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URUGUAY: JULIO SPÓSITO A 49 AÑOS DE SU MUERTE – comcosur al día 2265 – 02.09.2020

COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2265 / miércoles 02.09.2020 Hoy:

1) Uruguay: Julio Spósito a 49 años de su muerte /Cecilia Duffau
2) Uruguay: 30 de agosto. Día Internacional del Detenido Desaparecido
3) 30 de agosto: Día Internacional del Detenido Desaparecido /Mateo Magnone Hugo
4) Uruguay: El mundo del revés /Marcelo Estefanell
5) Uruguay: Interferencias y gritos impidieron el interrogatorio a un exmilitar indagado por violaciones a los Derechos Humanos /Victoria Fernández
6) Uruguay. La militancia política y social en el deporte: el fin del silencio /Álvaro Levin
7) Franja de Gaza: un diseño israelí de muerte /Luis E. Sabini Fernández

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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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1) URUGUAY: JULIO SPÓSITO A 49 AÑOS DE SU MUERTE
1971 – 1 de setiembre – 2020

YO RECUERDO

¡Doy fe!
Yo estuve allí.
Yo estuve y padecí
y mantengo el testimonio
aunque no haya nadie que recuerde
yo soy el que recuerda
aunque no queden ojos en la Tierra
yo seguiré mirando
y aquí quedará ardiendo,
No hay olvido, señores y señoras,
y por mi boca herida
aquellas bocas seguirán cantando.
Pablo Neruda
…………….

POR LA ESPALDA

Fue por la espalda que le dieron muerte aquella tarde a Julio Spósito.

Mister Brown, el dueño CICSSA, se le había dado por vigilar la productividad de los obreros de la fábrica de envases de cartón armado con una escopeta. Los trabajadores, que estallaron en conflicto, consiguieron la inmediata solidaridad de los estudiantes. Los peajes, las pintadas y las movilizaciones contra el gringo bravucón se multiplicaron por toda la ciudad. El parlamento llamó entonces a Mister Brown para que diera explicaciones.

Aquel miércoles los militantes del FER nos convocamos a las 5 de la tarde para rodear el Palacio en repudio del patrón. Ahí me encontré con Julio que conversaba con otros compañeros, que militaban como nosotros en el FER del Suárez. Julio, aquel flaco, rubio de largos bigotes y barba crecida, con la misma campera de cuero negro de siempre. A Julio lo conocían todos, en el liceo y en el barrio, componía canciones y expresaba su compromiso en las cuerdas de la infaltable guitarra. Soñaba con la Iglesia de Camilo Torres y la construía con los jóvenes de la parroquia San Juan Bautista.

Los “guanacos”, las “chanchitas” y los “roperos” acechaban en las esquinas. De pronto se sintieron disparos y una nube de gases lacrimógenos inundó la concentración. Empezamos a correr hacia Medicina y a juntar piedras y a tirarles a los milicos. Julio y yo estábamos escondidos detrás de una palmera en la vereda de Química cuando una granada de gas estalló a mis pies. Quedé aturdida. “¡Vamos!” gritó Julio, arrastrándome de la mano y corriendo a refugiarnos en la Facultad. Entre el humo, los gritos y las sirenas subimos los escalones, entramos y ahí nomás apoyándose en mi hombro me dice “me parece que estoy herido”, no se sostuvo y cayó boca arriba.

Creíamos que se había desmayado por los gases, un compañero trajo alcohol para reanimarlo. Otro gritaba “¡un médico, que venga un médico!”. “Vamos a acostarlo en esa mesa” sugirió una compañera mientras se sacaba el Montgomery para abrigarlo. Entre varios compañeros lo vamos a levantar y el que pone la mano en la espalda la saca llena de sangre. Crucé Gral. Flores como pude, sintiendo los balazos, muerta de miedo.

El mismo decano –no lo olvidaré nunca, Pablo Carlevaro– indicó a otros estudiantes que lo llevaran a su camioneta que él lo llevaba directo al Clínicas. Lo pusimos sobre un pizarrón que ofició de camilla y lo sacamos por una puerta trasera. Dentro de la camioneta dos o tres estudiantes trataban de reanimarlo, no se sentían los latidos, casi ni respiraba… “Aunque esté muerto síganle dando” apremiaba Carlevaro. En pocos minutos llegamos pero ya sin tiempo…

19 años. Una bala 38 por la espalda. Nada más. Nunca un culpable.

Después de velarlo en San Juan Bautista y en el IAVA, una multitud inusitada lo acompañó a pie hasta el cementerio del Buceo exigiendo justicia.

El golpe de estado borró los reclamos.

La impunidad los sepultó.

Pero no hay olvido señores y señoras.

Cecilia Duffau
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2265 / miércoles 02.09.2020
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2) URUGUAY: 30 DE AGOSTO. DÍA INTERNACIONAL DEL DETENIDO DESAPARECIDO

Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos /30.08.2020

Hoy, en el Día Internacional del Detenido Desaparecido, sigue resonando con fuerza la inmensa manifestación social del pasado 20 de mayo. El calor con que cientos de iniciativas alumbraron esta lucha por todo el país.

Con la convicción que ese sentimiento perdura, es que organizamos esta actividad, para reflexionar sobre el sentido presente de esta lucha contra la desaparición forzada, que tiene una historia de muchos años ya, en Uruguay y en el mundo. Tan íntima y tan social, tan humana y tan política.

Decíamos el año pasado a propósito del hallazgo del cuerpo de Eduardo Bleier.

“Todo nos habla de lo que continúa oculto, nos cuestiona sobre quiénes lo ocultan y porqué. Pero también nos dice que es posible sacarlo a la luz. Con todo lo que esa luz enriquece nuestro presente.”

Y es desde este presente que queremos hablar. Hoy, 30 de agosto de 2020, la desaparición forzada sigue presente en Uruguay, enquistada en el ocultamiento de sus cuerpos.
La desaparición forzada es un delito de lesa humanidad, imprescriptible y permanente. Su efecto sobrepasa a la víctima directa, (asesinada y ocultada) que fue su objetivo primario, para dirigirlo a toda la sociedad, provocando en ella desconcierto, silencio, miedo, dificultad para demostrar lo que sucedió mientras mantiene la amenaza implícita para todo tipo de lucha. Esa es su inmensa gravedad. Un delito que no cesa hasta que se encuentren los restos y se desenmascare todo lo que se conjuga en él.

Para que haya perdurado en el tiempo, fue necesaria la complicidad del Estado; la inicial al momento de la detención o el secuestro y las sucesivas que lo mantienen oculto e impune. Incluyendo a los gobiernos posteriores a las dictaduras, que no cortaron de raíz sus efectos.

Para hacerlo se debieron tomar acciones muy firmes, que claramente separaran la democracia del Estado autoritario que nos sometió 12 años.

Uruguay debió juzgar todos los atropellos y crímenes apenas se instalara el gobierno en 1985. Y comenzar con la desarticulación y transformación a fondo de la institucionalidad del Estado dictatorial que se organizó para sojuzgar al país. Muy especialmente las Fuerzas Armadas que fueron su brazo ejecutor y principal protagonista.

La tardanza en la justicia, bloqueada y condicionada por la ley de caducidad, condenó a la sociedad a convivir con los criminales de Estado; y las Fuerzas Armadas continuaron sin ser cuestionadas ni reformuladas.

Así, desde aquel primer desacato de un Comandante en Jefe, cuando el Gral. Medina archiva las citaciones al juzgado, con la anuencia de Sanguinetti, pasando por la vergonzosa Ley de Impunidad, por las cobardes mentiras de sucesivos Comandantes y hasta por un nuevo crimen del Cóndor: Berríos, no se hizo otra cosa que naturalizar desbordes y privilegios que opacan y amenazan la calidad de nuestra democracia.

Cuanto más sabemos de los horrores y arbitrariedades de esos años, más incomprensible se hace esta tolerancia y continuidad. Así creció un poder corporativo paralelo, que emerge cada vez que ve tocados sus intereses, especialmente cerrando filas para no enfrentar a la Justicia.

Hoy desde una nutrida presencia parlamentaria, el partido militar, que integra la coalición de gobierno, propagandea impúdicamente los valores de la dictadura; defiende los crímenes de ésta y a sus ejecutores e Intenta reflotar la Ley de Caducidad con argumentos descalificadores y agresivos hacia el Poder Judicial.

Hoy, la misma angustiosa pregunta que nos hicimos cuando se los llevaron: ¿Dónde están?, sigue pendiente.

Los mismos reclamos de Verdad y Justicia siguen interpelando a los sucesivos gobiernos y aguardan respuestas, acciones que están, hoy como ayer, en manos del Estado.

Los avances alrededor de este tema han sido muchos y fueron posibles gracias al movimiento popular, a los trabajos de memoria, a la activa participación de jóvenes generaciones que defienden la memoria ya que entienden que el pasado y su presente están estrechamente vinculados y no quieren impunidad; al crecimiento de conciencia sobre la variedad de derechos y sus propias luchas por leyes que han ampliado nuestra visión de la libertad y el deber ser en sociedad.

