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HASTA SIEMPRE, LUCIO URTUBIA – Alix Arnold – comcosur al día 2263 – 19.08.2020

COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2263 / miércoles 19.08.2020 Hoy:

1) Hasta siempre, Lucio /Alix Arnold
2) Brasil: Frei Betto y el pronunciamiento de obispos católicos contra las medidas de Bolsonaro /Marcela Robaina y Nicolás Iglesias Schneider
3) En defensa de la memoria del Dr.Vladimir Roslik
4) Uruguay: Deudas públicas y prioridades /José Antonio Rocca
5) Uruguay: ¿Hasta cuándo? Los meses pasan y la “nueva normalidad” se va convirtiendo en normalidad, a secas. /Hoenir Sarthou
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2263 / miércoles 19.08.2020
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1) HASTA SIEMPRE, LUCIO

Por Alix Arnold /Colonia, Alemania /3 de agosto del 2020

Anarquista, Atracador, Falsificador, pero sobre todo… Albañil. Cuando encontré esta película en Internet, su inusual título despertó mi curiosidad.

Lo que vimos en el documental de 2007 de los cineastas vascos Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga, apenas lo podíamos creer. (www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/lucio/961865/) ¿Tantas acciones extraordinarias, aventuras y encuentros en una sola vida?

Lucio Urtubia nació en 1931 en Navarra, en el País Vasco, donde creció en una situación de gran pobreza. Después de ganarse la vida durante algún tiempo como contrabandista, fue reclutado por el ejército español. Desertó en 1954, cuando su “desvío” a gran escala de mercancías del almacén del ejército estuvo en peligro de ser descubierto. Se refugió en París, donde trabajó en la construcción. Sus compañeros de trabajo le introdujeron a los círculos anarquistas. Allí no sólo encontró los fundamentos políticos e ideológicos con las que fundamentar su actitud, sino también conoció al mítico anarquista Francisco “Quico” Sabaté, quien, en los tres años que transcurrieron hasta su violenta muerte en 1960 por la Guardia Civil española, se convirtió en amigo y maestro de Lucio.

Lucio robó bancos y utilizó el dinero para apoyar a los prisioneros de la dictadura franquista en España. Falsificó documentos de identidad para refugiados españoles en Francia. Más tarde, en sus talleres de falsificación se imprimieron cheques y documentos de identidad de varios países. Estos documentos y el dinero así obtenido beneficiaron a los movimientos revolucionarios de Europa, América Latina y Estados Unidos. Lucio se reunió con el Che Guevara para discutir cómo utilizar dólares falsificados para desestabilizar a los EE.UU. Su mayor operación de expropiación la realizó a expensas de uno de los bancos más poderosos del mundo, al que puso de rodillas. Ante la gran cantidad de cheques de viaje perfectamente falsificados que aparecieron en todos los rincones del mundo, el First National City Bank (hoy Citibank) entabló negociaciones con Lucio Urtubia en 1980, y acabó renunciando al enjuiciamiento a cambio de las planchas de impresión e incluso pagándole una “indemnización”.

¿Cómo era posible que nunca antes hubiésemos oído hablar de esta persona tan interesante? Buscábamos más información. En alemán sólo encontramos una pequeña nota en la página web de la organización anarquista FAU. Existía una biografía de Bernard Thomas, que había sido publicada en francés en el año 2000 y en español en 2001. Para entonces, Lucio ya tenía 70 años. El hecho de que Lucio hubiese mantenido una discreción absoluta y nunca hubiera llamado mucho la atención, seguramente es una de las razones por las que sólo tuvo que pasar un tiempo relativamente corto en la cárcel, a pesar de su impresionante historial de infracciones de la ley. Mientras que expropiaba millones de dólares para los movimientos y construía una infraestructura clandestina de solidaridad mundial, él mismo vivía en París de una manera discreta y modesta. Con la paleta (cuchara) de albañil se ganaba la vida en la obra, donde se presentaba cada mañana puntualmente al trabajo. Muy pocas personas conocían sus clandestinas actividades nocturnas, y durante mucho tiempo las autoridades persecutorias no creían a este humilde trabajador migrante capaz de llevar a cabo acciones tan sofisticadas. Los prejuicios del lado enemigo a veces pueden ser una ventaja.

Mientras mi amiga Gabi Schwab, que vive en el País Vasco, y yo, todavía estábamos considerando si debiéramos traducir la biografía para difundir esta historia de una vida tan fascinante, a finales de 2008 se publicó la autobiografía de Lucio en la editorial vasca Txalaparta. Nos pusimos en contacto con Lucio, quien inmediatamente se entusiasmó con la idea de traducir su libro, y a través de aquel proyecto tuvimos el privilegio de conocerle personalmente poco tiempo después.

