1) Argentina: Ofelia Fernández fue reconocida por Time como una de las “líderes de la próxima generación”
2) Argentina: LÍNEA 144 contra la violencia de género: se realizaron 20 % mas de comunicaciones que el año pasado.
3) Brasil: Una mujer es víctima de feminicidio cada nueve horas
4) Centroamérica: Ser LGBTI en América Central es vivir en peligro
5) España: «Las mujeres hacemos cosas dentro de la cultura, la ciencia o la política, pero el patriarcado silencia sistemáticamente nuestros logros»
6) Perú. Registro oficial revela que más de 35 mil mujeres desaparecieron desde 2018
7) Uruguay: Las mujeres rurales dan pelea por autonomía económica, soberanía alimentaria y acceso a la salud frente al impacto de la pandemia
8) Uruguay: Proyecto de ley plantea que padres elijan la educación sexual de sus hijos acorde a “sus convicciones”
9) Uruguay: Se creó una Unidad de Género con atención personalizada
10) Mujeres rurales enfrentan discriminación racismo sistémico y pobreza estructural
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COMCOSUR MUJER /Fundado por Yessie Macchi / AÑO 26 / No. 663 – Lunes 19 de octubre de 2020 / Producción: Beatriz Alonso, Belén Itza y Cecilia Duffau /Apoyo técnico: Carlos Dárdano
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“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” Rosa Luxemburgo
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1) ARGENTINA: OFELIA FERNÁNDEZ FUE RECONOCIDA POR TIME COMO UNA DE LAS “LÍDERES DE LA PRÓXIMA GENERACIÓN”
La revista estadounidense Time destacó a Ofelia Fernández, la legisladora más joven de América Latina, como una de las “líderes de la próxima generación”.
La diputada feminista argentina por el Frente de Todos, que fue electa a los 19 años y hoy tiene 20, fue una de las caras más visibles de la campaña por la despenalización del aborto en el vecino país. Por eso, Time la define “como ‘un ícono de la llamada ola verde’”.
Fernández fue presidenta del Centro de Estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini durante dos años, y la voz de la toma de colegios contra la reforma educativa y de las tomas para denunciar situaciones de violencia de género dentro de la institución educativa. Fue la presidenta más joven de la historia en ese centro de estudiantes.
En un video realizado por Time para celebrar el reconocimiento, Fernandez dice que cada vez que se encuentra con pibes le transmiten que les hizo una invitación implícita a participar, a ser parte activa y a tener agencia de decisión sobre su propias vidas. “Y eso para mí ya hace que valga la pena”, expresa.
Fernandez también cuenta que la campaña del aborto develó varias pistas para el movimiento y para la construcción estratégica de la agenda feminista: “Nos hizo darnos cuenta de que teníamos que formalizar liderazgos propios y que, en esta consigna, y en otras, tenemos la capacidad de ser líderes”.
Para la legisladora latinoamericana más joven, “el futuro se construye en las decisiones que se toman hoy”. “Nuestro futuro se va a tratar de reducir daños en la medida en que nosotros dejemos que el presente se defina en las mismas mesas, por las mismas personas”, expresó. Y dijo que, como generación, “nos merecemos dejar de reducir daños, y de salvar platos que están por romperse”. Para adelante, “nos merecemos generar un piso de derechos que nos permita dar discusiones más evolucionadas, más progresivas, más radicales”. “Para eso laburo”, sentenció.
Time señaló que mientras para muchos veinteañeros “el confinamiento asociado al coronavirus significó horas de clases remotas y Netflix”, para Fernández fue tiempo dedicado “a crear leyes desde el living de su mamá”.
La revista estadounidense denunció los ataques que Fernández recibe todos los días en redes sociales. La define como “un objetivo para los trolls online”, ya que recibe a diario mensajes misóginos y amenazas. “La verdad es que me afecta; tengo que recordarme a mí misma que lo hacen no sólo para que yo me resigne, sino para alejar a las mujeres que se sienten inspiradas por mí para dar un paso adelante e involucrarse activamente en la militancia estudiantil, sindical o política. Así que tengo que resistir”, asegura la legisladora.
En junio de este año, 4.000 funcionarias, funcionarios y figuras culturales firmaron una declaración condenando el abuso en su contra y lo calificaron de violencia política.
El reconocimiento de Time generó de hecho un aluvión de estos mensajes violentos, a los que Fernández respondió con un tuit: “Estos obsesionados me odiarán mucho pero reconozcan que les hice pasar una experiencia muy educativa, algo de inglés tienen que haber aprendido de estar horas clavados a Google Rranslate para poner communist bitch bad taking college [comunista puta mala tomadora de colegios]”.
También respondió a los mensajes de apoyo: “Al resto, gracias por todo el amor de hoy. Para mí es un orgullo que Argentina sea reconocida por la fuerza y espacio de las nuevas generaciones. Gracias siempre al movimiento que me trajo hasta acá”.
Según señala Cosecha Roja en un artículo que tituló “Ofelia en el país de los trolls”, a Fernández le significó resistir a “una nueva ola de agresión de la derecha troll argentina”. “Los insultos, las amenazas, las burlas a su cuerpo, las capturas de supuestos tuits borrados totalmente fabricadas: una nueva ola de todo eso que le devuelven las redes sociales a cada paso de su carrera política iba a volver”, señala el medio argentino ante este reconocimiento.
Explica que, justamente, todo lo que la revista Time destaca “son las mismas razones por las que la derecha troll argentina se obsesionó con ella”. “Los ataques a Ofelia se volvieron tan indivisibles de su mera existencia en la arena política que hasta en el propio perfil de la revista lo ve venir”.
Y agrega: “Resistir, para Ofelia, es seguir adelante frente a las agresiones, sin poder hacer mucho más que exponer algunos de los mensajes que recibe sistemáticamente. ¿Cuál sería la alternativa? Bajar el perfil, decir menos, despegarse de las redes sociales. En definitiva, callar. Ser censurada por una muchedumbre que va desde los periodistas de la derecha vernácula hasta un sin fin de cuentas con nombres de fantasía”.
Cosecha Roja destaca que este tipo de ataques en redes son reiterativos. Todos tienen una similitud: atacan a las mujeres jóvenes que hacen política.