Gracias a ese constante e intenso trabajo desde muchos sectores de la sociedad, el tema no sólo no ha podido ocultarse, sino que el conocimiento de la dictadura, la empatía por encontrar a los desaparecidos, y la persistencia en los tribunales de Justicia ha forzado a los políticos de todos los partidos a reconocer estos reclamos.

La Justicia, lentamente, ha ido integrando la imprescriptibilidad de estos delitos. La perseverancia de las causas, la sentencia de la CIDH, el trabajo de la Fiscalía Especializada, logran avances con algunos procesamientos de una enorme lista de imputados.

¡No es un logro menor! Hasta los que reclaman impunidad y acusan a la Justicia de venganza, reconocen implicitamente los gravísimos delitos cometidos.

Pero la dimensión de esta escasa justicia obtenida no ha conseguido dejar claro a los ojos de nuestro pueblo el carácter institucional de la represión durante el Terrorismo de Estado.

Nada de lo realizado se hizo sin contar con la aprobación de los más altos mandos y las órdenes precisas de toda la cadena jerárquica de las tres armas. No fueron elementos aislados que perdieron los parámetros quienes cometieron las atrocidades, ninguna operación fue realizada sin una planificación previa, órdenes específicas y detallados informes posteriores.

Los aún pocos archivos a los que hemos llegado nos lo confirman una y otra vez y las propias confesiones que revelan los Tribunales de Honor lo corroboran.
El pasado viernes hicimos públicas, nuevas actas de estos Tribunales. Allí los mismos militares que enfrentados a la Justicia cobardemente no admiten ni recuerdan nada, reconocen ante sus superiores haber secuestrado, torturado, asesinado, desaparecido; su participación en los sucesivos vuelos; y que todo lo ejecutaron cumpliendo órdenes precisas de los altos mandos.

Estas brutales confesiones, para los Generales de los tribunales y el comandante de turno, no manchan el honor militar. Tampoco fueron trasladadas a la Justicia común, como debieron haberlo hecho inmediatamente.

Desecharon la información que podían aportar sobre nuestros familiares y mintieron al decir a los Presidentes que no encontraron ni tienen forma de aportar nada. Una actitud de una tremenda gravedad mantenida al igual que por Manini, por todos los Comandantes en Jefe.

El Parlamento tiene nuevamente una oportunidad de dar un mensaje que fortalezca el respeto a la institucionalidad democrática, cuando deba expedirse sobre el desafuero del ahora Senador. Sería gravísimo que el Senado aceptara su presión y escudara en sus fueros una nueva evasión a la Justicia luego de sus inadmisibles omisiones cómplices cuando era Comandante en Jefe.

Apelamos una vez más a la conciencia, la información y la defensa de una democracia más plena y libre. Informada, atenta, involucrada; que no tolere las debilidades, los ocultamientos y las demoras en este tema. No más.

Sabemos que son muchos los problemas que nos preocupan a los uruguayos. El desempleo, los recortes presupuestales, las carencias básicas que trae; nuestros niños. También si podremos sostener con fuerza el reclamo, la lucha para no retroceder en las conquistas laborales y de derechos.

El 20 de mayo hubo un inmenso salto participativo desde distintas formas, que nos unió en un ¡Presente!, para que nunca más vivamos una dictadura en Uruguay.
En el corazón de esta lucha está siempre el derecho a la vida y la libertad, que atraviesa todas las luchas.

Que no tengan cabida en esta sociedad ni los crímenes ni sus perpetradores. Ni los ideólogos de estas barbaries.

No queremos estas Fuerzas Armadas, a las que debemos cuestionar su sentido, su número y objetivos en este pequeño país. Y especialmente sus valores.

La inmensa mayoría de los desaparecidos siguen secuestrados en predios militares, los datos están en sus archivos, como estaba el plano de ubicación de los restos de Miranda, los tienen los procesados como lo demuestran las confesiones de Gavazzo que desapareció el cuerpo de Gomensoro por orden de su jefe Cristi, las de Gilberto Vázquez y las del Pajarito Silveira, las tienen sus mandos obstinados en su pacto de omertá. Ningún gobernante a exigido decididamente esos datos.

¿Dónde están nuestros desaparecidos?
Por Verdad, Justicia y Memoria.
¡Presente!

Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2265 / miércoles 02.09.2020
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3) 30 DE AGOSTO: DÍA INTERNACIONAL DEL DETENIDO DESAPARECIDO

Por Mateo Magnone Hugo

Hay un vínculo humano con Familiares desde hace un buen tiempo, principalmente con algunas personas que integran Familiares. Humano, periodístico, investigativo, de consulta constante, y también hay vínculo atravesado por una historia familiar, la de Luz Ibarburu, mi tía abuela, y la búsqueda de Juan Pablo Recagno, uno de sus hijos. Pero creo que, incluso el mayor peso de la invitación a estar en esta mesa, está puesto en el interés periodístico, narrativo, cotidiano, por estos temas, que generan -ante casi cualquier cosa que pase en la vida, pequeña o grande- una suerte de coloque o postura en clave de derechos humanos. Eso, por su puesto es algo creo que bueno (incluso socialmente está bastante bien visto), pero claro, nos genera incongruencias permanentemente, y eso ofusca, perturba, pero también nos ayuda de alguna manera a tratar de afinar la mirada y los análisis con más cuidado, para llevar de uno mismo, de un colectivo al que pertenezca, las contradicciones a una mínima expresión: tal vez allí esté una de las grandes batallas, repito, cotidianas. Con las contradicciones, si de derechos humanos hablamos, hay que convivir, no querer barrerlas debajo de la almohada. En definitiva, creo que por este intento de trabajar sobre estos temas, desde la comunicación principalmente, es que estoy acá.

También por joven, y aquí aparece otro asunto. Cuando me pregunto por el vínculo de la juventud, de las nuevas generaciones, de mí, con estas historias, las de las desaparecidas y los desaparecidos, la de la búsqueda por verdad y justicia, pienso en una idea del psicólogo Marcelo Viñar que me gusta mucho y me sienta cómoda. En la presentación del libro sobre María Emilia Islas y Jorge Zaffaroni: Los padres de Mariana, de Francois Graña, Viñar –tal vez quien ha trabajado la memoria, sus sentidos, de la forma más constante e interesante- dijo que “La preguntas quién soy, de dónde vengo, para qué estoy, son preguntas universales. Las respuestas, decía Viñar, no se limitan a la vida propia, desde nacer a morir, sino que abarca la ascendencia (padres y abuelos) y la sucesión (hijos y nietos), lo sepamos o no, cinco generaciones son necesarias para configurar la humanidad de un ser humano”. Si dejamos que la idea de Viñar nos convenza –una idea centrada en la subjetividad-, tal vez podamos comprender cómo estos temas se meten en el interés de mucha gente, de las nuevas generaciones, casi como si los hubiesen vivido en un presente. En un marco de hipótesis, agrego otros elementos, que sí ya nacen de conversaciones –periodísticas o no- con jóvenes como yo, a veces menos y a veces más: entre los desaparecidos había chiquilinas y chiquilines, algunos no habían cumplido 20 años. Es cierto, el ejercicio de compararlos con sus pares etarios del presente no tiene mucho sentido, pero tal vez en los grupos que trabajan la memoria haya tantos jóvenes por acercamiento generacional con quienes estamos buscando. Gabriel Gatti decía que “con los detenidos desaparecidos, nada de lo que habitualmente encaja lo hace. Nada: los cuerpos se separan de las identidades y hasta las palabras se disocian de las cosas”. No voy a contradecir a Gabriel, primero porque él estudió muchísimo sobre la figura del desaparecido y segundo -y más importante- porque su vida ha estado absolutamente marcada, atravesada, por la desaparición familiar, y eso, en un posible análisis, es insustituible. Pero, en el sentido de una vida trunca, frenada por el terror, la identidad juvenil de los desaparecidos sigue estando viva y atrae, sensiblemente, a jóvenes de hoy. Pensemos en cómo el estudio de la historia reciente se instaló en secundaria y educación terciaria en la última década y media. No es casual la generación de muchísimos trabajos, colectivos, repito, desde secundaria y educación terciaria, con una pata particularmente interesante en la extensión universitaria, sobre la historia reciente: fábricas que resistieron la huelga general del 73 –zona noreste Montevideo-, los cuerpos encontrados en las costas de Rocha, los testimonios de las presas políticas, entre otros temas abordados. Aunque a algunos no les guste, los estudiantes de ayer, ocupan un lugar en el sentir, el pensar y el hacer de las y los estudiantes de hoy. Agrego, a este intento de mapeo o justificación del por qué buena parte de la juventud mantiene viva estas historias, algo que comentaba con una militante del grupo por memoria de Tacuarembó: el tiempo, los cambios, han generado otras luchas, otras disputas de sentidos, otros terrenos donde la concepción del derecho humano ha ingresado, donde hace no tantos años no estaba o estaba difuso. Estas nuevas disputas, la juventud, las ha hermanado. Quiero destacar el trabajo del colectivo “Jóvenes por la memoria” (2 de setiembre, en la Institución Nacional de Derechos Humanos, coordinan una charla sobre aspectos jurídicos y políticos en relación a DDHH e impunidad).
Ojo, digo todo esto creyendo que, casi como advertencia, hay que dejar que la juventud procese estos temas y se manifieste como pueda, sin imposiciones y sin querer generar figuras heroicas para que las emulen (eso es otra cosa, pero ya haré alguna referencia sobre la memoria monumentalista). Cada tanto aparecen notas sobre cómo ven los jóvenes los temas vinculados al pasado reciente. En una de Cecilia Bello para el semanario Brecha, ella cuenta que para su tesis de investigación en el marco de una maestría en Psicología y Educación en la Facultad de Psicología tuvo la oportunidad de acercarse a varios adolescentes y escucharlos hablar sobre el sentido que le dan al estudio de la dictadura. En las entrevistas, incluso a quienes estaban menos politizados, el tema de la desaparición les preocupaba, la idea de que una familia no supiera dónde está su hijo o su hermana, no pudiesen despedirlo, les perturbaba muchísimo. Es posible que esa sensación exista, en parte, porque hoy –por otros motivos y con otros mecanismos- sigue desapareciendo gente, jóvenes. Ya haré también alguna otra referencia a esto.

