«

»

UN GRITO A FAVOR DE VENEZUELA – comcosur al día Nº 2188 – 10.10.2018

COMCOSUR AL DÍA / AÑO 19 / Nº 2188 10.10.2018
Hoy:

1) Brasil: Una sociedad indignada pero confundida, perpleja y por ahora, paralizada /Carlos Amorín Aguirre
2) Un grito a favor de Venezuela /Miguel Bustamante
3) ¿Quiénes presionan por un conflicto militar entre Colombia y Venezuela?
______

COMCOSUR AL DÍA / AÑO 19 / Nº 2188 / 10.10.2018

1) BRASIL: UNA SOCIEDAD INDIGNADA PERO CONFUNDIDA, PERPLEJA Y POR AHORA, PARALIZADA

Carlos Amorín Aguirre / Con Jair Krischke/ UITA /Brasil, 01.02.2017

NdeR (Comcosur): Si bien la nota es de febrero de 2017, consideramos que tiene una gran actualidad y que será necesaria para la comprensión y el debate sobre las elecciones y la realidad social y política de Brasil.

La institucionalidad republicana de Brasil viene siendo arrasada por una serie de explosiones atómicas políticas y una debacle económica. Para Jair Krischke, principal animador del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos (MJDH) de Brasil y prestigioso activista internacional, “en este momento del país puede pasar cualquier cosa”. Hay quienes ya escuchan “ruido de sables”.

-¿Cómo está reaccionando la sociedad brasileña ante el reciente proceso político en el país?

-La sociedad brasileña está altamente impactada. Hemos llegado a una situación que hasta hace poco tiempo era impensable aquí, y me refiero a una confrontación abierta, a una polarización muy pronunciada entre los militantes y simpatizantes del PT y los demás.

Este enfrentamiento imposibilita el diálogo en la sociedad organizada, o sea sindicatos, organizaciones profesionales, asociaciones de vecinos… Y entre las personas no organizadas pasa lo mismo. El umbral de reacción de cualquier interlocutor está extremadamente restringido. A veces solo la mención del enunciado ya genera una respuesta desmedida.

Parece algo increíble, pero se llega a percibir hasta reacciones de odio. ¡Una locura!

La madre del borrego

-¿Cómo se llegó hasta aquí? ¿Cuánto está afectando esta situación al Brasil?

-Esta crisis está tocando a todos los poderes del Estado. En Brasil el fin de la dictadura no ocurrió por una transición sino por una “transacción”. Hubo un acuerdo entre los dueños del poder. Porque, recordemos: se produjo una movilización de masas por las «Diretas já» que fue la más grande que se recuerda en la historia del país.

La dictadura, no obstante, resistió, y fue un Colegio Electoral el que designó presidente a Tancredo Neves quien murió antes de asumir el cargo. Así fue que José Sarney, vicepresidente de Neves, llegó a la Presidencia. A esto se arribó mediante un acuerdo entre los militares y grupos políticos civiles.

Pero este nuevo gobierno heredó y prolongó una metodología autoritaria de dirigir el país en la cual incluso participó el propio Parlamento mediante un Congreso sometido, a imagen y semejanza del que funcionó durante la dictadura.

Desde entonces la vida política de Brasil se desarrolló de una manera absolutamente anormal.

-¿En qué sentido?

-Creo que una de las consecuencias es que en este momento tengamos 35 partidos políticos (1), y más de 73 aguardan que se les autorice el registro en la Corte Electoral.

Ningún sistema político puede funcionar adecuadamente con este nivel de atomización que ya es pulverización. Se trata de una versión más perversa que la original, la de aquel Congreso heredado de la dictadura.

El borrego

En realidad esos partidos son hoy casi todos pequeñas estructuras seudocriminales cuya principal utilidad es los negociados, la corrupción.

Las alianzas se arman y desarman según las ventajas y privilegios que se ofrezcan y se tomen en una suerte de “mercado” o “subasta” cuasi públicas donde se compran y venden los votos y apoyos parlamentarios. ¡Una indignidad!

Este Congreso brasileño buscó obtener su tajada de cualquier forma. Esto se pudo ver muy claramente en el conocido affaire del “Mensalao”, cuando el gobierno de Lula pagaba a diputados y senadores una cuota mensual para que se aprobaran en el Parlamento las leyes propuestas por el Ejecutivo.

Este procedimiento se generalizó en esa época y por ello fueron condenados por la justicia algunos dirigentes muy importantes del PT.

