramienta, protesta, experiencia, desahogo y lucha son algunas de palabras que dicen las chicas al preguntarle qué es el rap. Algunas sonriendo y otras más serias aseguran que este género les ha ayudado, las ha empoderado e incluso, les ha permitido romper dinámicas machistas en sus familias.
Creando espacios para mujeres y por mujeres
Todo inició por querer unir a las mujeres raperas de El Salvador en una canción sin embargo, durante ese proyecto surgieron sentimientos de integración e ideas de unirse en un colectivo para crear espacios para mujeres y por mujeres.
“En comparación a la cantidad de hombres, nosotras somos pocas e igual los espacios y muchas veces era difícil decidir quién iba a participar en un evento” comenta Yezlimic.
Al inició eran 23 mujeres de todo el país pero por problemas de coordinación o por “los diferentes roles que tenemos como madre, estudiante, trabajadora”, la dinámica se complicó y ahora son 5 no obstante, las chicas afirman siempre hay colaboración.
Además de gestionar espacios, la idea del colectivo también es compartir conocimientos y experiencias entre la comunidad rapera a través de talleres o espacios formativos porque para ellas “no basta solo con tomar el micrófono, tenemos que hacer algo abajo del escenario por nuestra vida y por las vidas de las demás”.
“Somos mujeres haciendo rap”
Para las chicas, ser mujer en este arte dominado por los hombres trae sus obstáculos. Se han topado con pensamientos relacionados a ser privilegiadas por ser mujeres hasta acoso por parte de organizadores o insinuaciones sexuales a cambio de espacios en eventos.
Asimismo, Aris dice que es muy común el cuestionamiento y las críticas, tanto así que muchas personas creen que ellas han tenido involucramiento sexual o sentimental con hombres para poder avanzar.
Y se pone peor cuando se declaran feministas. “Es difícil porque en nuestra cultura no agradamos por ser mujeres raperas y siendo feministas agradábamos menos. Si antes teníamos 2 espacios, después de decir que somos feministas ya no tenemos” explica La Straw.
Según ella, las personas no quieren escuchar su rap porque piensan que solo hablan de mujeres “anti hombres y muerte al macho” sin embargo, su rap es de protesta y de conciencia que aborda también la represión social, la violencia, las posturas del Estado y entre otros temas.
A pesar de todas las dificultades por ser mujeres y feministas, el colectivo es claro en su postura porque “es lo que somos y somos mujeres haciendo rap”.
Además, explican que el colectivo las ha llevado a tener procesos, a empoderarse para ser las protagonistas de sus vidas y arte, a crecer como feministas y a reafirmarse.
La Straw explica que parte de estos procesos fue decidir usar la palabra “femenino” y reconstruirla. “Las personas esperan que cantemos con vestidos o en tacones y con nuestro planteamiento estamos reconstruyendo la palabra dentro de nuestra cultura. Queremos mostrar que ser femenina no son acciones que definen a las mujeres”.
Para lograr esto estos cambios y reflexiones, el arte y el activismo se deben mezclar. En El Salvador antes se dividía el arte y el activismo pero ahora, entre los movimientos juveniles se ha ido mezclando debido a que “hacer la división es casi imposible porque todo nace de la misma persona” comentan.
De igual forma, esta mezcla ha demostrado que atrapa más la atención porque causa un impacto y cuestiona la conciencia.
La liberación que estas chicas sienten a través del rap no tiene comparación y el cambio personal que les deja es tan adictivo que no las permite dejar de rapear.
COMCOSUR MUJER Nº 537 – 23.10.17
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4) México: Marichuy, primera indígena candidata a la presidencia
Telesur
Donde ayer se presentó el EZLN, hoy comenzó el andar de Marichuy, una gira por el estado de Chiapas que la llevará por los cinco “Caracoles”, es decir territorios autónomos que se rigen por sus leyes y desconocen al Estado mexicano desde hace 23 años.
Ellas en los discursos, ellas bailando con vestidos coloridos, ellas con el puño en alto y el rostro bajo un pasamontañas: mujeres todas fueron quienes dieron arranque al recorrido de María de Jesús Patricio, primera indígena que aspira a la presidencia de México a nombre del Consejo Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Abrazaron a Marichuy, como le llaman con tono de cariño y admiración. Le entregaron obsequios y cargaron las letras de su nombre en coreografías entremezcladas con consignas. “Luchemos compañeras -cantaban muchachas zapatistas-, luchemos con valor. De un pueblo organizado se ve su resplandor”.
Evidente fue la emoción que para las mujeres del sureste mexicano implica el saberse representadas en la política por alguien como ellas, una mujer -madre, médica tradicional- peleando por la presidencia del país. Gritaron, aplaudieron con notoria alegría.
