1) Juan Manuel de Rosas /Jorge Zabalza
2) Mano dura: Conozco el fin de la película /Gustavo González
3) Tumultos y cacerolas, alerta en Uruguay /Marcelo Marchese
4) Radios legítimas /Alison Rodríguez y María Belén Itza
5) La seguridad de los periodistas y los derechos sindicales /Sergio Ferrari
COMCOSUR INFORMA AÑO 16 – No. 1730 – martes 07.06.2016
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
1994 – 19 de junio – 2016 – 22 años
Selección y producción: Beatriz Alonso, Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
ARGENTINA: Eduardo Abeleira, Claudia Korol y Mauricio D’ambrouso (Buenos Aires)
BRASIL: Carlos O. Catalogne (Florianópolis)
CENTROAMÉRICA: Gustavo González
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno), Pablo Alfano (Montevideo), Luis Sabini (Piriápolis)
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“Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara.” RADIO VENCEREMOS
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NOTICIAS Y TEMAS DE COMCOSUR
1) JUAN MANUEL DE ROSAS
Alrededor del primer tercio del siglo XIX, los pampas, tehuelches, ranqueles, mapuches y araucanos eran dueños de los dos tercios de lo que hoy es la Provincia de Buenos Aires. /Jorge Zabalza
2) MANO DURA: CONOZCO EL FIN DE LA PELÍCULA
Hace ya catorce años vivo entre países de los llamados de alto riesgo, Honduras, El Salvador y Guatemala, pueblos que quiero entrañablemente. /Gustavo González
3) TUMULTOS Y CACEROLAS, SEÑALES DE ALERTA EN URUGUAY
En dos lugares casi extremos de la escala social pudimos comprobar que el agua se filtra en la bodega del barco. En Cordón, Pocitos y Punta Carretas sonaron las cacerolas a causa del tarifazo; en Marconi se dieron hechos de violencia impensados años atrás. /Marcelo Marchese
4) RADIOS LEGÍTIMAS
Radios piratas, ilegales, ciudadanas, urbanas y comunitarias son algunos de los modos de nombrarlas y dan cuenta de algunos procesos del movimiento de radios comunitarias desde el que se ha venido luchando por el reconocimiento del sector, así como ha dado cuenta en la práctica de la legitimidad de estos medios. /Alison Rodríguez y María Belén Itza
5) LA SEGURIDAD DE LOS PERIODISTAS Y LOS DERECHOS SINDICALES
Entrevista a Anthony Bellanger, secretario general de la Federación Internacional de Periodistas. La lucha para defender el servicio público en la comunicación /Sergio Ferrari
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NOTICIAS Y TEMAS DE COMCOSUR
1) JUAN MANUEL DE ROSAS
Alrededor del primer tercio del siglo XIX, los pampas, tehuelches, ranqueles, mapuches y araucanos eran dueños de los dos tercios de lo que hoy es la Provincia de Buenos Aires.
Por Jorge Zabalza /VOCES /Gallo Rojo No 2 / 27 de mayo de 2016
Sus malones asaltaban estancias, secuestraban mujeres y niños, robaban ganado para venderlo en Chile. El latifundio bonaerense, cuya fuente de riqueza era el comercio exportador de ganado, no tenía otro remedio que encontrar una solución final al ‘problema’. Al iniciar la ‘Campaña del Desierto’, Juan Manuel de Rosas prometió: ‘quedarán libres para siempre nuestras dilatadas campañas y habremos establecido la base de nuestra riqueza pública’. De la ‘pacificación’ del desierto -que, en realidad, eran praderas muy fértiles- salieron enriquecidos los amigos y protegidos del ‘Pacificador’ -como sus primos, los Anchorena-, pero también se conquistó un inmenso territorio codiciado por los británicos y chilenos. Planificada y ejecutada por Juan Manuel de Rosas, consolidó el Estado argentino, fue implacable con quienes se opusieron a sus planes y muy generosa con aquellos que se avinieron a respetar las fronteras fijadas por el caudillo Rosas. Crió como hijo suyo a Mariano, hijo del cacique Payné y se hizo socio de Calfucurá, quien cada año repartía entre los pacificados las 1.500 yeguas, 500 vacas, bebidas, yerba mate, tabaco, azúcar y grasa que le hacía llegar don Juan Manuel.