-Pero la corrupción se agravó y extendió, se volvió sistemática…

-No se habían apagado los ecos del “Mensalão” cuando se reveló el “Petrolão” o “Lava Jato”, una cadena de sobornos pagados con dinero de la petrolera estatal que tuvo esencialmente dos destinos: financiar campañas electorales y enriquecer individualmente a muchas personas. No es por casualidad que los tres últimos tesoreros del PT y también de otros partidos están en prisión.

Quiere decir que se combinaron estos dos procesos: el de un Parlamento abiertamente corrupto -el ex presidente de la Cámara de Diputados está preso y el actual presidente del Senado tiene pendientes doce causas criminales-, y la corrupción de los partidos como tales.

-¿Y qué pasó con la Justicia en esta historia?

-No debemos dejarla fuera de esta triste realidad. Por ejemplo, una de las causas iniciada contra Renan Calheiros, presidente del Senado, estuvo cajoneada durante hace nueve años en el Supremo Tribunal Federal (STF).

Se trata de una denuncia según la cual este señor tuvo un romance con una periodista del cual resultó un hijo. La pensión alimentaria que debía pagar el senador era en realidad cubierta por una empresa que contrataba sistemáticamente con el Estado. Esto está probado desde hace nueve años, y recién ahora se empieza a mover el expediente.

Como consecuencia, uno de los ministros del STF decidió expulsarlo del Senado y se envió a un oficial de justicia para que lo notificara. Calheiros lo recibió en su casa y tuvieron una amable conversación. Cuando regresó, el oficial informó que no lo había encontrado. Lo enviaron al Senado, y se repitió la historia. El STF “no logró” notificar al reo, y por lo tanto, todo siguió igual. Esto implicó un gran descrédito para el STF. Por lo tanto, es cierto que el Congreso y el Poder Ejecutivo están pésimos, pero el Poder Judicial también lo está.

Institucionalmente Brasil está muy fragilizado.

-Además de Dilma, ¿qué otras cosas han cambiado en el gobierno con Temer?

-En esta última elección la fórmula presidencial era Dilma-Temer. Las investigaciones ya han dejado muy claro que buena parte del dinero de la corrupción fue a parar a las campañas electorales y por tanto todo se encuentra bajo escrutinio de la justicia electoral.

Pero hace apenas diez días el presidente de la Corte Electoral acudió a la casa funcional del presidente Temer donde mantuvieron una reunión. Véase que se trata de un “reo”, sospechado de corrupción, y el magistrado que debe juzgarlo. Y esto ocurre a plena luz del día, en medio de este clima de ira y hastío de la población, y sin que se den explicaciones.

Es un escenario preocupante, gravísimo. Creo que la sociedad está en shock y por eso no reacciona. La gente ya no sale más a la calle como lo hizo contra el “Lava Jato” y por la destitución de Dilma.

-Quizás porque no aparece una alternativa creíble a lo que hay…

-Hasta el pasado 31 de diciembre de 2016 si Temer era destituido se debía convocar a elecciones nacionales ya que aún no se habían cumplido los dos años de mandato, contando el tiempo de Dilma. Pero a partir del 1 de enero de 2017 si el Presidente es destituido debe ser el Congreso el que elija su sustituto. Y entonces nos preguntamos: ¿este Congreso va a elegir un Presidente?

¿A quién? ¿En este caos?

-Y como si ya fuese poco, ocurre la muerte del integrante del STF Teori Zavascki en condiciones extremadamente dudosas

-Sí, existe una sospecha de que haya sido una ejecución, que la caída del avión fue provocada intencionalmente. Es que Zavascki tenía entre manos una verdadera bomba atómica política porque era el ministro del STF encargado de homologar, de dar por válidas para su investigación las llamadas “delaciones premiadas” (2) de 77 ejecutivos y ex ejecutivos de la empresa Odebrecht, algunos de los cuales ya están presos.

Esta empresa pagó enormes sobornos en Brasil y otros países para obtener contratos de obras muy importantes, y entre ellos a funcionarios de Petrobras.

Zavascki estaba siendo asistido por varios jueces federales para analizar las 900 declaraciones que efectuaron los “delatores premiados”. Estos jueces debían corroborar en audiencia con los declarantes que sus dichos corresponden a lo que está escrito en los expedientes, y si habían recibido alguna coacción o habían declarado voluntariamente.

Se trata de un momento en el cual sólo se encuentran presentes el declarante, su abogado y el juez. No hay policías ni fiscales para dar las garantías adecuadas.

A partir de allí, cumplida esta formalidad, correspondía a Zavascki darle continuidad o no a cada caso para corroborar las delaciones premiadas. Se sabe que esto estaba ya muy adelantado, y que más de 250 diputados y senadores están mencionados en las declaraciones de los ejecutivos de Odebrecht.

