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LYDIA CACHO – MOIRA MILLAN — comcosur mujer 566 – 30.07.208

COMCOSUR MUJER / AÑO 14 / No. 566 / lunes 30.07.2018

1) Argentina: Crímenes menores
2) Bolivia: Democracia paritaria en participación política:
3) Brasil: Impactos del racismo en la asistencia de salud de mujeres negras
4) México: Lydia Cacho: «Es hora de que los hombres hablen de machismo»
5) Paraguay: La victoria de las trabajadoras domésticas
6) Uruguay: Investigadora uruguaya en Italia estudia el potencial de los profármacos
7) Moira Millán, activista mapuche “Ellos apuntan a quebrarnos el espíritu”
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COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 14 /No. 566 – Lunes 30 de julio de 2018 / Producción: Beatriz Alonso y Belén Itza / Apoyo técnico: Carlos Dárdano
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“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” Rosa Luxemburgo
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1) ARGENTINA: CRÍMENES MENORES

El juez Carlos Rossi, responsable de haber aplicado cálculos matemáticos al liberar al que después fue el femicida de Micaela García en Gualeguaychú –Sebastián Wagner ya tenía antecedentes de delitos sexuales–, está siendo juzgado por un jurado integrado mayormente por varones que apenas prestaron atención a testimonios expertos como los de la antropóloga Rita Segato o el psiquiatra Enrique Stola; ambos demostraron cómo la justicia reproduce y defiende un modelo que desprecia las cuestiones de género y que no da importancia a los delitos sexuales que condicionan la vida de las mujeres.

Una sensación decepcionante quedó luego de la primera audiencia en el juicio al Juez Carlos Rossi, quien liberó al femicida de Micaela García. Rita Segato y Enrique Stola como expertos en temas de género criticaron al sistema judicial por su actitud corporativa y de desprecio por las mujeres y señalaron que más allá del resultado, lo importante es que se sepa que hay un juez que está siendo juzgado por sus actos.

Un Jury integrado mayoritariamente por varones –con excepción de una sola mujer– evalúa al magistrado Carlos Rossi por mal desempeño en sus funciones y analiza su destitución. Se trata del juez de ejecución de penas de Gualeguaychú, quien otorgó la libertad condicional a Sebastián Wagner, femicida de Micaela García.

Hubo ocho pedidos de enjuiciamiento por parte de la Defensoría del Pueblo, de legisladores y organizaciones, entre otros, pero solo uno, el solicitado por la Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans pidió incorporar a especialistas en tema de género como testigos de contexto.

Rita Segato, antropóloga, feminista, investigadora en violencia sexual y sistemas carcelarios y Enrique Stola, médico psiquiatra que fue testigo en el caso Grassi, fueron los primeros en brindar testimonio, frente a un tribunal que desaprovechó rotundamente la oportunidad de escuchar a quienes más saben sobre el tema.

Las intervenciones de Segato, primero, y Stola en segundo término, fueron categóricas: mostraron claramente cómo la justicia reproduce un modelo y un mecanismo que muestra desprecio por el tema de género, desde considerar un delito menor a las agresiones y crímenes sexuales, hasta menospreciar los informes de los equipos técnicos del propio servicio de justicia, por ser generalmente disciplinas desempeñada por mujeres.

Con precisión Segato y Stola hicieron señalamientos a la Justicia, frente a un tribunal integrado por algunas de las máximas autoridades, algunas de las cuales han sentado jurisprudencia y lineamientos en los cuales Rossi hoy se escuda y protege, asegurando que cumplió con lo establecido y ajustándose a las normas a la hora de liberar a un agresor sexual desoyendo los informes psicológicos y de trabajadoras sociales.

“Buscan un chivo expiatorio” dijo el juez Rossi, que hoy se encuentra con licencia y un recorte de sus haberes como funcionario público. La frase es un indicador claro de cuál va a ser la estrategia de su defensa. Tal como lo señalaron Segato y Stola, Rossi representa a un sistema, el sistema judicial que se maneja corporativamente y acata las decisiones que se toman de manera vertical.