La Diaria / COMCOSUR MUJER Nº 663 – 19/10/2020
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2) ARGENTINA: LÍNEA 144 CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO: SE REALIZARON 74.309 COMUNICACIONES, UN 20% MÁS QUE EL AÑO PASADO
El Ministerio de Mujeres, Género e Igualdad dio a conocer a través de un informe, el total de comunicaciones recibidas por la línea 144 a causa de la violencia de género. El mismo abarca el periodo entre los meses de enero y agosto de este año; en total se realizaron 74.309 comunicaciones, un 20% más que el año pasado. Los datos son de elaboración propia, gracias al sector técnico de registros y base de datos de la línea 144.
El informe detalla que el promedio diario de llamados recibidos varía entre los entre los 270 y 340, siendo el mes de julio uno de los más altos, con 336 llamados. A su vez, explica que la mayoría de los llamados provienen de la provincia de Buenos Aires, con un total de 12.083. Entre las provincias con menos contactos telefónicos se registraron La Pampa con 14 llamados y Santa cruz con 25.
En el documento se explica también los distintos motivos por los cuales las víctimas se comunican con la línea: casi la totalidad de las personas refirieron sufrir violencia psicológica por parte de su agresor. Las estadísticas demuestran que un 89% correspondió a la modalidad de violencia doméstica, un 67% refirió haber atravesado por violencia física, y en menor cantidad pero en igual importancia, un 13% de estas llamadas manifestaron haber sufrido hechos de violencia sexual.
Revelando los datos de la persona en situación de violencia, las llamadas fueron en 98% realizadas por mujeres de entre 15 y 44 años de edad, y de las cuales el 2% se encontraba embarazada. El informe también arroja los datos de la persona agresora: el 91% del total fueron varones y el 43% involucra a una ex o actual pareja. Asimismo, es importante remarcar que, sobre las denuncias o consultas previas, 1.797 personas ya tenían medidas de prevención vigentes.
La mayoría de las comunicaciones vinculadas a las violencias de género fueron durante el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO). Desde el 20 de marzo al 31 de agosto, se realizaron 53.081 comunicaciones totales. Si se compara con la misma cantidad de días de ASPO, pero en el lapso que va desde el 7 de octubre al 19 de marzo, el aumento de las llamadas es de un 20%. Sin embargo, si se compara por meses, durante marzo de este año hubo un 19% menos de llamadas, con respecto al año pasado; de abril en adelante, las llamadas aumentaron con respecto al 2019.
Cabe recordar que se instalaron nuevas líneas de apoyo durante el aislamiento, como los canales de atención vía mail (linea144@mingeneros.gob.ar) o WhatsApp (1127716463).
Agencia Paco Urondo / COMCOSUR MUJER Nº 663 – 19/10/2020
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3) BRASIL: UNA MUJER ES VÍCTIMA DE FEMINICIDIO CADA NUEVE HORAS
Al menos 497 mujeres han sido víctimas de feminicidio en Brasil desde el inicio de la pandemia en el país sudamericano.
De acuerdo a los datos del informe Un virus y dos guerras, realizado por una asociación entre siete medios de periodismo independientes revela que Brasil reportó un feminicidio cada nueve horas entre marzo y agosto, con un promedio de tres muertes por día.
Los estados con más feminicidios en el período son Sao Paulo, con 79 casos, Minas Gerais (64) y Bahía (49).
De marzo a agosto, el país registró una tasa de femicidio por cada 100 mil mujeres habitantes de 0.56. 12 estados, que en conjunto representan el 49% de la población femenina del total analizado, tuvieron tasas por encima de este promedio nacional y fueron responsables del 67 por ciento de las muertes por defunciones (331 femicidios).
Entre los estados que registraron los mayores incrementos se encuentran Mato Grosso (1.72), Acre (1.32) y Mato Grosso do Sul (1.16).
La actualización reveló que entre mayo y agosto se registraron 304 casos más de feminicidio, un 11 por ciento menos que en el mismo período de 2019. La primera encuesta de la serie, publicada en junio, mostró que en marzo y abril, cuando comenzó la cuarentena a causa del virus, 195 mujeres fueron asesinadas en 20 estados.
Para la directora de la Red de Salud Feminista, Télia Negrão, indica que el número de intentos de feminicidio sigue en aumento. “La tipificación es muy reciente y los feminicidios se pueden caracterizar como homicidios. Lo que sí podemos decir, de hecho, es una reducción puntual de las notificaciones”.
La serie One Virus y Two Wars monitoreará los casos de feminicidio y violencia doméstica en el período de la pandemia hasta finales de 2020. El objetivo es visibilizar este fenómeno, fortalecer la red de apoyo y fomentar el debate sobre la creación o mantenimiento de políticas públicas para prevenir la violencia de género en Brasil.
TeleSur/ COMCOSUR MUJER Nº 663 – 19/10/2020
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4) CENTROAMÉRICA: SER LGBTI EN EL TRIÁNGULO NORTE DE AMÉRICA CENTRAL ES VIVIR EN PELIGRO
Los gobiernos del llamado Triángulo Norte de Centroamérica no han hecho los esfuerzos suficientes para garantizar la integridad y seguridad de las personas LGBTI en sus países. Por eso, muches se ven obligades a escapar principalmente a Estados Unidos donde rechazan su solicitud de asilo, señala un informe realizado por la organización Human Rights Watch (HRW).
El informe “Vivo cada día con miedo’: Violencia y discriminación contra las personas LGBT en El Salvador, Guatemala y Honduras y obstáculos al asilo en Estados Unidos” recoge los testimonios de 116 personas de los tres países.
El Estado y las pandillas: principales amenazas
Según el estudio de HRW, los principales actores que atentan contra la comunidad son los cuerpos de seguridad del Estado, como policías, soldados, las pandillas, el crimen organizado y sus propias familias, sin que los estados garanticen su protección.
“Los gobiernos del Triángulo Norte no brindan una protección adecuada a las personas LGBT contra la violencia y la discriminación, y que estas deben sortear graves obstáculos si intentan obtener asilo en Estados Unidos”, señaló Human Rights Watch en un comunicado.
Los gobiernos de los tres países son conservadores, como el del hondureño Juan Orlando Hernández y el guatemalteco Alejandro Giammattei, o el estilo totalitario del salvadoreño Nayib Bukele, quién suprimió la dirección de la diversidad sexual en 2019 y adoptó otras medidas que contravienen los derechos de la población como la anulación de la única línea telefónica para recibir denuncias de discriminación y ataques.
Huyendo de la pobreza y los altos niveles de violencia, miles de centroamericanos salen de sus países en busca de mejores oportunidades. Desde 2018, hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, formaron caravanas de migrantes que intentaron cruzar a Estados Unidos, muchos perdieron la vida y fueron deportados hacia sus países.
