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CHILE: EL EX MILITAR WALTHER KLUG RIVERA CONDENADO POR TORTURA Y DESAPARICIÓN VIVIÓ EN ALEMANIA BAJO LA IMPUNIDAD – comcosur al día 2262 – 12.08.2020

COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2262 / miércoles 12.08.2020 Hoy:

1) Chile: El ex militar Walther Klug Rivera condenado por tortura y desaparición vivió en Alemania bajo la impunidad /Ute Löhning
2) Guatemala: asesinan a activista francés en zona indígena
3) Uruguay: 35 años bailando al son de Gavazzo /Leonardo Haberkorn
4) Covid 19: más que una política, una ideología /Luis E. Sabini Fernández
5) Las otras radios /Ernesto Lamas
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2262 / miércoles 12.08.2020
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1) CHILE: EL EX MILITAR WALTHER KLUG RIVERA CONDENADO POR TORTURA Y DESAPARICIÓN VIVIÓ EN ALEMANIA BAJO LA IMPUNIDAD

El exmilitar fue condenado por su participación en el secuestro, homicidio y la desaparición de 23 trabajadores de las centrales hidroeléctricas de El Toro y El Abanico en el sector cordillerano cerca de Los Ángeles

Por Ute Löhning /El Ciudadano

Durante cuatro años vivió tranquilamente en Alemania, en un pueblito pintoresco en las orillas del río Rhin, a 100 kilómetros al Sur de Colonia: El ex militar Walther Klug Rivera, quién fue condenado por su participación en el secuestro, homicidio y la desaparición de 23 trabajadores de las centrales hidroeléctricas de El Toro y El Abanico en el sector cordillerano cerca de Los Ángeles. Sólo en un viaje a Italia la policía detuvo al chileno-alemán buscado por la Interpol en el verano de 2019. A principios de febrero de 2020, Italia extraditó al ex oficial de 69 años de edad a Chile. Ahí está ahora de vuelta en el tribunal.

Desde los primeros días después del 11 de septiembre de 1973, él, en ese entonces teniente de 23 años, Walther Klug Rivera, organizó un campo de detención y tortura. Instaló este campamento en las caballerizas del Regimiento de Infantería No.3 de Montaña Los Ángeles“. Cientos de prisioneros fueron torturados allí, muchos de ellos asesinados. Klug visitaba constantemente la cárcel local buscando prisioneros para trasladarlos al regimiento. Según organizaciones de derechos humanos, la mayoría de los más de cien desaparecidos de la región Biobío pasaron por este campamento.

Prisioneros que lograron sobrevivir caracterizaron a Klug como particularmente brutal y sádico. La abogada de derechos humanos Patricia Parra, que representa a familiares de desaparecidos contra Klug, explica que Klug junto al comandante del Regimiento Alfredo Rehren Pulido y al jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) de este Regimiento Patricio Martínez Moena, eran los responsables principales de tortura y asesinato en esa base militar.

Sin embargo, Klug pudo continuar su carrera – durante la dictadura hasta 1990 y también después – y ascendió al cargo de coronel. Recién en octubre del 2014, poco después de su jubilación, la Corte Suprema de Chile lo condenó a diez años y un día de prisión en el denominado caso ENDESA. Está sentenciado por su participación en el homicidio calificado de siete trabajadores y por el secuestro calificado de otros catorce trabajadores de las centrales hidroeléctricas de El Toro y El Abanico, cerca de la ciudad de Los Ángeles, en 1973. Están pendientes otros procedimientos penales contra él por la desaparición de prisioneros.

Pero Klug evadió la justicia chilena. Porque su abuelo era alemán y en su tiempo había emigrado a Chile, Walther Klug según las leyes alemanas tiene derecho a la nacionalidad alemana. Por lo tanto en noviembre de 2014 recibió un pasaporte alemán en la embajada de este país en Santiago y poco después se fugó de Chile. ¿Porqué la embajada alemana autorizó la entrega del pasaporte alemán a un militar que estaba sentenciado por crímenes contra sus compatriotas por la Justicia chilena? ¿Podría o incluso debería haberse negado la embajada a expedir el pasaporte a Klug? Según el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, sus representaciones en el extranjero como es la embajada comprueban «si el solicitante está inscrito en el libro de búsqueda alemán», ya que esto podría ser un obstáculo para la emisión o distribución de un pasaporte. Pero no se chequean las listas de personas buscadas por países anfitriones.

Como las autoridades chilenas tampoco impidieron la fuga de Klug, éste llegó a Alemania a fines de 2014. Desde entonces vivía sin obstáculos durante más de cuatro años en Vallendar, un lindo pueblo de 9000 habitantes en la orilla del río Rhin cerca de la ciudad de Koblenz; así confirmó la arrendadora del apartamento en el cual vivía Klug. Ella lo conoció como una persona de comportamiento siempre correcto que desde el principio no hablaba alemán y no lo aprendió tampoco a lo largo de los años. Siempre pagaba el alquiler puntualmente en efectivo, y a veces – cuando salía – hasta con unos meses de antelación.

Como oficial retirado del ejército Klug no tenía por qué preocuparse por el dinero: El estado chileno le pagaba mensualmente una pensión – privilegio del cual gozan hasta militares condenados en Chile, práctica altamente criticada por la abogada Patricia Parra. De acuerdo a su rango, Klug sigue recibiendo un salario básico de aproximadamente 1.200.000 PCL mensuales, a las que se suman diversos aumentos.

No hay claridad sobre el por qué Klug en el 2014 vino a Vallendar, ese pequeño pueblo en el Suroeste de Alemania. Pero parece que tenía o buscaba contactos con el Movimiento Católico de Schoenstatt con sede en Vallendar. En marzo de 2015, Klug fue invitado a un curso de español en la «Marienschule Schoenstatt», colegio católico de enseñanza media de niñas en esa localidad. Según informó el periódico local «Blick aktuell», Klug como „insider“ les presentó Chile con sus comidas especiales y paisajes espectaculares a las alumnas, las que se llevaron «imágenes maravillosas». Al ser preguntada la actual dirección del colegio lamenta «que este criminal haya estado en nuestra institución». Señala que la entonces directora, la profesora y las alumnas del curso de español ya no están en el colegio, y que supuestamente nadie habría conocido la verdadera historia de Klug, según pronuncia la institución en un comunicado, «de lo contrario esta visita nunca hubiera ocurrido».

