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PLAN CÓNDOR: ARGENTINA ES EL PAÍS QUE MÁS AVANZÓ EN EL JUZGAMIENTO DE LOS DELITOS – comcosur informa 1971 — 31.05.2020

COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 1971 – 31.07.2020 – Hoy:

1) Plan Cóndor: «Argentina es el país que más avanzó en el juzgamiento de los delitos» /Entrevista de Ailín Bullentini a Francesca Lessa
2) Uruguay: Inconsistencias de un relato. Las declaraciones de Guido Manini en Fiscalía /Mauricio Pérez
3) Uruguay: Defensa de Armando Méndez logra dilatar procesamiento inminente de cuatro militares /Leonardo Haberkorn
4) Uruguay: En solidaridad con Daniel Viglietti /Declaración de la Fundación Mario Benedetti
5) Los que nunca olvidarán. La historia que revela los secretos del único asesinato de un nazi en Uruguay /Emanuel Bremermann
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores – Hoy:

I. Cine Debate: “Chicas perdidas”
II. Feria Multicultural Rusa
III. Encuentro Anti-LUC
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.” Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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1) PLAN CÓNDOR: «ARGENTINA ES EL PAÍS QUE MÁS AVANZÓ EN EL JUZGAMIENTO DE LOS DELITOS»

Entrevista a Francesca Lessa, la investigadora italiana que dedicó su carrera a indagar sobre esa asociación ilícita transnacional

La alianza entre Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil durante las dictaduras militares para afinar la efectividad del terrorismo de Estado en la región es para Lessa el ejemplo más nefasto de lo que significa la cooperación internacional entre países. Pero dice que tuvo una consecuencia no buscada por sus perpetradores: dejó rastros. Las conclusiones de sus indagaciones.

Por Ailín Bullentini /Página 12 /28 de julio de 2020

“El Plan Cóndor fue la manera más nefasta que pudo existir de cooperación entre países”, afirmó Francesca Lessa, una investigadora italiana y doctora en Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford que dedicó su carrera a indagar las bases, los alcances y las consecuencias de aquella cooperación que desarrollaron Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil para afinar la efectividad del terrorismo de Estado en la región. Después de casi una década, Lessa ingresó en la fase final de su segunda investigación. El análisis de la base de datos que armó para la ocasión, que reúne 763 víctimas de coordinación represiva en América del Sur entre 1969 y 1981, le está permitiendo alcanzar algunas conclusiones. Entre ellas, surge Argentina destacada por su proceso transicional: “Dio un paso superador en el sentido reparador”, puntualizó.

-¿Por qué?

FL – Porque Argentina fue el país que más avanzó, sin dudas más que los demás países, en la investigación y el juzgamiento de los delitos que tuvieron lugar en el marco del Plan Cóndor. Lo hizo como resultado de políticas de Estado. En Chile hubo juicios, en Uruguay también. La diferencia principal es que Argentina ha tomado el hecho como un todo, a partir de la costumbre de juzgar en megacausas estos hechos. Entonces fueron muchas más las víctimas tenidas en cuenta en el juicio, pero también jueces y fiscales analizaron de manera general lo que sucedió como resultado de la coordinación represiva. Así, se logró que la sentencia considerara que el Plan había sido una asociación ilícita transnacional, algo que resultó fundamental para definir el hecho y superador en términos de reparación regional. Fue impactante oír las experiencias de familiares de víctimas paraguayas, uruguayas, chilenas, que esperaron la sentencia en las cancillerías de sus países. En Chile y en Uruguay se posó la atención en las víctimas, que en Chile incluso fueron solo chilenas. No al contexto. Argentina hizo más que Justicia: escribió una historia compartida, fijó memoria como región.

A Lessa le fascina cómo en Argentina la memoria vinculada con las violaciones a los derechos humanos cometidos durante la última dictadura cívico militar “circula en las calles”, camina entre el trajín cotidiano. En la década de los 2000, trabajó su tesis de doctorado en Relaciones Internacionales sobre la justicia transicional entre Argentina y Uruguay. Meses antes de culminar esa investigación, supo cómo continuaría: el juicio por los crímenes que tuvieron lugar durante la última dictadura en el marco del Plan Cóndor.