Ya la primera cita con él en París fue un encuentro cordial y el comienzo de una hermosa colaboración. La autobiografía de Lucio no está escrita en orden cronológico. Así, mientras la traducíamos, constantemente nos surgieron dudas y preguntas acerca de quiénes eran las personas mencionadas, cuándo y dónde habían tenido lugar ciertos episodios y cómo estaban conectadas todas aquellas historias. En la gran mesa del centro cultural Espace Louise Michel, fundado por Lucio, éste respondió con paciencia a todas nuestras preguntas, nos contó algunas historias de una nueva manera y nos señaló una y otra vez acontecimientos e ideas que tenían una importancia especial para él. Al principio tuvimos que acostumbrarnos a su estilo narrativo. A veces nos preguntábamos si no había entendido bien nuestra pregunta, pues comenzaba a hablar de personas y eventos completamente diferentes, pero siempre llegaba en algún momento al punto central de nuestra pregunta, con el cual todas las historias que nos había contado tenían alguna relación. Las grabaciones de aquellas conversaciones nos sirvieron para añadir a la edición alemana el capítulo “Encuentro con el Che Guevara”. Lucio también escribió tres nuevos capítulos. Nos los entregó en hojas A3 fotocopiadas escritas a mano. Eso nos permitió hacernos una idea del “original” que había sido la base de su libro autobiográfico. El propio Lucio solía decir que él no sabía escribir bien. Pero fiel al lema de su vida de que nada es imposible si uno se propone hacerlo,
afortunadamente se puso a escribir y buscó la ayuda apropiada. Con la materia prima de su autobiografía acudió al catalán Francisco Rodríguez de Lecea, el traductor de la biografía escrita por Bernard Thomas. Le pidió que le diese a su manuscrito una forma legible, y Thomas lo hizo. Así pues, el libro se escribió con el mismo método que Lucio había utilizado para organizar sus actividades clandestinas. Para todas las actividades, por ejemplo la gráfica o la impresión, que él mismo no dominaba, logró conseguir la cooperación de personas con las habilidades correspondientes. Esto también es parte de su filosofía de vida: Que nadie vale más que los y las demás. Nadie sabe hacerlo todo, pero si logramos juntar las habilidades de cada persona, entonces las cosas avanzan. Para nosotras fue muy agradable poder aportar nuestro grano de arena a la difusión de la historia de Lucio con nuestras habilidades en la construcción de palabras y frases.

Después de que la historia de Lucio saliera a la luz a través de la película y los libros, comenzaron las invitaciones y los viajes. En 2008 Lucio estuvo en Argentina, Brasil y Uruguay, presentando el documental. Allí, décadas más tarde, conoció a compañeros que habían recibido cheques del Citibank de la producción de Lucio y los habían cobrado para sus respectivos grupos políticos. Cuando se publicó la versión alemana de la autobiografía, hicimos entre 2010 y 2014 varios viajes para presentar el libro en diferentes ciudades de Alemania. Después de guardar silencio sobre sus actividades durante tanto tiempo, Lucio obviamente disfrutaba contando sus aventuras a un público fascinado. Especialmente los y las oyentes más jóvenes comentaban a menudo después de las charlas lo inspirador que les había resultado la presentación. El optimismo de Lucio y su convicción de que podemos cambiar el mundo fueron contagiosos, sobre todo porque muchas de sus historias son prueba suficiente para su tesis de que incluso en las situaciones más desesperadas siempre hay algo que se puede hacer. Lucio subrayó una y otra vez que no existe la utopía, porque cuando empiezas a ponerla en práctica, ya la haces realidad.

Lucio procede de una familia socialista pobre de Cascante, un pueblo en Navarra. Ya de niño tuvo que trabajar para contribuir al mantenimiento de su familia. Conoció los problemas de la pobreza y el terror del franquismo. Pero siempre decía que para él había sido una suerte haber nacido pobre. Por eso no le causó ningún problema perder el respeto a las autoridades, a la Iglesia y al Estado, y al orden establecido. Defendió un inequívoco punto de vista obrero. Esto incluyó la observación precisa desde abajo de las relaciones de poder y opresión y de las injusticias sociales. Además estaba convencido de que los trabajadores, que son los que mantienen el mundo en marcha, son los únicos que pueden hacer la revolución para cambiarlo. Pero su actitud también incluía una fuerte ética del trabajo. Él mismo trabajó en la construcción hasta los 72 años.

Para él siempre tenía mucha importancia ganarse la vida como trabajador. Todo el dinero que recaudó ilegalmente fue dedicado a la solidaridad, no para lucro personal. Las personas que no se implican en su trabajo o no quieren trabajar le resultaron tan sospechosas como los activistas políticos intelectuales con los que en la práctica no se pueden contar. No esperaba mucho de la gente que vive al margen de la sociedad sin trabajar. En las charlas, su apología del trabajo no siempre fue bien recibida y a veces surgieron conflictos. Si el estilo punk de un local era demasiado para él y su mirada de obrero de la construcción, si no le gustaban las preguntas del público o si el público le parecía demasiado estudiantil o “políticamente marginal”, a veces terminó ofendiendo a dicho público. Como traductora no siempre logré mediar entre un obrero que tenía 25 años más que yo y un público mucho más joven. Lucio era obstinado en el buen sentido, pero a veces también en el malo. En estos viajes, nosotros a veces también nos peleamos. Pero afortunadamente esos conflictos, a más tardar se resolvieron al día siguiente, y hubo muchos momentos maravillosos, con buenas conversaciones, encuentros interesantes y también noches con una buena cena y un buen vino – los cuales Lucio apreció mucho.