-O sea que fue una muerte “muy oportuna” para algunos

-Otra vez se le causa un gran impacto a la sociedad con la muerte de Zavascki, y todo el mundo se pregunta a quién designará el presidente Temer para sustituir al ministro fallecido. También existe el temor de que ocurra lo mismo que en el famoso proceso italiano “Manos Limpias», donde la mayoría de los imputados quedó libre porque el proceso demoró tanto que los delitos prescribieron.

Y la gente está muy preocupada porque en este contexto no sería raro que se demorara varios años más en culminar el proceso hasta llegar a la prescripción.

La sociedad está muy pendiente de lo que va ocurriendo en este caso, pero tengo la impresión de que son pocos los que colocan todas las piezas conocidas del puzzle en el Congreso, el Ejecutivo y el Judicial. No está fácilmente disponible la “foto general”.

Cuando el río y los sables suenan

-¿De alguna manera se han creado las condiciones políticas ideales para que los militares hagan su aparición directamente en el escenario?

-Eso parece, y es lo peor de todo, porque en nada existen espacios vacíos, y especialmente en política. Es el gran riesgo que estamos viviendo porque la gente no cree más en el sistema político y al mismo tiempo no soporta la impunidad.

Quiere castigo para los corruptos del Lava Jato. Pero curiosamente no lo exigen para los demás que también han participado en la corrupción. Todas las baterías están apuntando al Lava Jato.

-La metodología utilizada por el PT para obtener mayorías que le permitieran gobernar debería ser un debate urgente para la izquierda mundial
.
-Sin duda. Pero es un debate que va más allá de lo ideológico. Por ejemplo en nuestro caso no se puede disociar al PT del PMDB.

En este momento los militantes petistas reclaman «Fuera Temer». Está bien. Pero la pregunta es: ¿a quién poner en su lugar? Este es el gran peligro porque podría aparecer un supuesto “salvador”.

En este momento hay una gran desazón política en la sociedad. La gente no sale a la calle. Aquellos jóvenes que se movilizaron masivamente contra el Campeonato Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos, que rechazaban todos los partidos políticos, ya no están en la calle. Se sienten total y profundamente decepcionados.

Y quizás éste haya sido uno de los más graves errores de Dilma, no haber comprendido a estos jóvenes y haber hecho algo, por lo menos algo, que contemplara sus reclamos. Fueron totalmente ignorados.

-También puede influir el temor a que este sistema político con tal grado de cinismo intente recuperar a su favor cualquier movilización de masas.

-Puede ser, sí. Y también esa profunda desilusión. No me lo explico aún claramente. Porque cuando ocurren este tipo de procesos políticos tan graves e inéditos en el país, es imprescindible que pase un tiempo antes de poder analizarlos finamente. Además, la dinámica que tiene actualmente la política brasileña es vertiginosa. Todos los días está cambiando.

En estos tiempos de polarización me acuerdo mucho de Lenin cuando decía que “el izquierdismo es la enfermedad juvenil del comunismo”. Observo que las discusiones que se generan en este momento, incluso con gente muy formada, que uno conoce desde hace años, derrapan rápidamente hacia “lo infantil”, hacia el territorio del dogma, de la fe, y eso en un análisis político no es útil. Hay demasiada pasión. Si hoy uno dice acá que hubo gente del PT que robó, es acusado de ser de derecha.

Pero veamos la realidad: cerca del 70 por ciento de los ministros de Temer también lo fueron de Lula o de Dilma. Entonces estamos ante una continuidad, más de lo mismo. Eran socios. Y eso es un hecho innegable.

-¿Qué se puede esperar hacia el futuro?

-Le comentaba ayer a un amigo que dicen que Dios lo sabe todo, pero en este caso, creo que ni Dios sabe lo que podrá ocurrir en Brasil. Todo puede pasar.

Cuando tras la acumulación de denuncias y revelaciones escandalosas de actos despreciables de los políticos se suma la muerte sospechosa de un miembro del STF que podía decidir el futuro de muchos de ellos, uno debe concluir que todo puede pasar. Cualquier cosa es posible.
-Volvemos a los militares…

-Los militares están aparentemente muy quietos. Temer, emulando a Lula y a Dilma, puso a un comunista en el ministerio de Defensa. (3) Un tipo muy serio al que admiro bastante. Pero al mismo tiempo conformó un Gabinete de Defensa Institucional que tiene bajo su égida la dirección de la Agencia Brasileña de Informaciones, o sea la inteligencia civil.