Sin embargo, Klug ya es el segundo chileno «destacado» en el ámbito del Movimiento de Schoenstatt, al que pertenece el colegio Marienschule“. Francisco Cox, ex arzobispo de La Serena, acusado de múltiples abusos sexuales, vivió en Schoenstatt durante más de diez años. En 2004 fue acusado de un nuevo caso de abuso de un menor de 17 años ocurrido en Alemania, fue despedido del clero por el Papa Francisco en 2018, y finalmente regresó a Chile en 2019 para ser investigado.

El Movimiento de Schoenstatt fue fundado en 1914 en el pueblo de Vallendar como movimiento renovador. Desde entonces se ha vuelto una institución internacional. En Chile mantiene instituciones religiosas y colegios particulares y cuenta con partidarios poderosos como de la familia Kast por ejemplo. Un portavoz de la Oficina de Prensa de Schoenstatt, por su parte, explicó que según su conocimiento «ni ha habido ni hay relaciones entre el Sr. Walther Klug y las instituciones schoenstattianas en Alemania y en Chile». Pero que Klug había participado en las misas de habla hispana en Schoenstatt y había buscado contactos. Otros visitantes chilenos de esas misas – según él – habrían reconocido a Klug e informado al consulado chileno an Alemania. Según ese relato el consulado le habría recomendado mantenerse alejado de Klug quién como ciudadano alemán no iba a ser extraditado a Chile. El consulado chileno en Frankfurt a su vez declara no tener ninguna información sobre esto.

En fin, Klug pasó cuatro años bastante tranquilos en Alemania. Sólo fue descubierto cuando viajó a Italia con su pareja a principios de junio de 2019. Fue en un hotel en la ciudad de Parma, en base a una orden de aprehensión internacional por otro caso judicial en marcha: el caso de Luis Cornejo Fernández. Se trata de la supuesta participación de Klug en el secuestro y la desaparición del dirigente estudiantil de 23 años y miembro de las Juventudes Comunistas de Chile cuyas huellas también se perdieron en 1973 en el Regimiento de Infantería No. 3 de Montaña Los Ángeles“.

Chile hasta ese momento no había emitido ninguna orden de búsqueda por Klug a través de la Interpol por la sentencia definitiva en el caso ENDESA, ni había solicitado que Klug cumpliera la pena correspondiente de diez años de presidio en Alemania. En julio de 2019, la Justicia chilena solicitó la extradición de Klug sobre la base de la orden de búsqueda en el caso Luis Cornejo, recién en ese momento emitió una orden de captura internacional por el caso ENDESA y luego en octubre también solicitó de extradición de Klug en relación con ese caso. El 4 de diciembre de 2019, la Corte Suprema de Italia en última instancia accedió a la solicitud chilena refiriéndose a un acuerdo de extradición bilateral con Chile y mencionando que se trataba de crímenes contra la humanidad.

Finalmente el 6 de febrero de 2020, Klug fue extraditado a Chile. Se mantiene en prisión preventiva en la ciudad de Concepción según confirmó la Subsecretaría de Derechos Humanos en el Ministerio de Justicia chileno. El pasado 2 de junio la Corte Suprema denegó una solicitud de libertad provisional. Klug fue presentado al juez Carlos Aldana, juez competente en el caso por desaparición de Luis Cornejo, y también tendrá que cumplir su sentencia definitiva de diez años y un día de presidio por los siete trabajadores asesinados y los 14 trabajadores desaparecidos del caso ENDESA en Chile. Patricia Parra, abogada que representa a las hermanas de Luis Cornejo, espera que Klug también tenga que ser procesado en otro juicio por desaparición: en el caso de Adelino Pérez Navarrete.

Preguntas pendientes al poder judicial alemán:

Una interpelación parlamentaria del diputado en el Bundestag Jan Korte del partido de La Izquierda (Die Linke) logró recabar algunas informaciones. En la respuesta a esa interpelación, el gobierno alemán corrobora que desde el año 2015 la Oficina Federal de Policía Criminal (BKA) y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania tenían conocimiento de una orden de búsqueda por Klug a través de la Interpol. Informan que Klug no era buscado en Alemania por su nacionalidad alemana. Se hace referencia al artículo 16 de la Constitución alemana el cual determina que Alemania no extradita ciudadanos alemanes a estados no pertenecientes a la Unión Europea.

Sin embargo por parte del poder judicial aleman habría sido posible abrir investigaciones penales independientes contra Klug, y como subraya el diputado Korte, «era lo mínimo que se podía esperar». De hecho, en marzo de 2016, la fiscalía de Koblenz examinó el inicio de investigaciones penales contra Klug – y las rechazó, como explica el fiscal superior Rolf Wissen. En la orden de búsqueda de la Interpol en el caso de Luis Cornejo, que estaba a disposición de la fiscalía en ese momento, sólo se mencionaba «que en el año 2013 el hombre buscado supuestamente dirigía un campo de detención en Chile, a dónde se trasladó a una persona la cual no volvió a aparecer después“. Según indica el fiscal, este delito habría prescrito según la legislación alemana; exclusivamente el delito de homicidio calificado no prescribe; no obstante para ello no había suficientes indicios, según el contenido de la orden de búsqueda chilena, declara Wissen, ya que no está claro, „dónde, cómo y por quién fue asesinada la persona desaparecida en Chile».