A través de la publicación de su historia, Lucio entró en contacto con subculturas con las que antes no había tenido relación alguna, y se mostró muy abierto ante ellas, a pesar de su vejez. Nos contó que un día unos hombres completamente tatuados y de aspecto sospechoso aparecieron en la puerta del Espace, su casa que – como siempre subrayó – estaba abierta a todo el mundo. Al principio temía un atraco. Pero los hombres se presentaron como miembros de una banda musical (si no me equivoco, era la banda de skapunk SKA-P de Madrid). Querían conocer a Lucio, y posteriormente volvieron a reunirse con frecuencia. En 2013 estuvimos en París para ver a nuestro amigo Fermin Muguruza – músico del País Vasco – en su gira “No More Tour”. Pensando que los dos seguramente tenían mucho que decirse, invitamos a Lucio. A él le encantaba escuchar y cantar viejas canciones revolucionarias y chansons. Le gustaban, por ejemplo, las canciones de Georges Brassens, Jacques Brel y sobre todo del anarquista Léo Ferré. No queríamos imponerle un concierto con batería y amplificadores, así que lo invitamos a cenar con la banda antes del concierto. Pero Lucio insistió en asistir también al concierto, donde permaneció hasta el final apoyándose en un taburete de bar, celebrado por el público y la banda. Probablemente era el participante más anciano de aquella gira. (En la película sobre la gira se puede ver a Lucio en el concierto y con una breve entrevista, a partir del min 57:16: www.youtube.com/watch?v=aH04ihZbK1Y)

Lucio vivía en el barrio de Belleville de París. En la década de los 1990 compró un edificio deteriorado en la Rue des Cascades y lo convirtió en un pequeño centro cultural. Una gran sala en la planta baja sirve para charlas, exhibiciones y reuniones. A este centro le dio el nombre Espace Louise Michel, en memoria de la gran anarquista de la Comuna de París. Encima de la puerta se puede leer “Le Temps des Cerises” (El tiempo de las cerezas), título de una canción de la época de la Comuna de París, y en el frontón la palabra Sustraiak – raíces en vasco. Allí también vive Anne Urtubia, esposa y compañera de lucha y de vida de Lucio. Se conocieron en 1968 en el Mayo de París y después compartieron muchas acciones. Fueron detenidos por primera vez en 1974 en el marco de un secuestro – después de la ejecución de Salvador Puig Antich por garrote vil en España – pero pronto fueron liberados. Incluso después de su separación como pareja, ambos quedaron viviendo en apartamentos contiguos en el Espace.

Apoyar a los presos siempre fue muy importante para Lucio. Ya el dinero de sus primeros robos a bancos, que hizo a finales de los años 50, estuvo destinado a los presos del régimen de Franco. Lucio entró a España clandestinamente para llevar dinero y material político a los familiares de los presos. Dondequiera que se necesitara solidaridad con los presos, se podía contar con Lucio. Su espacio fue utilizado por los familiares de los presos vascos que tienen que hacer el largo viaje del País Vasco a París para visitarlos. Cuando una presa vasca en Paris necesitó un trabajo para acceder al régimen abierto, la contrató como secretaria. Y por supuesto, también el comité de solidaridad con Sonja Suder y Christian Gauger, que habían vivido en Francia durante mucho tiempo, pudo utilizar el espacio de Lucio ante la inminente extradición de los dos a Alemania por la acusación de pertenencia a las Células Revolucionarias en los años 70.

Lucio siempre se mantuvo fiel a sus convicciones y luchó toda su vida contra la opresión y por la libertad. La última vez que lo vi fue hace dos años en París. Entonces estaba luchando contra las secuelas de un ictus, después del cual en un primer momento no pudo hablar y estuvo parcialmente paralizado. Cuando nos encontramos ya había recuperado su capacidad de hablar y vuelto a andar, aunque con gran dificultad. Nos llevó mucho tiempo caminar los aproximadamente 200 metros desde su casa hasta el bistró en la Plaza Henri Krasucki, fueron necesarios varios descansos. Pero incluso en aquella situación Lucio estaba lejos de quejarse. Dijo que podía considerarse afortunado después de todo porque Anne y su hija Julieta le estaban cuidando mucho y organizaban toda la ayuda que necesitaba.

El 18 de julio, Lucio murió en París a la edad de 89 años. Hemos perdido a un camarada extraordinario, valiente, generoso, tenaz, incorruptible y siempre solidario. Descansa en libertad, compañero. Me hubiera gustado tener más oportunidades de compartir una botella de vino contigo. Te echaré de menos.

Alix Arnold
Traductora junto con Gabi Schwab de la autobiografía de Lucio Urtubia “La Revolución por el Tejado” /Colonia – Alemania
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2263 / miércoles 19.08.2020
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2) BRASIL: FREI BETTO Y EL PRONUNCIAMIENTO DE OBISPOS CATÓLICOS CONTRA LAS MEDIDAS DE BOLSONARO

El religioso brasileño presenta un libro en el que aborda la situación política de su país.

Marcela Robaina, Nicolás Iglesias Schneider /La Diaria, 15.08.2020

Frei Betto, fraile dominico, de fecunda trayectoria junto a los movimientos sociales, participó en el programa Hambre Cero, durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva; sin embargo, siempre tuvo una actitud autocrítica hacia la izquierda brasileña. El escritor de numerosos libros sobre teología, política y literatura conversó con la diaria sobre el llamado mundial de solidaridad ante la situación actual de Brasil, la que define como un “genocidio”. En consonancia con esta preocupación, comentó algunos contenidos del duro pronunciamiento reciente de 152 obispos brasileños que critican el gobierno de Jair Bolsonaro.

¿Cuáles son los actores protagónicos en la trama del poder en Brasil? ¿Qué papel juega el fundamentalismo religioso?

En el congreso brasileño se destaca un grupo parlamentario conocido como la “Bancada de la B”: buey, bala, Biblia, banco y bola (el fútbol). Representa las más ricas y poderosas corporaciones del país, que están siempre en el poder, incluso cuando no están en el gobierno, como en los 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores. Estas corporaciones concentran las actividades económicas que mueven la economía brasileña, una economía que beneficia a los más ricos y sacrifica a los más pobres: 103 millones de personas, la mitad de la población del país, viven en la pobreza.