A su frente se encuentra el general Sérgio Westphalen Etchegoyen, proveniente de una familia de tradición militar, de derecha, y cuyo padre fue designado durante la dictadura como Jefe de Policía aquí en Rio Grande do Sul. Se trata de alguien peligroso, muy inteligente y con una excelente formación.

Este general ha venido ganando rápidamente espacio político y gravitación en el gobierno. Ante las masacres y ajustes de cuentas entre las bandas de narcotraficantes en los penales del país, generados por la ausencia del Estado, Temer llamó con desesperación a los militares para que “pongan la casa en orden”.

El plan es que la Policía vacíe los penales trasladando a los presos mientras los militares realizan una requisa a fondo en los predios y edificios. Esto fue una sugerencia realizada a Temer por el general Etchegoyen.

Esto es muy peligroso y grave, porque los militares pasan a ser quienes resuelven las situaciones que superan al gobierno. Se crea un antecedente malo. Extremadamente malo.

Entonces, ¿qué puede pasar? Pues, cualquier cosa, incluso nada de nada. Es muy agobiante.
Te confieso que me acuesto preocupado, me despierto más preocupado y enciendo la radio para saber si no ocurrió algo mientras dormía. Reflejos que ya había olvidado y creí no volvería a recuperar nunca.

Notas:
1- ¿Es coincidencia que desde hace algunos años se llega a la misma cantidad sumando Ministerios, secretarías de Presidencia con rango de ministerio y órganos con estatus ministerial?
2- Acotamiento de las penas a cambio de información útil.
3- Raul Jungmann.

Carlos Amorín Aguirre / UITA /Brasil
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 19 / Nº 2188 /10.10.2018
______

2) UN GRITO A FAVOR DE VENEZUELA

Miguel Bustamante*, 03/10/2018

Sin duda, lo fácil para cualquier cargo público de izquierdas que esté sometido a la valoración de la opinión, a la hora de realizar en estos momentos un artículo sobre política internacional, sería analizar la nueva situación creada en Méjico tras las elecciones de julio, la conculcación democrática que se está dando en Brasil con el arresto de Lula da Silva para impedir que pueda presentarse a las elecciones y ser elegido por el pueblo como Presidente, el fracaso de las políticas neoliberales en la Argentina de Macri, o la demora en la implementación de los acuerdos de paz y el asesinato de líderes sociales en Colombia. No obstante, creo que frente a la presión que en distintos ámbitos se ejerce contra Venezuela, especialmente de las grandes corporaciones de la comunicación, toca ser valiente, remar contra la corriente y romper una lanza a favor de este país latinoamericano.

El contexto actual del mismo está marcado por la “crisis migratoria”, así como por el impresentable discurso de Trump ante las Naciones Unidas en el que hace un llamamiento a un golpe de Estado en Venezuela. En relación a lo primero, debemos tener en cuenta que la situación económica actual es dura para el pueblo. Esto se debe principalmente a la gran caída del precio del petróleo en los últimos años -principal recurso del país-, y también a las sanciones económicas impuestas por los gobiernos de Obama y Trump, que suponen un nuevo bloqueo económico del estilo del que asfixia a Cuba desde hace casi 60 años, en el marco de la guerra económica contra la Revolución bolivariana. Todo esto se ha traducido en una caída de la actividad económica en Venezuela del 45% (descenso del PIB), lo que ha repercutido evidentemente en las condiciones materiales de vida de la gente. Por tanto, es importante señalar también a Estados Unidos, a su Gobierno, como uno de los principales responsables de la actual situación migratoria de Venezuela.

No obstante, se está tratando de escenificar en los medios una imagen de catástrofe humanitaria, la cual no es real, con el fin, claro está, de derrocar a su Gobierno democráticamente elegido y saltarse así la soberanía de la nación. Decimos que esta imagen no es real puesto que, a pesar de las dificultades presentes, el saldo migratorio de Venezuela sigue siendo positivo, esto es, que hay más extranjeros viviendo en el país -fundamentalmente latinoamericanos- que venezolanos fuera. Hay cinco millones y medio de colombianos viviendo actualmente en Venezuela. Para hacernos una idea, esto representa una cantidad superior que los extranjeros residentes en España, siendo Venezuela un país con menor población que el nuestro. De ahí que resulte insólito que la derecha colombiana sea punta de lanza del acoso e intervencionismo hacia Venezuela, no solo por lo anterior, que ya es un dato demoledor, sino porque además cuenta con millones de desplazados internos como consecuencia de la violencia armada.