Mencioné a un grupo específico: el Colectivo Memoria Verdad y Justicia de Tacuarembó. Porque estos temas no son montevideanos y es bueno reafirmarlo. La Marcha del Silencio no es montevideana, está instalada en todo el país. Hay una enorme cantidad de grupos y comisiones –muchos, nucleados en “Interiores en red”- que trabajan la memoria y la verdad en los demás departamentos, al servicio de la justicia, Soriano como uno de los más visibles y ricos en la generación de discusiones y actividades, Bella Unión que acaba de publicar su libro, los jóvenes de Treinta y Tres, Salto, Canelones, Carmelo, Fray Bentos, etc. Además de que hay muchísima juventud trabajando en esos grupos, hay que recordar que las características de la impunidad en el interior son distintas a la de Montevideo. Se trata, en cierta medida, de una impunidad más cruda. Eso de estar en la panadería y encontrarte con quien te torturó, violó o con quien mató a un compañero, fue real, hay testimonios que lo certifican. La impunidad cotidiana, en la cotidiana. Aún se ha investigado y escrito poco sobre la dictadura fuera de Montevideo. En tal sentido, recomiendo el libro “Lo hicimos ayer, hoy y lo seguiremos haciendo”, de Javier Correa, sobre el autoritarismo civil militar en Durazno.

Hice una mención sobre la memoria monumentalista y traigo nuevamente a Viñar para ahondar en el tema. Escribió: “la razón de trabajar estos temas no es la de una memoria monumentalista y sagrada solo comprometida con el pasado, aunque contenga la deuda simbólica y el homenaje a aquellos cuya vida o proyecto quedó trunco. Es un trabajo por el mañana, por la memoria del porvenir, porque la cocina totalitaria se cuece en silencio, siempre a la sombra: ‘No lo sabíamos’ decían defensivamente los alemanes al terminar la guerra, buscando justificar su complicidad silenciosa y pasiva. Por eso es que necesitamos hablar, pensar, ventilar estas cosas horribles, en la tenue esperanza de que sea posible un ‘nunca más’. El deber de memoria -para usar la expresión de Primo Levi- es un deber con la historia”. Generar una memoria transformadora. Por eso hay que contar las historias mínimas, las que forman la general, para entenderla. Si nos quedamos con la foto y el nombre que están en el cartel, y no sabemos más nada de esa persona, nos quedamos en lo simbólico. A la pregunta ¿Dónde están?, agreguémosle ¿Quiénes eran? Desde hace unos meses intento reconstruir algunos vínculos que tuvieron desaparecidas y desaparecidos con el arte, con la práctica cultural en sus vidas: Me enteré que Maria Emilia Islas y Jorge Zaffaroni escribían poesía, tocaban la guitarra, cantaban. Miguel Mato, lo mismo (a Verónica le cantaba “Palabras para Julia” para que se durmiera), que a Mercedes Camiou, Héctor Castagnetto, Humberto Bellizi y Ruben Prieto les gustaba las manualidades y el trabajo con la plástica, que Juan Pablo Recagno había tocado el bajo en una fugaz banda de rock y dibujaba muy bien, me enteré que Eduardo Bleier tocaba el violín, gracias a una referencia de su familia y al desarrollo por parte de Alicia Lusiardo coordinadora del Grupo de Investigación en Antropología Forense. Quiero nombrar a este grupo, el GIAF, un equipo joven, que tiene que trabajar con un constante manejo de las frustraciones, en absoluto silencio, sin parafernalia mediática, reconstruyendo la muerte y a su vez la vida de los desaparecidos encontrados.

El trabajo de Imágenes del Silencio ha sido muy importante para combatir esa característica monumentalista. Felicito al equipo de fotógrafas y fotógrafos, y se los agradezco. Conocer las historias particulares de los desaparecidos ayuda –lo he conversado con amigos bastante- a desbarrancar la teoría de los dos demonios a la que todavía algunos se abrazan (Sanguinetti, con su habilidad de caer siempre bien parado, tal vez el más), pero también las historias particulares combaten la hegemonía narrativa que algunos personajes y sectores de la izquierda han instalado, y a su retroalimentación. La cuestión heroica, de alfombra roja. Ojalá las juventudes de esos sectores quieran y logren ganar espacio, y disputar ese discurso.

Vinculado a esto último, hasta hace no mucho tiempo, la resistencia a la dictadura ha sido escrita por hombres, sobre hombres. El ‘ser heroico’ de la narrativa hegemónica referida, y de otras, tapó el lugar de la mujer en aquellos años. Gracias a esas propias mujeres, a los empujones, sus historias comenzaron a aparecer. Desde el Taller de Género y Memoria Ex-presas políticas uruguayas –que decantó en los libros “Memoria para Armar”-, pasando por la denuncia de 2011 sobre violencia sexual (dolorosa en su ejecución y dolorosa en las respuestas obtenidas desde la justicia), los textos sobre Punta de Rieles y Paso de los Toros, hasta los trabajos actuales desde el Feminismo. Al principio hablé de la educación, la extensión universitaria: Recomiendo, para quienes no lo conocen, el proyecto “Sujetas sujetadas”, entre expresas políticas y estudiantes de Historia, Comunicación y Ciencias Sociales, en base al testimonio. Es una propuesta de formación integral en el campo del pasado reciente y los estudios feministas.

Por último. Familiares es una organización con un corazón grande enorme, más grande que su propio cuerpo, pero tiene una estructura flaca, brazos cortos. Es un problema y es una preocupación real en la interna de Familiares, lo he conversado con sus integrantes. Mucha gente cree que porque los 20 de mayo se juntan 200.000 personas en una marcha organizada por Familiares, Familiares es una organización grande. No y el tiempo, el desgaste, la frustración, golpea. Pero creo que es importante decir, y me hago cargo, que Familiares debe trabajar más en profundidad con las organizaciones sociales que hoy abordan la problemática de la desaparición de personas, hoy, mayormente jóvenes, niñas, por varias circunstancias, la trata es una. Hoy hay madres y familiares que no saben dónde están sus hijos, desde hace poco. Nadie sabe más sobre el tema, sobre su manejo, sobre el dolor, sobre el vínculo con una ausencia, que las madres y familiares de los desaparecidos durante la dictadura. El deseo es que esas historias, búsquedas y resistencias, se unan.

Les comentaba, y con esto cierro, sobre los intereses artísticos de las desaparecidas y los desaparecidos. Ada Margaret Burgueño, minuana, desapareció en Buenos Aires en 1977, con 24 años. Tocaba la guitarra y era poeta, escribía bastante:

“…Sólo el lacre acre de cien días y cien noches
o de los mil y un días y una noche
o de las mil y una noches y ni un día
simétricos deformes iguales redonditos
y yo en medio de tanto punto y línea, nada soy
y voy desparramando señales que ni se ven,
poniendo avisos en letra negrita, que dicen
cosas, que ni yo entiendo, pero igual espero,
que por ahí alguien sepa deletrear misivas
o las claves de mis pocos vistosos letreros,
que ni yo entiendo,
y asimismo,
yo espero”.

Mateo Magnone Hugo
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2265 / miércoles 02.09.2020
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4) URUGUAY: EL MUNDO DEL REVÉS

Por Marcelo Estefanell

Quienes en el pasado propusieron y votaron la Ley de Caducidad, primero, y apoyaron el voto amarillo para mantenerla, después, ahora cuestionan sin sonrojarse a los únicos gobernantes que llevaron a la justicia a los violadores de los derechos humanos y a los dictadores por sus prácticas aberrantes.

Se aprovechan de un laberinto jurídico y burocrático para sembrar la duda y la sospecha nada menos que sobre la Doctora Azucena Berruti y sobre nuestro —dos veces— Presidente de la República, el doctorTabaré Vázquez.