“Estábamos ahí, gracias al movimiento de mujeres, pero los jueces querían sortear rápidamente nuestra presencia, o sea que no había interés en profundizar sobre ningún tema. En general se estaba bailando al son de la estrategia de la defensa (del Juez Rossi)”, apuntó Stola, haciendo referencia a que ninguno de los integrantes del jurado hizo ninguna pregunta para profundizar sobre aspectos de género y muestran de qué manera la justicia que reproduce el modelo patriarcal.

“Cuando Rossi planteó su defensa fue profundamente desalentador y decepcionante” dijo por su parte Segato y remarcó que “esperaba algo más de él. Esperaba lo mismo que esperaba de Wagner, esperaba que fuera capaz de una reflexión, de mirarse en un espejo y decir ‘aquí me equivoqué’. Y no lo hizo en momento alguno. Él se comportó igual que su preso, como alguien absolutamente incapaz de indagar sobre su propia conciencia y colocar en la mesa sus propios errores, hacerse cargo de su equivocación al no escuchar a psicólogos. Nunca pensé que su desprecio por las causas de las mujeres fuera tan grande como para no asumir alguna responsabilidad y algún error”.

“Fue una negación en sintonía con lo que percibimos de la corporación” aseguraron Segato y Stola, al hablar de la institución de la Justicia. “La corporación tiene dos características. La primera es el valor supremo al cual se supedita todos los otros valores, incluso el valor de la vida, que es la fidelidad, la lealtad al pacto corporativo. Y el segundo valor es que la corporación es internamente jerárquica. Es decir que cuando allá en la punta, en la cúspide, alguien decide algo, todos acatan y se curvan ante esa decisión. Y esa es tanto una característica de la masculinidad, como mandato corporativo, en donde un macho alfa le dice a los demás lo que tienen que hacer”, explicó Segato.

“No es un argumento en contra de la persona del juez Rossi, sino contra la institución y sus tutores, sus maestros y sus jefes, a los cuales obedece y que son quienes sustentan y dan soporte a su decisión” aseveró Segato.

Por eso, ambos especialistas entienden que el Jury tiene una importancia relevante, independientemente del fallo al que arribe. “Lo importante es la mediatización y que la sociedad se entere que el Juez (Rossi) que dio libertad condicional a Wagner, está siendo juzgado. Y la sociedad podrá ver cuál es el resultado de ese tribunal. Esta es la eficacia simbólica de un acto de justicia como este y que podamos divulgar nuestros argumentos por los cuales pensamos que es necesaria una condena ejemplar hacia el juez”.

Pagina 12/ COMCOSUR MUJER Nº 566– 30.07.2018
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2) BOLIVIA: DEMOCRACIA PARITARIA EN PARTICIPACIÓN POLÍTICA: LA APUESTA DE LAS MUJERES BOLIVIANAS

Bolivia es el segundo país del mundo que logró alcanzar la equidad de género en el ámbito político. Sin embargo, las mujeres de este país sostienen que no es suficiente tener las mismas posibilidades que los hombres de acceder al poder; demandan también tener las mismas condiciones para ejercerlo.

La democracia paritaria es uno de los pilares más importantes de la Agenda Política de las Mujeres, que actualmente es construida por organizaciones de mujeres plurales y diversas. En este marco, feministas, activistas, académicas, expertas y mujeres en función pública participaron de un encuentro nacional en La Paz, los días 4 y 5 de julio, con el fin de perfilar los temas y acciones estratégicas de dicha agenda política.

Según Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, ésta fue una oportunidad para que las mujeres organizadas de Bolivia articulen acciones colectivas trascendentes que puedan incidir en la transformación de una sociedad que todavía es excluyente. “Paradójicamente, ante la constitucionalización de los derechos de las mujeres y la mayor participación en las estructuras de poder estatal y en otros espacios públicos, la realidad muestra la permanencia, e incluso el incremento, de la situación de subordinación y de violencia que sufren la mayoría de las mujeres en diferentes ámbitos de su vida”.