Hay que decir además, respecto a la crisis migratoria, que el Gobierno venezolano ha puesto en marcha un importante plan de repatriación voluntaria de aquellas personas que hayan emigrado, algo que se está obviando en los medios de comunicación de aquí y de otros países occidentales.

En cuanto a la situación política, hay que recordar que Venezuela es hoy una democracia consolidada. En 1998, Hugo Chávez venció en las elecciones presidenciales con casi el 60% de los votos, y desde entonces se han producido en el país 24 procesos electorales. De los cuales, el chavismo ha vencido en 22 y la oposición en 2. Los gobiernos chavistas se han caracterizado por el desarrollo de importantes políticas sociales que han mejorado la vida del pueblo, como por ejemplo de reducción de la pobreza, de fortalecimiento de los servicios públicos, de inversión en educación, en sanidad, de acceso a la cultura y la universidad, de mejora de la comunicación, del transporte, etc. Todo ello ha aportado al Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) y al conjunto del chavismo de un amplio apoyo popular y de músculo electoral, demostrado incluso en los momentos de mayor dificultad económica, como se ha visto en votaciones como las elecciones constituyentes o las elecciones a gobernadores del año pasado. En estas últimas el chavismo ganó 18 regiones frente a solo cinco de la oposición.

Entonces, ¿por qué se ataca tanto a un país como Venezuela, máxime cuando hay en el mundo múltiples guerras, situaciones de violación continua de los derechos humanos, pobreza y desigualdad o, incluso, crisis migratorias? En mi opinión, la clave está en los recursos naturales que el país caribeño posee y en el uso de los mismos. Venezuela es el primer país en reservas probadas de petróleo, teniendo aproximadamente el 24% de las reservas mundiales. Posee de esta forma unos 300.000 millones de barriles, frente a por ejemplo los 43.000 millones de Estados Unidos. Además, la Ley Orgánica de Hidrocarburos de 2001 recuperó la soberanía de la nación sobre el petróleo, entrando claramente en contradicción con el imperialismo estadounidense, esa estrategia política y económica de dominación sobre las demás naciones. Dicha ley hace que la propiedad de los yacimientos y el manejo de los recursos estén en manos del Estado venezolano y no de multinacionales extranjeras.

Venezuela es además el cuarto país en reservas de gas y, probablemente, el primero en recursos auríferos, esto es, en oro. Por eso se ataca tanto a este país rico en recursos naturales, cuestionando sus decisiones políticas cuando estas no gustan a Estados Unidos y a la UE, y minando su desarrollo económico mediante injustificadas sanciones.

Ante este complejo escenario y la enorme presión que se ejerce por la derecha española, ¿cuál debe ser, en mi opinión, la posición de la izquierda en España? En primer lugar, tengo que decir que desde un compromiso internacionalista debemos defender la soberanía de Venezuela para tomar sus propias decisiones. También debemos resaltar los logros sociales y políticos alcanzados por el chavismo, por la Revolución bolivariana, en estos 20 años, así como rechazar la actitud oligárquica y golpista de la derecha de aquel país -sin ir más lejos, en agosto se produjo un atentado terrorista que pretendía asesinar al Presidente, el cual no ha sido condenado por dicha oposición-. Igualmente desde la izquierda podemos realizar una crítica al proceso, de carácter constructivo, alejada sin duda de los ataques que vemos en los medios y desde el compromiso con la lucha de los pueblos contra el imperialismo. Por ejemplo, parece evidente que en estos años de revolución no se ha conseguido transformar a fondo la economía, pasar de una economía rentista, dependiente del petróleo y de los precios marcados por este, a un proceso de diversificación de la economía mediante el desarrollo de planes industriales que mejoren las condiciones de vida del pueblo y que reduzca las importaciones. Es necesario alcanzar la soberanía alimentaria, apostando por desarrollar sectores como la agricultura, la ganadería y la agroindustria. También, apostar por el desarrollo de sectores como el turismo. Es verdad que en este último caso la frontera con Colombia no aporta la seguridad necesaria, debido principalmente al tráfico de drogas y armas de la misma. Se trata, por tanto, de una crítica desde el compromiso que anima a activar los motores económicos y a desarrollar la economía que es la vía para consolidar la revolución y para la construcción del socialismo.