En vez de sumar solidariamente a la causa de la verdad y de la justicia, sacan pecho por un expediente con el que hábilmente jugaron a la mosqueta algunos funcionarios cómplices de los miembros de Tribunales de Honor, que se preocuparon más por una fuga de un correligionario de peluca que de las atrocidades que confiesa hizo y que pretendió hacer, como salir a matar, en plena democracia, nada más y nada menos que al presidente Tabaré Vázquez.

¿Quién puede creer, en su sano juicio, que Azucena y Tabaré ocultaron estas aberraciones y no dieron lugar a la Justicia?

Señores, no dividan, sumen.

No siembren cizaña porque solo cosecharán odios.

Y si están dispuestos —al fin— a sumarse a la lucha por los detenidos desaparecidos, bienvenidos sean, no es necesario hacer alaracas y batirse el parche en conferencias de prensa y sembrar sospechas sobre los únicos gobernantes que hicieron algo desde siempre por la verdad y por la justicia.

El día que puedan mostrar estos actos de gobierno, o similares, podrán hablar con autoridad moral y republicana.

Marcelo Estefanell /Enviada por Crysol
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2265 / miércoles 02.09.2020
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5) URUGUAY: INTERFERENCIAS Y GRITOS IMPIDIERON EL INTERROGATORIO A UN EXMILITAR INDAGADO POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS

Con una actitud “notoriamente violenta” la defensora Rossana Gavazzo intentó eliminar del acta una respuesta reveladora y la audiencia debió ser interrumpida; la jueza informó lo sucedido a la Suprema Corte y a la Fiscalía General.

Victoria Fernández /Búsqueda – 27 de Agosto al 2 de Setiembre de 2020

En el marco de la investigación por el secuestro y torturas de Pedro Risso y su esposa, Lydia Fernández, por parte de agentes del Cuerpo de Fusileros Navales (Fusna) en 1975, se realizó a fines de julio una audiencia para interrogar a uno de los militares denunciados, el excapitán de la Armada Eduardo Laffitte. Sin embargo, la instancia debió ser suspendida debido a las “permanentes interrupciones” y a la actitud “notoriamente violenta” de la abogada de Laffitte,

Rosana Gavazzo, hija del teniente coronel retirado José Nino Gavazzo, condenado por varias violaciones a los derechos humanos durante la dictadura (1973-1985).

Así fue detallado en un acta que dejó constancia de lo sucedido y que la jueza del caso, Isaura Tórtora, elevó el lunes 10 a la Suprema Corte de Justicia y a la Fiscalía General.

Según recoge el acta —a la que accedió Búsqueda—, la “gran tensión” provocada por el comportamiento de la abogada, que intentó reformular una respuesta comprometedora de su defendido e impidió que continuara dando información ante las preguntas de la jueza y de la fiscal Mariela Suárez, hizo imposible “avanzar en el desarrollo de la audiencia”.

Además, mientras el clima se tensaba, irrumpió en la audiencia —que se realizó en una sala abierta y expuesta al público debido a la emergencia sanitaria— la abogada y coronel del Ejército Gianella Frachelle (hija de uno de los militares investigados por violaciones a los derechos humanos), que mientras grababa el intercambio con su celular, gritaba que todo era “un atropello”. El actuario del juzgado le pidió que apagara su celular y se retirara del lugar, pero los incidentes no terminaron allí. En el momento en que se retiró la abogada se acercaron a la audiencia dos hombres que, ante la consulta del actuario, se negaron a identificarse o a explicar por qué estaban allí, y finalmente se fueron.

De acuerdo al acta, se evidenciaba para entonces un “evidentemente nerviosismo” en todos los presentes, al punto que la jueza decidió suspender la instancia debido a los “niveles de violencia”.

Sin embargo, la Fiscalía y la parte denunciante insistieron en que reconsiderara la decisión y retomara el interrogatorio para impedir más demoras en el proceso.
La jueza accedió y, en el decreto que resolvió la suspensión temporal de la audiencia, señaló que “el derecho de defensa que le asiste al indagado por normas de rango legal y constitucional no implica de ninguna forma que la defensa conteste en lugar del indagado, interfiriendo en la propia voluntad del indagado de responder las preguntas”.

Tras un impasse de cinco minutos, se reinició la audiencia, pero, para entonces, Laffitte se limitó a responder “no me consta” o “no sé” ante cada pregunta.

“Fue una situación muy tensa y desagradable”, dijo a Búsqueda Mariana Risso, hija del matrimonio Risso-Fernández, que se encontraba presente en la audiencia. “Más allá de interrumpir el trabajo de la Justicia, fue una absoluta falta de respeto. Esto va en contra de las garantías judiciales de todas las personas que estamos en el proceso”, afirmó.

Risso contó que en una audiencia realizada dos días antes para interrogar al excapitán de navío Alex Lebel, Gavazzo estuvo presente pese a que no es su defensora, y tuvo un comportamiento similar, interrumpiendo de forma constante el interrogatorio y acusando a la jueza de ser demasiado “benevolente” con los denunciantes.

“En todos los años de ejercicio que tengo es la primera vez que veo algo así. Es absolutamente inusual y significó una violación al debido proceso. Fue extremadamente violento y una verdadera falta de respeto a la jueza y a todos los que estábamos ahí”, declaró por su parte la defensora de Risso, María del Carmen Salazar. “Temo que sea parte de una estrategia de empezar a atacar personalmente a los jueces que intervienen en las causas”, añadió. La abogada señaló que el episodio se dio en un contexto en que se han intensificado las críticas al Poder Judicial y a la Fiscalía por su actuación en estos casos.

Cabildo Abierto y su líder, Guido Manini Ríos —que integra la coalición de gobierno— han hecho varios cuestionamientos a la actuación de la Justicia en las investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos, lo que provocó declaraciones de rechazo y alarma por parte de la Asociación de Magistrados.

También han criticado la actuación del fiscal especializado en Delitos de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, y del fiscal de Corte Jorge Díaz.

“A cada instante levantaba más la voz”

Risso y Fernández fueron detenidos en su casa en Ciudad Vieja el 4 de junio de 1975. Risso, que era dirigente sindical y militante del Movimiento 26 de marzo, estuvo preso 33 meses en el Fusna, mientras que Fernández fue liberada dos semanas después.

La investigación sobre el secuestro, la privación de libertad y las torturas infligidas al matrimonio se inició en octubre de 2011, luego de que Fernández presentara una denuncia en la Justicia, que tras su fallecimiento continuó su hija Mariana.

En la audiencia del 31 de julio, la jueza y la fiscal interrogaron a Laffitte sobre las funciones que cumplía en la fecha del secuestro. “Era director de la escuela de especialidades de la Armada”, respondió el capitán retirado. Dijo también que durante el período investigado no tuvo ningún vínculo con el Fusna, “salvo el adiestrar en la parte militar a los fusileros”. Consultado sobre si tuvo vínculo con el Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), Laffitte también lo negó, pero en ese momento su abogada manifestó que se oponía a la pregunta. El indagado de todos modos continuó su respuesta y dijo que había mantenido vínculo con el OCOA cuando fue comandante de fusileros entre 1978 y 1980.

El interrogatorio siguió sobre las actividades de Fusileros en 1975, y el indagado se refirió a los operativos, las investigaciones y las detenciones que realizaban. Consultado sobre si los detenidos (en el Fusna) eran interrogados, respondió que “para eso los tenían ahí”.

En ese momento la abogada interrumpió con “gran estado de molestia” y solicitó que se reformule la pregunta porque su defendido “no la había comprendido”. La jueza ordenó mantener la respuesta textual de Laffitte en el acta, pero “la Dra. Gavazzo insistió en la reformulación haciendo caso omiso a lo dispuesto por la magistrada”. A continuación, “anta cada pregunta que se formulaba” la abogada le decía a su defendido “no conteste”, o contestaba ella en su lugar.

La “interrupción continua de la audiencia” se vio “agravada por un tono exageradamente ofuscado” de Gavazzo, que “a cada instante levantaba más la voz”. El volumen era tal que los gritos fueron escuchados por los funcionarios que trabajaban en el piso inferior, describió el actuario que elaboró el acta.

Gavazzo también acusó a la jueza de dirigir la audiencia de forma parcializada y le dijo que la denunciaría ante la Suprema Corte. Tórtora ya fue denunciada en la Corte por la defensa de militares recientemente, luego de que ordenara el procesamiento con prisión del coronel Lawrie Rodríguez.

“Doctora, haga lo que tenga que hacer”, le respondió la magistrada ante la amenaza.

Victoria Fernández /Búsqueda
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2265 / miércoles 02.09.2020
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6) URUGUAY. LA MILITANCIA POLÍTICA Y SOCIAL EN EL DEPORTE: EL FIN DEL SILENCIO

Deportistas y clubes de distintas disciplinas comenzaron a manifestar su postura ante hechos políticos, sociales y económicos, en un tipo de militancia que les había sido ajena tradicionalmente.