Después de tantos años de permanecer desaparecido, sí había que considerarlo como homicidio calificado, constata Andreas Schüller del „European Center for Constitutional and Human Rights“(ECCHR). Un fiscal general debería examinar estos casos y de una persona de este rango se podía esperar también «que tenga conocimiento de crímenes de lesa humanidad cometidas en la década de los 70 en Chile y otros lugares, y que él por lo tanto, también debería saber interpretar correctamente indicios de tales actividades en este período y este contexto». Al fin no se trataba de delitos menores, sino de las más graves violaciones de los derechos humanos y de crímenes de Estado.

Según la «Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas“de la ONU que entró en vigor en 2010, la práctica generalizada o sistemática de la desaparición forzada constituye un crimen de lesa humanidad. En su calidad de Estado Parte, Alemania está obligada a investigar los casos de desapariciones forzadas y „a incluir en el Código Penal alemán un propio delito penal de desaparición forzada“declara la representante de la comisión contra desapariciones forzadas en la ONU, Barbara Lochbihler. Alemania recién tuvo que presentar un informe a las Naciones Unidas sobre los avances realizados en este ámbito.
En este afirma que estima suficientes los delitos penales existentes en la legislación alemana para la investigación de crímenes de casos de desapariciones forzadas. No obstante constata no haber concluido la examinación sobre posibles alteraciones a la ley alemana.

Si se mantuviera la postura de no implementación – critica la Ex-diputada del partido verde en el Parlamento Europeo Lochbihler – sería „una señal equivocada en el ámbito político-jurídico“ y afectaría la credibilidad de Alemania.

El diputado Korte del partido de La Izquierda exige que por lo menos para el futuro, el gobierno alemán debe asegurar «de que Alemania no sea un Safe Haven, un puerto seguro para criminales alemanes fugitivos de la dictadura» y que debe llevar a perpetradores a los tribunales de la justicia en Alemania.

Y Klug no es un caso aislado: Abogado Schüller del ECCHR constata que «las autoridades de persecución penal alemanas tienen la responsabilidad de investigar, porque estuvieron involucrados ciudadanos alemanes «, y sigue criticando que «el poder judicial de Alemania ha estado mirando hacia otro lado durante décadas.“ Está el caso del argentino-alemán Luis Esteban Kyburg, segundo comandante de la Agrupación Buzos Tácticos de Mar del Plata durante la última dictadura cívico militar argentina entre 1976 y 1983. Es buscado desde 2013 por la Interpol por presuntos crímenes de lesa humanidad, se fugó de Argentina y fue encontrado en Berlin en julio.

Abogado Schueller apela también a la responsabilidad alemana en los casos de investigaciones de crímenes cometidos en Colonia Dignidad». En esta secta alemana radicada en el Sur de Chile, fueron torturados y asesinados presos políticos. Las investigaciones criminales alemanas apuntando al esclarecimiento de estos hechos se quedaron en la nada. En 2019 se cerraron las investigaciones contra el ex médico de la secta, Hartmut Hopp, considerado persona clave en el contacto con la DINA. Actualmente la Fiscalía General de Duesseldorf tiene que decidir si se van a reabrir estas investigaciones contra Hopp y otros jerarcas de la secta alemana.

«Falta la voluntad política, incluso si todos estos hechos pasaron hace mucho tiempo, hay que enfocarlos claramente“, dice Schüller y pronuncia que „simplemente dejar que estos casos expiren a tiempo, ¡es inaceptable!“.

Ute Löhning /El Ciudadano
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2262 / miércoles 12.08.2020
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2) GUATEMALA: ASESINAN A ACTIVISTA FRANCÉS EN ZONA INDÍGENA

Fuentes: DW /RBCNoticiasGT /UDEFEGUA y Embajada de Francia

Benoît María -director de Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras- se transportaba por un camino rural cuando fue asesinado a tiros.

El activista francés Benoît María, director en Guatemala de Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras (AVSF), murió este lunes (10.08.2020) en un ataque armado en el noroeste del país, según informaron fuentes cercanas y medios locales.

El francés Benoît María, de 60 años, murió baleado cuando circulaba en una ruta de terracería en aldea Pacam, San Antonio Ilotenango. Según la información tenía 20 años de laborar en territorio Ixil y era director de Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras en Guatemala. Hasta el momento, se desconoce el motivo del ataque.

Jorge Santos, coordinador de UDEFEGUA, explicó que el activista estaba a cargo de la organización AVSF y llevaba más de dos décadas en Guatemala, donde residía y apoyaba proyectos agrícolas para las comunidades indígenas mayas-ixiles. Además, María participó en la creación en 2011 de la Universidad Ixil, en el departamento de Quiché, dedicada al conocimiento ancestral de los pueblos originarios, entre otros proyectos.

Por su parte, la Embajada de Francia en Guatemala informó que «está en contacto con las autoridades guatemaltecas para que este crimen sea esclarecido y pueda hacerse justicia rápidamente”.

Fuentes: DW /RBCNoticiasGT /UDEFEGUA y Embajada de Francia
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3) URUGUAY: 35 AÑOS BAILANDO AL SON DE GAVAZZO

Símbolo de la dictadura y acusado de muchos de sus peores crímenes, su apellido aparece y reaparece una y otra vez.

Por Leonardo Haberkorn /El Observador – 07.08.2020

A mediados de 1985, según escribió el periodista e investigador estadounidense Lawrence Weschler en su libro “A miracle, a univers”, el general Hugo Medina le dijo a Wilson Ferreira que el Ejército aceptaría que algunos de sus oficiales, culpables de graves violaciones a los derechos humanos, fueran juzgados y condenados por sus crímenes. Uno de ellos era (José «Nino» ) Gavazzo.

Según Weschler, Gavazzo se enteró y le hizo saber a Medina que si se intentaba llevar adelante semejante plan, él divulgaría una lista de al menos 300 oficiales también comprometidos en tales violaciones.

De acuerdo con el investigador norteamericano, fue así que Gavazzo abortó la posibilidad de que el Ejército lo abandonara a su suerte.