En la periferia del poder

¿Cómo pasar de la democracia formal a la democracia paritaria? En la actualidad, este es uno de los principales desafíos de las mujeres bolivianas. “Si bien hemos logrado conquistar, en términos formales, la paridad (50/50) como parte de nuestros derechos políticos -con lo cual se alteró el monopolio masculino en el Estado boliviano-, las mujeres continuamos en la periferia del poder político. El poder central y los niveles de poder estratégico permanecen como ejercicio masculino”, señala un documento compartido en el encuentro de mujeres.

El avance en materia de paridad tiene especial significado en el Órgano Legislativo de Bolivia, pero no en el Ejecutivo ni en el Judicial, donde se mantiene una subpresencia femenina, tanto a nivel nacional como subnacional. Por ejemplo, en 2018, de un total de 166 legisladores/as nacionales, 87 son mujeres (52,4%); en tanto, de 20 ministros/as, sólo 3 son mujeres (15%).

Las organizaciones de mujeres observan que el sistema político vigente incluye más mujeres, efectivamente, pero él mismo no ha cambiado. Su estructura y funcionamiento se definen por un sistema patriarcal colonial capitalista que lo organiza, sostiene y reproduce. En este contexto se entiende –coincidieron- el creciente número de casos de acoso y violencia política contra las mujeres: 65 en los primeros cuatro meses de 2018.

Se trata de un acoso y violencia política permanentes, advirtió la diputada Jimena Costa, de la opositora UD, durante el mencionado encuentro. “El acoso no es problema de un día; es un conjunto de acciones sistemáticas de las que las mujeres somos víctimas todos los días cuando llegamos a los cargos de representación y, más aún, de decisión”.

Según la legisladora, urge que la Justicia boliviana “sea más justa y transparente” con las mujeres que denuncian hechos de acoso y violencia política. “Cuando presentamos una denuncia ante el Ministerio Público, nuevamente somos víctimas del sistema de Justicia, porque nos ponen en la situación de tener de que probar la culpabilidad de lo que estamos denunciando en lugar de hacer investigaciones serias. Necesitamos sentencias”.

La presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Katia Uriona, fue más allá y lamentó que el actual sistema político tienda a expulsar a las mujeres de espacios de decisión, a través de mecanismos de acoso y violencia política. “Las mujeres que ocupamos espacios de decisión atravesamos condiciones muy duras, porque esas instituciones a las que hemos llegado no se han transformado y en muchos casos no tienen una apertura a generar condiciones de reconocimiento de la participación política de las mujeres”.

En el marco del encuentro nacional, la autoridad instó a las organizaciones participantes a construir mecanismos de denuncia, protección y acompañamiento de las mujeres que ocupan espacios públicos. En esa línea va, precisamente, el proyecto de Ley de Organizaciones Políticas presentado por el TSE.

Al finalizar el encuentro nacional, las mujeres organizadas emitieron un pronunciamiento, en el que subrayan la necesidad de avanzar hacia la democracia paritaria. “Exigimos el cumplimiento pleno de la paridad sustantiva en los cuatro órganos de poder de todos los niveles, en organizaciones políticas y sociales, para avanzar hacia la democracia paritaria, generando condiciones para garantizar la participación política plena, libre de discriminación, acoso y violencia política y del cumplimiento de la paridad en el binomio presidencial, en el Órgano Ejecutivo y en mecanismos del control social”, señala un fragmento del pronunciamiento, que incluye también demandas en los otros cinco ejes de la Agenda Política.