El camino de la delegada indígena rumbo a las elecciones de 2018 empezó en la comunidad Guadalupe Tepeyac, corazón de la Selva Lacandona. En el mismo lugar que en 1994 fue escenario de la Convención Nacional Democrática, que fue el primer encuentro entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y la “sociedad civil”, como ellos le llamaron. Donde ayer se presentó el EZLN, hoy comenzó el andar de Marichuy, una gira por el estado de Chiapas que la llevará por los cinco “Caracoles”, es decir territorios autónomos que se rigen por sus leyes y desconocen al Estado mexicano desde hace 23 años.
Esta vez no hubo académicos, intelectuales y activistas políticos como en 1994 sino miles de indígenas. Hombres, mujeres, jóvenes y niños habitantes de varias comunidades de la región selva-fronteriza pero también más de 500 personas entre concejales y delegados del CNI, quienes llegaron desde varias provincias mexicanas. Hubo desde representantes de la tribu Yaqui, del norte del país, hasta delegados de Mérida, en la península de Yucatán.
Para esperarlos se adaptó la cancha de básquetbol de Guadalupe Tepeyac pero quedó pequeña y los asistentes llenaron también las lomas que la rodean. Fueron tantos en número y diversidad que se dice se vivió aquí una de las mayores reuniones de pueblos originarios en la historia de México.
María de Jesús Patricio tuvo un discurso no muy extenso. Dijo que el sistema capitalista busca “robarnos, despojarnos de todo lo que nuestros abuelos han peleado por años” y, por eso, “es momento de juntar esfuerzos, luchar juntos. Si no unimos estos esfuerzos vamos a seguir por años sufriendo lo mismo y quizás peor”. ¿Cuál es la apuesta de su candidatura? La mujer de origen nahua la sintetizó: “es tiempo de articularnos, de juntarnos, de ponernos de acuerdo”; el objetivo: “derrocar a este monstruo gigante que está acabando con nosotros”.
Otras seis mujeres tomaron la palabra. Recordaron las violencias y deudas con las mexicanas, más graves aún en el caso de las que pertenecen a pueblos originarios. Nombraron frontal que se les relega en sociedad pero más todavía dentro de los usos y costumbres de pueblos indígenas. Sin embargo, también se alentaron mutuamente en una lucha que, dijeron, se puede ganar. Emocionadas todas ante la decisión del CNI-EZLN de impulsar a una mujer indígena como candidata a la presidencia, al aplaudir a Marichuy se aplaudieron a sí mismas y sus luchas, afuera y dentro del hogar.
“La hora de todas las que queremos un cambio entero, no solamente en el país sino en el mundo, ha llegado”, arengó una muchacha encargada del programa cultural, moviéndose como si cantara un rap. A sus pies y debajo también de María de Jesús Patricio y de las concejales que encabezan la propuesta indígena para 2018, una lona resaltaba en letras gruesas “¡Llegó la hora!”.
COMCOSUR MUJER Nº 537 – 23.10.17
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5) Nuevas formas de desigualdad: el alquiler de úteros como extractivismo
elmercuriodigital/ Alicia Puleo
El término extractivismo remite a una economía de extracción y exportación de los bienes naturales del Sur global hacia el mercado mundial. Es una antigua práctica colonial que hoy en día adquiere proporciones colosales y devastadoras con la megaminería a cielo abierto que envenena la tierra y los ríos, las plantaciones de soja transgénica fumigadas con glifosato y otras actividades antiecológicas y despiadadas con las y los trabajadores y los animales. Ahora ha entrado también en los cuerpos para extraer criaturas humanas.
Sostengo que el alquiler de úteros es una forma de extractivismo reproductivo. Aprovecha una situación de extrema necesidad de amplias capas de la población en determinados países, escudándose en una supuesta voluntad libre de la mujer contratada para gestar, y se basa en el concurso de los gobiernos, utilizando, como en la exportación de bienes y recursos de países empobrecidos, los limbos jurídicos o una legislación que le es abiertamente favorable. Puede verse un paralelismo entre el alquiler de úteros y una forma de agroextractivismo que se ha dado en llamar agricultura por contrato, una forma de explotación en alza en los países del Sur. En este modelo, los agricultores no venden sus tierras sino que las alquilan junto con su trabajo, corriendo con los riesgos de la producción y recibiendo de las empresas multinacionales contratantes los insumos técnicos y el conocimiento de su uso. Se trata de una producción intensiva que es presentada por sus como como una relaciónwin win, es decir, una relación en la que todos salen ganando: (la agricultura por contrato) “es esencialmente un acuerdo entre partes desiguales: empresas, agencias gubernamentales o empresarios individuales por una parte y agricultores económicamente más débiles por otra. Sin embargo, es un enfoque que puede contribuir a aumentar los ingresos de los agricultores y a generar mayor rentabilidad para los patrocinadores" (1). Se aplica a los cultivos y también a la producción de desdichados animales de granja. Todo se hace siguiendo las instrucciones correspondientes a la tecnología suministrada. Si el producto final es defectuoso, la empresa no lo compra, de la misma manera que las criaturas que nacen con problemas no son aceptadas en un contrato de alquiler de úteros.