Pocos meses después de recuperada la democracia, y mientras las denuncias en su contra comenzaban a repetirse en los juzgados, Gavazzo dio una de las pocas entrevistas en prensa que se le conocen.

Se publicó en el semanario Búsqueda el 12 de setiembre de 1985 y en ella anunció que jamás se presentaría ante un juez civil.

“Como militar no estoy dispuesto a concurrir ante ningún juez civil para que me juzgue por operaciones militares”, dijo. “Si recibo una citación para presentarme ante un juez civil, me voy a presentar ante el comandante en jefe del Ejército”.

El periodista le preguntó si para tomar ese curso de acción se basaba en alguna norma legal.

“No, en ninguna”, respondió.

Dato de la realidad

El 22 de mayo de 1986, Búsqueda publicó la noticia de que el gobierno de Julio María Sanguinetti pretendía juzgar a diez represores acusados de graves violaciones a los derechos humanos, y de ese modo dar por cerrado el tema de los crímenes de la dictadura.

Según se relata en el libro “El revés de la trama” del periodista Álvaro Alfonso, ante ese anuncio Gavazzo se presentó en el comando del Ejército “con uniforme de combate y fuertemente armado” para resistir cualquier intento de ser juzgado.

El 17 de diciembre de 1986, horas antes de que Gavazzo debiera presentarse ante un juez civil para responder en uno de los casos en los que estaba acusado, los senadores del Partido Colorado presentaron un proyecto de ley que ponía fin a todos los procesos contra militares acusados de violar los derechos humanos durante la dictadura.
El presidente de la Asamblea General y vicepresidente de la República, Enrique Tarigo, dijo que era un dato de la realidad que los militares no se presentarían a declarar en los juicios en su contra. Dos días después, el Partido Nacional presentó el anteproyecto de la Ley de Caducidad, finalmente aprobada.

Así fue que se gestó la ley que hoy algunos pretenden reinstaurar.

Con el fiscal militar

La ley de Caducidad incluyó un artículo, el 4to, que en lo referente a los desaparecidos determinó que el Poder Ejecutivo debía disponer “de inmediato las investigaciones destinadas al esclarecimiento de estos hechos”.

Sanguinetti le encomendó tal tarea a un fiscal militar, José Sambucetti. El fiscal militar se limitó a preguntarles a los acusados si sabían algo y a conformarse con sus respuestas negativas.

A pesar de ya tener garantizada por ley la impunidad de sus actos, los militares entrevistados por Sambucetti prefirieron no revelar ningún dato que permitiera ubicar a los desaparecidos.

No iban a ir presos, pero aun así callaron.

El 5 de octubre de 1987 el fiscal militar interrogó a Gavazzo respecto a la desaparición de Eduardo Pérez Silveira, hasta hoy ausente.

En actas consta el siguiente diálogo:

–Diga si conoció al Sr. Eduardo Pérez, militante del MLN, y Amelia Sanjurjo, militante del Partido Comunista.
–No lo recuerdo.
–Diga si sabe que Eduardo Pérez haya sido detenido en los primeros días de mayo de 1974 por integrantes de las Fuerzas Conjuntas y en días posteriores haya sido trasladado a Boiso Lanza, al Grupo de Artillería Nº 1 y al Hospital Militar.
–Desde que las Fuerzas Armadas se hicieron cargo por disposición del Poder Ejecutivo de la guerra antisubversiva hasta mi pase a situación de retiro participé permanentemente en el primer escalón de combate en dicha guerra siempre encuadrado bajo las órdenes de los mandos militares y por lo tanto toda información referente a operaciones de combate no puede ser revelada por el suscrito.
–Diga si usted interrogaba a personas detenidas por las Fuerzas Conjuntas en el marco de tareas antisubversivas.
–Respondo de la misma manera que la pregunta precedente.
–Diga si sabe que Eduardo Pérez haya fallecido en una dependencia militar, en el mes de mayo de 1974, y en caso afirmativo, cuál habría sido la causa de su fallecimiento.
–Respondo de la misma manera que la pregunta precedente.

Muchos años después, en 2016, en el libro “Gavazzo. Sin piedad”, Gavazzo admitió que efectivamente Pérez Silveira estuvo recluido bajo su mando en el Grupo de Artillería 1 y que él en persona le arrojó allí una granada de gas que derivó que debiera ser llevado al Hospital Militar, donde desapareció.

Candidatura presidencial

En 2006 el presidente Tabaré Vázquez declaró que el caso de Adalberto Soba, capturado en Argentina, desaparecido, y cuya familia atestigua haber sido trasladada en avión desde Buenos Aires por el propio Gavazzo, no estaba comprendido en la ley de Caducidad. Gavazzo marchó por primera vez a la cárcel, condenado por el juez Luis Charles.
En 2009, Charles lo condenó por 28 homicidios de uruguayos capturados en Argentina y desaparecidos, el llamado “segundo vuelo”.

Poco después, ya estando preso, Gavazzo fue llevado a Paso de los Toros para declarar en el caso de la muerte de Roberto Gomensoro Josman.

Gavazzo le mintió a la jueza y dijo desconocerlo todo al respecto.

Por errores propios, pero también inducida por las mentiras de Gavazzo y las de un testigo falso (un militante marginal del MLN, que dijo en el juzgado que le temía a ciertos militares), la jueza envió a prisión como asesino de Gomensoro al coronel Juan Carlos Gómez, quien estuvo preso entre 2010 y 2013.

Gavazzo, que sabía de la inocencia de Gómez por estar él mismo implicado en la muerte de Gomensoro, se mantuvo impávido y permitió que Gómez marchara preso.
En 2017, el Ministerio de Defensa dispuso la instalación de un Tribunal de Honor para analizar la actuación de Gavazzo y otros militares condenados por el «segundo vuelo».
Hay testimonios que ubican a Gavazzo en Argentina, torturando en Automotores Orletti, negociando incluso por dinero la libertad de algunos de los detenidos. Pero enfrentado a los tres generales del Tribunal, Gavazzo negó todo.