Llegó a Buenos Aires para presenciar el debate oral, audiencia tras audiencia. Se quedó los tres años que duró. Luego, se estableció en Uruguay, ya que decidió que centraría su investigación en las víctimas uruguayas, pero en 2017 la Universidad de Oxford, la base desde donde desplegó el trabajo, le pidió que abandonara ese país. Es que al igual que militantes de derechos humanos y dirigentes políticos, había recibido amenazas de muerte de parte del autodenominado Comando Barneix. Entonces, su trabajo volvió a dar un giro. Regresó a Argentina y apuntó a analizar el Plan Cóndor desde la región entera.

– ¿Qué fue lo primero que pudo concluir?

FL – Que el Plan Cóndor fue y es el ejemplo negativo más nefasto de lo que significa la cooperación internacional entre países. En general, las cooperaciones se diseñan y llevan a cabo para mejorar la vida de los ciudadanos, de quienes participan de esos vínculos. En el caso del Cóndor, su objetivo fue afinar y efectivizar la implementación de la represión sin límites de fronteras. Otra es fue que lo que se conoce como Operación Cóndor fue parte de un proceso histórico más amplio: pude rastrear casos de coordinación represiva con los mismos patrones de Cóndor hasta incluso el año 69. Casos de refugiados brasileños que habían exiliado a Uruguay tras la dictadura de 1964. El mismo patrón que Cóndor: intercambiar información, hacer operativos conjuntos, traslados clandestinos de personas. Incluso hay registros de cooperación entre las policías regionales desde principios del siglo XX, cuando se preocupaban por la presencia del anarquismo en la región.

– ¿Eran las policías las que coordinaban las operaciones de cooperación previas al Cóndor? ¿Qué cambia?

FL – Tras la dictadura de Brasil, se observa como la doctrina de seguridad nacional en la región va tomando fuerza. La cantidad de víctimas de la cooperación represiva crece exponencialmente en la segunda mitad de los 70. Entre el 69/73 hay alrededor de 40 casos. Más uno se acerca a mediados de los 70, más crece ese número. A partir del 76, cuando sucede el Golpe de Estado en Argentina, el número se dispara a 450 hasta 1979, en tres años. Las prácticas se vuelven más frecuentes y sistematizadas. Sucede el Plan Cóndor. Incluso cambia esto que preguntás: los actores en esta coordinación. Hasta la segunda mitad de los 70, las Policías son los actores principales de la represión coordinada. Las Fuerzas Armadas toman intervención a partir de 1975. Las policías siguen involucradas, porque son las que tienen hecho todo el trabajo de inteligencia en en cada país, pero son las Fuerzas Armadas las que empiezan a tomar las decisiones.

-¿También hubo cambios en la clase de operativos?

FL – Asesinatos y desapariciones hubo siempre. Pero menos previo a que la región quedara en su totalidad en manos de dictaduras. En Argentina hubo una operación muy grande contra algunos integrantes del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, del Ejército Revolucionario del Pueblo y de la Junta Coordinadora Revolucionaria en el que detienen a más de 30 personas en abril de 1975 y, tras torturarlos y mantenerlos detenidos clandestinamente, son pasados a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Si hubiera sucedido en 1976, los habrían desaparecido. El endurecimiento más fuerte se dio a partir del Golpe de Estado de Argentina. Porque ese golpe derriba el último bastión, aunque mínimo, que quedaba de democracia.

– Usted presenció el juicio por el Plan Cóndor, entrevistó a familiares y sobrevivientes… ¿Sabían las organizaciones políticas de la existencia de la coordinación regional entre dictaduras?

FL – Es una pregunta que siempre hice cuya respuesta cuesta. Los uruguayos exiliados en Buenos Aires me contaron que sí, que habían visto cuando su exilio a policías uruguayos en las calles de Buenos Aires. Pero aseguran ellos, y aseguran el resto de las víctimas, que nadie se imaginaba el tamaño de la violencia y lo meticuloso de la coordinación. Cuando uno mira los operativos era una cosa sistemática de un día para el otro. El hecho de estar en otro país generaba esa sensación de seguridad, una seguridad muy efímera, que en realidad no existía porque la persecución no respetaba fronteras, eso quedó registrado. Y esa es otra de las conclusiones a las que llegamos con la investigación: la burocracia de la coordinación represiva en el Plan Cóndor tuvo una consecuencia no buscada por sus perpetradores y es que dejó rastros.