Articulación Feminista Mercosur / COMCOSUR MUJER Nº 566– 30.07.2018
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3) BRASIL: IMPACTOS DEL RACISMO EN LA ASISTENCIA DE SALUD DE MUJERES NEGRAS
El racismo continúa constituyéndose como una traba para la garantía del derecho a la salud, dificultando la asistencia a la salud, que debería garantizar y efectivizar políticas públicas equitativas. Las desigualdades raciales y sus efectos en la salud reflejan el racismo institucional, contrariando los principios y directrices del Sistema Único de Salud (SUS) y de las políticas públicas destinadas a la salud de mujeres negras.

Como afirma Fernanda Lopes, “La lucha contra el racismo requiere producir reflexión y acción contra el modo por el cual esa subordinación se realiza”. La categoría raza fue redescubierta recientemente y ha sido un operador sensible para identificar las desigualdades y las inequidades que hacen más vulnerable a la población negra. Según datos del Ministerio de Salud (2014), existe una diferencia en la atención a las mujeres negras: estas reciben menos tiempo de atención médica que las mujeres blancas y son el 60% de las víctimas de la mortalidad materna en Brasil.

Con relación al parto, solamente 27% de las negras tuvieron acompañamiento, al contrario de las blancas que suman 46,2%, además de otras desigualdades como cuando se trata de anestesias, e informaciones posparto, como lactancia materna. Las mujeres negras están sometidas al aborto inseguro en mayor proporción cuando se las compara con las mujeres blancas, contribuyendo sustancialmente a la mortalidad materna.

Es en ese sentido que el movimiento feminista y el movimiento de mujeres negras se han colocado como sujetos políticos en el enfrentamiento de los sistemas ideológicos y en las desigualdades producidas por ellos, a partir de la autonomía, afirmación de la diferencia, igualdad, incidencia en el acuerdo, monitoreo y evaluación de las políticas y programas gubernamentales. Esa mirada feminista y antirracista se constituye como estrategia para ennegrecer la salud pública y exigir que la gestión pública considere a la cuestión racial como concepto que guía la elaboración e implementación de las políticas públicas, y así contribuir con la desnaturalización de la inferiorización de la negritud y de lo femenino.

De este modo, es posible percibir los reflejos de una sociedad capitalista de tradición esclavócrata y cuánto los impactos de esta sociedad afectan a la salud y a la calidad de vida de las mujeres negras. Sin embargo, el enfrentamiento del racismo no debe ser únicamente institucional, pues las discriminaciones raciales no son un problema solo de la salud pública, están imbricadas en el tejido social estructurante de una sociedad racista y patriarcal. Es necesario que las y los profesionales y trabajadores de la salud junto a la población luchen por un SUS antirracista.

*Es psicóloga, feminista negra y activista de la Articulación de Mujeres Brasileñas y del Movimiento de Mujeres Negras en Paraíba.

Desinformémonos/ COMCOSUR MUJER Nº 566– 30.07.2018
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4) MEXICO: LYDIA CACHO: «ES HORA DE QUE LOS HOMBRES HABLEN DE MACHISMO»

La escritora y periodista mexicana Lydia Cacho señala a Efe que ha llegado la hora de que los hombres hablen del machismo, que define como una fórmula cultural y estrategia educativa basada en el poder y la violencia.

«Necesitamos que los hombres empiecen a crear su propia narrativa, que empiecen a discutir el machismo entre ellos», dice esta escritora que apuesta a promover este debate en «#EllosHablan», el libro más reciente de su extensa obra literaria.

Cacho, de 55 años de edad, cede en este libro la voz a hombres de entre 15 y 70 años para que ellos mismos revelen las vivencias de su infancia y la construcción de su masculinidad alrededor de una visión patriarcal familiar.

«Fue una sorpresa encontrar tantos vínculos entre unos y otros», dice Cacho, para quien resultó revelador en su investigación observar «el sufrimiento con el que (los hombres) comienzan a explorar, tal vez por primera vez en su vida, el machismo».

La autora, que en 2004 denunció en «Los demonios del Edén» a una mafia de pederastas vinculada a políticos mexicanos, considera necesario este debate masculino para ampliar el diálogo social sobre el machismo.