En 1845 las armadas de Inglaterra y Francia se propusieron ‘abrir’ por la fuerza el río Paraná para ‘liberar’ el comercio con las provincias argentinas y el Paraguay, es decir, vender muy caro sus productos industrializados y comprar muy barato las materias primas. Enviaron una flota de 22 barcos de guerra -impulsados por los recién inventados motores a vapor- y casi cien barcos mercantes con novecientos soldados británicos protegidos por 450 cañones de acero. Esperaban en la Vuelta de Obligado las tropas criollas al mando de Lucio Mansilla, unos seis barcos mercantes a vela, 60 viejos cañones de bronce y toneladas de coraje para derrochar. Aunque sumamente averiados por la metralla, los barcos imperialistas lograron romper las cadenas conque los criollos habían cerrado el paso del río. 250 muertos y más de 400 heridos sembraron su sangre en la Vuelta de Obligado, heroísmo que convocó la resistencia popular en las provincias y haciendo pírrica la victoria imperialista. Junto con tropas de Brasil y del general Fructuoso Rivera, los invasores terminaron encerrados en Montevideo, ciudad habitada más de 15.000 europeos, 11.500 orientales y 3.000 argentinos (unitarios, por supuesto), un reducto reaccionario de las fuerzas traicionaron el artiguismo para fundar la república del Uruguay. Luego del largo sitio puesto a Montevideo por el ejército comandado por Manuel Oribe, las armadas europeas terminaron retirándose, pues les salía demasiado costoso mantener la libre navegación del Río de la Plata y el Paraná. Parecían derrotados los apetitos colonialistas, pero el imperio de Brasil corrió a salvar de la derrota a sus aliados, los ‘unitarios’ bonaerenses y los ‘colorados’ montevideanos. El proyecto nacional fue finalmente derrotado en la batalla de Caseros en el año 1852 y Rosas debió exiliarse a Europa.
Historia escrita por los ganadores
Juan Manuel de Rosas fue, sin dudas, una figura central en la historia del Río de la Plata: como arquitecto del Estado argentino y conductor político de una trascendental guerra antiimperialista. Sin embargo, en las escuelas y liceos del Uruguay lo presentaban como un tirano sanguinario; como señala Mario O’Donell, Rosas fue ‘el maldito’ de la historia oficial del Río de la Plata. Según Charles Darwin, que visitó el campamento de Rosas: “nunca se ha juntado un ejército que se parezca más a una partida de bandoleros. Casi todos los hombres son de raza mezclada; casi todos tienen en las venas sangre negra, india y española. No sé por qué, pero los hombres de tal origen rara vez tienen buena catadura». Puro racismo occidental y cristiano hacia la cultura criolla de los pueblos integrados por gauchos, mulatos, negros libres y pobladores originarios, la misma composición del ejército de José Artigas. Entre Mitre, Sarmiento y Alberdi defenestraron por ‘bárbaros’ a todos los caudillos montoneros que resistieron el proyecto antinacional y pro imperialista del patriciado platense. Juan Manuel de Rosas fue la principal víctima de esta tergiversación de la historia al gusto de los colonizados por la cultura europea. Don Juan Manuel no figura en el nomenclátor de Montevideo…es el reconocimiento más claro de su condición antioligárquica y antiimperialista.
La interpretación subvertida de la realidad surtió efectos políticos mientas los acontecimientos estaban en pleno desarrollo, muchísimo antes de que fueran historia. Así fue que, junto con decenas de italianos, Giuseppe Garibaldi, carbonario piamontés, republicano convencido, supuso que Montevideo era una ‘nueva Troya’, bastión de la cultura y la civilización, asediada por el salvajismo retrógrado. Garibaldi se equivocó y se incorporó a las filas más reaccionarias del Río de la Plata. La revolución pasaba por aquellos ejércitos desarrapados, de cultura mestiza, que conmovieron América Latina desde las revueltas de los esclavos y libertos que fundaron Haití a fines del siglo XVII, hasta la insurrección campesina del zapatismo a comienzos del siglo XX.
La batalla de Santa Inés
Los primeros años del 2000 parieron un proceso inesperado, las movilizaciones sociales contra el neoliberalismo tomaron forma política como partidos que obedecen a la denominación general de ‘progresistas’ y que ganaron elecciones en Venezuela, Brasil, Uruguay, Chile, Ecuador, Bolivia y Argentina. Ganar elecciones quiere decir algo, pero no afectó al poder de la oligarquía, heredera del viejo patriciado del siglo XIX, y de los EEUU, continuador de los imperios europeos.