Álvaro Levin /Sudestada /@alvarolevin, 22/08/2020

En contra de este silencio, en los últimos tiempos las reivindicaciones extra deportivas son tomadas en cuenta para el posicionamiento de algunas instituciones uruguayas en temas como la diversidad sexual, las violaciones a los derechos humanos en el pasado reciente y la reivindicación de los derechos laborales, entre otros asuntos de interés público.

“Nunca más dictadura” tuiteó el club Progreso el pasado 27 de junio; “humanamente diferentes y totalmente libres” posteó al otro día Villa Española con motivo del día del orgullo LGTB; “Ellos en nosotros. Contra la impunidad de ayer y de hoy. Verdad y Justicia”, escribió la organización Basquetbolistas Unidos Asociados (BUA) por el 20 de mayo, día en que se realiza desde 1996 la Marcha del Silencio. Clubes de fútbol como Wanderers, Plaza Colonia,, Fénix, Montevideo City Torque, River Plate o Cerro también forman parte de este grupo de instituciones que desde hace varios meses fijan sus posturas en temas políticos, sociales o económicos.

Uno de los primeros en expresar su postura ante diferentes reivindicaciones fue el actual director técnico de la selección uruguaya de fútbol, Oscar Washington Tabárez, quien durante su gestión al frente de las equipos nacionales defendió la necesidad de una la formación integral de los futbolistas, no sólo en aspectos deportivos sino también en referencia a valores y actitudes más allá del juego.

En parte, este fenómeno puede explicar el empoderamiento del grupo de jugadores de la selección uruguaya que a fines del año 2016 generó un fuerte conflicto por sus derechos de imagen con la empresa Tenfield. En ese momento, Tabárez salió a la arena pública para defender los reclamos de los futbolistas, en el entendido de que estaban reivindicando derechos laborales -en virtud de profesionalizar las condiciones de trabajo- y al mismo tiempo se planteó la participación y representación de los jugadores en los órganos de gobierno de fútbol, tal como establece el estatuto de la Asociación Uruguaya de Fútbol aprobado en Noviembre del 2018.

En esta misma línea pueden encontrarse casos de deportistas que a título individual participaron de campañas con contenido político o social. Ese fue el caso del futbolista Sebastián Fernández, de Nacional, quien formó parte de la serie de fotografías de la campaña “Imágenes del Silencio”, por el 20 de mayo.

También participaron de la campaña “Imágenes del Silencio” los entrenadores de basquetbol Javier Espíndola y Horacio “Tato” López y los deportistas Santiago “Bigote” López (Fútbol) Chris Namús (Boxeo), Sabina Bello (Basquetbol), Alejandro Nieto (Rugby), Ignacio Tempone (Judo), Richard Pellejero (Fútbol), Federico Bavosi (Basquetbol), Valeria Colman (Fútbol), así como la árbitra de primera división de fútbol Claudia Umpiérrez. Con la misma reivindicación hizo su aporte el futbolista de Wanderers Mathías Acuña.

Cambios sociales y comunicacionales

Consultado por Sudestada, el sociólogo Ignacio de Boni, docente del Instituto Superior de Educación Física de la Universidad de la República, estimó que “el mundo está más politizado, y en este sentido creo que esto ha pasado por arriba al deporte. Crisis global del capitalismo, reacción de la ultraderecha en diferentes rincones del planeta, una América Latina convulsionada, cambio de época en el Uruguay tras 15 años de gobierno progresista, cambiando por un gobierno (coalición) que pacta con la derecha militar… Llega un punto donde es muy difícil estar ajeno a lo que ocurre alrededor”.

En este contexto, las redes sociales reflejan la pluralidad de perspectivas y posturas políticas, donde ciertas instituciones deportivas optaron por pronunciarse ante situaciones políticas o sociales, al tiempo que las instituciones deportivas más populares del país, Nacional y Peñarol, se caracterizan por el silencio sostenido.

Sin embargo, los planteles de ambos clubes han participado de algunas iniciativas, adhiriendo a mensajes con contenido social. Por ejemplo, al igual que los planteles de los demás equipos de primera división del fútbol uruguayo, tras reiteradas agresiones físicas a maestras de escuelas públicas de Montevideo (escuela sanguinetti, escuela nº277 y nº225) durante los meses de setiembre y octubre del año 2019, coordinaron la acción de salir al campo de juego portando una pancarta cuyo texto decía «¡en la escuela se educa! ¡no se pega!».

Una interpretación respecto a las condiciones por las cuales se ha generado mayor visibilidad política de ciertas instituciones, dijo De Boni, “tiene que ver con residuos de la época progresista: desde el bloque social de los cambios se logró construir una sensibilidad social progresista y esto ha llegado y permeado al deporte… A modo de ejemplo, no me parece una casualidad la línea de sindicalización que se estableció en los jugadores de fútbol – con la movida de Más Unidos Que Nunca-, los trabajadores del carnaval –Guillermo Lamolle y Soledad Castro Lazaroff como figuras visibles- y la gremial de basquetbolistas (BUA). Refieren a colectivos que representan las mayores manifestaciones culturales del Uruguay, y al mismo tiempo defienden sus derechos de imagen frente a la misma empresa, Tenfield”.

A esto se le suma el cambio en la comunicación, el papel de las redes sociales y cómo los clubes intentan construir su “marca” a partir de los recursos y herramientas disponibles. Es habitual que haya mensajes en fechas comerciales, como el día del niño, madre, padre, abuelos. Y en la misma línea, también se solidarizan con causas como la concientización del autismo, contra el racismo, así como en el apoyo a familias y personas con discapacidad.

Ahora, el tema se torna más complejo cuando se abordan cuestiones polémicas desde el punto de vista político. Según De Boni, “hay ciertas luchas y posturas políticas que se van aceptando por el ‘establishment’. Y una de ellas tiene que ver con la diversidad sexual. En otras palabras, aceptar la tolerancia nos hace buenas personas”.

En un nivel más microsocial, el docente e investigador del Instituto Superior de Educación Física (Udelar), Bruno Mora, planteó una diferencia con la visibilidad mediática de las reivindicaciones y lo que ocurre en los territorios. “Hay que ver lo que está pasando a nivel de los clubes de barrio… Villa Española, Complejo Sacude en Casavalle, las redes en Malvín Norte, el Parque Público de Punta Yeguas… entiendo que la clase trabajadora, la universidad y los vecinos asociados generan resistencias más “capilarizadas” que la visibilidad de la política o de los medios de comunicación, y están generando una resistencia y participación a los modos hegemónicos de vivir… En Bella Italia hay todo un movimiento de organizaciones sociales y centros juveniles asociados a las ollas populares. Los jugadores y deportistas se están expresando hoy porque están pasando cosas que los impulsan a expresarse… además de que muchos de ellos pertenecen a estos barrios”.

La concientización política de los deportistas se cruza con las relaciones de poder, estimó Mora, ya que “los deportistas están en una etapa primitiva de considerarse trabajadores. Debe llegar a considerarse con el derecho de participar de su futuro y hasta ahora se les ha demostrado que existe un núcleo duro de poder que toma decisiones por encima de ellos, aunque, en algún punto se están abriendo otras posibilidades de pensar, ver y hacer al deporte”.

Por su parte, el periodista deportivo Rómulo Martínez Chenlo opinó que es muy claro “el cambio del paradigma de la comunicación pública, donde hay una necesidad de manifestarse más allá de la propia razón y situación. Y esto lleva también, a su opuesto, a la necesidad de no tomar posición sobre ciertas temáticas. La omisión por parte de los clubes de ciertos pronunciamientos, como expresión de entidades sociales que son, debería resultar de sorprendente para abajo, porque directamente no están haciendo lo que tendrían que hacer”.

El Villa y la «Cantina Sócrates»

«Nosotros creemos que un club social sí puede hablar de política –no partidaria- y también de darle una mano al barrio».

El club Villa Española compite en boxeo, atletismo y fútbol. Entre 2008 y 2013 el “Villa” estuvo al margen de los torneos de fútbol de la AUF, por lo que su regreso implicó un fuerte esfuerzo de hinchas y allegados al club. La llegada del jugador Santiago “Bigote” López primero y luego de Agustín Lucas –visibles figuras del movimiento de futbolista Más Unidos Que Nunca- permitió generar desde el plantel de fútbol una serie de acciones de fuerte compromiso político y social.

Talleres de economía familiar, sexualidad, acoso callejero y con familiares de detenidos desaparecidos, permitieron abordar cuestiones extra-futbolísticas en el vestuario del Estadio Obdulio Varela, gracias a los espacios que se generan desde la Comisión de Cultura de la institución. Entre otras cosas, esto ha permitido el reflote del atletismo y del boxeo.

También habilitó la actividad artística en la “Cantina Sócrates”, por la que ya han presentado espectáculos musicales Mandrake Wolf, Spuntone y Mendaro, Gerardo Nieto, Eduardo “Pitufo” Lombardo, entre otros.