Trump y el rechazo de Estados Unidos
El éxodo desató el enojo del presidente Donald Trump, quien reforzó las medidas de seguridad en las fronteras y coordinó estrategias de contención de los países de origen para frenar el flujo de personas.
El presidente estadounidense Donald Trump también anunció el 20 de abril, en el marco de la crisis por coronavirus, que su país estableció la suspensión temporal de peticiones de asilo humanitario, afectando a la población de la diversidad sexual.
Para las organizaciones defensoras de los derechos LGBTI, esta política pone en riesgo de muerte a las personas migrantes que huyen de sus países de origen para salvar su vida.
“Para algunas personas LGBT de la región, pedir asilo en Estados Unidos es la única esperanza de seguridad. Pero el gobierno de Trump lo impide de todas las maneras posibles”, expresó Neela Goshal investigadora sénior sobre derechos de las personas LGBT de HRW.
Sin condena para los crímenes de odio
Human Rights Watch destaca que tanto Honduras como El Salvador han aprobado leyes sobre delitos de odio en los últimos 10 años, pero ninguno de estos países ha impuesto condenas por esos delitos.
En julio, en un fallo inédito, tres policías fueron condenados a 20 años de prisión, luego que un juez los encontrara culpables de asesinar con brutalidad a la mujer trans, Camila Díaz, sin embargo, el agravante de crimen de odio no fue incluido.
Camila Díaz, que era perseguida por la pandilla Barrio 18, viajó a Estados Unidos y solicitó asilo, pero le fue denegado por las autoridades.
Bianka Rodríguez, directora de Comunicando y Capacitando a Mujeres Trans (COMCAVIS TRANS), dijo a Presentes que en Centroamérica no existen las condiciones necesarias para que la población LGBTI pueda desarrollarse plenamente, debido a políticas de exclusión y discriminación, muchas veces impulsadas desde el Estado.
“Vivimos en países cimentados por sistemas o patrones heteropatriarcales y a esto se le suma a la crisis económica, política y de poca transparencia, que también contribuyen a que no se obtengan esos medios necesarios para asegurar el sostenimiento de la vida de las personas LGBTI y de sus familias”, dijo a Rodríguez a Presentes.
Según COMCAVIS registra desde 2015 hasta la fecha, unas 450 personas de la población LGBTI han salido del país, en busca de protección internacional, mientras que de enero a junio de 2020, unas 110 personas se debieron desplazar, en el contexto de la pandemia, por razones de violencia, persecución y amenazas en El Salvador.
Agencia Presentes / Paula Rosales / COMCOSUR MUJER Nº 663 – 19/10/2020
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5) ESPAÑA: «LAS MUJERES HACEMOS COSAS DENTRO DE LA CULTURA, LA CIENCIA O LA POLÍTICA, PERO EL PATRIARCADO SILENCIA SISTEMÁTICAMENTE NUESTROS LOGROS»
La cineasta Chus Gutiérrez presenta el documental ‘Rol & Rol’, en el que analiza la representación de las mujeres en los medios de comunicación y cómo esta afecta a las estructuras de liderazgo y a los comportamientos de la sociedad
Inspirada en el círculo vital que comienza en su madre (una mujer con siete hijos que logró ser empresaria durante la dictadura franquista) y continúa en su hija (la actriz Alba Fernández), la cineasta Chus Gutiérrez desenreda algunos de los eslabones de la cadena de opresión que se ejerce sobre las mujeres y la discriminación de las que somos objeto. Lo hace en el documental Rol & Rol, que se ha presentado en el Festival de Málaga, en Valencia, en los cines Renoir de Madrid y, próximamente, en la Seminci de Valladolid. Y lo hace analizando la representación de las mujeres en los medios de comunicación (publicidad, prensa, cine y televisión), y cómo esta afecta a las estructuras de liderazgo y a los comportamientos emocionales, y políticos, de la sociedad.
Para ello se sirve de la experiencia y el testimonio de mujeres con una trayectoria profesional destacada en el ámbito de la política, la ciencia, el arte o los medios y la comunicación: Nouzha Skalli, Mª Teresa Fernández de la Vega, Mónica Oltra, Anna Serner, María Gimeno, Yolanda Domínguez, Lorena Muñoz e Icíar Bollaín, entre otras. Y se apoya en datos demoledores sobre la presencia y la relevancia de las mujeres en esos ámbitos. Su objetivo, transformar la sociedad y que su documental forme parte de un imprescindible motor de cambio.
Directora y guionista de cine, Chus Gutiérrez es una de las cineastas más reconocidas en España. Nacida en Granada en 1962, estudió cine en el City College de Nueva York y formó parte de la banda musical Xoxonees. Es socia fundadora de la Asociación de Mujeres Cineastas CIMA. Ha dirigido películas y documentales: en 1991 rodó en Estado Unidos su primer largometraje, Sublet, con el que ganó la Caracola de Oro en la Muestra Cinematográfica del Atlántico Alcances, en Cádiz. En España ha dirigido Sexo oral (1994) y Alma gitana (1995). El calentito (2005) es una película ambientada en la llamada ‘movida madrileña’ y Retorno a Hansala (2008) narra la problemática de la migración africana. Ha trabajado también como actriz en Te doy mis ojos, de Icíar Bollaín. Sus películas han participado en Festivales Internacionales como el de Venecia, Guadalajara o Toronto.
¿Cómo surge la idea de hacer este documental?
Vivir y observar lo que ocurre a mi alrededor siempre ha sido para mí la mayor fuente de inspiración. En 2008 rodé la película Retorno a Hansala en una aldea bereber de las montañas del Atlas, en Marruecos. Por casualidad, y no por una decisión consciente, resultó que la directora, la ayudante de dirección, la jefa de producción y otras personas con responsabilidad en el rodaje éramos mujeres. Las mujeres de Hansala eran en su mayoría analfabetas y cumplían roles clásicos dentro de la sociedad de la aldea. Observaron al equipo de grabación femenino en silencio y un mes después de nuestra partida decidieron acudir al Consejo de Ancianos de la aldea y comunicarles su voluntad de formar parte de él. El Consejo de Ancianos es el lugar de toma de decisiones sobre los problemas y necesidades de la comunidad. Cuando supe de esa toma de conciencia y de esa decisión me di cuenta de la importancia de los modelos y de la fuerza que tiene el poder identificarte con una igual.
¿Había abordado antes en su obra las problemáticas políticas y culturales que afectan a las mujeres? ¿Cree que este es el momento de hacerlo?