– ¿Cómo es eso?

FL – Hay mucha documentación que prueba que hubo un plan de cooperación entre países para perseguir a militantes políticos, para acallarlos en el caso de Uruguay, por ejemplo, cuyos exiliados eran muy activos en la denuncia de lo que ocurría allí. Sin ir más lejos, el acta constitutiva del plan, firmado en 1975 en Santiago de Chile, entre Argentina, Chile y Uruguay. En Argentina, el trabajo de especialistas en revisar los archivos de algunos ministerios de Argentina, que comenzó en 2010 (desfinanciado por el gobierno de Mauricio Macri en 2015) localizó mucha data. Los archivos de la Dirección de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires aportaron lo suyo. El Archivo del Terror, en Paraguay (perteneciente a la Policía), que se encontró de casualidad. En Chile no se encontró nada, en Brasil muy poco y en Uruguay, algo a medias. Con la última desclasificación de los documentos de inteligencia que los Estados Unidos que entregaron a Argentina hay muchos documentos de la CIA que hablan del Cóndor.

Ailín Bullentini /Página 12 C
OMCOSUR INFORMA AÑO 26 No. 1971 – 31.07.2020
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2) URUGUAY: INCONSISTENCIAS DE UN RELATO
LAS DECLARACIONES DE GUIDO MANINI EN FISCALÍA

Por Mauricio Pérez /Brecha, 24.07.2020

El Parlamento retomó el estudio del pedido de desafuero del senador Guido Manini por, presuntamente, omitir denunciar ante la Justicia la confesión de José Nino Gavazzo sobre su participación en un crimen de lesa humanidad. De momento, la resolución es incierta, pero todo hace prever que el desafuero será rechazado. Las declaraciones de Manini ante Fiscalía, sin embargo, revelan varias inconsistencias en su relato.

Durante la campaña electoral, el general Guido Manini anunció –en reiteradas ocasiones– que no se ampararía en los fueros parlamentarios para evitar ser juzgado por la Justicia. Esto hacía prever que la resolución sobre el pedido de desafuero en su contra sería un trámite rápido, sencillo. Pero algo cambió.

Al presentarse ante la Comisión de Constitución y Legislación del Senado, Manini se limitó a pedir celeridad en la decisión: «No quisiera que este tema se dilatara más en el tiempo y que su tratamiento demorara meses. Tengo interés en que se sustancie a la brevedad posible». Pero no dejó asentada su voluntad de ser desaforado.

La decisión de los senadores de Cabildo Abierto –Guillermo Domenech y Raúl Lozano– de abroquelarse detrás de su líder y no votar el desafuero terminó de complicar el asunto. El argumento de los cabildantes es que los fueros son del Parlamento, no del legislador. Y que, al analizar un pedido de desafuero, los legisladores deben asumir el rol de jueces y decidir, con las evidencias a la vista, si la persona es culpable o inocente. Se debe tener la certeza de que el imputado cometió un delito. Según los cabildantes, Manini es inocente, víctima de una campaña de desprestigio del anterior gobierno.

Para habilitar el desafuero se requiere el voto de dos tercios de la Cámara de Senadores (21 votos). De momento, ese número parece distante. El Frente Amplio (FA) tiene decidido votar a favor, lo que significa 13 votos. El Partido Colorado –que tiene cuatro senadores– aún no fijó posición, ya que existen posturas divergentes en la interna. El sector Ciudadanos, liderado por el excanciller Ernesto Talvi está «estudiando a fondo» el caso para fijar posición; en tanto, el sector Batllistas, encabezado por el expresidente Julio María Sanguinetti, se inclina por rechazar el asunto.