Además, el arraigo de la institución en el barrio permitió presentarse al Presupuesto Participativo con la propuesta de arreglar la fachada de la sede, la cual quedó seleccionada y actualmente está por comenzar las obras. Todas las actividades se nuclean en el hashtag #culturadebarrio. En la web de la institución se especifica que la Comisión de Cultura “tiene por objetivo recomponer los lazos sociales en la comunidad, promover el sentido de pertenencia al barrio, revincular a los vecinos con el club y tejer redes entre las diferentes instituciones y grupos zonales, basados en la solidaridad, por intermedio de la educación popular, la cultura y el arte”.

Desde hace 3 años, cada 20 de mayo el equipo adhiere a la Marcha del Silencio. En 2018 jugaron un partido contra Deportivo Maldonado con una camiseta especial; en 2019 salieron a la cancha con una pancarta en apoyo a Familiares de Detenidos Desaparecidos, que sirvió como impulso para que otros equipos lo realizarán también (Cerro, Cerro Largo y Progreso); y en 2020 mandaron hacer una camiseta especial para jugar con la estampa al frente de Familiares.

En diálogo con Sudestada, el secretario de la institución, Omar Cazarré, contó que “hay gente que piensa que aquí es un equipo de fútbol y no tendría que meterse en cuestiones políticas… nosotros creemos que un club social sí puede hablar de política –no partidaria- y también de darle una mano al barrio. Por otro lado, si lo mirás desde el punto de vista más mezquino, lo social también ha repercutido en los deportivo… este año vendimos 150 camisetas, o sea juntamos 150 mil pesos en un momento muy complicado del país… para nosotros es cómo la llegada de Ronaldo a la Juventus”.

La atención por condiciones de trabajo de los funcionarios del club también forma parte del carácter militante del colectivo: tratar de estar al día de los sueldos –mínimos- que se le pagan a los futbolistas, cuidar los materiales y ropa de entrenamiento que llegaron este año, valorar el lavarropa nuevo que tiene la utilería. Pequeños detalles que hacen al día a día.

En cuanto a los posicionamientos públicos, Cazarré consideró que “los clubes chicos tienen más facilidades para expresarse, tal vez porque tienen menos para perder. De todas formas, aquí hay gente que dice que el club ‘es un comité de base’, o que la ‘cultura está matando al fútbol’. Lo que más le interesa es ir a la cancha y gritar los goles.

Nosotros agarramos esta directiva en 2018, y si no lo hacíamos esto desaparecía. Nuestra intención es reflotar lo social con otras organizaciones, construyendo colectivamente, aunque –vale aclarar- que son procesos que no están ajenos de contradicciones y fuertes discusiones”.

Las basquetbolistas con más incidencia

Desde fines del año 2019, la organización Basquetbolistas Unidos Asociados (BUA) tiene una rama femenina. Luego de muchos años sin representación y organización, las basquetbolistas están sindicalizadas al igual que los varones.

Un proceso de acumulación que incluye las finales de la liga femenina televisadas por primera vez en 2017, las jugadoras que se van a jugar al exterior (Florencia Niski y Camila Kirshenbaum actualmente en la Liga Femenina de España) así como el continuo trabajo en clubes como Bohemios, Malvín, Defensor en sus planteles femeninos.

La BUA se ha posicionado como un actor relevante en diálogo con la Federación Uruguaya de Basquetbol (FUBB). Por el lado de la rama masculina las principales reivindicaciones tienen que ver con la forma de disputa del torneo que permita promover el desarrollo de los jugadores más jóvenes, y tienen como principal referente a Leandro Taboada (presidente de la BUA) mientras que en el femenino el interés está en poder profesionalizar el deporte, ya que actualmente las jugadoras no tienen contratos ni reciben ingresos, por lo que su práctica es amateur.

Según Sabina Bello, jugadora de Malvín y vicepresidenta de la BUA, dijo que apuntan a que “las jugadoras puedan tener un poco más de peso en las decisiones de la FUBB. Este año se sabía cuándo arrancaba el Metro, la Liga, pero el femenino nada”.

Bello fue otra de las deportistas que participó del proyecto Imágenes del Silencio, porque desde la BUA hay un interés por interiorizarse en estas temáticas.

“Somos un poco nuevos en esto y de hecho se dio la discusión de cómo vamos a utilizar las redes institucionales ya que la línea entre lo gremial y lo político muchas veces es muy fina”, explicó. Este año, tanto por el día de los trabajadores como por la Marcha del Silencio la BUA realizó pronunciamientos en sus redes institucionales, y desde que se decretó la emergencia sanitaria por el coronavirus se han organizado en la recolección de alimentos y distribución de canastas.

Al mismo tiempo, las mujeres en el deporte forman parte de las reivindicaciones por igualdad, y en este sentido algunas señales y pronunciamientos sirven para posicionar los reclamos. “En el año 2018, con la selección uruguaya no pudimos participar del sudamericano, y yo en ese momento tuiteé “una vez más se evidencia que la FUBB sigue siendo una federación machista y desigual” y enseguida se armó una gran movida, me llamaron de programas, revistas, tremenda repercusión. Por lo tanto el tema está en la agenda y tiene que ver con el cambio que se está produciendo en la sociedad en cuánto a políticas de género… Cómo será que en 2016 me fui a jugar a México, y apenas hubo una mención en Facebook”, cuestionó Bello.

Los grandes silentes: Nacional y Peñarol

Sudestada realizó gestiones para conocer la voz institucional – tanto de Nacional como de Peñarol- respecto a cuáles fueron los motivos por los que los dos equipos más populares del Uruguay eluden el posicionamiento público tanto en aspectos como los derechos humanos, laborales o diversidad sexual. No se obtuvieron respuestas.

En la cuenta de twitter del equipo de fútbol femenino de Peñarol (actuales tricampeonas), por el día de la diversidad sexual, se modificó el logo del equipo con la leyenda “el amor es muy grande para estar dentro de un closet”, mientras que en la cuenta oficial (@oficialCAP) no hubo ningún pronunciamiento ni posteo alusivo.

Las relaciones entre política y fútbol no son nuevas, y que los dos partidos políticos tradicionales (Partido Colorado y Partido Nacional) estén vinculados a posiciones conservadores tampoco. El actual presidente de Peñarol, Jorge Barrera, no sólo es un reconocido abogado sino que fue diputado por el Partido Colorado en el período 2000-2005. Su antecesor, Juan Pedro Damiani, fue uno de los nombres que se manejó en filas coloradas como candidato en Montevideo para las elecciones departamentales de setiembre próximo.

De hecho, el presidente honorario del club es el actual senador Julio María Sanguinetti y dos veces Presidente del Uruguay (1985-1990 y 1995-2000). Y por último, el tesorero del club es el actual director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie.

El actual Presidente de Nacional, José Decurnex, fue gerente de IBM durante 29 años. Su antecesor, el contador José Luis Rodríguez también provenía del mundo empresarial (fue director financiero de la curtiembre Branáa, luego llamada Zenda).

Hasta 2015 el presidente de Nacional fue el economista Eduardo Ache (integrante del Partido Colorado), quien fue ministro de Industria, Energía y Minería (1992-1994) durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle, compañero de fórmula presidencial de Jorge Pacheco Areco en 1994, senador y presidente de Ancap. Hoy representa a Nacional en el Ejecutivo de la AUF.

Sobre la falta de pronunciamiento público de las instituciones más populares del Uruguay, como Nacional y Peñarol, Sudestada consultó a tres periodistas deportivos.

Santiago Díaz (Vera+ y M24) consideró que “Nacional y Peñarol apoyan ciertas cosas que serán poco controvertidas. Ya cuando exista algo que pueda dividir a sus socios optan por no hacerlo, como por ejemplo la Marcha del Silencio, porque hay gente en sus filas que piensan que es una causa sin importancia, de algo que pasó hace muchos años y que hay que dar vuelta la página. Se están jugando el rechazo de sus hinchas o socios”.

Por su parte, Patricia Pujol (ex Deportivo Uruguay) dijo que “no manifestarse también es un posicionamiento político. Yo creo que los clubes son un actor social con mucho peso y si bien representan los intereses de un colectivo muy diverso, lo que hagan o dejen de hacer tendrá siempre un impacto. Acá en Uruguay el posicionamiento de los clubes es un poco tímido o marginal, y en una sociedad democrática es deseable y para nada censurable que las instituciones tomen posiciones públicas”.

En tanto, Martín Rodríguez (M24, La Diaria, Tevé Ciudad), opinó que ambos clubes “por un lado tienen las hinchadas de, aproximadamente, un 90% de la gente. En estos clubes conviven sensibilidades políticas muy diversas. Un tema es que tenga la voluntad política de pagar el costo de que una gran parte de la hinchada se enoje, y en ese escenario siguen prefiriendo el enojo de la no mención y omisión. Se puede interpretar como una actitud cobarde o algo calculadora, del estilo ‘no levantes la perdiz que si decimos algo se nos arma lío’. Es bastante razonable pensar que en los clubes grandes sigue habiendo comisiones directivas más bien volcadas hacia el conservadurismo”.