Esas fuerzas se articularon para derrocar a Dilma Rousseff y, luego, elegir a Bolsonaro, al que llamo BolsoNero. Este poder lo han construido desde dos trincheras: las redes digitales, con poder para controlar bots y algoritmos, y los sectores cristianos fundamentalistas. Este tema lo trato en mi reciente libro El diablo en la corte. Lectura crítica del Brasil actual.

¿Cuál es la imagen de Dios que está en la base del discurso político de Bolsonaro y cuáles son sus principales argumentos y objetivos político-religiosos?

Desde los años 70, la política de seguridad de Estados Unidos contó con el importante apoyo de la CIA y otras agencias, cuando se dieron cuenta de la importancia del factor religioso en la población, sobre todo entre los pobres. Estos grupos, que no tienen acceso a la educación de calidad, son influenciados fácilmente por una visión de mundo centrada en la religión y que desconfía de la ciencia.

En este contexto, surge la iglesia “electrónica”, iglesias con un uso intensivo de las redes sociales y los medios de comunicación, y canalizadoras de un discurso fatalista. Estas iglesias cumplen una importante función en la estrategia del sistema capitalista, influyendo en las personas para que cambien la libertad por el miedo. El miedo se impone por una imagen de Dios vengador y castigador, y –en especial– con un discurso sobre el diablo, que es el que nos pondría las trampas.

Estos grupos religiosos, además, son afines a la teología de la prosperidad, según la cual cuanto más rica es una persona, más está bendecida por Dios. Han desarrollado una fuerte demonización del Partido de los Trabajadores, y reforzado una óptica antipetista generada a partir de la Operación Lava Jato.

La carta reciente comienza diciendo que hay un genocidio contra el pueblo brasileño, ¿cómo se está usando el discurso religioso e incluso anticientífico para atacar los derechos humanos?

¡En Brasil hay un genocidio! Es posible que, mientras leas esta entrevista, las muertes ya superen las 100.000 personas. Cuando recuerdo que en la guerra de Vietnam, durante más de 20 años, se sacrificaron 58.000 vidas del personal militar de Estados Unidos, tengo una justa medida de la gravedad de lo que sucede en mi país. Este horror causa indignación y enojo. Todos sabemos que las medidas preventivas y restrictivas, adoptadas en tantos otros países, podrían haber evitado tal número de muertos.

Este genocidio no es el resultado de la indiferencia del gobierno de Bolsonaro; es intencional. Bolsonaro está satisfecho con la muerte de otros. Cuando era diputado federal, en una entrevista televisiva de 1999, declaró: “¡Al votar no cambiarás nada en este país, nada, absolutamente nada! Desafortunadamente, sólo cambiará si un día vamos a una guerra civil aquí, y hacemos el trabajo que el régimen militar no hizo: matar a unos 30.000”.

Debemos recordar que Bolsonaro, al votar a favor del juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, dedicó su voto a la memoria del torturador más notorio del Ejército: el coronel Carlos Brilhante Ustra. Está tan obsesionado con la muerte que una de sus principales políticas gubernamentales es el libre comercio de armas y municiones.
Cuando se le preguntó, en la puerta del palacio presidencial, si no le importaban las víctimas de la pandemia, respondió: “No creo en esos números” (27 de marzo, 92 muertes), “Todos moriremos algún día” (29 de marzo, 136 muertes), “¿Y qué? ¿Qué quieres que haga?” (28 de abril, 5.017 muertes).

En la carta que se envió recientemente para solicitar la denuncia internacional, se compara a Nerón y el incendio de Roma con Bolsonaro y la lógica sacrificial. ¿Cómo se instaló en nuestras sociedades esta lógica sacrificial? ¿Por qué esta política necrofílica?

La lógica sacrificial está muy bien trabajada en las obras de René Girard y Michel Foucault. Como se dice en la carta, Bolsonaro está obsesionado con la muerte ¡de otros! Para él, liberar el comercio de armas es mucho más importante que liberar recursos para salvar la vida del pueblo brasileño. Y es intencional de parte de él ahorrar recursos con la muerte de pobres, viejos y personas con tratamientos cubiertos por el sistema nacional de salud.

Desde el principio, declaró que lo importante no era salvar vidas, sino la economía. De ahí su negativa a declarar un cierre, cumplir con las pautas de la Organización Mundial de la Salud e importar respiradores y equipos de protección personal. El Supremo Tribunal Federal tuvo que delegar esa responsabilidad en los gobernadores y alcaldes.

Bolsonaro ni siquiera respetó la autoridad de sus propios ministros de Salud. Desde febrero, Brasil ha tenido dos, ambos despedidos por negarse a adoptar la misma actitud que el presidente. Ahora, al frente del ministerio está el general [Eduardo] Pazuello, que no entiende nada sobre temas de salud: trató de ocultar los datos sobre la evolución del número de víctimas del coronavirus; empleó a 1.249 militares en funciones clave del ministerio, sin que estos tuvieran las calificaciones requeridas, y suspendió las conferencias de prensa, que eran la vía para que la población recibiera orientaciones.

Las razones de la intencionalidad criminal del gobierno de Bolsonaro son evidentes: dejar morir a los ancianos, para ahorrar recursos de la seguridad social; dejar morir a quienes tienen enfermedades preexistentes, para ahorrar recursos del SUS, el sistema nacional de salud; permitir que mueran los pobres, para ahorrar recursos del programa de Renta Familia y otros programas sociales para los 52,5 millones de brasileños que viven en la pobreza y los 13,5 millones que están en la pobreza extrema (según datos del gobierno federal).