A Hugo Chavez no le dieron respiro, su ley de Hidrocarburos era un mal ejemplo para América Latina y el mundo y a poco de empezado su gobierno, ya había un golpe de estado en marcha. El equipo de George Bush, enfermo de guerrerismo y aprovechando el clima dejado por los atentados a las torres gemelas, arremetió contra el presidente legítimo de Venezuela. Declaraciones de funcionarios, presiones militares, complicidad de la cúpula gerencial de PDVSA, de la jerarquía eclesiástica y de los dirigentes sindicales de la CTV. Estaban repitiendo el esquema de la acción desestabilizadora en el Chile de 1973. El 11 de abril del 2002 intentaron derrocar a Chávez por la fuerza, pero los impidió su firmeza para no renunciar, la fe del pueblo venezolano y la dignidad de algunos militares. La acción de francotiradores y la represión policial en los alrededores del Palacio Miraflores, dejaron 19 muertos y cientos de heridos. La OEA no movió un pelo para repudiar el golpe y la violencia en las calles de Caracas. Dos días después Chávez volvió al gobierno.
Una vez fracasada la intentona, el golpismo debió abandonar la táctica. y organizó el sabotaje petrolero entre diciembre del 2002 y febrero del 2003. Venezuela tuvo pérdidas calculadas en 20.000 millones de dólares. La mayorría del pueblo venezolano, sin embargo, se mantuvo firme en su respaldo al gobierno de Chávez. En consecuencia, fue necesario cambiar nuevamente la táctica y recurrieron a un instrumento incorporado a la constitución bolivariana de 1999: usaron el referéndum revocatorio como arma para derrocar el gobierno. En aquél entonces, la derecha cometió ‘errores’ con las fechas para habilitar la consulta popular y se descubrieron cientos de miles de firmas falsificadas, debieron realizar dos campañas de recolección hasta que se alcanzaron las suficientes. La película ‘referendum’ que nos está dando Capriles Radonsky hoy día es la misma que nos dió en el 2004.
El 3 de junio del 2004 Hugo Chávez dió comienzo a la que llamó batalla de Santa Inés, recordando la dada por la milicia federalista de Ezequiel Zamora en 1859, cuando retrocedió hasta el poblado con dicho nombre, para atraer el ejército enemigo, emboscarlo y derrotarlo. Los enemigos de Zamora eran los mismos que quisieron tumbar a Chávez y los mismos que ahora enfrenta el pueblo bolivariano. El 15 de agosto el chavismo obtuvo el apoyo de casi el 60% del electorado: en realidad, más que revocatorio, el referéndum fue ratificatorio de la mutua confianza entre el pueblo venezolano y su líder. Le propinó tremenda paliza a la reacción venezolana impulsada los mayores y más inescrupulosos empresarios. No lo perdonarán jamás, ya tienen sus Mitre y sus Sarmientos distorsionando la realidad en la prensa, los análisis y los libros de historia.
Giuseppe Garibaldi
El 5 de noviembre del 2005, al influjo de Hugo Chávez y su energía desbordante, el progresismo latinoamericano se colocó en el orillo una marca antiimperialista. Lula da Silva, Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez y el presidente de Paraguay, Nicanor Duarte, lo secundaron para impedir que la IV Cumbre de las Américas, realizada en Mar del Plata, aprobara otro engendro similar a la ‘alianza para el progreso’ aceptada en Punta del Este, 1961. Sin la intervención de Hugo Chávez, América Latina habría sido derrotada. ¡Qué humillación para los EEUU! y, en particular, para su presidente George Bush, el que olía a azufre. La persecución a Hugo Chávez ha sido implacable. El imperio lo colocó en el mismo lugar de ‘maldito’ donde habían colocado a Juan Manuel de Rosas. Ahora la ‘civilización’ son los EEUU y Europa, sus invasiones armadas en Medio Oriente y su racismo con los refugiados que huyen de la guerra. Nos quieren dar lecciones de ‘democracia’ desde la CNN y la BBC. La OEA suena a través de su secretario general, augurando las intervenciones armadas que siempre fueron el juego del imperio. Sin olvidar que Luis Almagro es lo más estrepitoso del fracaso de esa política de alianzas de ‘abrazarse con las culebras’ característica del MPP.
Entonces, ¿qué hacemos desde la intención de hacer la revolución? ¿Sumamos al coro de las críticas el análisis marxista de las múltiples debilidades y errores del actual gobierno venezolano? ¿Hacemos como Garibaldi y terminamos aliados de hecho a las fuerzas más reaccionarias del mundo? No cabe olvidar que, durante décadas, los socialistas y comunistas argentinos sumaron argumentos ‘objetivos y científicos’ a la condena mitrista a Juan Manuel de Rosas. El falso dilema ‘civilización o barbarie’ continúa confundiendo y ocultando por dónde caminan los pueblos sin pedirnos permiso a los comentaristas de la realidad. No tengo dudas que se fumiga y defenestra hoy día a Nicolás Maduro con la misma intención ideológica con que se defenestró y fumigó a Juan Manuel de Rosas, aunque, por supuesto, el presidente venezolano ofrece muchos más flancos débiles que fortalezas. Aún así, no tengo ninguna duda en abrazarme con el 35% del pueblo venezolano, el que se autoproclama chavista y antiimperialista y que cree estar caminando hacia el socialismo y soportar, junto con ellos, las estupideces de algún filósofo de boliche. Es el mismo pobrerío mestizo que menospreció Darwin, el que rodeó a José Artigas y a Simón Bolívar…la revolución pasa por esa abigarrada muchedumbre de camisas rojas.