Cuando empecé a hacer cine a principios de los noventa no era consciente de la desigualdad y de la importancia que tiene contar el mundo a través de la mirada de las mujeres. Supongo que pensaba que ya vivíamos en igualdad, pero el tiempo ha confirmado que los cambios se producen muy lentamente y sí, creo que estamos en un momento en el que la sociedad demanda más velocidad. El planeta nos está pidiendo un cambio profundo y las mujeres y su forma de hacer las cosas tienen que formar parte de ese cambio. Como directora y como mujer, me siento comprometida en la lucha por la igualdad y en la construcción de referentes que nos ayuden a mujeres y hombres a crear una sociedad más justa, más completa y más diversa. Muchas otras mujeres están levantando la voz por una mayor y más constructiva representación de las mujeres en los medios, en el cine y en las distintas esferas de la comunicación.
Sin embargo, las cifras de esa representación siguen resultando desalentadoras.
Las mujeres y las niñas conforman el 51% de la población, pero los personajes femeninos están subrepresentados en las películas, en los programas de televisión, en los contenidos infantiles y en la publicidad. El ratio de representación es aproximadamente de 3:1. Creo que el problema no es que las mujeres no estemos haciendo cosas dentro de la cultura, la ciencia o la política, sino que el sistema silencia sistemáticamente nuestros logros y no nos visibiliza de la misma manera y con la misma contundencia que a nuestros compañeros varones. No pienso que sea premeditado o malicioso, simplemente ocurre, y por eso tenemos que estar alerta, cada una, cada uno, desde nuestra pequeña parcela de responsabilidad. Ser conscientes de lo que ocurre es el primer paso para cambiar cosas.
Rol & Rol es, por tanto, un documental de activismo feminista.
Soy activista en mi cine y en mi vida. No puedo separar lo que hago de lo que siento, y lo que me dice mi intuición es que cualquier aportación positiva tiene consecuencias. CIMA ha conseguido visibilizar el problema de la falta de mujeres en el audiovisual y poner en evidencia las estructuras de poder que las expulsa y les impide contar sus historias, su manera de entender las emociones y sus prioridades vitales. Como dice Eduardo Galeano: «Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo».
¿Ha encontrado dificultades para rodar este documental derivadas de esa naturaleza activista?
El patriarcado utiliza cualquier excusa para atacar a las mujeres y minimizarlas. Da igual lo que hagamos. Lo importante es tener claro el objetivo y no desfallecer. Financiar este documental no ha sido fácil, pues la primera reacción de las televisiones era cuestionar por qué queríamos hacer otro documental de mujeres. Como si todos los documentales de mujeres fueran iguales y nosotras fuéramos clones. Obviando, además, mi trayectoria como cineasta y menospreciando mi posible aportación a un tema fundamental en nuestra sociedad.
Una aportación que puede servir de referencia a las mujeres más jóvenes.
Hay una gran mayoría de mujeres, también de hombres, que quieren un cambio. Pero no es tan fácil. Por eso este documental, para ser conscientes de dónde estamos. Es verdad que han cambiado muchas cosas, no estamos como hace cien años, pero en realidad el patriarcado sigue ejerciendo a sus anchas. Para mí lo importante es ser conscientes de dónde estamos y que tenemos que seguir. Porque mi sorpresa es que las jóvenes creen que estamos en el máximo de la lucha, que hemos llegado a la igualdad y que ya está, que vamos a la manifestación el 8 de marzo y estamos genial. No, no estamos genial. Hay una cosa impresionante que no aparece en el documental, un dato increíble: de mil estudiantes en toda Europa de carreras tecnológicas, que van a ser el futuro, donde se estructurará todo (matemáticas, físicas, ingenierías, químicas, etcétera), solo hay 29 mujeres. Entonces, ¿cómo se va a construir el futuro?, ¿desde qué punto de vista? Cuando tú quieras acceder a un trabajo, cuando tengas una entrevista, ¿cómo te va a seleccionar el algoritmo? Porque todos los datos habrán sido metidos por hombres.
Las mujeres seguimos siendo valoradas y juzgadas por cuestiones ajenas a nuestro trabajo.
Exacto, es una manipulación del personaje para despistar, para no hablar de lo realmente importante: de lo que has aportado tú a la sociedad, a la investigación, al cine, al periodismo… Eso pasa a un segundo plano y entonces no eres considerada como un ser admirable. Se habla de cosas que no tienen nada que ver con tu parte profesional. Se desvía la atención. Pero creo que estamos en un momento maravilloso para seguir luchando, para pensar e intentar profundizar, para ver cómo podemos hacer cambios. Y ahí los medios de comunicación tienen una responsabilidad increíble. Para cambiar miradas y dejar de reproducir clichés. Tienen una enorme responsabilidad en la creación de modelos.
El Diario.es / COMCOSUR MUJER Nº 663 – 19/10/2020
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6) PERÚ. REGISTRO OFICIAL REVELA QUE MÁS DE 35 MIL MUJERES DESAPARECIERON DESDE 2018
Luego de 17 años, finalmente el Estado implementó el Sistema de Búsqueda de Personas Desaparecidas, una deuda histórica que tenía con las familias de miles de personas desaparecidas. Las cifras de desapariciones que revela este registro, son más alarmantes de lo que se estimaban.
Según el reporte de denuncias por desaparición, disponible en la nueva plataforma desaparecidosenperu.policia.gob.pe, desde el 2018, han desaparecido en total 35 mil 766 mujeres, niñas y adolescentes. Evidenciando que son el grupo más vulnerable ante este tipo de violencia.
Solo este año, de las 13 mil desapariciones reportadas, ocho mil corresponden a casos de mujeres, niñas y adolescentes. Según las estadísticas brindadas por el propio presidente Martín Vizcarra, de cada 3 personas desaparecidas, dos son mujeres.
Muchas de esas desapariciones están vinculadas a casos de violencia de género. En lo que va del 2020, al menos cinco mujeres que habían sido reportadas como desaparecidas fueron encontradas sin vida. Los casos de Solsiret Rodriguez y Alisson Olivos grafican el abandono que por años el Estado ha tenido con los derechos de las mujeres.
El registro esperado
La implementación del Sistema Nacional de Búsqueda simboliza un primer paso para atender los miles de casos de desaparición que se registran cada año. Este sistema está conformado por el Registro nacional de Información de Personas Desaparecidas (RENIPED) y el portal web de Personas Desaparecidas.
Según informó el ministro del interior, César Gentille, este sistema es una plataforma tecnológica que apunta a “garantizar la inmediata atención de las denuncias y activar las alertas de emergencia en casos de desaparición de menores y mujeres violentadas”.