Mucho antes de que lo hiciera el periódico The Economist, en las redes digitales trato al presidente como BolsoNero porque, mientras Roma arde, él toca la lira y anuncia que la cloroquina, un medicamento sin eficacia científica, pero cuyos fabricantes son aliados políticos del presidente, es efectiva contra el nuevo coronavirus.
¿Qué expresiones culturales, políticas y religiosas han salido a la disputa u ofrecen resistencia al régimen de “BolsoNero” en Brasil?

En la cultura, son oposición a Bolsonaro la mayoría de los artistas –de cine, teatro, telenovela, pintura, música, danza, etcétera– más conocidos. El problema está en las fuerzas políticas progresistas, que no llegan a una articulación y están todavía muy centradas en elecciones, en la disputa entre sí. No tienen un proyecto de Brasil. Una lástima. Hoy la principal oposición religiosa son los obispos católicos progresistas. En la carta, que firmaron 152 obispos de Brasil, hay críticas muy duras al gobierno y se denuncia la situación que vive el país, que denominan la “tormenta perfecta”.

¿Cuál es el papel que pueden cumplir o cumplen los movimientos religiosos de la liberación en la disputa con el fundamentalismo y en alianza con los movimientos sociales?
Pienso que no hay que “disputar” espacios con los fundamentalistas. Lo más importante es volver al trabajo de base popular, a la metodología de educación popular (de Paulo Freire) y a rescatar los segmentos populares que, en los 70, 80 y 90, eran la base que sostenía al Partido de los Trabajadores y los movimientos populares como el MST [Movimiento de los Sin Tierra]. Pero ¡qué difícil es convencer a gente de izquierda de la importancia del trabajo de base! Muy pocos quieren meter los zapatos en las calles rotas de las favelas.

La carta de los obispos

En la misiva a la que adhirió Frei Betto, los religiosos brasileños definen la situación de Brasil como “la combinación de una crisis sanitaria sin precedentes con un abrumador colapso económico y la tensión que sacude los cimientos de la República, provocada en gran medida por el presidente de la República y otros sectores de la sociedad, lo que resultó en una profunda crisis política y de gobernabilidad”.

En la carta, los obispos brasileños denuncian que la vida de los sectores más vulnerables y excluidos, en esta sociedad estructuralmente desigual, injusta y violenta, está en peligro y ellos no pueden ser indiferentes. Incluso “la casa común [la tierra] está constantemente amenazada por la acción sin escrúpulos de madereros, buscadores de oro y minerales, mineros, terratenientes y otros defensores de un desarrollo que desconoce los derechos humanos y los de la madre tierra”.

Sobre el abordaje de la situación de pandemia, denuncian “los discursos anticientíficos, que intentan naturalizar o normalizar el flagelo de los miles de muertes por covid-19, tratándolo como fruto del azar o un castigo divino”, así como “el caos socioeconómico que se avecina, con el desempleo y la hambruna que se proyectan para los próximos meses, y los arreglos políticos que apuntan a mantener el poder a cualquier precio”.

Asimismo, los 152 obispos católicos brasileños (un tercio de la Conferencia Episcopal de Brasil) critican la incapacidad del gobierno federal para enfrentar estas crisis, ya que el modelo neoliberal que se practica sólo aumentó el privilegio de los poderosos. “Las reformas laborales y de la seguridad social, que deberían mejorar la vida de los más pobres, resultaron ser obstáculos que hicieron aún más precaria la vida de las personas. Es cierto que Brasil necesita medidas y reformas serias, pero no como las que se hicieron, cuyos resultados empeoraron la vida de los pobres, desprotegieron a los vulnerables, autorizaron el uso de plaguicidas anteriormente prohibidos, aflojaron el control de la deforestación y, por lo tanto, no favorecieron el bien común y la paz social”.

Citando al papa Francisco, afirman que el sistema de gobierno actual no pone en el centro a la persona humana y el bien de todos, sino la defensa intransigente de los intereses de “una economía que mata”, centrada en el mercado y las ganancias a cualquier precio. Los obispos continúan su denuncia señalando que la incapacidad e incompetencia del gobierno federal para coordinar acciones se ve agravada porque se opone a la ciencia, a los estados y municipios, a los poderes de la República, y se acerca al totalitarismo al utilizar métodos ilícitos, como apoyar y alentar actos contra la democracia.

Marcela Robaina, Nicolás Iglesias Schneider /La Diaria
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2263 / miércoles 19.08.2020
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3) EN DEFENSA DE LA MEMORIA DEL Dr. WLADIMIR ROSLIK

Uno
FEMI RECHAZÓ LAS “NEFASTAS Y FALSAS” DECLARACIONES DE CANDIDATO A LA INTENDENCIA DE SORIANO POR CABILDO ABIERTO, QUE NEGÓ MUERTE POR TORTURAS DE ROSLIK

La Diaria /18 de agosto de 2020

El militar retirado Alberto Loitey señaló que el médico “murió por un paro cardíaco, como muere cualquiera”

El Comité Ejecutivo de la Federación Médica del Interior (Femi) rechazó mediante un comunicado las “nefastas y falsas” declaraciones del candidato a la Intendencia de Soriano por Cabildo Abierto, el militar retirado Alberto Loitey, quien negó la muerte por torturas del doctor Vladimir Roslik en el Batallón de Infantería N°9, en Fray Bentos, el 16 de abril de 1984. Alberto Loitey señaló que el médico “murió por un paro cardíaco, como muere cualquiera”, y que en ese momento hubo médicos que lo asistieron.