Jorge Zabalza /VOCES /Gallo Rojo No 2
COMCOSUR INFORMA Nº 1730 – 07/06/2016
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2) MANO DURA: CONOZCO EL FIN DE LA PELÍCULA
Hace ya catorce años vivo entre países de los llamados de alto riesgo, Honduras, El Salvador y Guatemala, pueblos que quiero entrañablemente.
Por Gustavo González /La República, 06.06.2016
En cualquiera de estos países tanto gobiernos de izquierda como de derecha han optado por la llamada “mano dura” contra la delincuencia. En ninguno de los casos ello ha dado resultados, por el contrario la violencia ciudadana siempre y en cada uno de los casos se multiplicó. Quiero aclarar además que no estoy en estos países como turista, sino que trabajo directamente con los barrios populares.
Nuestro país vive en la actualidad el mentado caso del barrio Marconi, a lo cual la gran prensa a diario exacerba el tema y arrima aguas al molino del clamor de la “seguridad”.
No es cierto que el actual gobierno ni el anterior han invertido poco en seguridad, por el contrario cada vez se invierte más, podemos ver cámaras en las calles, presencia permanente policial y se multiplican además las llamadas empresas de seguridad privada. Rejas, alarmas, barrios cerrados, etc.
No lo vamos a resolver de esta manera, de ninguna manera, mucho menos estigmatizando a los barrios pobres y llamando a reprimir cada día con mayor virulencia. La pobreza se reproduce, por ejemplo se dice que el Uruguay es un país de “viejos”, esto no es lineal, si uno observa es en los barrios más castigados por la pobreza donde las familias son más numerosas y por ende jóvenes.
A los que reclaman represión les pregunto, si los trabajadores ganaran sueldos dignos, entiendo por salarios dignos, no menos de 40.000 pesos uruguayos, sí 40.000 pesos no se asombren, esto debería ser el salario mínimo en el Uruguay de hoy. Si la educación elevara el presupuesto en el triple, si vivir en definitiva no fuera un suplicio para los humildes, la realidad sería otra, no tengo dudas. Podrán seguir invirtiendo en represión todo el dinero que quieran y el problema no se va a resolver ya vi el fin de esta película, insisto, Uruguay no va a ser la excepción, ni lo sueñen.
No estoy diciendo que no haya que reprimir, el robo o la rapiña, digo que hay que elevar la mirada, invertir desde ahora en lo que hay que invertir. No es precisamente en más represión, por el contrario, es más educación, más salud, más vivienda en definitiva que cumplamos efectivamente con que todo uruguayo y uruguaya tenga satisfecho los derechos humanos fundamentales.
Y para invertir hay que castigar con impuestos no precisamente a los trabajadores, hay que hacer pagar al capital, por los resultados de su política a lo largo de todos los años que impera la ley del que más tiene.
Gustavo González / La República
COMCOSUR INFORMA Nº 1730 – 07/06/2016
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3) TUMULTOS Y CACEROLAS, SEÑALES DE ALERTA EN URUGUAY
En dos lugares casi extremos de la escala social pudimos comprobar que el agua se filtra en la bodega del barco. En Cordón, Pocitos y Punta Carretas sonaron las cacerolas a causa del tarifazo; en Marconi se dieron hechos de violencia impensados años atrás.
Por Marcelo Marchese /Rebelión, 03.06.2016
La reacción en Marconi se originó a partir del intento de detención de dos adolescentes por la denuncia de robo de una moto. Según el informe oficial, los menores eran culpables y estaban armados, mas ahora surgen testimonios que afirman lo contrario y fuere como fuese que sea, uno tiende a pensar que si se manifestó tamaña ira popular, lo más plausible es que se cometió primero alguna brutal arbitrariedad.
Al menos, el lector coincidirá conmigo que la policía no actúa con los mismos modales en Carrasco y en Marconi. Como sabe todo aquel que quiera enterarse, los detenidos de las clases bajas, en aras de una confesión, son sometidos a tratos que no condicen con nuestra ufana recuperación democrática.