Además, se han implementado herramientas informáticas de soporte, como la geolocalización y el Sistema de Mensajería de Alerta Temprana de Emergencias. También se cuenta con un registro de las personas que ya fueron ubicadas. La información consignada muestra que, de las más de 8 mil mujeres desaparecidas este año, solo han sido encontradas un poco más de 100.
El mencionado portal web también contiene información sobre las entidades a las cuáles acudir para reportar una desaparición y los canales de comunicación que se pueden utilizar para brindar información que ayuden a los casos.
Si bien la implementación del Sistema de Búsqueda es un avance importante y necesario, las organizaciones civiles, como Mujeres Desaparecidas Perú, resaltan que se debe hacer vigilancia para el debido cumplimiento de los procesos y atención de las denuncias.
Hasta ahora, la constante en los casos de desaparición es la poca voluntad de la policía por recibir las denuncias y realizar la búsqueda, sobre todo cuando se trata de mujeres y niñas. ¿Seguirán siendo las mismas autoridades quienes pongan trabas a las familias que buscan justicia? Solo el tiempo lo dirá.
Wayka.pe / COMCOSUR MUJER Nº 663 – 19/10/2020
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7) URUGUAY: LAS MUJERES RURALES DAN PELEA POR AUTONOMÍA ECONÓMICA, SOBERANÍA ALIMENTARIA Y ACCESO A LA SALUD FRENTE AL IMPACTO DE LA PANDEMIA
En el Día Internacional de las Mujeres Rurales, Inmujeres y la ONU resaltaron su capacidad de “resiliencia” ante la covid-19 y el cambio climático.
Hace cinco años, en Young, mujeres rurales organizadas de todas partes del país se reunieron para elaborar una agenda nacional que abordara de manera integral sus realidades, problemáticas y desafíos. Eligieron el 15 de octubre para, al mismo tiempo, celebrar juntas el Día Internacional de las Mujeres Rurales. Encontrarse. Sacar a relucir sus propias banderas. Agarrarse de las manos. Mirarse a la cara.
Ese encuentro fue organizado en conjunto con distintas instituciones del Estado comprometidas con trabajar para transformar la vida de las niñas, adolescentes y mujeres adultas que viven y trabajan en el campo. El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) estaban a la cabeza.
El resultado de los talleres y debates que se dieron allí quedó plasmado en los seis ejes temáticos que se definieron para guiar la agenda: apoyo a la producción, acceso a la tierra, ocio y tiempo libre, trabajo, participación y salud –que, entre otras cosas, incluye la atención a las situaciones de violencia de género–. Ese día en el que nacieron muchas cosas también surgió el Espacio de Diálogo Mujeres Rurales, un ámbito de participación público-privado que tiene justamente el rol de monitorear el cumplimiento de esa agenda.
Cinco años después, la evaluación es que puede y debe rendir más. Hubo avances en varios de los puntos planteados, pero, en general, los obstáculos no se han podido superar del todo y, como si la realidad ya no fuera lo suficientemente adversa, la pandemia vino a tirar para atrás muchos de los logros conquistados.
Uno de los sectores más golpeados en este escenario es el trabajo, lo cual para las mujeres rurales –como para muchas otras– les pone un freno a la autonomía económica que reclaman. “El miedo está hoy en saber qué va a pasar con estas compañeras que cuesta que se vuelvan a reinsertar en la actividad laboral productiva, que les aporta una ayuda económica y que es una de las maneras de luchar contra la violencia patrimonial y desterrar de una vez por todas el patriarcado”, explica Silvia Páez, vicepresidenta de la Red de Grupos de Mujeres Rurales del Uruguay, a la diaria. “¿Cómo volvemos a empezar? ¿Cómo volvemos a rescatar todo lo que está en el fondo de nuestros pensamientos, planificaciones, acciones y capacitaciones?”, se pregunta. Y asegura que, con su voz, habla por todas.
El impacto del coronavirus
Del otro lado del teléfono, en Florida, su tierra natal, Páez cuenta con angustia la situación de “quietud” e incertidumbre que viven hoy muchas de sus compañeras. Piensa en lo que vivió una de ellas, que tiene vides y bodega en Canelones, cuando el coronavirus aterrizó en Uruguay. “En el momento de cortar el fruto apareció la pandemia y no había transporte para ir a buscar a trabajadores para hacer el corte”, recuerda. Entonces la uva se pasó y las pérdidas fueron grandes.
El caso de la compañera se replica en toda la zona de viñedos de Canelones, dice Páez, porque allí “prima la producción agrícola”. Y es similar, en mayor o menor medida, a lo que viven otras en distintas localidades rurales del país. “Todo ha tenido un proceso de detenimiento y de tener que pensar cómo volver a empezar”, asegura.
Antes de la pandemia, las mujeres rurales ya eran el sector de la población menos empleado. En 2019, la tasa de empleo de las mujeres que habitaban en localidades menores a 5.000 habitantes era de 43,7%, según datos del Inmujeres basados en la Encuesta Continua de Hogares de ese año. Esa cifra era de 52,5% para las mujeres que vivían en Montevideo y de 47,7% para aquellas que residían en localidades con más de 5.000 habitantes.
“El impacto de la pandemia en las mujeres rurales fue muy importante porque, amén del temor, hubo un importante shock en cuanto a su autonomía económica” (Silvia Páez, vicepresidenta de la Red de Grupos de Mujeres Rurales del Uruguay).
A la falta o pérdida de trabajo por el coronavirus, se le suma el factor “miedo”: al contacto, a contagiar o a contagiarse. Este miedo, para la referente rural, también repercutió en la actividad económica. “El impacto de la pandemia en las mujeres rurales fue muy importante porque, amén del temor, hubo un importante shock en cuanto a su autonomía económica. Las mujeres dejaron de salir a vender sus productos en ferias vecinales, mercados de cercanías o lugares en los que acostumbraban a juntarse y que era lo que les permitía tener esa independencia económica tan necesaria”, reflexiona Páez. En ese sentido, cree que hubo un retroceso. “La independencia económica es necesaria para cualquier persona, pero para la mujer, cuando realmente había empezado a manejar todo eso y a tener su pequeño o su gran capital, se ha perdido bastante”.