En definitiva, este modesto artículo pretende arrojar algo de luz sobre la situación que se vive en Venezuela, poniendo negro sobre blanco algunas reflexiones y datos que nos ayuden a combatir la campaña permanente de manipulación que se da en importantes medios de comunicación y la política intervencionista del gobierno Trump y sus socios neoliberales en la región. Como dijo Henry Kissinger en 1973 con ocasión al golpe de estado contra Salvador Allende: “Si hay que elegir entre sacrificar la economía y la democracia, hay que sacrificar la democracia”. Y, ya saben, cuando hablan de “economía” simplemente se refieren a los intereses del capital
.
Miguel Bustamante * (Diputado de IU en Unidos Podemos) /Punlicado en Amarelle
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 19 / Nº 2188 /10.10.2018
______

3) ¿QUIÉNES PRESIONAN POR UN CONFLICTO MILITAR ENTRE COLOMBIA Y VENEZUELA?

Misión Verdad / Octubre 2 de 2018

En las últimas semanas han subido los tonos que ponen en la mesa de discusión pública una confrontación bélica entre los vecinos países de Venezuela y Colombia. Algunos altos funcionarios estadounidenses y colombianos destacan las opciones militares, en específico una intervención que intentaría derrocar al gobierno presidido por Nicolás Maduro, como la modalidad necesaria ante la supuesta falta de acción regional y mundial en rechazo al ejecutivo venezolano.

Para muchos colombianos este paradigma bélico estaría fuera de lugar dada la inestabilidad económica, social y política interna que la administración Duque debe atender. De esta manera, los signos que se desprenden de una posible guerra desencadenada por Colombia no dejan de ser rechazadas por políticos, analistas y periodistas. Sobre todo luego de haberse anunciado un acuartelamiento por parte de las fuerzas armadas colombianas a lo largo y ancho de la frontera y la solicitud del Ministerio de Defensa al Congreso para una aprobación del aumento presupuestario.

La promoción de una guerra convencional entre Venezuela y Colombia obedece a varios factores propugnados desde diferentes niveles. Pero en suma, serían dos los principales agentes, heterogéneamente unidos, que buscan subir la temperatura bélica a las ya calientes relaciones bilaterales.

Desde Estados Unidos

El primero en anunciar la «opción militar» sobre Venezuela fue el mismo presidente estadounidense, Donald Trump, quien no ha ocultado que la maneja entre sus alternativas para deponer al criminalizado gobierno de Maduro.

Aunque se ha mantenido el foco en una intentona militar desde el seno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), como lo develara The New York Times y AP en su momento, el Pentágono ha estado previendo recursos y personal con el fin de preparar una intervención de tipo humanitaria como respuesta a la «crisis regional» que significa la situación venezolana.

De hecho, el Congreso estadounidense hizo tal petición al secretario de Defensa, James Mattis, y ha sido el máximo ente legislativo de ese país el que ha pujado por más sanciones contra Venezuela, con el lobby de Florida como principal agente de la intervención.

Es el senador Marco Rubio junto a otros congresistas de la Cámara de los Representantes (Ileana Ros-Lehtinen, Mario Diaz-Balart, Carlos Curbelo) el que con mayor afinco ha hecho lo posible para atacar, desde la institucionalidad de Washington, al gobierno venezolano en específico y al país entero en general.

El interés por parte de Donald Trump por lo que ocurre en Venezuela se debe, sobre todo, a Rubio, cuya vocería ha significado un mayor desplazamiento del Departamento de Estado como institución regidora de la política exterior en torno a lo que ocurre en América Latina y el Caribe. En las herramientas y argumentos del senador de Florida sobre el actual gobierno de los Estados Unidos están las esperanzas de que los residentes del Doral y Miami, entre ellos banqueros y empresarios prófugos, militares sediciosos y políticos de otra época, puedan materializar el sueño (pesadilla de otros) de ver exterminado el chavismo de la faz, si no planetaria, al menos regional.
Por medio de los operadores más influyentes de Florida, bastión electoral de Trump en los comicios presidenciales de 2016, la idea de atacar Venezuela tomó una relevancia hoy que en las eras Bush hijo y Obama nunca tuvo. Esos mismos intereses resuenan en las palabras del vicepresidente Mike Pence, quien ante las Naciones Unidas afirmó que, en el marco de una guerra entre los Estados venezolano y colombiano, se mantendría del lado de la Administración Duque.

Declaración ésta que se une a lo pronunciado por Donald Trump, también en la ONU: dijo a periodistas que «todas las opciones están sobre la mesa» en cuanto a Venezuela, siendo nuestro país también usado como un comodín electoral debido a los próximos comicios de medio término en Estados Unidos y la continua cartelización mediática que en esa nación predomina en torno a la demonización del Gobierno Bolivariano.