El interrogatorio derivó hacia Pérez Silveira y Gomensoro. Quizás por sentirse abandonado por su Ejército, Gavazzo habló lo que nunca había hablado.
Volvió a contar la historia de la granada de gas que le arrojó a Pérez Silveira. Y dijo que Gomensoro murió en Artillería 1, que el general Cristi le ordenó hacer desaparecer su cuerpo y que él mismo lo llevó a Paso de los Toros y lo arrojó al río Negro.

Enemistados desde hace años, ante el mismo tribunal, Jorge Silveira acusó a Gavazzo de ser responsable de la muerte de esos dos prisioneros.

Los integrantes del Tribunal le avisaron al comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, del tenor de las confesiones y le señalaron que eso debía denunciarse a la justicia.

Manini Ríos, en cambio, ordenó seguir. Pasó casi un año sin que se supiera nada. Manini dice que le avisó al ministro de Defensa. Presidencia tampoco denunció ni divulgó las confesiones, y solo reaccionó cuando El Observador lo informó.

El Tribunal de Honor se limitó a sancionar a Gavazzo por haber dejado que Gómez estuviera preso siendo inocente. En el fallo no hubo una palabra sobre tortura, muerte en los cuarteles y prisioneros desaparecidos.

Bajo la comandancia de Manini Ríos, el Ejército perdió una oportunidad histórica de desmarcarse de su peor momento, separar a la actual oficialidad de los crímenes de la dictadura, lavar su imagen y renovar en forma clara y explícita su pacto con la democracia y los derechos humanos.

Manini Ríos, además, fue más allá: elevó el fallo del tribunal a la Presidencia con un grueso escrito de críticas al Poder Judicial, lo que derivó en su previsible destitución.
Es curioso que, teniendo tantos y tan variados espacios para poder criticar al Poder Judicial, Manini eligiera hacerlo como adenda al fallo de un Tribunal de Honor a Gavazzo, un declarado enemigo de la justicia civil, a la cual ha despreciado, desafiado y boicoteado una y otra vez desde 1985.

Manini Ríos en particular, y Cabildo Abierto en general, han tomado el caso Gomensoro y la injusta prisión del coronel Gómez como ejemplo paradigmático de lo mal que trabaja el Poder Judicial en los casos de los militares de la dictadura.

La crítica –que creció hasta transformarse en un proyecto de ley para reimplantar la ley de Caducidad- recalca el mal desempeño que tuvo la jueza del caso.
Lo magistrada se equivocó y mucho, es cierto. Lo que nunca se dice es que para que se equivocara ayudaron y mucho las mentiras de un testigo falso y las del propio Gavazzo.

Leonardo Haberkorn /El Observador
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2262 / miércoles 12.08.2020
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4) COVID 19: MÁS QUE UNA POLÍTICA, UNA IDEOLOGÍA

Luis E. Sabini Fernández
revistafuturos.noblogs.org

En nota anterior, nos preguntábamos si el covid 19 era natural o político. En rigor, podía contener ambos rasgos; ser natural en su origen y político el instrumental con el que la humanidad lo ha enfrentado.

La pregunta provenía, precisamente, no tanto de la respuesta tecnosanitaria sobre el origen del virus y sobre sus manifestaciones patógenas, sino sobre el encare dado a su recepción y tratamiento en las sociedades humanas.

Dada la interacción creciente y tan alta hoy: lo que llamamos globalización o más precisamente, con la carga política correspondiente, globocolonización, “todo el mundo” prácticamente está “tocado” por la situación.

Y bien: el examen de esa recepción, información, evaluación, nos depara una conclusión cada vez más categórica: el covid 19, pese a su origen biológico, junto con dicho origen, sin desmentirlo y sin siquiera tener un acabado conocimiento de dicho origen, el covid 19 se manifiesta políticamente; más que políticamente, ideológicamente.
Solo ello podría explicar la presentación históricamente habida; las medidas tomadas por “autoridades” y gobiernos.
“Al árbol, por sus frutos lo conoceréis.”

¿Qué frutos nos depara esta pandemia mundializada?

• la atención concentrada en contagiados y muertos del covid 19 con total prescindencia de otros contagios y muertes. De modo tal que parecería que no hay otras enfermedades, otras muertes que las del covid 19.

• las instrucciones de un organismo filantrópico; la OMS (otrora financiada por estados nacionales, constituyentes de la ONU, ahora por multimillonarios que aportan mucho mayores cuotas al sostenimiento de la OMS que aquellos estados constituyentes), que se presenta, por su apariencia como órgano médico y ha dispuesto que en las actas de defunción se registre como causa principal de muerte al covid 19 aun cuando el occiso tenga otras afecciones incluso graves (un paciente con cáncer avanzado al contraer covid 19, un enfermo con septicemia por infección intrahospitalaria ocasionada por internación con covid 19, en franca recuperación de lo primero pero atacado mortalmente por bacterias, son registrados como muertes por covid 19, y así sucesivamente).

• El caso de la capital argentina. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), ha registrado de acuerdo con el número de habitantes el mayor embate de la llamada pandemia en Argentina. Allí, la cantidad de muertos ha sido estadísticamente similar en los mismos meses de los últimos años, incluido el “pandémico” (véase recuadro):

2017 2018 2019 2020
mar 3477 3262 3197 3155
abr. 3411 3108 2114 3254
may 4057 3422 3340 3365
jun. 4789 3881 3770 3742
subt. 15734 13673 12421 13516

• El caso uruguayo. En los 4 meses de declarada oficialmente la pandemia, han habido unos 3000 muertes en general (causa primera; afecciones coronarias (coronarias, del corazón, no del covid 19). En ese ínterin, han muerto, oficialmente, por covid 19 treinta y cuatro (hasta 23 jul 2020).

Pero se sabe del deterioro en la atención médica y sanitaria por la torsión habida en los servicios médicos para adaptarse a la presunta presencia de “la pandemia”: no concurrir a hospitales y sanatorios, atención telefónica (hasta llegar a la teleconsulta).