“La Federación Médica del Interior hace público su rechazo y exige que se respete la memoria y el honor de los familiares del último mártir del proceso dictatorial del que fue víctima el Uruguay. Tal como lo estableció la propia Justicia Militar, y tras un largo y doloroso proceso que permitió esclarecer en parte la verdad, el Dr. Roslik, médico de San Javier y representante de la más pura fibra de la lucha reivindicativa de la colectividad médica del interior, fue torturado y asesinado en esa dependencia”, manifiesta el gremio en la misiva publicada este martes.

Para Femi, Loitey “desconoce” en sus declaraciones “las atrocidades llevadas adelante por algunos de sus compañeros de armas, y por las que luego su propia fuerza condenó por homicidio al entonces mayor Sergio Caubarrere, quien estuvo preso solamente durante cuatro meses”. Loitey fue oficial del Batallón de Infantería Nº 9, donde Roslik falleció como consecuencia de las torturas a las que fue sometido. La federación señala que el caso Roslik “significó un antes y un después” en la historia del gremio, “que reaccionando de inmediato logró darle al Uruguay y al mundo una lección de ética”.

“Por su memoria, por la de sus familiares, por el honor de los médicos del interior, y ante todas las cosas por honor a la verdad, Femi rechaza en forma enfática y pública las declaraciones de Loitey. El doctor Vladimir Roslik fue torturado hasta la muerte en el batallón en el que Loitey estaba. Si no lo supo ese día, debería saberlo. Y si no lo sabe todavía, que se dé por enterado y respete su memoria”, concluye el comunicado.

Dos
SMU RECHAZA MANIFESTACIONES DEL CANDIDATO A INTENDENTE DE SORIANO POR CABILDO ABIERTO, ALBERTO LOITEY, EN RELACIÓN AL ASESINATO DEL COLEGA VLADIMIR ROSLIK

Declaración del Comité Ejecutivo del SMU.18 de agosto de 2020

Visto:
El asesinato en la tortura del Dr. Vladimir Roslik, ocurrido el 16 de abril de 1984 en el Batallón de Infantería 9 de Fray Bentos.
Las declaraciones del Candidato a intendente de Soriano por Cabildo Abierto, Alberto Loitey, donde señaló días pasados que el Dr. Vladimir Roslik “murió por un paro cardíaco, como muere cualquiera” y que en ese momento “hubo médicos que lo asistieron”.

Considerando:
Que hubo un militar -el mayor retirado Sergio Caubarrère- condenado por el hecho por la Justicia militar.
Que la Comisión de Ética Médica en julio de 1984 y juzgó y sancionó a quienes pudo comprobar que habían violado las más elementales normas éticas, entre ellos a quienes realizaron la primera autopsia al médico asesinado.

El Sindicato Médico del Uruguay declara:
Su enfático repudio a las declaraciones realizadas por el político mencionado y una vez más reafirma su compromiso con la búsqueda de verdad y justicia para las víctimas del terrorismo de estado.

Que exige al Sr. Alberto Loitey la retractación sobre sus dichos, así como una disculpa pública, tanto al mismo Sr. Loitey como al partido al cual representa.
Que se elevarán estas declaraciones a la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo para ser consideradas.

La Diaria /Comité Ejecutivo del SMU
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2263 / miércoles 19.08.2020
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4) URUGUAY: DEUDAS PÚBLICAS Y PRIORIDADES

José Antonio Rocca /15.08.2020

El gobierno argentino ha logrado reestructurar cuotas importantes de la deuda pública de su país.

Tres grandes grupos de acreedores accedieron a una renegociación, que según la información, implicaría mayores plazos, menores intereses y una disminución de las obligaciones. El balance de los alcances y limitaciones de las nuevas condiciones corresponde esencialmente al pueblo argentino.

Para los países de América latina incluyendo a Uruguay resultan algunas reflexiones. Una de ellas, es la reafirmación de que existe margen para el cuestionamiento de los orígenes y condiciones de deudas públicas.

Es esencial la voluntad política, las prioridades de los gobiernos y en particular la importancia asignada a las necesidades populares en relación a contratos realizados por sectores públicos, de cada país con fondos buitres y especuladores de todo tipo.

El contexto favorece la discusión y revisión de las deudas públicas. La pandemia del corona virus, la gravedad de la crisis en países deudores, sus dificultades para asumir costos de intereses y amortización, generan nuevos panoramas y situaciones paradójicas.

El accionar de organismos internacionales que responden a intereses imperiales se flexibiliza. La debilidad de la economía en Estados Unidos y zona euro, los desafíos que genera un mundo cada vez más multipolar, con dificultades comerciales por conflictos y problemas sanitarios, generan escenarios de difícil previsibilidad en los que las propuestas de política económica del Banco Mundial y FMI se tornan menos rígidas y se aceptan heterodoxias respecto a los manuales neoliberales.

Dentro de este contexto la actual directora del FMI Kristallina Giorgeva, saluda las nuevas condiciones acordadas por Argentina con acreedores privados. Todo indica que la institución estará dispuesta a renegociar sus propios créditos con ese país que superan los 40.000 millones de dólares y se gestaron en el marco del apoyo incondicional del organismo al gobierno de Macri durante la conducción de C. Lagarde.

Las razones de las nuevas posturas pueden ser variadas.

Las consecuencias económicas y sociales de sus propuestas aplicadas en Argentina, la magnitud que adquieren las respuestas populares a sus condicionamientos en toda América latina, incluyendo su “vidriera” chilena, el temor que las dificultades financieras debiliten a sus gobiernos “adictos” y aproximen a los países del sur a una búsqueda de respuestas comunes frente a las deudas.