«Son las voces de los hombres las que nos van a permitir abrir un diálogo distinto y también, creo, sanar a la sociedad», considera Cacho, quien advierte de que no es casual que tengamos sociedades tan violentas si «fuimos criados rodeados de violencia».

Cacho considera que muchos hombres han sido educados para ser misóginos tanto en su exterior como en su interior y también para «matar su sensibilidad» para que no sean excluidos del llamado mundo masculino y ser calificados de homosexuales.

En un momento de efervescencia de movimientos sociales contra el acoso y hostigamiento sexual, las voces masculinas en #EllosHablan muestran que los hombres sufren por igual un machismo avasallador que los coloca en la disyuntiva de reproducirlo o cortarlo en sus propias familias.

«El machismo es una prisión bajo tierra; millones la vivieron así», apunta la escritora mexicana, quien revela que al relacionarse con varones a lo largo de su vida ha podido observar el miedo y el sufrimiento que acumulan muchos de ellos.

Cacho afirma que, a diferencia de las mujeres, que socializan el dolor aun sabiendo que recibirán burlas, los hombres se encierran en sí mismos por miedo a no ser aceptados en el mundo masculino o ni siquiera en un club social.

«Las mujeres sí socializamos el dolor; si nos pasa algo lo hablamos a pesar de que sabemos que vamos a ser humilladas, y los hombres no se atreven porque le tienen mucho miedo al dolor», apostilla la autora.

De acuerdo con su experiencia personal y la investigación de su libro, los hombres suelen ser más proclives a hablar y abrirse ante mujeres debido a ese mismo temor de verse rechazados por sus congéneres.

«Creo que los hombres tienen un llamado urgente», afirma Cacho al reiterar que ya es tiempo de un debate masculino que, sostiene, las mujeres han intentado provocar y acompañar desde hace mucho tiempo.

«Las feministas llevamos décadas intentando acompañar a los hombres a cambiar», afirma Cacho al recordar la propia batalla femenina por derechos primarios como salir de casa e ir a la universidad.

Para la escritora, los efectos de llevar el debate del machismo al espejo de los hombres contribuye no solo a generar nuevas generaciones de padres y madres, sino también a documentar temas como los feminicidios y la violencia de género.

Cacho fue reconocida en 2016 con el Premio Iberoamericano de Igualdad Cortes de Cádiz por su labor en la defensa y promoción de políticas en favor de la igualdad entre hombres y mujeres y por su contribución a la dignificación de la mujer.

La escritora es desde el año 2000 consultora especialista en Derechos Humanos y salud de las mujeres para la Agencia de las Naciones Unidas de la Mujer con sede en Nueva York y fundadora y presidenta del Centro Integral de Atención a las Mujeres, CIAM Cancún, refugio para mujeres que viven violencia intrafamiliar y abuso sexual.

Efe/ COMCOSUR MUJER Nº 566– 30.07.2018
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5) PARAGUAY: LA VICTORIA DE LAS TRABAJADORAS DOMÉSTICAS

Después de más de dos años de activismo, las trabajadoras domésticas lograron que el Senado apruebe su acceso al salario mínimo legal.

El 26 de junio de 2018 la Cámara de Senadores aprobó por unanimidad el proyecto de Ley de “modificación del Artículo 10 de la Ley del Trabajo Doméstico”, que limitaba su sueldo al 60% del salario mínimo legal. Aunque es una primera victoria, aún debe ser votado en la Cámara de Diputados y luego promulgado por el Poder Ejecutivo.

“Todavía nos falta mucho, pero hemos dado un gran paso y hemos demostrado que juntas podemos lograrlo. Ahora nuestro principal desafío es sumar más compañeras en esta lucha. Sabemos que las que están cama adentro no tendrán permiso, pero las que trabajamos por horas o por jornadas podemos hacer un gran esfuerzo para seguir luchando juntas”, dijo Marciana Santander, del Sindicato de trabajadoras del servicio doméstico del Paraguay (SINTRADESPY).