En cualquier hipótesis, la decisión estará en manos del Partido Nacional, que – por ahora– se inclina por votar en contra. Los legisladores blancos estudian los documentos en contacto directo con las altas esferas de Torre Ejecutiva, ya que el pedido de desafuero afecta a un hombre relevante de la coalición de gobierno y los votos de Cabildo Abierto son clave para garantizar la gobernabilidad, sobre todo a pocas semanas de que el Parlamento comience a estudiar la Ley de Presupuesto.

En este marco, la oposición intentará –en línea con el pedido del propio involucrado– que el asunto sea analizado con la mayor celeridad posible. La idea, según afirmó un legislador del FA a Brecha, es evitar que la decisión se dilate, y que la coalición de gobierno deba pronunciarse a favor o en contra, con los costos políticos que puede significar cualquiera de esas dos decisiones.

Es decir, si no se vota el desafuero de Manini, puede quedar enlodado ante la opinión pública, y si se vota, puede ser enjuiciado por la Justicia.

CONTRADÍGASE

Tras analizar decenas de documentos e interrogar a 18 personas, incluido el entonces presidente Tabaré Vázquez, el fiscal Rodrigo Morosoli solicitó la formalización del ex comandante en jefe del Ejército por la omisión de denunciar un delito ante la Justicia. El fiscal consideró que Manini era el único responsable de retardar –en forma consciente e intencional– la presentación de la denuncia penal por la confesión de Gavazzo ante un tribunal de honor.

Según la imputación, Manini demoró 310 días en informar a su superior, el exministro Jorge Menéndez (hoy fallecido), sobre esa confesión. Un período que se extiende desde el día en que Gavazzo declaró ante el tribunal hasta el día en que Manini le entregó al ministro el expediente con la resolución. Para hacerse esta idea, Morosoli se basó en las contradicciones en que incurrió el excomandante con el resto de las personas que declararon en la investigación, incluidos los tres integrantes del tribunal de honor: los generales Gustavo Fajardo, José González y Alfredo Erramún.

Los generales aseguraron que al declarar ante ellos, el 10 de abril de 2018, Gavazzo se refirió a la muerte, en 1973, de un militante del MLN-T en una unidad militar; dijo que recibió la orden de hacer desaparecer el cuerpo y que la cumplió, arrojándolo al Río Negro. La revelación los sorprendió, por lo que solicitaron una reunión con Manini para informarle el hecho. La reunión se concretó, al otro día, el 11, en el despacho del excomandante. Es allí donde comienzan las contradicciones.

Según los generales, en esa reunión le dijeron que la declaración de Gavazzo era un hecho grave, que debía presentarse ante la Justicia. El excomandante les ordenó suspender las actuaciones; les dijo que él se encargaría del asunto, que aguardaran órdenes. La respuesta –según los oficiales– les llegó sobre fines de abril: el excomandante convocó a Fajardo, presidente del tribunal, a su despacho y le ordenó seguir con la investigación.

Al declarar ante la Fiscalía –el 26 de junio de 2019–, Manini Ríos dio una versión distinta. Dijo que ese día, tras reunirse con los generales, se encontró con el ministro Menéndez en una ceremonia de ascensos de la Armada en el Club Naval. Que allí le informó sobre la declaración de Gavazzo y le sugirió la posibilidad de reinterrogarlo para que aportara nuevos detalles de esa muerte; el exministro –dice– estuvo de acuerdo. «No había un dato concreto, había un muerto […]. Ha habido tantas denuncias de muertes en la vuelta a Gavazzo que no se sabía de cuál era», dijo Manini ante el fiscal.

Según Manini, en esa ceremonia también estaban los tres generales, por lo que ahí mismo le ordenó in voce a Fajardo que siguiera adelante con las actuaciones y que profundizara sobre los detalles de esa muerte. Esa contradicción quedó registrada en una repregunta de la Fiscalía, que recordó la versión de los generales sobre la demora. «Tengo idea de que fue el mismo día», insistió Manini.