No sólo afectó la economía de las mujeres, aclara Páez, sino la autonomía e independencia que tenían en general en sus propios hogares. “Hemos visto que el temor logró aquietar aquello que habíamos logrado, porque las mujeres nos habíamos empoderado y, hoy por hoy, el temor al contacto, a contagiar o a contagiarse ha hecho que no se salga”, evalúa la vicepresidenta de la Red de Grupos de Mujeres Rurales del Uruguay. En esa línea, la sobrecarga de las tareas de cuidados –un fenómeno que se agravó durante la pandemia para mujeres de todos los sectores– también cayó fuerte en los hombros de las mujeres rurales. “No nos olvidemos que la mujer sigue siendo el eje”, dice Páez: es la que está en la casa con sus hijos, con sus nietos y a veces con los hijos de los peones”.
Desafíos que se mantienen
Más allá de la necesidad de trabajo y de una recuperación económica a raíz de la pandemia, ¿cuáles son hoy los principales desafíos de las mujeres rurales en Uruguay? Lo primero que se le viene a la mente a Páez es la salud, que ella entiende como “el completo bienestar biopsicosocial” de una persona. En la agenda nacional diseñada cinco años atrás, este punto abarcaba la atención a la violencia de género en el medio rural, la accesibilidad de los servicios de salud y emergencias, la sensibilización en materia de derechos de salud sexual y reproductiva –especialmente en torno al parto humanizado, el embarazo adolescente y la ligadura tubaria– y la creación de servicios de cuidado.
Hoy en día, Páez considera que todavía falta avanzar en la atención integral de la salud en las policlínicas de zonas rurales y en el abordaje de las violencias machistas. Acerca de esto último, dice que son “muy difíciles de abordar” por dos motivos principales. “Uno es que a la mujer rural le cuesta desnudarse ante una problemática y considera que los problemas se resuelven en casa, algo que pasaba antes en zonas urbanas, pero que persiste en zonas rurales porque es más difícil salir de este encerramiento en que a veces nos encontramos”.
El otro es que “no hay un abordaje directo de la violencia en zonas rurales”. La referente dijo que hay dispositivos de articulación territorial, que son los equipos del Inmujeres que trabajan en la sensibilización en redes locales y primera respuesta de pequeñas localidades, pero que eso solo no es suficiente. “Van a determinada zona rural y dan una charla, a través de la cual los colectivos rurales visitados manifiestan sus problemáticas. Si descubren, si se puede apreciar o si es muy evidente que hay una mujer víctima de violencia de género, tienen que trasladarla a la capital departamental y ahí es atendida por el equipo de intervención de violencia doméstica del Ministerio de Desarrollo Social”, explica.
Los datos del Inmujeres reflejan que las mujeres de las zonas rurales son las que menos han vivido situaciones de violencia de género: 13,8% declararon haberlas vivido en 2019, frente a 21,4% de las mujeres que residen en Montevideo. Sin embargo, dice Páez, esto no significa que no sufran violencia por ser mujeres.
De hecho, asegura que la forma de violencia de género que predomina en el medio rural es la patrimonial, definida en la Ley 19.580 como “toda conducta dirigida a afectar la libre disposición del patrimonio de una mujer, mediante la sustracción, destrucción, distracción, daño, pérdida, limitación o retención de objetos, documentos personales, instrumentos de trabajo, bienes, valores y derechos patrimoniales”.
En los encuentros entre las mujeres también emergen los casos de violencia psicológica, sobre todo para degradar o controlar el comportamiento y las opiniones. “Era muy común que cuando venían distintas organizaciones sociales a hacernos encuestas, por ejemplo, el hombre te mandara a aprontar el mate. Te decían ‘vos andá a aprontar el mate tranquila, que yo me encargo y contesto todas las preguntas’”, recuerda Páez. Habla en pasado pero se refiere a la situación antes de la pandemia; “hoy está todo parado en el tiempo, entonces no sabés qué respuesta puede haber”.
Trabajar por la salud es también tener una buena alimentación y, en ese sentido, otra de las reivindicaciones históricas de las mujeres rurales que se mantiene es la de la soberanía alimentaria, que no es más que “el derecho a elegir la alimentación que queremos para nuestras niñas y niños”, explica Páez. “Somos parte de la vida campesina y, para nosotras, dentro de los derechos de las mujeres y de la soberanía que como mujeres tenemos, también está la soberanía alimentaria”.
La líder asegura que las mujeres rurales plantean la soberanía alimentaria antes de la “seguridad alimentaria”, como proponen organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), porque defienden la calidad de lo que quieren darles como alimento a los niños. “Porque yo puedo llenar panzas con hamburguesas o con comida chatarra y eso no es una buena alimentación”, explica.
“No podemos ir contra un concepto que es la base de nuestros principios como parte de la vida campesina y como parte de población rural que se preocupa por trabajar con lo orgánico, por un plan de agroecología y por eliminar los agrotóxicos –con todo lo que han provocado–. Entonces, si estamos por un lado defendiendo y enarbolando banderas de un plan de agroecología, no podemos hablar de una seguridad alimentaria cuando les dan de comer galletas con chicharrones”. La clave, dice, “está en una alimentación balanceada, con base en frutas y verduras, con nutrientes, diferenciada; no que la carne sea la base de todo”.
Algunos pasos adelante
Páez afirma que uno de los puntos en los que se avanzó bastante en los últimos cinco años es en materia de ocio y tiempo libre. Incluso, dice que es un eje que “ha tenido mucha incidencia en el cambio de todas las mujeres”. “Ahí se pudo ver que las mujeres, no importa que vivan en el campo o no, tienen derecho a un momento de esparcimiento y de disfrute personal, a compartir con mujeres de zonas cercanas o lejanas y, por qué no, ir a la ciudad y tener un momento diferente”, asegura.
La agenda de 2015 incluía en este ítem la generación de medidas que permitieran el acceso a tiempo libre, el desarrollo de ofertas recreativas, estrategias de traslado y movilidad para permitir el acceso a esas ofertas de ocio, y el acceso al uso de espacios e infraestructura en el medio rural para el desarrollo de reuniones y actividades.
Para la referente, impulsar estas iniciativas cambió la visión que tenían del uso de su propio tiempo, más allá de que algunas se hayan podido bajar a tierra y otras no. “Nos parecía que el trabajo nuestro estaba determinado por atender el hogar y trabajar con pequeños animales domésticos ‒como conejos o gallinas, que muchas veces son los que sirven para tener una entrada y lograr una autonomía económica‒, pero no”, puntualiza.