Así que, en un principio, la gente reaccionó ante una nueva prueba de la saña policial y sus arbitrariedades y en ese tumulto se sumaron otros que aprovecharon la movida para sacar algún beneficio personal, por lo que se entreveran aquí varias cuestiones: por un lado, y esto es evidente, la gente del Marconi está harta, tanto de la ineficiencia como de la metodología policial, por no mencionar su ética; por otro lado, no están satisfechos con sus perspectivas de vida; y agregado a esto, unos pocos están dispuestos a mejorar su condición a costa de los bienes y la salud de los demás y con certeza responden a algún tipo de organización non sancta.
Ojalá éste hubiera sido un hecho aislado, pero nada está más lejos de la realidad. En ciertos barrios el maltrato policial se hace costumbre y la ira crece y gracias, entre otras cosas, al tributo que pagamos a la estúpida criminalización de las drogas, las organizaciones delictivas aumentan y ganan poder al tiempo que el control del Estado decrece.
Mas por un momento alejemos la vista de esta zona candente y vayamos casi al otro extremo de la pirámide. Uno ha leído unas cuantas burlas al caceroleo, una reacción a “la queja de los chetos”, olvidando que la central sindical también rechaza la suba de impuestos. Lo primero que se puede decir del nuevo tarifazo es que el gran punto del gobierno, es decir, que no afecta a los que perciben poco (un 60% de la población gana menos de 600 dólares) se convierte en un poderoso argumento contra el gobierno.
Dejando este disparate retórico de lado, propio de quien está desorientado y habla sin pensar en las consecuencias, uno debe considerar que la manifestación de cualquier clase social puede ser indicadora de algo más vasto, algo que va mucho más allá de esa clase social. Las cacerolas no sonaron en ninguno de los anteriores gobiernos del FA y no suenan ahora sólo por el aumento de impuestos (los impuestos, si se mueven, siempre es en ascenso) sino porque crece el descontento al tiempo que a los adeptos al FA se los ve con el rabo entre las piernas.
Sin Ancap, Pluna y la licenciatura, no hubiera existido caceroleo. Sin corrupción, burradas y cargos de confianza innecesarios, no hubiera existido ceceroleo. Apenas importa el lugar en donde salte el descontento. Si no existiera un run run generalizado no hubiera surgido la queja en los barrios de la clase media alta, no se les hubiera ocurrido, no se hubieran animado, no se hubiesen incentivado por el boca a boca. No entender esto es no entender nada. Es una afirmación soberbia, pero eso no le quita un ápice de verdad.
Las estadísticas podrán decir lo que quieran decirnos los que hacen las estadísticas, pero nada hay más brutal que un hecho. Vivimos las consecuencias de la imprudente apuesta a la lotería de las commodities. No aprovechamos el tiempo de bonanza para hacer un esfuerzo por diversificar nuestra producción. La tierra continúa un sostenido ritmo de extranjerización y el latifundio crece como una mancha de aceite, mientras mil doscientas familias productoras abandonan el campo cada año, con el consiguiente deterioro del tejido social. La inversión en innovación y desarrollo es raquítica; las exoneraciones de impuestos a las megaempresas, innecesarias. La educación se encuentra en un tobogán directo hacia la nada; la administración pública es tan incompetente ahora como antes. Habida cuenta del deterioro social, el asistencialismo no parece haber dado frutos elocuentes; nuestra calidad de vida empeora al tiempo que aumenta la inseguridad, y para dar una última pincelada a esta pintura tan poco promisoria, sentimos que el dinero que nos exige puntualmente el Estado en forma de impuestos, luego no es administrado con sabiduría.
Pareciera en vano decir que ningún gobierno se ha animado a dar el necesario golpe de timón; mas es preciso reconocer que esta situación penosa no sólo es responsabilidad de gobiernos y flacos partidos políticos. Alguien le dio el voto a este gobierno y a esta oposición que como oposición es una miseria. Si no tornamos a pensar en una alternativa al país latifundista y agroexportador, donde se instalan las megaempresas como en su feudo, la fractura social se profundizará en tanto más gente reclame “mano dura para los pichis del Marconi”.
Podemos hacernos los desentendidos o podemos mirar la realidad de frente. En última instancia, las macanas del gobierno, este arrojar el barco a la corriente del capital trasnacional, también es resultado de una ciudadanía acrítica y prescindente. No el gobierno, es la República la que está en crisis y si no tomamos conciencia de que una república muere si no la oxigenan los ciudadanos, en vano nos lamentaremos de ver subir el agua desde la bodega.