¿Cuántos de los 3 mil muertos en estos 4 meses a causa de infartos, embolias, cánceres, infecciones, incluso accidentes de tránsito, se habrían salvado o prolongado su existencia de existir la atención normal? No lo sabemos, pero si estimamos un 1%, entonces se habrían salvado tantos como los que murieron oficialmente por covid 19.
Penosa suma aritmética. Y si llegamos a estimar que el deterioro de atención sanitaria, mutual, hospitalaria, no pudo impedir la muerte de un 5%, unos 150, los muertos ocasionados por la pandemia son cinco veces más que los muertos oficiales del covid 19.

Si transitamos por la cifras de fallecidos asignados a la pandemia en Brasil o en EE.UU. nos encontramos que en años previos, sin pandemia, registran aproximadamente la misma cantidad de muertos; en similar período. Este paralelismo no se cumplió, empero, con los países europeos en el momento del mayor embate del covid 19; en España, Italia, el Reino Unido, la cantidad de muertos de los peores meses de 2020 fue superior a la media que tenían para esos mismos períodos.

Pero allí puede intervenir, nos parece, la cuestión etaria: en poblaciones más envejecidas aumentan las probabilidades de letalidad con el covid 19 (que es por otra parte lo que pasó en Suecia, sin cuarentena). (1)

Porque el covid 19, altamente contagioso, tiene la característica de golpear decisivamente a quienes tienen otras muchas diversas afecciones, lo que le ha permitido decir a algunos médicos que los muertos por covid 19 son quienes están tan averiados, sanitariamente hablando, que van a morir más o menos indefectiblemente en el próximo infarto, la próxima pulmonía, el próximo enfriamiento…

Si los números no expresan una mortalidad diferenciada (salvo en los casos como los de los países europeos del pasado invierno), mi hipótesis es que todo el concierto mediático no se puede haber informado tan mal, tan sesgadamente por pura impericia. Tiene que haber habido una política informacional; una estrategia mediática. Que casi convierte a los muertos por país en una competencia; ‘ahora Brasil ha pasado al segundo puesto, apenas superado por EE.UU.; México ha logrado un tercer puesto neto superando a España, Italia, Reino Unido de sus viejas posiciones’… y sigue la retahíla “deportiva”.

Mientras nos entretienen con los números de muertos y contagiados quitados de todo contexto, las “esperanzas” están –nos lo dicen un día sí y otro también− en una vacuna. Una de las decenas o centenares que se están ensayando “a toda velocidad” para supuestamente protegernos de un virus de bajísima letalidad. Y que, por cómo se ha ido presentando, parece tener alta mutabilidad (que inutiliza a corto plazo la presunta protección de la vacuna).

La opción vacuna desecha el camino emprendido por Suecia o Bielorrusia, que se han negado a seguir estas instrucciones “mundiales”. Las políticas de estos países han sido menos criticadas que ignoradas.

Pero volvamos al virus. Un personaje que está apareciendo más activa y frecuentemente en los últimos tiempos. Y tratar de entender por qué.

Vale escuchar lo que el equipo ETC (Erosión, Tecnología y Concentración) ha ido confeccionando sobre el particular. Una de sus investigadoras, Silvia Ribeiro, señala que la cría de animales para consumo humano por sus carnes −cerdos, pollos, vacas− se ha intensificado “optimizando” el momento de la faena; en lugar de seis meses, tres, en lugar de tres meses, dos. (2)

Esto resulta en animales de vida acortada (respecto de su longevidad “natural”). El mundo bacteriano tiene que adaptarse a esos ciclos vitales reducidos para su propio desarrollo y por eso las mutaciones de los virus “huéspedes” de esos animales tienden a acelerarse.

Y por eso mismo van a aparecer con más intensidad, con más frecuencia, distintas plagas causadas por tales virus, digamos, “de ciclo corto”.

En una entrevista Ribeiro recuerda a otro investigador, Rob Wallace: “un biólogo que ha estudiado un siglo de pandemias durante 25 años, y que es también filo geógrafo, por lo que ha seguido el trayecto de las pandemias y los virus; dice que todos los virus infecciosos de las últimas décadas están muy relacionados a la cría industrial de animales.
Nosotros -del grupo ETC y de GRAIN-, ya habíamos visto con el surgimiento de la gripe aviar en Asia, y de la gripe porcina (que luego le pusieron AH1N1 para que sea un nombre más aséptico), también del SARS, que está relacionado a la gripe aviar, que son virus que surgen en una situación en dónde hay una especie de fábrica de replicación y mutación de virus que es la cría industrial de animales. Es porque hay muchos animales que están juntos, hacinados […]” (3)

El Grupo ETC atribuye al sistema alimentario agroindustrial, el rol de “productor” de epidemias en décadas recientes.

Porque “la cría industrial de animales en confinamiento (avícola, porcina, bovina) es una verdadera fábrica de epidemias animales y humanas. Grandes concentraciones de animales, hacinados, genéticamente uniformes, con sistemas inmunitarios debilitados, […] un perfecto caldo de cultivo para producir mutaciones de virus más letales y bacterias multirresistentes a los antibióticos, que con los tratados de libre comercio se distribuyen por todo el globo […] desde el feedlot hasta la cría de cerdos, de pollos, y de pavos, muy hacinados, crean una situación patológica de reproducción de virus y bacterias resistentes […] Los animales que salen de sus hábitats naturales, sean murciélagos u otro tipo de animales, incluso pueden ser muchos tipos de mosquitos que se crean y se hacen resistentes por el uso de agrotóxicos.” (ibídem)
Y Ribeiro y ETC no sólo apuntan a este cariz ecológico; saben ver el aspecto económico, la falta de justicia inherente al sistema en que vivimos: “¿a quién afecta más en este momento la pandemia? A la gente más vulnerable: a quienes no tienen casa, a quienes no tienen agua.” (ibídem) Diríamos, los mismos de siempre.