Álvaro Levin /Sudestada, periodismo y transparencia
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7) FRANJA DE GAZA: UN DISEÑO ISRAELÍ DE MUERTE

Gaza: «atrapados, desesperados y abocados a suicidio». El proyecto israelí está basado en hacer la vida imposible y quebrar para que no aguanten más…

Por Luis E. Sabini Fernández, 20.08.2020

revistafuturos.noblogs.org

Una joven escritora anglo-egipcia, Yousra Samir Imran, ha «descendido» de su actividad hipermoderna, electrónica, y recogido, con sensibilidad, el cuadro psiquiátrico que se registra en la Franja de Gaza.: «atrapados, desesperados y abocados al suicidio» como titula su nota pasando revista a esta situación.

Los datos duros y crudos son reveladores: las sociedades musulmanas son muy renuentes al suicidio, pesa un tabú sobre semejante práctica.

Lo cual nos da una señal aun mayor de la gravedad de la situación.

Imran nos da el cuadro de Suleiman Al Ajuri, que hace año y medio tuvo mucha relevancia en la Franja de Gaza (en adelante FdG) fundando un movimiento social; «Queremos vivir», desmarcándose de las directivas de Hamas sobre el diminuto territorio.

Reacción más que comprensible: la FdG está bloqueada por Israel desde 2006, y desde el cruento golpe de estado del Ejército en Egipto, que asesinó a miles de musulmanes, estos militares se han sumado al cerco israelí cortando por completo el contacto territorial de FdG con el resto del mundo; la costa de la FdG está controlada por la Marina israelí que ha intervenido a veces violentamente, asesinando tripulantes para impedir la llegada de embarcaciones «ajenas» a la costa gaziana. Como por otra parte el Estado de Israel bombardeó y aniquiló el único aeropuerto de la FdG, el aislamiento es realmente total. (1)

Un apunte histórico: en 2005 Ariel Sharon decide evacuar las cuatro o cinco colonizaciones que habían implantado en FdG, a partir de la «Guerra de los 6 días» y la invasión consiguiente; un mordisco más al territorio palestino, y de buen tamaño. La colonización instaló allí unos 8 000 colonos. En una población total (entre la originaria y los cientos de miles de expulsados y fugitivos de Palestina en 1948) de algo más de millón y medio de habitantes.

Sharon consideró que la relación costo/beneficios era muy pesada para sostener esos emplazamientos respecto a la colonización de Cisjordania, donde los colonos ya se contaban por centenares de miles en medio de una población palestina algo menos densa. Y que a la FdG se le podía dar otro «tratamiento»; ‘ahora que quedan sólo palestinos, les vamos a hacer la vida imposible, los vamos a quebrar para que no aguanten más.’

Pese a baladronadas iniciales de los sionistas que habían arrebatado territorios en la FdG, en setiembre de 2005 Sharon los evacuó sin disparar un solo tiro y los confortó dándole suculentas reparaciones.
Los colonos, primero destrozaron cuidadosamente todas las lujosas instalaciones que habían levantado en la Franja con los multimillonarios fondos que reciben de EE.UU.; desde las paredes de los edificios hasta las cañerías y los jardines provistos de abundante agua, y lo que del mobiliario y equipamiento entendieron mejor no llevar. Luego de proceder al destrozo de «comodidades» que habrían provisto a cientos de miles de palestinos, dejaron todos esos restos, hecho añicos o pudriéndose en el territorio de la Franja y se fueron a recibir en la nueva colonización todo flamante del Estado de Israel.

Y desde esa primera noche, sin judíos en la zona, la fuerza aérea israelí sobrevoló la FdG con vuelos rasantes con velocidad superior a la del sonido, creando confusión entre el sonido fortísimo de tales vuelos y los de un bombardeo. Resultado consiguiente: una oleada de enuresis y de tímpanos rotos, sobre todo en población infantil.

Pero eso fue apenas el «aperitivo» sionista: ya vendrían los bombardeos de veras.

En 2006 tiene lugar las primeras elecciones de autoridades palestinas en mucho tiempo, con resultados confiables, con controles internacionales, como el del equipo de Jimmy Carter, y esta vez, en lugar de los resultados «previstos» por el gobierno de turno (Fatah y OLP desde hacía mucho), las votaciones dieron un porcentaje mayor a Hamas, una red religiosa islámica enfrentada a la dirección palestina anterior, laica (ubicada en la órbita del llamado «campo socialista»).

Ese resultado, en elecciones limpias, no fue del agrado del gobierno israelí ni de la dirección política palestina oficial. Israel llevó a prisión a decenas de candidatos de Hamas legítimamente elegidos. El triunfo de Hamas había sido muy marcado en la FdG; en Cisjordania, los resultados habían sido más parejos (carezco de datos de los llamados «árabes israelíes», es decir palestinos que han vivido ininterrumpidamente en el Estado de Israel desde 1948).

Violando el resultado electoral con detenciones y nombramientos arbitrarios, hubo diversas escaramuzas que dejaron a Cisjordania en manos de la OLP y a la FdG en las de Hamas.

Desde ese mismo momento, el cerco a la FdG se hizo férreo: sabiendo de la imposible autarquía de territorio tan pequeño y poblacionalmente sobrecargado, las autoridades alimentarias israelíes diseñaron un ingreso de mercadería para alimentos que no excediera una dieta ajustada para sus habitantes. El resultado práctico de semejante torniquete fue la inmediata falta de comida, porque no todo lo que se despacha llega en condiciones, por ejemplo. Y porque se estrechó la diversidad alimentaria.

La FdG tiene una costa de unos 50 km. Tradicionalmente, la pesca era un importante ingrediente alimentario. Pero con el cerco, los pescadores tendrán que dejar pasar cardúmenes porque la marina israelí les marcó un límite muy exiguo para pescar; y cada vez que alguna chalana quería aumentar su recolección, eran baleados. Los resultados no se hicieron esperar: cosecha de pescadores lisiados o muertos. E incluso de niños palestinos muertos jugando en la playa.

La aviación israelí bombardeó repetidas veces las usinas de potabilización, las de depuración, el puerto y el aeropuerto y en general todos los establecimientos vinculados al quehacer material, como el tratamiento de desechos.

Tratándose de una franja costera, los israelíes mediterráneos que tenían residuos de producción industrial o de consumo, aprovechándose del declive natural del terreno volcaban sus efluentes hacia la FdG, arruinando, de paso, las escasas superficies cultivables que en la FdG existen.

Tras estos «pasos de ablande», sobrevino, a fines de 2008, «la lección mayor»: el Ejército, que se llama de Defensa israelí, invadió la FdG y a toda su población, civil, por aire, mar y tierra, en un operativo con el muy expresivo nombre de «Plomo fundido», que destrozó decenas de miles de las viviendas del enclave, arrasando instalaciones, escuelas y servicios, matando a cientos de palestinos e hiriendo a miles.

Casi sin comida, con progresivo deterioro sanitario, con menguadísimos medios de comunicación y transporte (carreteras y vehículos deliberadamente dañados en ese ataque y en los que se repetirán en 2012 y 2014), el estado de la FdG se hace indescriptible: «ataques terrestres, aéreos, y marítimos sobre civiles, hospitales, escuelas, refugios, santuarios» (2) deberían convertirse de inmediato en un expediente en la ONU sobre crímenes de guerra. Pero no en esta ONU y menos si se trata de responsabilidades y atrocidades cometidas por el Estado de Israel.

Por eso el etnocidio llevado adelante por el sionismo y el Estado de Israel (con sus protectores históricos; el British Empire y «la Gran Democracia del Norte») se sigue perpetrando hasta ahora sin consecuencias a la vista.

En un viernes conmemorativo, en marzo de 2018, los palestinos iniciaron una Marcha de Reclamo por la Tierra (perdida, usurpada). No violenta, sin las rudimentarias armas usadas por Hamas y otras milicias armadas palestinas, sin piedras siquiera. El ejército de «Defensa» ha matado a centenares a lo largo de varios viernes de demanda pacífica y ha herido a varios miles, usando ante la supuesta invasión a francotiradores que han elegido concienzudamente los órganos o partes del cuerpo para realizar el mayor daño…).

Sucintamente, entonces, Suleiman Al Ajuri remató todos sus esfuerzos por cambiar la situación general y la suya particular, poniendo fin a su vida. Imran nos informa que en el último tiempo estaba siendo muy hostigado por Hamas y a la vez, proseguía sus esfuerzos para conseguir un pasaje, un pasaporte, un medio para ir a sobrevivir a otra parte. Infructuosamente.

Imran aclara: «El día en que murió Suleiman, otros tres jóvenes de Gaza se suicidaron. Ayman Al Ghoul, de 24 años, se arrojó desde el quinto piso de un edificio en el campo de refugiados de al-Shati. Una mujer de 30 años se ahorcó en Rafah, e Ibrahim Yassin, de 21 años, un maestro empleado por la UNRWA, murió a causa de las heridas sufridas tras prenderse fuego la semana anterior.

«El día después de la muerte de Suleiman, Ahmed Al Malahi se tragó cincuenta pastillas, una joven adolescente intentó tirarse por el balcón de su casa y una joven de 18 años se tragó decenas de pastillas en un intento de suicidio.