También hubo avances en materia de emprendedurismo y capacitación en producción agropecuaria. Páez puso como ejemplo un convenio que tiene el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional que brinda la posibilidad de realizar talleres para el tratamiento de la lana. “Nos enseñan desde el momento en que se esquila el ovino hasta que la lana puede ser utilizada en distintas prendas. Cómo se hace el vellón, cómo se tiñe, cómo se lava, cómo se lo trabaja para lograr después los distintos puntos de lana y los colores”, explica Páez. “El SUL lo asumió pensando en el hashtag que es la bandera insignia que tenemos este año, que es #MujeresRuralesMujeresConDerechos”, agrega, en referencia a una campaña que lanzaron 28 organizaciones e instituciones de América Latina y el Caribe, incluido el MGAP de Uruguay, para promover la autonomía económica de las mujeres rurales.
Otro caso que muestra el avance en este terreno es la creación de la marca Murú, que se presentó en octubre de 2019 como un paraguas bajo el cual aglutinar el trabajo de las mujeres rurales.
“Todo lo que es conocimiento lo tenemos que ir no sólo aprendiendo sino también aprehendiendo”, reflexiona Páez, “para poder después transmitirlo en grupos más pequeños o que no están organizados”.
¿Qué rol cumplen las mujeres en el medio rural? Ante la pregunta, suspira. “Para mí, la mujer es el eje sobre el que giran la producción, la educación y el bienestar de un hogar, un emprendimiento y un trabajo”, responde. “Cuando falta, se siente muchísimo”.
Las resilientes
En un comunicado difundido ayer por el Día Internacional de las Mujeres Rurales, el Inmujeres reafirmó su compromiso con la conquista de los derechos de las niñas y mujeres que viven en el campo. “Son las mujeres rurales quienes garantizan la seguridad alimentaria de sus comunidades, generan resiliencia ante la variabilidad del cambio climático y agregan valor a nuestra economía”, destacó.
De acuerdo con el instituto rector de las políticas de género en el país, el Estado tiene que seguir trabajando para avanzar en cuatro puntos principales: la corresponsabilidad en los cuidados –“para que todas y todos puedan aprovechar sus oportunidades de empleo” y se reduzca la brecha de género en la participación laboral–; la autonomía económica –para que más mujeres rurales accedan a la tierra, a los créditos y a fondos–; el disfrute de una vida libre de violencia de género; y la participación de la sociedad civil en los espacios en los que se construyen las políticas públicas.
El Inmujeres también recordó que hace unos días el MGAP inició el camino para crear un Plan Nacional de Género para las Políticas Agropecuarias.
A nivel internacional, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) enmarcó el día en el contexto de la pandemia con una consigna que también puso el foco en la resiliencia: “Construyendo la resiliencia de las mujeres rurales a raíz del covid-19”. La ONU recordó en una declaración que las mujeres rurales ya se enfrentaban a batallas previas específicas en su vida diaria, “a pesar de sus roles claves en la agricultura, el suministro alimentario y la nutrición”. Sin embargo, a partir del coronavirus, “les es menos probable tener acceso a servicios de salud de calidad, medicamentos esenciales y vacunas”, tanto por residir en “áreas remotas” como por la existencia de normas sociales restrictivas y estereotipos de género que pueden funcionar de barreras.
Otros problemas que surgieron para las mujeres rurales del mundo, dice el documento, tienen que ver con el aislamiento, el aumento de la carga de cuidados y la pérdida de derechos sobre la tierra y los recursos.
“Con pocas excepciones, todos los indicadores de género y desarrollo muestran que las campesinas se encuentran en peores condiciones que los hombres del campo y que las mujeres urbanas” (ONU, 2020).
Las mujeres rurales, que según datos de la ONU representan una cuarta parte de la población mundial, “trabajan como agricultoras, asalariadas y empresarias”, “labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras”, y “ayudan a preparar a sus comunidades frente al cambio climático”. Sin embargo, dice el organismo internacional, “con pocas excepciones, todos los indicadores de género y desarrollo muestran que se encuentran en peores condiciones que los hombres del campo y que las mujeres urbanas”.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe estima que, a raíz de la pandemia, seis millones de mujeres rurales podrían caer en la pobreza extrema, según datos publicados ayer por la FAO.
La Diaria / COMCOSUR MUJER Nº 663 – 19/10/2020
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8) URUGUAY: PROYECTO DE LEY PLANTEA QUE PADRES ELIJAN LA EDUCACIÓN SEXUAL DE SUS HIJOS ACORDE A “SUS CONVICCIONES”
El proyecto, elaborado por la Red de Padres Responsables, es impulsado por el diputado nacionalista Rodrigo Goñi.
En 2019 los entonces diputados Rodrigo Goñi (Partido Nacional), Daniel Peña (Partido de la Gente) y Valentina Rapela (Partido Colorado) presentaron un proyecto de ley, cuyo texto fue elaborado por la Red de Padres Responsables, para regular la educación sexual en las instituciones educativas. Este año el proyecto de ley fue desarchivado a pedido de Goñi, con la intención de impulsarlo, y remitido a la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), por medio del Ministerio de Educación y Cultura, para que brinde asesoramiento. La Dirección de Derechos Humanos y los consejos desconcentrados de la ANEP tienen el tema a estudio pero aún no emitieron opinión.
El proyecto considera que la educación sexual “atañe a la intimidad personal y a las convicciones morales y/o religiosas” y establece que todo padre tiene “derecho a ser informado previamente sobre el tipo de educación sexual que se ofrecerá a sus hijos”. Para eso, las instituciones públicas deberían informar a comienzo del año la propuesta de educación sexual con gran nivel de detalle: “Los objetivos, valores y contenidos a transmitir, actividades a realizarse, materiales didácticos y bibliográficos que se emplearán, e identificará el o los docentes encargados, aclarando qué formación específica ha recibido sobre sexualidad”.
El texto señala que se debe recabar el consentimiento de los padres y que estos pueden oponerse, por lo que, argumentando con base en el principio de laicidad, se deberá ofrecer a las familias “al menos, las dos visiones de la educación sexual que sean acordes con las convicciones morales y religiosas más representativas entre los padres. Ello implicará que se les propongan distintos programas, detallando los contenidos, objetivos, valores a transmitir, actividades, materiales didácticos y bibliográficos, y docentes referentes con una formación acorde, para que los padres o tutores puedan elegir los que sean conformes con sus convicciones”.
El proyecto detalla los procedimientos y establece que “si la mayoría relativa de los padres de una clase están de acuerdo en que se ofrezca otro programa diferente de educación sexual y en valores, la Dirección deberá coordinar para que pueda ofrecerse tal propuesta”, y las objeciones que presente la dirección de la institución deberán estar limitadas a “si implican violación de un derecho fundamental de terceros o si afecta al orden público”. Además, establece que si los docentes del centro educativo no comparten la propuesta de los padres, “la educación estará a cargo de la persona que ellos propongan, con la remuneración que corresponda al docente”.