Marc Vandepitte, filósofo y economista, dedicado a la investigación de las relaciones llamadas Norte-Sur, coincide grosso modo con la interpretación del grupo ETC-Grain. Plantea: “Desde principios del siglo pasado sabemos que casi todas las epidemias modernas son el resultado de la intervención del hombre en su entorno ecológico inmediato. Los mamíferos y las aves son portadores de cientos de miles de virus que son transmisibles a los seres humanos. Debido a la explotación de zonas naturales anteriormente inaccesibles cada vez hay más posibilidades de que estos virus se transmitan a los seres humanos.”(4)
Hemos revisado el sesgo mediático de esta “movida” planetaria denominada pandemia.

También el papel del significado de la industrialización aplicada a organismos vivientes; cereales, frutas y verduras por un lado; cría de animales de carne para consumo humano por el otro.

Estamos en un mundo cada vez más medicalizado y tecnologizado, con ejes de acción que pasan por la contaminación generalizada para atender las necesidades que quienes guían el mundo consideran las imprescindibles.

Como explicaba Mahatma Gandhi, “En la Tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos.”
La humanidad ha roto con la naturaleza. A través de las civilizaciones, las rupturas han sido de muy diverso grado, pero generalmente se trata de rupturas radicales.
Sin embargo, las civilizaciones tradicionales conservaban un ligamento psíquico y también físico con nuestra dimensión natural.
La cultura moderna, la del encumbramiento de nuestra dimensión tecnológica, nos ha ido llevando a una creciente autonomía de nuestros cuerpos y vidas respecto de la naturaleza.

El proyecto del historiador (y a la vez futurólogo) israelí Yuval Harari de alcanzar la amortalidad, (5) resume, como tal vez ningún otro ejemplo, la pretensión de ruptura radical con nuestra dimensión natural.

Sin embargo, algunos empezamos a visualizar la modernidad y sus proyectos más radicales, como intrínsecamente contradictorios con la vida, con nuestra vida como especie, que es indisoluble de la vida de los (demás) seres vivos de nuestro planeta.

Porque los seres vivos terráqueos están siendo sometidos a un exterminio generalizado que nos tememos sin precedentes.

Siempre se habla que en la larga historia del planeta −donde la vida humana no ocupa sino los últimos instantes de toda una jornada de acontecimientos− han existido cinco extinciones masivas de vida. Y que está en curso una sexta extinción masiva de vida. Deberíamos considerar que se trata más bien de exterminio masivo que extinción masiva, como fueran las anteriores. Porque en nuestro presente, la acción de la especie humana, eliminando otras especies, es más que considerable, por momentos arrolladora.
Y la pregunta crucial es si la especie humana puede prescindir de la naturaleza, como los más enardecidos tecnólatras se afanan por alcanzar.

Para quienes consideramos que el basamento natural de nuestra especie y de los reinos animal y vegetal es inevitable (y deseable), nos queda encontrar la vía cómo conciliar nuestro desarrollo histórico y nuestras condiciones bio-fisio-psicológicas: si destrozamos el hábitat terráqueo, no sobreviviremos.

Y los humanaos ya han hecho mucho, muchísimo, para destrozarlo. Estamos al filo de la navaja. Tal vez ya hayamos pasado el punto de no retorno. Nos queda la resistencia. Y lo incierto por venir.

Me permito sopesar estas ominosas observaciones con otra, de otro carácter, más sombrío, si cabe: la pandemia implantada globalmente ha permitido el ensayo y puesta en práctica de una serie de recursos tecnológicos que van, todos, en el sentido de un mayor control y registro de nuestros pasos, todos ellos.

No es nada nuevo; apenas otro paso. Un ejemplo, apenas: el otorgamiento de señas de identificación para que eventualmente, si aparece un contagio vinculable a una persona, esa seña identificatoria, pueda geolocalizar a todos los que hayan tenido contacto ella en la fecha de contagio potencial. Los resultados sanitarios serán débiles, escasos, pero el seguimiento de nuestros pasos será estrecho, certero, omnisciente.

Me permito cerrar estas observaciones con la última frase de Giorgio Agamben, en una nota escrita cuando estallara la llamada pandemia, muy repudiada por bienpensantes:
“Nuestro vecino ha sido abolido. Es posible, dada la inconsistencia ética de nuestros gobernantes, que estas disposiciones se dicten por quienes las han tomado con el mismo temor que pretenden provocar, pero es difícil no pensar que la situación que crean es exactamente la que los que nos gobiernan han tratado de alcanzar repetidamente: que las universidades y las escuelas se cierren de una vez por todas y que las lecciones sólo se den en línea, que dejemos de reunirnos y hablar por razones políticas o culturales y sólo intercambiemos mensajes digitales, que en la medida de lo posible las máquinas sustituyan todo contacto −todo contagio− entre los seres humanos.” (6)

Notas:
(1) Se considera una fuerte correlación entre letalidad y edad; para menores de 39 años, 0,2%; para la franja etaria 50-60, se ha estimado un 3%, para personas de 70 a 80 años, 8% y para mayores de 80, un 15%.
(2) “Gestando la próxima pandemia”, RLSF, 26 04 2020.
(3) Silvia Ribeiro entrevistada por Claudia Korol, “No le echen la culpa al murciélago”, 3/4/2020.
(4) «El coronavirus y el fin de la era neoliberal» (30/7/2020). rebelion.org/el-coronavirus-y-el-fin-de-la-era-neoliberal/
(5) Homo Deus. Breve historia del mañana. Israel. En la edición en castellano, Pinguin Random House, Bs. As., 2016, p. 37.
(6) “Contagio”, 11 / 3 /2020, ficciondelarazon.org/2020/03/11/giorgio-agamben-contagio/

Luis E. Sabini Fernández
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2262 / miércoles 12.08.2020
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5) LAS OTRAS RADIOS

Ernesto Lamas / Caras y Caretas, Argentina, 11 de Agosto 2020

Muchas veces se caracteriza a los medios comunitarios por su baja potencia y no por el verdadero fin social de darles la palabra a los que no tienen voz. Hoy son más de 300 emisoras.