Marcelo Marchese /Rebelión /Enviado por Luis Sabini
COMCOSUR INFORMA Nº 1730 – 07/06/2016
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4) RADIOS LEGÍTIMAS
Radios piratas, ilegales, ciudadanas, urbanas y comunitarias son algunos de los modos de nombrarlas y dan cuenta de algunos procesos del movimiento de radios comunitarias desde el que se ha venido luchando por el reconocimiento del sector, así como ha dado cuenta en la práctica de la legitimidad de estos medios.
Por Alison Rodríguez y María Belén Itza / La Diaria, 07.06.2016
En este sentido es que se han aprobado normas como la Ley de Radiodifusión Comunitaria (RC) en 2008 y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA) en 2014. Su aplicación ha sido defectuosa, o directamente no se han cumplido.
Los medios de comunicación comunitarios toman la voz, hablan sobre temas medioambientales, sobre la participación de las mujeres, sobre la salud mental, también informan de diversas actividades del movimiento social, reciben y promueven a diversos artistas locales. Todo esto lo hacen desde la perspectiva de lo comunitario, promoviendo la participación de la ciudadanía, aportando a la construcción de una sociedad en la que quepan todas las voces.
Perjudicado
Recientemente la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC Uruguay) difundió un comunicado en el que se denuncia el estado de discriminación en el que se encuentra el sector comunitario de la comunicación en Uruguay.
El Consejo Honorario y Asesor de Radiodifusión Comunitaria (CHARC) fue disuelto por el Poder Ejecutivo a partir de la aprobación de la Ley de SCA. Esta supone la instalación de una nueva comisión que integra a todos los actores de la comunicación, además de los específicamente comunitarios, denominada Comisión Honoraria Asesora de Comunicación Audiovisual (Chasca).
Esta comisión no se ha instalado, por lo que el sector de la comunicación comunitaria del país se encuentra paralizado en la adjudicación de nuevas frecuencias, lo que significa un incumplimiento de la Ley de RC por parte del gobierno.
Esto implica que no se abren llamados para nuevas frecuencias de radios comunitarias, circunstancia que desmotiva a diferentes colectivos que se asocian con esa función.
El funcionamiento de la Chasca es de suma importancia para la construcción de una democracia plural que asegure la libertad de expresión, ya que se trata de un espacio de participación directa de todos los actores involucrados en la comunicación, entre ellos las universidades, la sociedad civil organizada, etcétera, promoviendo la mayor transparencia en los procesos de asignación de frecuencias, así como en el desarrollo de políticas activas de comunicación.
Si bien el gobierno ha manifestado que la Ley de SCA no se reglamentará hasta que la Suprema Corte de Justicia emita sus fallos respecto de la norma, la Chasca tiene por cometido participar en la reglamentación de esa ley, por lo que se debería conformar previo a ese hecho.
Los medios comunitarios se han visto claramente perjudicados por estas omisiones, que dan cuenta de la ausencia de una política sistematizada de desarrollo del sector, que necesita medidas específicas de promoción, y sólo se han realizado acciones puntuales.
Es necesario destacar la importancia que tiene la comunicación comunitaria para el fortalecimiento de la democracia en Uruguay, ya que es un sector que responde a las comunidades, y no a intereses partidarios, empresariales o religiosos.
Cero por ciento a las comunidades
Los medios comunitarios, en tanto espacios de integración, participación y construcción ciudadana, generan múltiples procesos de incidencia y llegan a determinadas comunidades a las que no acceden los medios masivos de comunicación.
La comunicación comunitaria es diferente: genera una agenda propia basada en los derechos humanos; comunica con formatos propios; genera debates; les habla a los iguales; construye lo común desde lo diverso.
La asignación de la publicidad oficial en Uruguay no ha tenido en cuenta estos aportes específicos y se ha basado exclusivamente en criterios de audiencia; el sector comunitario es el único que no recibe prácticamente ningún porcentaje de esa distribución.
En este contexto queda planteada la pregunta sobre lo legal y lo legítimo. Sobre los derechos que se encuentran reconocidos jurídicamente y los que efectivamente se ejercen. En este tiempo se han reconocido derechos fundamentales. Es necesario ahora que se transformen en hechos.