La declaración ampliatoria de Gavazzo se concretó el 13 de junio; allí confirmó que el cuerpo era de Roberto Gomensoro. Tras recabar el testimonio, los generales volvieron a reunirse con su superior y le insistieron en presentar los antecedentes a la Justicia. Según los generales, le entregaron una copia de la declaración de Gavazzo y le informaron también sobre la declaración de Jorge «Pajarito» Silveira, que daba detalles de otros crímenes durante la dictadura, entre ellos la desaparición de Eduardo Pérez Silveira.

El excomandante, sin embargo, dijo no recordar cómo fueron los hechos: «No recuerdo si me lo dijeron, me lo contaron o lo leí. No fue una comunicación por escrito adjuntando el acta. Ellos estaban conmigo y me mostraron el acta, la leí […]. Me la pueden haber mostrado o me la leyeron. Supe perfectamente todo lo que dijo Gavazzo». Unos días después, les ordenó seguir con las actuaciones.

VERDADES A MEDIAS

En su declaración ante Fiscalía, Manini intentó, en todo momento, ubicarse en el lugar más auspicioso para su situación procesal. Una de sus estrategias –la más relevante– fue excomulgar sus culpas en sus mandos superiores, en particular, en el exministro Menéndez, el único que no puede contradecir su versión. Y afirmó que la decisión de presentar una denuncia penal le correspondía al mando superior, al Poder Ejecutivo.

Según Manini, el exministro tenía una preocupación especial por los asuntos referidos a crímenes de la dictadura y premura por obtener un fallo del tribunal de honor; no quería que pasara lo que sucedió con el exdictador Gregorio «Goyo» Álvarez, cuyo tribunal se extendió en el tiempo y nunca se pronunció.

Por eso le informaba en forma periódica sobre la marcha del expediente, incluida la declaración de Gavazzo.

La información –según su declaración– se la transmitió en dos actos públicos: en abril, en el Club Naval, y en junio, en un evento en el Ejército. Pese a tratarse de eventos con mucha gente, de estas conversaciones no existen testigos. «Mis conversaciones con el ministro siempre eran mano a mano», argumentó. ¿Incluso con tanta gente alrededor? «Nadie. Así sea en el estadio de Peñarol, [las reuniones] son aparte, mano a mano.»

Según Manini, en ambas ocasiones el ministro le ordenó –previa consulta con el secretario de la Presidencia, Miguel Ángel Toma– que el Tribunal siguiera adelante; se entendió que era una maniobra dilatoria de Gavazzo para que el asunto pasara a la Justicia y evitar la resolución. Y así se lo informó al presidente del tribunal. Al declarar en Fiscalía, los generales dijeron tener la convicción de que Manini le comunicó estos hechos al ministro. Esa convicción nace de la organización vertical que rige al Ejército. Pero el excomandante nunca les dijo en forma explícita que había informado a su superior sobre la declaración de Gavazzo; sólo les refería a la urgencia del ministro porque hubiera una sentencia. En este sentido, el fiscal Morosoli afirmó –al pedir el desafuero– que no existe ningún registro de que Manini haya informado de este hecho a su superior jerárquico hasta el 14 de febrero de 2019, cuando le entregó en mano el expediente con la resolución del tribunal y el documento de ocho páginas con críticas al Poder Judicial por su accionar en causas por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, que terminó con su remoción. La reunión tuvo lugar en la sede del Ministerio de Defensa y se extendió durante diez minutos. El fallo se entregó en sobre cerrado. Al conocer su contenido, en particular el tenor del documento firmado por el excomandante, Menéndez –que atravesaba la etapa final de su enfermedad oncológica– sufrió un malestar físico.

Todos los mandos civiles del ministerio –en particular el entonces subsecretario Daniel Montiel y el director de Derechos Humanos, Juan Delgado– coincidieron en que Menéndez se enteró del testimonio de Gavazzo al recibir el fallo.

Incluso, Montiel aseguró que en una reunión que tuvieron en Durazno, donde Menéndez pasó sus últimos días, le preguntó si el mando del Ejército –o sea, Manini– le había informado en algún momento sobre estas declaraciones: «Él me dijo que no».