Rahm Emmanuel, funcionario de la Administración Obama, hizo énfasis en que el mismísimo Trump podría ordenar un (improbable) ataque militar contra Venezuela para los efectos positivos del Partido Republicano en las elecciones de noviembre, con la Florida como principal afluente de votos.

En esto último el presidente colombiano Iván Duque y el actual mandatario de la Casa Blanca tienen mucho en común, pero no sólo ello: los intereses de ese grupo de presión y lobby que existe en Washington para pujar una intervención contra Venezuela también se compaginan con los de ciertos sectores de la oligarquía bogotana y paisa (específicamente de Medellín, departamento de Antioquia).

Desde Colombia

El anuncio de que el Pentágono dio el visto bueno para que el buque hospital USNS Comfort (que siempre toma parte en conflictos militares) encallara en aguas colombianas, bajo la connivencia del gobierno de Duque, para supuestamente ayudar a los migrantes venezolanos en la frontera binacional, dio una importante alarma al gobierno de Maduro y a la FANB de que Colombia sería el principal agente de intervención.

Los cambios estratégicos en el fondo de las fuerzas armadas de Colombia bajo la Doctrina Damasco intentan darle una dinámica a la rama militar de su país que colinde con lo internacional, luego de que, en el marco de los Acuerdos de Paz con las FARC, se desplazara el concepto de «enemigo interno» por el móvil de ofrecer asistencia a escala regional y planetaria como socio global de la OTAN y principal aliado latinoamericano del Pentágono.

Esa preparación doctrinaria, aún en lento proceso, podría dar a pensar que el ejército colombiano buscaría internacionalizar su experiencia hacia otras zonas en conflicto, e incluso impulsar contextos beligerantes, con toda una estructura de apoyo detrás como la occidental.
Lo que podría o no hacer el ejército colombiano contra Venezuela sería ordenado por el jefe de la Casa de Nariño, Iván Duque, quien recibe presiones de distintos tipos para provocar una confrontación con el vecino país.

El propio presidente tiene como mentor político a Álvaro Uribe Vélez, ex presidente de Colombia durante dos periodos consecutivos ahora partícipe en el Senado, protagonista de momentos diplomáticos álgidos entre su gobierno y el de Hugo Chávez. Desde su curul, y también ante empresarios y políticos estadounidenses, ha defendido la estrategia de invasión militar contra Venezuela, o de golpe militar al gobierno de Nicolás Maduro.

Uribe representa sobre todo los intereses de la oligarquía paisa, pues su paso por la gobernación del departamento de Antioquia lo consolidó como uno de los operadores políticos más encumbrados de Colombia (siendo aliado comercial del famoso narco Pablo Escobar), cuestión que también lo llevó a la Presidencia de la República con una política de alto conflicto antiguerrillero y en el marco del Plan Colombia estadounidense. Fue durante su mandato en la Casa de Nariño que la violencia paramilitar recrudeció, al igual que los falsos positivos y los arrebatos de los carteles de la droga.

En la misma línea, tomando en cuenta la «opción militar» de Trump, el actual embajador colombiano en Estados Unidos, Francisco «Pacho» Santos, representante de la oligarquía bogotana al igual que su primo Juan Manuel Santos y vicepresidente durante la era Uribe (2002-2006, 2006-2010), dijo recientemente desde Washington que «todas las opciones valen para Venezuela», cuestión que creó animadversión en la opinión pública y mediática de Colombia pues un alto oficial diplomático sugiere que la invasión militar propuesta por Uribe es una política de Estado.

De la misma forma declaró el secretario general de la OEA, Luis Almagro, en la frontera colombo-venezolana, diciendo: «En cuanto a intervención militar para derrocar el régimen de Nicolás Maduro, creo que no debemos descartar ninguna opción».

Que tan singulares operadores políticos de alto rango declaren de manera tan similar sólo dicta al análisis que existe una cartelización en torno a esa estrategia de beligerancia extrema, en el que el ejército colombiano no está preparado aún para afrontar de manera convencional, con la FANB afianzada de recursos armamentísticos y doctrinarios militares y apoyos geopolíticos (China y Rusia) que cumplen la función de disuasión del conflicto
.
Respuesta y prospectiva

A pesar de que el embajador estadounidense en Colombia, Kevin Whitaker, fue categórico al expresar que, en un conflicto militar entre ambos países, el Pentágono haría lo propio para proteger a su principal aliado en América Latina, el presidente Iván Duque no está muy seguro de tomar el callejón militar.