Alison Rodríguez y María Belén Itza /La Diaria /AMARC Uruguay
COMCOSUR INFORMA Nº 1730 – 07/06/2016
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5) LA SEGURIDAD DE LOS PERIODISTAS Y LOS DERECHOS SINDICALES
Entrevista a Anthony Bellanger, secretario general de la Federación Internacional de Periodistas
La solidaridad, en el centro de la labor cotidiana
Nadie conoce mejor a los periodistas que sus sindicatos y asociaciones
La lucha para defender el servicio público en la comunicación
Por Sergio Ferrari*, desde Berna, Suiza
Con más de 600 mil miembros en 140 países, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) es la organización sindical-asociativa más importante del planeta. Constituye, además, la caja de resonancia de los profundos cambios y desafíos que viven los medios de comunicación y protagonizan los periodistas. Desde los políticos globales hasta la seguridad de los comunicadores, pasando por el nuevo paradigma de la sociedad digital, los temas ancestrales de las condiciones laborales o las legislaciones internacionales que penalizan el ejercicio de la profesión. “Una temática tan vasta como exigente”, según Anthony Bellanger, joven y experimentado periodista francés, secretario general de esta organización mundial con sede en Bruselas, Bélgica. La que en pocos días, entre el 7 y el 10 de junio, realizará su congreso trianual, el 29no, en la ciudad de Angers, al oeste de Francia. Entrevista.
P: ¿Cuáles son los grandes retos de la FIP para los próximos años que serán debatidos en Angers?
R: Un desafío esencial es la viabilidad económico-financiera de nuestra organización. Constituye un tema central de la reflexión “interna”, justo cuando llegamos a los 90 años de la existencia de la FIP, nacida del impulso de periodistas visionarios entre ellos Georges Bourdon. Otra problemática significativa es la seguridad de los periodistas en el mundo entero. Constatamos un balance humano catastrófico con una centena de colegas asesinados cada a año en el ejercicio de su profesión. ¡Cuando hacemos la cuenta, llegamos a la escalofriante realidad de casi 2 muertes por semana! Paradójicamente, no siempre en los países en guerra, aunque sí en naciones que confrontan diferentes tipos de violencia. Es el caso de Pakistán, Filipinas, India, México u Honduras. El tema de la seguridad se convierte así en central. Y de ahí nuestra obsesión por asegurar la seguridad de los periodistas y de las fuentes. En la gran mayoría de los casos las víctimas son comunicadores locales, cuyo sacrificio no siempre produce una gran indignación internacional. Lamentablemente en nuestro gremio hay dos tipos de reacciones ante el asesinato: si se trata de periodistas europeos o norteamericanos y el resto.
“Profesión de alto riesgo”
P: ¿Eso significa que la FIP debe preocuparse más de la cuestión de derechos humanos en general que lo específico de los derechos sociales y sindicales? ¿Implica un retroceso de la tarea de la organización?
R: No es un retroceso, para nada. La defensa del gremio es integral. Pero claro que la vida es algo esencial y no podemos entonces dejar de formar, acompañar, para reforzar la seguridad. Sin embargo, seguimos siempre abordando los derechos sindicales. Por ejemplo, en el mundo árabe. Con formación y asesoramiento. Y en general, están siempre presentes temas vitales como el derecho de autor, las convenciones colectivas de trabajo, la igualdad hombre-mujer en el ejercicio de la profesión. Cuando comencé como periodista, hace 20 años, los colegas cubrían incluso los frentes de guerra sin riesgo de muerte. Ahora, en muchos lugares, se trata de una profesión a alto riesgo.
P: A inicios de mayo pasado se realizó la asamblea trianual de la Federación Europea de Periodistas (FEP) en la que usted participó. ¿Si se analizan los grandes temas del sector a nivel mundial, como la seguridad, no le sorprendió que la reflexión en ese cónclave en Sarajevo haya sido fundamentalmente “intraeuropeo”?
R: Es normal que haya sido un debate esencialmente enfocado a las temáticas europeas. Cuando visito África, percibo lo mismo, es decir que los temas torales son africanos. Y lo mismo en Asia o en América Latina. Es obvio que en Europa sean primordiales en la agenda las convenciones colectivas de trabajo; la confrontación del desmantelamiento del servicio público; el secreto de las fuentes…Estas preocupaciones corresponden al trabajo sindical tal como lo venimos concibiendo desde después de la 2da guerra mundial. Y quiero subrayar de la asamblea de Sarajevo que las orientaciones y mociones aprobadas van en el buen camino. Son un indicador del trabajo común que realizamos la FIP y la FEP, que compartimos la misma oficina en Bruselas. Y del trabajo coordinado de nuestros presidentes. Tenemos enormes desafíos comunes ante una tendencia dominante que nos condiciona: la reducción creciente de periodistas y por tanto la disminución de la sindicalización y del reclutamiento de los mismos.