De todas maneras parece cada vez más claro que los grados de desigualdad social, pobreza, explotación a que están sumidos los pueblos del sur indican que se torna imprescindible auditar deudas públicas, renegociarla priorizando la gente como condición necesaria-aunque no suficiente-para diseñar caminos de buen vivir.

En Uruguay sus orígenes y evolución no avalan la filosofía de las conducciones económicas de “honrar” los compromisos con los acreedores por sobre las necesidades populares. Sus saltos se vincularon con ayudas monumentales a grandes Bancos privados en la crisis de los ochenta y del 2000 y su trayectoria ascendente se vincula con el efecto “alud” de la misma deuda y renuncias fiscales en favor de grandes capitales.

Mientras tanto, la motosierra multicolor recorta inversiones, salarios, gastos en salud, educación, entes públicos y ainda mais para satisfacer a las calificadoras de crédito, aunque continúa sus gastos en favor de UPM.

La realidad es nítida. El objetivo del gobierno es favorecer a los privilegiados de siempre y que la crisis la pague el pueblo. Lo demás es poesía… y de muy mala calidad.

Gotitas de economía

– Según los datos del INE, el IPC de julio incrementó 0.55% en relación a junio. El acumulado en los 7 primeros meses del año es de 7.37% superando el máximo del rango meta.

– Las exportaciones de Uruguay a julio de 2020, de acuerdo a los datos de Uruguay XXI; descendieron 17% en relación a 2019.

– Aratirí intentó y no logró entablar una insólita demanda contra Uruguay. El gobierno realizó enormes gastos para viabilizar su inversión en extracción minera en la zona de Valentines. Construcción de instalaciones mediante gas Sayago para importar combustible para la energía a utilizar por la empresa, expropiaciones para construcción de un mineroducto y puerto de exportación. Obras abortadas al fracasar el proyecto.

– Es cierto que Tratados de protección de inversiones lesivos para el país, otorgan impunidad a empresas, pero fue demasiado caradurismo. También es insólito que máximo jerarca de la conducción económica, realizó tareas de asesoramiento para Aratirí. El gobierno de la coalición multicolor “mira para arriba”.

– El índice de volumen físico de la industria descendió 0.8% en junio 2020 en relación al 2019. En el primer semestre el descenso fue de 6.5%. Mientras el índice de horas trabajadas cayó 13%. Pese al descenso productivo la plusvalía crece.

– Las propuestas privatizadoras que implementa Fabio Guedes en Brasil, se enfrentan a dificultades crecientes incluyendo el Congreso.

– Trump ordenó a la empresa china ByteDance, que desinvierta sus intereses en la plataforma de videos Tik Tok. Ha puesto el 15 de setiembre como fecha límite de funcionamiento a no ser que la adquiera una empresa de Estados Unidos. Mientras nos venden manuales de liberalismo económico.

José Antonio Rocca / La economía de a pie
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2263 / miércoles 19.08.2020
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5) URUGUAY: ¿HASTA CUÁNDO?
Los meses pasan y la “nueva normalidad” se va convirtiendo en normalidad, a secas.

Hoenir Sarthou /Voces /12 agosto 2020

Los números del seguro de desempleo, los despidos, las empresas que han cerrado, hablan por sí solos de la crisis económica, previsible desde el momento en que se declaró la emergencia sanitaria. Pero está muy lejos de ser el único o el peor problema que tenemos.

Los niños siguen con escolaridad no obligatoria, en realidad con algo que es un remedo de escolaridad, incluso de la ya deficitaria que teníamos antes de la declaración de pandemia. Asistencia voluntaria, pocos días a la semana, en grupos y horarios reducidos, maestras con tapabocas, mucho termómetro y alcohol en gel, indicación de no tocarse y de mantener la distancia física con sus compañeros. ¿Cómo aprender en esas condiciones? ¿Cómo desarrollar habilidades sociales? ¿Qué efectos psicológicos tendrá ese clima de miedo para los niños que asisten a clase? ¿Qué pasará con los que no asisten?

¿Y los liceales?

Antes de la pandemia teníamos una deserción de casi el 70%. ¿Cuántos más habrán desertado para cuando se levante la emergencia? No tenemos todavía la menor idea del daño indeleble que estamos causando a toda una generación.

La atención médica de las enfermedades que no sean coronavirus sigue siendo un desquicio. Consultas telefónicas, médicos que no concurren a domicilio, personal sanitario que pone obstáculos para la consulta en los centros de salud. El Sindicato Médico, luego de hacer el ridículo al reclamar el confinamiento general y obligatorio, guarda silencio.

La vida artística y cultural intenta recomenzar luego de más de seis meses. Pero las restricciones resultan preocupantes. Públicos con tapabocas, distancias imposibles entre los artistas y entre estos y el público, horarios reducidos. No soy actor ni músico, pero intuyo que el arte que se realiza ante el público requiere concentración, un estado de comunicación y de entrega mutua entre artistas y público que difícilmente se logre si hay que estar pensando en las caprichosas exigencias del protocolo político-sanitario, temiendo sufrir multas y sanciones en caso de transgredirlas.