Más bien, ha optado, al menos desde el discurso, por seguir la estrategia de presión internacional diplomática, y a través de sanciones, que el Grupo de Lima ha acompañado en los últimos 14 meses. El retiro de Colombia de la multilateral UNASUR, liderada por Venezuela, fue una de las primeras acciones que tomó Iván Duque como mecanismo de presión diplomático internacional, consecuencia de lo que dice en torno a la estrategia a seguir contra el chavismo.

Este cisma entre lo expresado por la dupla Uribe Vélez-«Pacho» Santos y Duque muestra claramente que no hay un consenso en torno a la agenda de intervención militar en el establishment colombiano que obligaría a enfilar todas las baterías contra Venezuela.

¿Las causas de este desencuentro de Duque? Podemos nombrar tres:

El aumento del narcotráfico es una crisis que ha puesto en tensión las relaciones entre Estados Unidos y Colombia, sobre todo por la manera en que se aproximan ambos Estados a una política contra los principales carteles. Es una paradoja que debe enfrentar, debido a que los activos del narco salvan a la economía colombiana. Duque afronta un contexto difícil en el que la capacidad del Estado para dar solución a la crisis interna se pone a prueba, siendo éste un eje fundamental de cualquier país.

La paz en Colombia está siendo amenazada por las turbulencias sociales producto del paramilitarismo y el mismo narcotráfico. Más de 150 líderes sociales han sido asesinados en 2018, y operadores de las FARC han denunciado el incumplimiento por parte del Estado de los Acuerdos de La Habana. Asimismo, posibles acuerdos con el ELN parecen en este momento difíciles de llegar por las prerrogativas que el mismo Duque aspira. Estados Unidos y la OTAN han sido enfáticos sobre la situación de paz que debe haber en Colombia para ascender a su ejército a la cúspide militar occidental como «socio global».

Una crisis de identidad política se ha establecido en el seno de la Administración Duque, pues Uribe Vélez toma los principales focos en cuanto a la vocería oficial y la política interna que toma el gobierno colombiano. Ante la opinión pública, Duque parece cada vez más un delfín del ex presidente antioqueño, cuestión que lo obliga a desentenderse de ciertas líneas fundamentales del uribismo, pero que lo coloca en un limbo discursivo y político cuyo sostén popular ha decrecido en un 12%, según los últimos sondeos.

Una crisis que debe enfrentar Duque es la situación que vive en estos momentos el departamento Norte de Santander, donde se votó mayoritariamente por él (77%) y donde también existe un abandono estatal sin precedentes en los últimos años

El gobierno de Venezuela tomó medidas económicas en torno al subsidio de la gasolina y al control cambiario que impactarían negativamente el negocio del contrabando de combustible, legalizado por Uribe Vélez durante su mandato, y que mantiene a flote (mínimamente) aquel departamento.

El combustible venezolano, a su vez, también sirve a los efectos de preparación de la cocaína que es comerciada por los carteles de la droga en las aproximaciones fronterizas colombo-venezolanas, y las medidas de Maduro afectarían de manera severa aquel narconegocio que tiene ganancias anuales de 12 mil millones de dólares, y que también oxigena de a poco el entramado económico del Norte de Santander y del país en general.

La dialéctica entre las medidas del subsidio de la gasolina por parte del Gobierno Bolivariano y la reacción de Bogotá pone en una encrucijada a Duque, quien desestima hasta los momentos una opción militar contra su vecino país pero que ya viene siendo presionado tanto por las oligarquías colombianas como por funcionarios estadounidenses, que tienen en el gobierno de Colombia, junto con el saliente de México, uno de sus aliados decisivos según la CIA.

En medio de esto, aún hay cosas por definir por parte de la Administración Duque para que la agenda de la intervención militar prosiga como lo definen Rubio, Almagro y Uribe. Lo cierto es que Miraflores ha acusado varias veces las amenazas que se ciernen a través de la frontera, teniendo conocimiento de los fuertes intereses y razones que tienen las élites occidentales para generar un contexto de guerra entre Venezuela y Colombia.

Misión Verdad / publicado por Amarelle
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 19 / Nº 2188 /10.10.2018
______

“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. Carlos Marx
_______

COMCOSUR AL DÍA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares / Apoyo técnico: Carlos Dárdano.
Colaboran:
ARGENTINA y URUGUAY: Luis E. Sabini Fernández
CENTROAMÉRICA y URUGUAY: Gustavo González URUGUAY: Pablo Alfano – Jorge Marrero – José Antonio Rocca – Jorge Zabalza.
DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC)/
Blog: nuevo.comcosur.org
Contacto: comcosur@comcosur.com.uy
Puedes seguir a Comcosur también en Facebook
_______________

powered by phpList