«Tres días después de esas desgracias, un joven de Gaza intentó saltar desde un balcón en el Ministerio de Asuntos Sociales cuando le negaron una ayuda. Y luego, el 9 de julio, Eyas Shehada fue arrestado por Hamas por amenazar con suicidarse si se ignoraban sus problemas. Eyas fue de puerta en puerta pidiendo ayuda a los funcionarios de Hamas mientras grababa un Facebook Live, hablando sobre su falta de vivienda, indigencia e impotencia para mantener a su familia.

«El periodista Usama Al Kahlout fue arrestado por Hamas ese día por cubrir la historia de Eyas. El Centro de Derechos Humanos Al Mezan informó que el día del funeral de Suleiman, trece de sus amigos fueron arrestados, nueve en el cementerio y cuatro en su casa cuando habían acudido a dar el pésame a su familia. Ese mismo día fueron arrestados dos periodistas que informaron sobre su suicidio.»

Imran destaca, certeramente, el papel de cancerbero mental que ejerce Hamas en la FdG. Y destaca también, con acierto, el papel de torniquete complementario, cómplice, de la dictadura egipcia sobre el enclave palestino, terminando de asfixiar ese territorio que constituye la prueba palpable del asesinato colectivo ejercido por los ejércitos sionistas en Palestina en 1948.

Imran hace hincapié en el deterioro creciente de la salud mental en la Franja. No sólo el hambre, la falta de agua (dosificada, como la luz, a no más de 2 o 4 horas diarias: el «consejo» de Sharon viento en popa), la desocupación forzosa (se ha bombardeado preferentemente no solo escuelas, hospitales y viviendas sino todo local productivo o empresario, particularmente si llegaba a producir algo que compitiera con un correspondiente israelí, como ha pasado destruyendo una muy conocida cerveza palestina…).
Pero la visión de Imran es desdichadamente apolítica. No conoce ni parece interesarle la historia: su «informe» es bueno, veraz, pero un puro presente. Como si el mundo no fuera una sucesión temporal; pasado-presente-futuro. Alojada en su eterno presente aconseja: «que Israel asuma sus responsabilidades para con la población ocupada.»

Como si Israel, enviando algunos asistentes; psicólogos ante intentos de suicidio, dietistas para mejorar la alimentación, urbanistas para redefinir los espacios habitacionales sistemáticamente derruidos en todas las operaciones de destrucción de ese territorio y de esa sociedad, pudiera remediar algo.

Imran ha perdido la brújula de las causas. Israel y sus elites de poder son los causantes, los forjadores de este estado de situación: es la forma judeosionista de eliminar una sociedad, que ha resultado un obstáculo a sus planes supuestamente bíblicos: volver a vivir a un sitio que se supone fue habitado por algunos, muy pocos de sus antecesores, unos miles de años atrás.

El sionismo es una colonización racista, como en general han sido todas las colonizaciones de tierras ya habitadas por oriundos, por indígenas, por natives, como el anglocolonialismo ha designado con desdén a esos humanos.

A diferencia de otras usurpaciones de tierra, el proyecto sionista ha resultado mucho más cerebral, valiéndose de las más diversas disciplinas para redondear sus planes y de algún modo simularlos. Al no emplear métodos más rudimentarios y totales, este estilo de colonización lleva más tiempo. Prácticamente en el caso de Palestina ha insumido todo el siglo XX y algo más en el tiempo, antes y después, es decir ahora, en el s XXI.

Con el «Acuerdo del Siglo», Netanyahu y Trump habían «finalmente» proyectado acabar con «la cuestión palestina en 2020, en junio, sobornando con chirolas a «los últimos mohicanos», pero no les funcionó.

Los palestinos han probado ser un pueblo con enorme resistencia y aguante, propio de su historia milenaria en el país, del cual la entente globalifílica quiere arrancarlos, y aunque el plan de implantación judía ha avanzado considerablemente, la liquidación que las élites de poder estadounidense e israelí habían pergeñado para este año ha naufragado.

Por cierto que, como nos recuerda Imran, existe un lado nefasto de Hamas; podríamos agregar otros: de la dirigencia egipcia, de otras organizaciones políticas palestinas, pero todos estos «actores» son absolutamente secundarios ante los verdaderos autores de las matanzas, de los sufrimientos, del etnocidio.

Y lo que avanza sí, es el conocimiento de la historia verdadera, desnudando tramo a tramo la historia oficial israelí: ya se sabe que los palestinos no se fueron llamados por radios árabes sino «persuadidos» por un método sumario; los sionistas llegaban a una aldea, mataban a media docena de varones y «exhortaban» al resto a abandonar sus moradas; si resistían, se tomaba otro pequeño conjunto de aldeanos, varones, jóvenes, se los mataba y probablemente «la vacuna» era suficiente para que el resto abandonara, sí, la aldea.

Ya sabemos que no era el David judío contra el Goliat árabe; sino más bien al revés; un enorme y bien pertrechado ejército judío que le permitió golpear a «los palestinos»; una sociedad árabe no militarizada.

Es el Estado de Israel y sus mandamases los que tendrán que dar explicaciones de tanta manipulación, del uso artero de los más diversos recursos, de los abusos, las matanzas, las torturas, el arrasamiento de centenares de aldeas, para que caiga de una vez por todas, la construcción atrozmente falsa de la figura del ‘ejército más moral del mundo’.

La humanidad tendrá en algún momento que saldar esta cuenta pendiente con la historia. Porque los humanos, tenemos, junto con tantos defectos, una necesidad radical, profunda, inevitable, propia de nuestra conciencia: conocer la verdad. Asumirla. Y actuar en consecuencia.

El mismo día en que rematé el análisis de una nota a mi modo de ver conmocionante sobre la desesperada situación de los habitantes de la Franja de Gaza, llega un «refuerzo» de la situación.

Lo que yo describiera se ha agravado: ya no pueden los pescadores de Gaza siquiera pescar cerca de la orilla; se les prohíbe salir.

Y ya no pende amenaza de bombardeo: ya han recomenzado.

La razón que da Israel: esos tercos palestinos están lanzando globos y cohetes (es tan ridículo referirse a misiles, que ya no los invocan).

Pero veamos el revés de la trama que un medio de información no palestino, -swissinfo- nos aclara:
«Israel ha bombardeado la Franja de Gaza casi todas las noches desde el 6 de agosto [este mes] en respuesta al lanzamiento de globos incendiarios, o incluso disparos de cohetes […] Estos disparos se producen tras la visita a Gaza e Israel de una delegación de Egipto […] que firmó la paz con el Estado hebreo en 1979. Egipto actuó de intermediario el año pasado, junto a la ONU y a Qatar, para firmar una tregua entre los dos bandos. Pero, pese a esta tregua, que prevé una ayuda financiera mensual de unos 30 millones de dólares pagados por el emirato de Qatar a Gaza, se producen enfrentamientos esporádicos entre Hamas e Israel [… para que Israel] permita el tránsito de este dinero.»

Allí está el cangrejo debajo de la piedra. Strip-tease revelado por fuente insospechable de «fanatismo árabe» o similar, como swissinfo. Que nos muestra el revés de la trama.

Moraleja: mucho no es como parece. Como decía Jacques Prévert: «gran hombre de Estado al tropezar / con una hermosa frase vacía / cae dentro / y … / jadeando / enseña los dientes /y la caries dental de sus pacíficos razonamientos / deja al descubierto el nervio de la guerra: / el delicado asunto del dinero.»

En concreto: luego del naufragio del «Acuerdo del siglo», un plan para doblegar totalmente y dar por concluida «la cuestión palestina», tramitado entre «los señores de la guerra», EE.UU. e Israel -«acuerdo» al cual los palestinos ni siquiera fueron invitados-, Israel se desquita empeorando todavía más la situación de la población de la FdG; casi dos millones de seres humanos aprisionados en un campo de concentración a cielo abierto.
Ante la impavidez generalizada.

Por ahora.

Recordemos que en 2020 se repiten, en las manifestaciones afro de EE.UU. contra el gatillo fácil, las consignas de Martin Luther King, de comienzos de la década de los ’60.
Sesenta años después. ¿Está todo igual?, ¿nada se mueve? No. Ahora hay más gente repudiando y consciente, ahora estamos más cerca de una masa crítica…
La verdad es invasiva. Afecta al «blanquismo» de los privilegiados madeinUSA; también lo hará con los privilegiados del experimento israelí.

Notas:
(1) Los palestinos en su desesperación ensayaron túneles, con enorme sacrificio para llevarlos manualmente adelante hacia territorio hoy ocupado por Israel o hacia Egipto, y lograr por ese medio imprescindibles víveres y recursos (también militares, que fue la excusa perfecta para desmontarlos), pero poco a poco tales túneles fueron detectados y anulados por las fuerzas combinadas de los militares israelíes y egipcios.
(2) James Petras, «El genocidio israelí y sus cómplices», La Haine, 16 ago 2014.

Luis E. Sabini Fernández
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2265 / miércoles 02.09.2020
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