“Tenemos que dimensionar todo lo que hicimos. No crean que es cosa chiquita, enfrentamos a un monstruo. El gobierno y el poder son un monstruo en Paraguay. A lo mejor nosotras no vamos a disfrutar de estos beneficios, porque muchas de las activistas ya somos viejas, pero para las que vienen detrás lo que logramos es una cosa enorme. Enfrentamos a los senadores que nos ignoraban, que no nos querían. Les enfrentamos, tratamos con ellos y les convencimos”, dijo Kelly Agüero, una de las referentes antiguas de SINTRADESPY.

“Vamos a luchar para que nuestras madres, hermanas, sobrinas e hijas no migren más al exterior. Sé lo que es el sacrificio de migrar a otros países: por un salario justo, una tiene que dejar su familia. Es injusto y doloroso y por eso luchamos, por nuestro derecho a trabajar en nuestro país dignamente”, dijo Librada Maciel, secretaria general del Sindicato de Trabajadoras Domésticas de Itapúa (SINTRADI).

“‘¿Qué vamos a ganar el sueldo mínimo?’ decían las compañeras. Pero ahora, que estamos cerquita, es increíble. Esto es fruto de nuestra lucha”, recordó Myriam Agüero, del Sindicato de Trabajadoras Domésticas del Paraguay (SINTRADOP-L)

Acción Feminista Mercosur / COMCOSUR MUJER Nº 566– 30.07.2018
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6) URUGUAY: INVESTIGADORA URUGUAYA EN ITALIA ESTUDIA EL POTENCIAL DE LOS PROFÁRMACOS

Investiga en el área de nanomedicina y tecnología farmacéutica

Natalia Oddone es egresada de Bioquímica en la Facultad de Ciencias y actualmente está haciendo un doctorado en Clínica y Medicina Experimental en Italia. Su proyecto de doctorado se basa en el desarrollo de sistemas de entrega de fármacos inteligentes: “Smart Drug Delivery Systems”.

Según contó a Sobreciencia, trabaja en el desarrollo de profármacos que se activan en ambientes que presentan un alto estrés oxidativo. El estrés oxidativo es una condición común en patologías como diabetes, enfermedades inflamatorias, cardiovasculares, neurodegenerativas y cáncer. Por eso, el desarrollo de estos profármacos tiene un alto potencial de aplicación en el tratamiento de estas enfermedades.

Escuchar entrevista en : radiouruguay.uy/investigadora-uruguaya-en-italia-estudia-el-potencial-de-los-profarmacos/

COMCOSUR MUJER Nº 566– 30.07.2018

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7) MOIRA MILLÁN “ELLOS APUNTAN A QUEBRARNOS EL ESPÍRITU”

Moira Millán, la activista mapuche acusada por el juez Guido Otranto
Hace casi veinte años recuperó para su comunidad un territorio en Chubut. Desde entonces asegura no haber dejado de soportar amenazas y persecuciones. Denuncia que hay 145 casos de mapuche judicializados pero que en esa lista no están todos.

Moira Millán será en breve la primera mujer indígena en publicar una novela. Casi en soledad, hace casi veinte años recuperó territorio para su comunidad Pilan Mahuïza en Corcovado, Chubut, y desde entonces no ha dejado de ser blanco de amenazas y persecuciones. A principios de julio la retuvieron el 20 de septiembre pasado en el aeropuerto de Bogotá, todo indica que a instancias del cuestionado juez Guido Otranto que abrió una causa en su contra por la ocupación del juzgado federal de Esquel. Esa misma noche ardían las viviendas de la comunidad mapuche tehuelche de Vuelta del Río, donde Millán impidió el paso de policías armados durante un presunto operativo para hacer pericias por el incendio. En diálogo con PáginaI12, dijo estar convencida de que la están haciendo pagar gestos como ése, animarse a requisar a un policía. Y también se pronunció sobre el próximo Encuentro Nacional de Mujeres, que está previsto suceda en la chubutense ciudad de Trelew. “Le decimos al movimiento feminista, como mujeres mapuche, vamos por la despenalización de todas las prácticas de medicina que resguarden la vida y la libre determinación sobre nuestros cuerpos y de nuestros territorios”, afirmó en torno al debate sobre el aborto. Y precisó que hay 145 desaparecidos mapuche, según investigó una organización de Comodoro Rivadavia tomando en cuenta tan sólo los casos judicializados. “Suponemos que hay más porque en esa lista no figura Eduardo Cañulef, que era peón de la estancia Leleque de Benetton, pidió mejoras salariales y desapareció en 1996”, describió Millán de paso por Buenos Aires.