P: Cuándo menciona temas prioritarios como la preocupación por el desmantelamiento del servicio público de la información, sin embargo, no son específicos de Europa. Sino que son comunes a las preocupaciones esenciales del gremio en otros continentes, como por ejemplo, en América Latina…
R: ¡Es totalmente cierto! Constituye una temática que podríamos considerar universal. Estuve recientemente en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra para abogar por la defensa del servicio público. Y no solo en la esfera de la comunicación sino junto a otros sectores como el transporte. Los que lo amenazan, intentan considerarlo como una carga financiera para los Estados. Actitud que constituye un verdadero problema ya que atenta contra el pluralismo. Con la crisis actual se cuestionan los costos y presupuestos. Y no hay escrúpulos para golpear a los servicios públicos esenciales garantes de la misma democracia. Los que quieren desmantelarlo no quieren aceptar que la ciudadanía se identifica con el servicio público, sea la radio o la televisión.
P: Mencionó antes el tema de las convenciones colectivas entre periodistas y editores. Paradójicamente, en un país como Suiza, la mayoría de los profesionales no gozan hoy de un convenio de esta naturaleza que fue rescindido por la patronal en el 2003.
R: No lo sabía y me enteré en Sarajevo dada la información que aportaron nuestras organizaciones afiliadas de Suiza, Syndicom e Impressum. Que los periodistas de la suiza alemana e italiana no gocen de una convención colectiva de trabajo que asegure sus derechos esenciales es inadmisible. Me parece increíble dado el valor de la democracia helvética. Sabemos que hay muchos problemas a este nivel en países del sur, pero no pensaba que en Suiza era similar. Paradójicamente acabo de recibir la información que en Guinea acaban de establecer una nueva convención de trabajo…
“Nuestro futuro depende de la juventud”
P: ¿Cuáles son los principales desafíos de futuro para la FIP?
R: El trabajo con la juventud. Imposible construir un futuro si no logramos priorizar en los jóvenes. Muchas veces golpean, con muy buena formación, a las puertas de las redacciones y no encuentran un lugar. Sin jóvenes no habrá ni profesión, ni FIP de futuro. Otro elemento esencial es la sindicalización. Debemos seguir mostrando y explicando lo que hacemos. Todavía hay gente que piensa que los sindicatos frenan la economía, obstaculizan el desarrollo. Hay un gran trabajo a hacer: sensibilizar a diario sobre la importancia de los sindicatos y el aporte irremplazable de estos al bien común.
P: En las sociedades actuales pareciera que sindicalismo y juventud son elementos antípodas…
R: Así es. Se asocia a los sindicatos con la vejez y formas superadas de organización. Sin embargo, son los únicos instrumentos que conocen realmente el mundo del trabajo y pueden representar a ciencia cierta a los asalariados. Hay algo de paradójico en nuestras sociedades. Parece que la gente confía más en ONG y asociaciones que están muy presentes, hacen mucho ruido informativo y de denuncia, pero que no representan más que a un reducido grupo de miembros. Cualquiera puede integrar esas organizaciones de derechos humanos o de libertad de expresión porque no tienen exigencia alguna. Pero a un sindicato de periodistas o de prensa no pueden afiliarse más que los propios periodistas o trabajadores de los medios. Los sindicatos juegan un papel decisivo. Pueden tener una voz más crítica y fuerte que cualquier otra asociación u ONG que en muchos casos se sentirán condicionadas ante un gobierno que la financia. La FIP y nuestros sindicatos miembros son financiados exclusivamente por sus afiliados lo que nos da una gran libertad de acción.
“Somos bomberos de un fuego extendido”
P: Quisiera terminar donde comenzamos con el tema de la seguridad y protección de los periodistas. ¿No corre el riesgo una organización como la FIP de jugar el rol de bombero en situaciones de emergencia más que de promover un sindicalismo propositivo y de futuro?
R: Hay fuego en todas partes y no somos tantos ni tenemos los medios para apagarlo. La defensa y protección de nuestros colegas es esencial. Con periodistas muertos o encarcelados no existe información posible. Sin embargo, esta actitud de principio no significa desatender la defensa por los valores y derechos laborales, sociales, sindicales esenciales a nuestra profesión. Las dos actividades son prioridades. En estos momentos complejos de civilización la solidaridad adquiere un valor innegociable como principio. Sea en el trabajo diario en las redacciones. Sea en su dimensión internacional. Debe ser el centro de nuestra preocupación cotidiana. ¡No hay ningún valor más importante que la solidaridad!
*Sergio Ferrari, de retorno de Sarajevo, en colaboración con el sindicato suizo de periodistas Syndicom
COMCOSUR INFORMA Nº 1730 – 07/06/2016
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