¿Qué pasa con la actividad cívica? Estamos a pocas semanas de las elecciones departamentales, ¿qué clase de militancia, de diálogo e intercambio ciudadano, pueden hacerse en esas condiciones, sin actos, sin concentraciones, sin grandes reuniones? ¿Y otras actividades cívicas? Yo -al igual que mucha gente- apoyo y trabajo para la campaña de reforma constitucional “Uruguay Soberano”, que se propone declarar nulo el contrato ROU UPM. ¿Cómo desarrollar libremente una campaña que depende casi exclusivamente del intercambio horizontal de información, de ciudadano a ciudadano? ¿Somos conscientes de que tenemos seriamente limitados los derechos cívicos?
Y hay mucho más: el miedo que todavía atenacea a mucha gente, la falta de encuentros sociales, cumpleaños, casamientos, velatorios, reuniones de amigos, conferencias, actos públicos, presentaciones de libros. La virtualización, no sólo del trabajo sino de la vida social, se nos ha impuesto como solución vital.

¿Podremos salir de ella? ¿Volveremos algún día al disfrute de los encuentros personales y colectivos? Es dudoso.

Para empezar, porque la virtualización nos hace, no sólo haraganes y cómodos, sino también controlables y previsibles. Para los Estados y para las empresas que trafican información, es muy fácil saber con quién nos comunicamos, de qué hablamos, qué consumimos y hasta qué pensamos. Hay mucho poder y mucho dinero en eso. Por lo que habrá mucho interés en que la situación se prolongue hasta convertirse en una nueva forma de vida.

Lo insólito es que todo eso se ha producido por una enfermedad que en el Uruguay ha causado la muerte de treinta y pocas personas, todas con otras enfermedades graves o crónicas. Doce veces menos que las personas que mueren asesinadas. Veinte veces menos que las que se suicidan, o se suicidaban antes de la pandemia (que ahora serán más). Más o menos la misma cantidad de gente que mata una epidemia fuerte de gripe. Nunca se saturaron los centros asistenciales ni se produjeron los contagios y las pavorosas consecuencias que anunciaba la OMS.

Ya sé, me dirán: “Acá no, pero mirá a Italia, a Brasil y a los EEUU”.

Ante todo, una política sanitaria nacional debería ajustarse a la realidad sanitaria nacional. No a la de Italia, Brasil o los EEUU. Y la realidad sanitaria uruguaya nunca justificó ni siquiera las, en comparación, moderadas medidas que se adoptaron.

Pero, además, ahora comienza a saberse lo que realmente pasó en esos países, que -contra lo que dice la prensa y los motores de búsqueda de internet- parece no ser muy distinto de lo que pasó en Uruguay.

En primer lugar, los protocolos de la OMS hicieron que todo fallecimiento en que el paciente diera o hubiera dado positivo al coronavirus, o tuviera síntomas similares a los de la COVID 19 (es decir afecciones pulmonares), fuera rotulado como “muerte por coronavirus”. En segundo lugar, los test que se utilizan dan positivo a otros virus, incluidos los de la gripe común, por lo que muchos positivos no tienen en realidad coronavirus. En tercer lugar, hay contagiados que no presentan síntomas, por lo que el número de infectados debe de ser superior al conocido y la cantidad de casos graves inferior a la difundida.

De modo que los números de contagiados y de muertes “por coronavirus” son más resultado de una decisión político-administrativa que de la incidencia de la COVID 19.
De hecho, se desconoce la cantidad real de infectados y, por tanto, las cifras de contagio y de mortalidad son absolutamente inciertas. Me quedo con un dato: las cifras mundiales de mortalidad, por cualquier causa, no son superiores este año a las de otros años. Las de Uruguay son incluso menores. Lo que realmente ocurre es que este año se publicitan esas cifras y se las atribuye sistemáticamente al coronavirus. Una combinación estadístico-publicitaria en que la OMS, algunos gobiernos y la prensa han sido copartícipes.

Debemos reconocer -nobleza obliga- que el gobierno uruguayo ha sido, en comparación, prudente y sensato en las medidas adoptadas. Otros gobiernos, incluido el de Argentina, han aprovechado la situación para restringir por completo las libertades.

Pero la cuestión sigue siendo si tiene sentido seguir en esta lógica de amenaza nuclear o invasión extraterrestre.

Los datos objetivos no lo avalan. La información que empieza a filtrarse del resto del mundo indica, más bien, que la supuesta pandemia ha sido una construcción política, mediática y económica, basada en manipulación de información y prácticas de terrorismo psicológico y moral.

Los responsables están a la vista: la OMS y los “científicos” a su servicio, muchos gobiernos, una prensa servil y técnicamente irresponsable, y, por detrás pero también a la vista, un grupo de empresas y de plutócratas (sistema financiero, industria farmacéutica y empresas de telecomunicación) que han acrecentado a límites impensables su poder, su capacidad de control y su riqueza.

¿Hasta cuándo seguiremos en Uruguay esta farsa de miedo, tapabocas, recorte de derechos y destrucción de la vida social?
Es sencillo: hasta que decidamos ver los datos de la realidad, pensar sensatamente con nuestras cabezas y tomar nuestras propias decisiones.

Hoenir Sarthou /Voces /Enviado por Luis E. Sabini Fernández
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 26 / Nº 2263 / miércoles 19.08.2020
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“La izquierda no puede pensar sólo en ganar elecciones. Necesita tener como meta fundamental organizar al pueblo, y recuperar la hegemonía de las ideas de la clase obrera en la sociedad. Recuperar los valores humanistas y socialistas, y practicarlos, como la solidaridad, la defensa de la justicia social y la igualdad entre todos los seres humanos.”
Joao Pedro Stedile – MST (Brasil)
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Carlos Iaquinandi Castro /Redacción de SERPAL
José Antonio Rocca /La economía de a pie
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