Las radios comunitarias tienen un lugar destacado en estos 100 años de historia. Guiadas por el sueño utópico de Bertold Brecht, que imaginó a la radio como el más maravilloso medio de comunicación si además de hablar pudiese escuchar, miles de comunicadores en todo el país apagaron las radios para hacer las suyas.

Un breve repaso por la historia encuentra antecedentes en radios clandestinas en los años 70 en Córdoba o, en plena dictadura, en aquellos emisores que interfirieron la televisión cuando pasaban partidos del Mundial de 1978 con proclamas contra los militares. Ya en democracia, entre 1984 y 1987, surgieron experiencias de muy baja potencia, con transmisiones irregulares y clandestinas. Las primeras radios comunitarias que lograron emitir con horarios de corrido, de lunes a domingo, con programaciones estables, datan de 1987. A partir de ese año se vivió un surgimiento explosivo de emisoras en frecuencia modulada que no contaban con los papeles exigidos por el decreto/ley de radiodifusión que dejó el gobierno de facto. Desde las entidades de medios hegemónicos se las denominó “piratas” o “truchas”. En medio de aquella explosión aparecieron también otros medios de comunicación que además eran proyectos político-culturales creados con el objetivo de contar con una voz pública que diera cuenta de otras miradas que no tenían aire en los medios tradicionales. Propusieron democratizar la comunicación para democratizar la sociedad desde la diversidad cultural de la comunidad a la que pertenecían. Se llamaron a sí mismas radios comunitarias, populares y alternativas.

En los años 90 resistieron las políticas neoliberales y fueron de los pocos medios que denunciaron el vaciamiento del Estado y el empobrecimiento de los sectores populares al mismo tiempo que las empresas de medios comerciales consolidaban sus posiciones dominantes negociando con el gobierno y presionando al Congreso de la Nación para que no aprobara una ley de la democracia. Las radios comunitarias se organizaron en redes nacionales para compartir producciones y noticias. También para comenzar una lucha que tuvo como resultado la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en el año 2009, en la que por primera vez se reconoció la legalidad de medios audiovisuales sin fines de lucro que en la práctica son mucho más que eso. Las radios comunitarias no se definen por la baja potencia o por no vender publicidad, sino por representar proyectos de vida ligados a luchas y reivindicaciones de grupos y movimientos diversos. Son medios de gestión social sin fines de lucro.

Pioneros comunitarios

En sus más de 30 años de existencia, las radios comunitarias resistieron la persecución, ganaron una batalla enorme por el derecho a la comunicación y además tuvieron tiempo para correr límites. Es comunitaria Paj Sachama, la primera emisora en el país en transmitir con energía solar en el monte de Santiago del Estero. Otra comunitaria fue la primera en salir al aire desde un centro de salud mental con programas realizados por internos. En una comunitaria, La Tribu, se produjo por primera vez en el país un podcast, en 2005, y en una radio comunitaria de Córdoba, La Ranchada, sonó por primera vez el cuarteto, muy popular en la provincia. Son innumerables los ejemplos de radios comunitarias que marcaron un camino luego recorrido por medios públicos y comerciales.

La diversidad y el pluralismo las distingue en el mapa de medios. Existen radios campesinas, como la red de seis emisoras que fundó el Movimiento Campesino de Santiago del Estero o Radio Tierra Campesina, una de las FM de la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Mendoza. Hay sindicales, como la Radio Germán Abdala de ATE Capital o SubteRadio, de los trabajadores del subte. Pueblos originarios cuentan con cuarenta radios en catorce provincias. Un buen ejemplo es la primera en estar al aire, La Voz Indígena, de Salta, con participación de las comunidades wichi, guaraní y toba, o Radio Puelmapu, de la comunidad mapuche, en Neuquén. Personas con discapacidad tienen su Radio Braille, de Santa Fe, y los migrantes tienen su espacio en Radio Integración Boliviana, del barrio de Tolosa. De salud mental, como La Colifata. Villeras, como La Milagrosa, de Ciudad Oculta, en Buenos Aires. Gestionadas por estudiantes, como Radio Revés, de Córdoba. Y más: la primera radio cooperativa del país, FM En Tránsito, de Castelar; una que nació estudiantil y se transformó en comunitaria urbana, FM La Tribu, y otra como FM Alas, de El Bolsón, cuyos radioparticipantes, en 1999, rodearon la casa desde donde transmitía cuando las autoridades quisieron cerrarla y no pudieron.

Hoy que la radio cumple 100 años de vida hay alrededor de 300 emisoras en todo el país que se reconocen como comunitarias, populares o alternativas. Surgen nuevas emisoras por internet impulsadas por cooperativas o asociaciones civiles y sostenidas por el aporte de socios o clubes de oyentes. Conviven con las radios analógicas y nuevos medios alternativos, al mismo tiempo que reclaman el derecho a la comunicación también en territorios digitales.

Las radios comunitarias son parte de la historia y del presente de la radio. También del futuro. Crean nuevos modos de interpelar a las audiencias con la diversidad y el pluralismo como bandera para sumar interlocutores y no seguidores. Con la conciencia de que cada nuevo emisor es un ataque a la concentración de medios, tienen el desafío de consolidar sus redes y ocupar nuevos espacios.

Ernesto Lamas / Caras y Caretas (Argentina)
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2262 / miércoles 12.08.2020
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“La izquierda no puede pensar sólo en ganar elecciones. Necesita tener como meta fundamental organizar al pueblo, y recuperar la hegemonía de las ideas de la clase obrera en la sociedad. Recuperar los valores humanistas y socialistas, y practicarlos, como la solidaridad, la defensa de la justicia social y la igualdad entre todos los seres humanos.”
Joao Pedro Stedile – MST (Brasil)
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