Desde una mirada ecofeminista, tenemos que ser conscientes de que las nuevas tecnologías que en tantos aspectos mejoran nuestras vidas, también permiten profundizar la colonización de los cuerpos en la búsqueda insaciable del beneficio económico. Lo que se aplica primero a los animales, comienza a ser aplicado a los humanos, particularmente a los más pobres porque el reconocimiento de la individualidad y la igualdad depende de las relaciones de poder existentes. Mientras que los defensores de los animales y particularmente algunas teóricas ecofeministas, en un esfuerzo por elevar el nivel ético de la humanidad y mejorar las condiciones de vida de seres sintientes reducidos a “cosas”, denuncian los efectos devastadores de la explotación en los cuerpos de las hembras no humanas en la ganadería industrial (soledad, sufrimiento, inmovilización, mastitis, acortamiento de la vida, infecciones continuas, envío al matadero en cuanto se reduce la fertilidad…), los defensores del alquiler de úteros o “maternidad subrogada” se esfuerzan en ocultar los efectos negativos sobre las humanas, rebajando las consideraciones éticas por conveniencia personal e insensibilidad hacia la Otra de países lejanos. Los deseos propios son elevados al rango de derechos y se ignoran los derechos de la Otra, reducida a vasija. Se habla de contrato, consentimiento libre, altruismo, “indemnización por las molestias”… pero no de las peligrosas dosis de hormonas que la madre subrogada debe recibir para que el embrión se fije, ni de la dilatación artificial del cuello de su útero para poder introducir el embrión con una jeringa. El proceso es idéntico en la producción industrial de terneros e implica riesgo de hemorragias. Nada se suele decir sobre la alta posibilidad de embarazo de gemelos por implantación de numerosos embriones para maximizar la eficacia (3 máximos en EEUU, 7 en India, número ilimitado ofrecido en algunos portales de agencias de maternidad subrogada). Se corre un tupido velo sobre el hecho de que generalmente es practicada una cesárea y que quedan cicatrices en el útero y en el abdomen. Se silencia el aumento del riesgo por los embarazos sucesivos. Por supuesto, tampoco se menciona el microquimerismo fetal, fenómeno poco conocido.
Como ha señalado el manifiesto No somos Vasijas, la llamada "maternidad subrogada" constituye un retorno a un antiguo concepto de la mujer como recipiente pasivo que alimenta la semilla paterna. En la actualidad, la sujeción se halla escondida bajo el discurso de la autonomía y de la libre elección propio de lo que he llamado “patriarcado de consentimiento” (2). Es necesario pensar el alquiler de úteros en el marco de las conexiones entre la tecnociencia, que nació de la voluntad de dominio de la Naturaleza y la violencia y el expolio ejercidos sobre los países del llamado Sur. Que las mujeres que alquilan sus vientres con grave perjuicio para su salud pertenezcan o bien a clases desfavorecidas del Norte (caso de algunos estados de EEUU) o a los países del Sur global señala los límites de la libre elección. La "maternidad subrogada" se muestra, así, como una forma del extractivismo devastador, como un elemento más de esa constante transferencia de bienes del Sur al Norte, de ese flujo de mercancías que profundiza y perpetúa la desigualdad.
Texto completo: www.elmercuriodigital.net/2017/10/nuevas-formas-de-desigualdad-el.html
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6) Soy mujer, escucha mi rugido
Amy Goodman y Denis Moynihan/ Democracy Now!
“Soy mujer, escucha mi rugido, en números imposibles de ignorar”. Así comienza la famosa canción de Helen Reddy, que en 1972 se convirtió en himno del creciente movimiento por los derechos de las mujeres. A 45 años de su debut, esta canción podría servir como banda sonora de una película que documente el abusivo ascenso y la estrepitosa caída del magnate de Hollywood Harvey Weinstein. Ojalá fuera tan solo una película. Hasta el momento, 55 mujeres han tomado la valiente decisión de hablar públicamente y han acusado a Weinstein de diversos delitos sexuales, desde acoso sexual hasta violación. Esto colocó en primer plano el tema de la violencia contra las mujeres en la vida estadounidense.
La ola de declaraciones personales ya fue mucho más allá de Weinstein, y fue canalizada en las redes sociales bajo la etiqueta “YoTambién” (“MeToo”, en inglés), propuesta el domingo en un posteo por la actriz Alyssa Milano. “Si todas las mujeres que han sido abusadas o acosadas sexualmente escribieran ‘yo también’ en su estado, podríamos darles a las personas una idea de la magnitud del problema”, escribió, y agregó: “Si has sido acosada o agredida sexualmente, escribe ‘yo también’ en respuesta a este tuit”. Más de medio millón de mujeres (y algunos hombres también) han usado la etiqueta #YoTambién y expusieron en pocos días lo generalizados que están los delitos de acoso sexual y violación.