“Iniciamos una campaña para que el Encuentro Nacional de Mujeres sea plurinacional, el taller de mujeres originarias que funciona en ese espacio es algo diminuto, hay temas que son específicos como por ejemplo hacer un relevamiento completo de la cantidad de mujeres originarias que mueren por el aborto clandestino”, expresó la activista mapuche. “Aún no se ha despenalizado las prácticas de medicina tradicional donde mujeres indígenas han sido penalizadas por atender partos de mujeres no originarias, las acusan de práctica ilegal de la medicina. Entonces si nosotras quisiéramos hacer uso de tratamientos naturales para abortar, para no caer en el mundo del consumo químico, que va a beneficiar a grandes corporaciones, y para no caer en servicios hospitalarios de un grupo de prestadores, tenemos que poder hacerlo, y que también sea público y gratuita la anticoncepción con nuestros métodos, con nuestras plantas”.

–¿La medicina mapuche puede propiciar anticoncepción y aborto?

–Sí, pero no vamos a revelar detalles porque estamos en un estado racista y machista que nos persigue por mucho menos que eso. Existe no sólo en el mundo mapuche sino en las 36 naciones originarias, y lo practican. Estoy a favor de la despenalización pero desconfío de la legalización, porque todo lo que el sistema legaliza lo cosifica, lo convierte en mercancía vendible.

–¿Hay mapuches en contra del aborto?

–Hay a favor y en contra. Las mujeres indígenas tenemos que ser parte de la discusión sobre la legalización. Hay mucha ignorancia por los siglos de colonización, donde las iglesias evangélicas y católicas han penetrado en las comunidades y han constituido un sedimento colonial de valores que no nos pertenecen. Otro de los temas específicos es lo laboral. Cuando llegan los días sagrados nuestros no tenemos reconocimiento, tenemos que faltar y no nos justifican la ausencia, es algo ni siquiera imaginado por las conducciones sindicales.

–¿Está imputada por la Justicia?

–Me denunció el juez federal Guido Otranto por la ocupación pacífica de su juzgado que hicimos el año pasado, éramos 30 pero solamente a mí me acusaron. Tenemos derecho a interpelar al aparato judicial cuando funciona mal, de decirle al Estado que estos administradores de justicia están violando todas las garantías y derechos nuestros. Ese día, cada uno de los que habían sufrido torturas durante los operativos en Cushamen y Vuelta del Río del 18 de septiembre miraron a los ojos al juez y le describieron todas las barbaridades padecidas, algunos hombres adultos y fuertes lloraban al contar las humillaciones vividas a manos de las fuerzas de seguridad por orden de Otranto. Se ensañó contra mi persona, casi 200 fojas cargadas de racismo y misoginia, leerlo es indignante. Establecen un lenguaje, con odio en particular contra los mapuche, las mujeres y la disidencia. Ese trípode está resumido en mi persona, y parecen ser motivos para pedir mi condena. Ya estuve encausada y siempre salí absuelta, la diferencia es que era por acciones colectivas, nunca me mando sola, no creo en el caudillismo ni en el vanguardismo. Cuando entramos a su juzgado lo hicimos como comunidad indignada para decirle basta a ese juez. Finalmente lo sacaron de la causa de Santiago Maldonado. Acribillaron a Rafael Nahuel y el asesino está libre. Mataron a Santiago Maldonado secuestrado, torturado y asesinado y sus asesinos están libres, quienes dieron la orden siguen en sus lugares de poder. Apuntan a quebrarnos el espíritu, la causa es un chiste pero quieren darle un soporte a las declaraciones de Patricia Bullrich de que soy la ideóloga y vocera del RAM. No hablan de la ocupación del juzgado sino de mis viajes, mis reuniones afuera, cuando llegué a Bogotá me retuvieron tres horas.