En 2017 la Red de Padres Responsables presentó un petitorio ante la ANEP con la misma intención de que se recabe el consentimiento de los padres ante la propuesta de educación sexual. En aquel momento la solicitud fue rechazada por el Consejo Directivo Central con base en los informes de un grupo de trabajo conformado por el Programa de Educación Sexual y la Asesoría Letrada de ANEP, que determinó que la educación sexual es una de las líneas transversales marcadas en la Ley General de Educación.
En carpeta
Goñi dijo a la diaria que desarchivó el proyecto con la intención de “impulsarlo”, aunque mencionó que hasta ahora fue complicado su tratamiento por la discusión de la ley de urgente consideración y del presupuesto nacional. Aseguró que es “un tema importante, que atañe no sólo a las generaciones actuales sino a las futuras, y que hay que analizarlo a fondo”.
Dijo que el tema no fue discutido a la interna de su partido ni en la coalición de gobierno, aunque recordó que el programa del Partido Nacional prometió someter “a revisión las Guías de Educación Sexual aprobadas por ANEP, con el fin de verificar el efectivo respeto de la laicidad y de los derechos de aquellos padres que han puesto objeciones al respecto”. “Yo hago una propuesta, no tiene por qué ser la única ni ser la del gobierno”, afirmó Goñi.
Para el diputado Sebastián Sabini (Frente Amplio), que integra la Comisión de Educación y Cultura, es “preocupante que a través de un proyecto de ley se quiera definir los contenidos educativos que reciben los estudiantes, más allá de la materia específica Educación Sexual. No es viable que se aplique ese criterio para el sistema educativo, porque violenta la autonomía técnica del ejercicio docente”.
Consideró que en el tema educación sexual “debe primar el derecho a la educación de los niños y tener una mirada basada en fundamentos científicos, en evidencia, y lo que está pasando es que se quiere meter una mirada de carácter religioso y moral en un tema que debe ser tratado con seriedad”. Sabini recordó que Uruguay fue pionero en desarrollar la educación sexual, y mencionó que “adolescentes y niños que sufren violencia sexual muchas veces se percatan de esa situación porque esos temas son tratados en los centros de estudio”.
En tanto, Felipe Schipani (Partido Colorado), presidente de esa comisión, dijo a la diaria que el tema no se discutió ni está previsto hacerlo en las próximas semanas. Sobre el contenido, prefirió no adelantar opinión.
La Diaria / COMCOSUR MUJER Nº 663 – 19/10/2020
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9) URUGUAY: SE CREÓ UNA UNIDAD DE GÉNERO CON ATENCIÓN PERSONALIZADA
Esta dependencia, de carácter interno, promueve una cultura organizacional libre de violencia entre funcionarias y funcionarios de la Intendencia.
La Unidad de Género (Resolución Nº 3436/20) consiste en una dependencia que atiende casos internos, de forma tal de prevenir inequidades y situaciones de violencia de género en los espacios de trabajo departamentales y municipales.
Depende del Departamento de Gestión Humana y Recursos Materiales y también asesora a esa dirección y sus dependencias respecto a la incorporación de la perspectiva de igualdad de género en las políticas, proyectos y procesos de trabajo.
La creación de esta dependencia signfica un hito más en las políticas de gestión humana vinculadas la igualdad de género, con impacto en todo el funcionariado departamental y municipal.
La unidad ya está en funcionamiento y cuenta con un equipo interdisciplinario especializado en atender, acompañar y brindar asesoramiento psicosocial y legal confidencial.
Intendencia de Montevideo: Institución pionera en implementar políticas de género
La Intendencia ha sido pionera desde el año 1990 en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas para la igualdad de género.
En ese sentido, en 2019 se ratificó este compromiso mediante la aprobación de una política de calidad con equidad de género (Resolución Nº 2346/19).
En la política se reconoce la persistencia de desigualdades en la institución y, por tanto, se propone incorporar el principio de igualdad y no discriminación en las estructuras de la organización, en el diseño de las tareas y funciones, en las condiciones laborales y en las normativas.
Esto permitirá garantizar trayectorias laborales igualitarias y ambientes de trabajo saludables y libres de estereotipos de género.
Página web de la Intendencia / COMCOSUR MUJER Nº 663 – 19/10/2020
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10) MUJERES RURALES ENFRENTAN DISCRIMINACIÓN RACISMO SISTÉMICO Y POBREZA ESTRUCTURAL
Muchas mujeres rurales sufren discriminación, racismo sistémico y pobreza estructural, a pesar de desempeñar un papel fundamental en la seguridad alimentaria y la nutrición, afirmó hoy el secretario general de la ONU, António Guterres.
En su mensaje por el Día Internacional de las Mujeres Rurales, el titular convocó a invertir en ellas para que puedan tener acceso a los servicios de salud, protección social e información que necesitan, sobre todo, en medio de la pandemia de Covid-19.
Las mujeres rurales desempeñan un papel fundamental en la agricultura, el fomento de la resiliencia climática y la gestión de la tierra y los recursos naturales, subrayó el diplomático portugués.
Pero en estos momentos, advirtió Guterres, la pandemia afecta a más de la mitad de las agricultoras del mundo con restricciones de movimiento, cierre de tiendas y mercados, e interrupción de sus cadenas de suministro.
Junto con los desafíos que incluyen el aumento del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados y el incremento de las tasas de violencia de género, las mujeres rurales están soportando algunas de las cargas más pesadas de la pandemia, observó el titular. En ese sentido, consideró que los canales digitales pueden ofrecer un salvavidas en las zonas rurales, proporcionando información sobre el acceso a la atención médica, así como actualizaciones agrícolas.
‘Sin embargo, la brecha digital de género es particularmente amplia para las mujeres rurales, que representan solo una cuarta parte de los usuarios de soluciones agrícolas digitales.’
El máximo representante de Naciones Unidas señaló que ayudar a las mujeres rurales a superar la pandemia y desarrollar su resiliencia para el futuro requerirá solidaridad y apoyo de todos.
También enfatizó en la necesidad de abordar las leyes y prácticas discriminatorias sobre la tierra y la herencia que hacen que ellas sean vulnerables a perder sus fuentes de ingresos.
El Día Internacional de la Mujer Rural tiene como premisa este año ‘Fomento de la resiliencia de las mujeres rurales a raíz de la Covid-19’.
Prensa Latina / COMCOSUR MUJER Nº 663 – 19/10/2020
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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