Si bien Alyssa Milano impulsó el movimiento “YoTambién” en el foro público, este fue fundado hace 10 años por Tarana Burke, una feminista afroestadounidense de larga trayectoria que actualmente se desempeña como directora de programa en Girls for Gender Equity, una organización que lucha por la igualdad de género.
Tarana Burke relató en una entrevista para Democracy Now!: “Como sobreviviente de violencia sexual, como una persona que se encontraba luchando por averiguar cómo podía llegar a curarse, también veía personas jóvenes, y particularmente a mujeres jóvenes de color, en la comunidad en la que trabajaba, que luchaban con la misma problemática e intentaban hallar una forma concreta de mostrar empatía. El ‘YoTambién’ es muy poderoso, porque alguien me dijo eso y cambió el curso de mi proceso de curación”.
Los perpetradores que son celebridades, así como las víctimas que también lo son, pueden poner rápidamente un problema en primer plano. Pero Burke ha estado trabajando durante décadas con gente común: “Por cada R. Kelly o Bill Cosby o Harvey Weinstein, está el dueño de la tienda de comestibles, el entrenador, el maestro, el vecino, que están haciendo lo mismo… no le prestamos atención hasta que se trata de una gran celebridad. Pero este trabajo es permanente, porque es un problema generalizado”.
Alicia Garza, una de las fundadoras del movimiento Black Lives Matter (“Las vidas afroestadounidenses importan”, en español), también habló del tema en Democracy Now!: “Primero quiero expresar mi profundo agradecimiento a Tarana por crear este espacio para sobrevivientes como yo. Sin ese espacio, no hubiera podido contar mi historia, y miles y miles de otras personas que conozco no podrían contar sus historias”. Garza agregó: “Este tipo de violencia es tan estadounidense como nuestra famosa tarta de manzana”.
Además de la avalancha de acusaciones que enfrenta Harvey Weinstein, el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York y Scotland Yard están realizando nuevas investigaciones penales. Con este tema instalado en el debate público, el director de Amazon Studios, Roy Price, se vio obligado a renunciar cuando aparecieron acusaciones de haber acosado sexualmente a una productora.
Todo esto ocurre en el primer aniversario de la difusión de una grabación del programa “Access Hollywood” de 2005, en la que Donald Trump fue capturado por la cámara cuando presumía ante el presentador de televisión Billy Bush sobre su acoso sexual hacia las mujeres: “Me atraen automáticamente [las mujeres] bellas… Simplemente empiezo a besarlas. Es como un imán. Simplemente las beso. Ni siquiera espero. Y cuando eres una estrella, ellas te dejan hacerlo. Puedes hacer cualquier cosa. […] Agarrarlas por el chocho. Puedes hacer cualquier cosa”. Sí, así hablaba Donald Trump sobre agarrar a las mujeres de sus genitales y “hacer cualquier cosa” con ellas.
Dos años más tarde, en 2007, Summer Zervos, concursante del programa “El aprendiz”, denunció que Trump la había agredido sexualmente: “Me abrazó por la fuerza e intenté apartarlo. Empujé su pecho para que hubiera más espacio entre nosotros. Luego dije ‘vamos, hombre, compórtate’ y él repetía mis palabras lentamente, ‘compórtate’, mientras comenzaba a apoyar sus genitales contra mi cuerpo. Intentó besarme de nuevo, incluso cuando mi mano seguía sobre su pecho”.
Trump negó las acusaciones de Zervos, así como otros testimonios similares de más de una decena de mujeres que el año pasado lo acusaron públicamente de haberlas agredido sexualmente. Trump prometió demandarlas después de las elecciones. A la fecha, no lo ha hecho. Sin embargo, Zervos sí ha presentado una demanda contra Trump, donde lo acusa de difamación por usar su poderoso púlpito acosador (pongamos énfasis en la palabra “acosador”) para tratarla de mentirosa. Como parte de su demanda, la abogada de Zervos ha pedido que se cite a la campaña de Trump por todos los documentos relacionados con su cliente y con otras mujeres que declararon haber sufrido contacto inapropiado o no deseado por parte de Trump.
Al terminar la entrevista con Democracy Now!, Tarana Burke se quitó su suéter animal-print y exhibió con orgullo su camiseta negra. Adelante, en letras rosadas, se podía leer “Yo también”. Burke se dio vuelta con una sonrisa. En la parte posterior, la consigna decía: “No estás sola… ¡Esto es un movimiento!”.
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“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de quien corresponde” – Luis Pérez Aguirre
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