–¿En Colombia también está imputada?

–No. Fui invitada por el pueblo nasa, indígena como el pueblo mapuche. Recuperan territorio a multimillonarios que están dañando la madre tierra, la mapu. Fui a una recuperación de tierras de (Carlos) Ardila Lülle, uno de los empresarios más ricos de Colombia, que sembró miles de hectáreas con caña y rocía con agrotóxicos, los niños de la comunidad mueren de cáncer. Entonces los nasa liberan la tierra, así que anduve cortando caña, me sentía como en Nicaragua en los ‘80 (se ríe). Luego de limpiar toda la tierra se hace una ceremonia y siembran, guardan un porcentaje de la cosecha, y una vez al año hacen la marcha de la comida. Son camiones de alimentos de los territorios liberados a los ricos, es diversidad de comida para luchar contra el monocultivo. Cuando llegué a Bogotá me sacaron de la fila, me tenían identificada, me llevaron a una oficina donde estaba la policía de migración. Las organizaciones ambientales y de derechos humanos se empezaron a mover. El pueblo colombiano tan sufrido tiene una gran gimnasia en estos casos. Tienen un corredor humanitario que se activa inmediatamente, con abogados y todo.

–¿Le dijeron si la acusaban de algo?

–No. Me llevaron a un lugar aislada, ahí sí me asusté. Ya venía denunciando en las redes los acuerdos bilaterales de Macri con el gobierno colombiano. Soy una mujer muy espiritual, cada vez que viajo pido que haya un chamán, esta vez fue un hermano mayor nasa que me acompañó todo el tiempo. Pero también funcionó mi protección del anillo político y del judicial. La experiencia fue muy dura, estuve en el Cauca donde fue la masacre. Vinieron los paramilitares, luego el Ejército, vi que son blanco de todas las balas, los que dicen ser revolucionarios, los de derecha. Y sus únicas balas son las semillas, el amor y la solidaridad.

–¿Piensa que puede ser condenada?

–Sí, para intentar aleccionar pero no me asusta. Sí considero que es grave, son nuevas formas represivas que vienen de la dictadura y el capitalismo las recicla y van construyendo apariencias. Tenemos que nombrar lo que sucede. Si no quieren hablar de dictadura, de acuerdo, pero hay que hablar de lo que pasa. Cantidad de acusados, víctimas de represión.

–¿Ustedes dicen que hay unos doscientos mapuche desaparecidos?

–Los casos judicializados son 145, entre ellos Luciano González, pero creemos que hay más. Para construir consenso van a tratar de convencer a la gente de que soy terrorista, que manejo dinero cuando no tengo ni bicicleta. Vivo en una casita de adobe, como siempre ando en la lucha y no tengo un peso nunca puedo terminarla. Soy madre sola y crié así a mis cuatro hijos, como millones de mujeres humildes. Sólo que no me resigno a que nos opriman.

–¿Terminó su novela?

–Sí, la entrego en agosto a la editorial Planeta, que me ha tenido mucha paciencia. Se llama El tren del olvido, es una novela histórica que habla de la llegada de los ingleses a la Patagonia, contaré cosas que no se conocen.

Pagina12 / COMCOSUR MUJER Nº 566– 30.07.2018
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“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de quien corresponde” Luis Pérez Aguirre
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