Tampoco existía registro en el expediente militar de las reuniones con los generales. En Fiscalía, el excomandante dijo que esa falta no era algo extraño, ya que la mayoría de las órdenes no quedan registradas: «El 99 por ciento de las órdenes que manejo con los generales son verbales». ¿Por qué no se documentó cuando se estaba rompiendo la reserva del tribunal?, le preguntaron. «Simplemente no se documentaba», contestó.

Según los generales, es habitual que las reuniones con el comandante no queden registradas, ya que entre los militares existe una palabra de honor, una obligación ética y moral de decir la verdad. Pero atento a lo que surgía de la declaración, Fajardo aseguró que iba a pedir que esas reuniones quedaran asentadas en el expediente antes de ser elevado al ministro. Manini les dijoque se iba a poner en un oficio. Eso no ocurrió.

Mauricio Pérez /Brecha
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 No. 1971 – 31.07.2020
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3) URUGUAY: DEFENSA DE ARMANDO MÉNDEZ LOGRA DILATAR PROCESAMIENTO INMINENTE DE CUATRO MILITARES

Por Leonardo Haberkorn /El Observador, 31 de julio de 2020

Estaban citados para este miércoles pero el defensor Gastón Chaves presentó recurso de inconstitucionalidad contra ley de humanización carcelaria y se aplazó el fallo
Un recurso de inconstitucionalidad presentado por la defensa de militares logró aplazar una audiencia judicial prevista para este miércoles, en la que la justicia parecía encaminarse a dictar los procesamientos pedidos por la fiscalía que los acusa de torturas ocurridas en el batallón Florida.

En febrero el fiscal especializado en Delitos de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, había pedido el procesamiento de los militares retirados Armando Méndez, Carlos Legnani, Sergio Caubarrere y Alberto Grignoli, a quienes acusa de haber torturado en el batallón Florida en 1972, antes de la dictadura.

El recurso presentado por la defensa de Méndez, el abogado Gastón Chaves, se centra en la supuesta inconstitucionalidad del artículo 9 de la ley 17.897, llamada “de humanización y modernización del sistema carcelario”, aprobada en el primer gobierno de Tabaré Vázquez y por la cual se liberó a presos con buena parte de sus condenas cumplidas.

Según ese artículo, un juez puede disponer la prisión domiciliaria de personas mayores de 70 años con algunas excepciones, entre ellas las de los delitos previstos en el Estatuto de Roma, que define los delitos de lesa humanidad.

“Se trata de una excepción meramente dilatoria por cuanto no influye en el resultado del proceso”, dijo a El Observador el fiscal Perciballe.

Agregó que aspira a que la Suprema Corte de Justicia rechace el recurso “in limine”, o sea de inmediato, por no considerarlo procedente.

Chaves, en cambio, entiende que como Perciballe reclama el procesamiento con prisión de sus defendidos, el artículo en cuestión sí hace al desenlace del caso.
El abogado presentó otro escrito en el que cuestiona los delitos tipificados por Perciballe: privación de libertad, abuso de autoridad y lesiones graves. Entre otros argumentos, sostiene que los hechos juzgados ocurrieron durante la vigencia de un estado de excepción en el que las garantías constitucionales estaban suspendidas, por lo cual no cabría la tipificación de un delito de privación de libertad, como reclama la fiscalía.

El domingo, en el programa televisivo Séptimo Día, se divulgó un audio en el cual el mayor Caubarrere, uno de los acusados, anticipaba a sus amistades que era inminente que fuera enviado a la cárcel tras la audiencia finalmente suspendida.

“Queridos amigos, buenos días. Era para comunicarles que las noticias que tengo son bastante fuleras”, comenzaba diciendo el militar retirado. “El panorama en un 99% es que el miércoles que viene, cuando salga del juzgado, voy a (la cárcel de) Domingo Arena. Es muy poquito lo que nos queda por hacer. La fiscalía y la defensa ya hicieron todo lo que tenían para hacer. Ahora me voy a defender yo, voy a caer defendiéndome, le voy a caer al fiscal… y de ahí creo que salgo para Domingo Arena, casi seguro. Por lo menos Armando Méndez y yo. Grignoli, como cambió de abogado, tira una semana o dos más, pero va a ir también preso (…) Es inconcebible, es por el Florida, hace 49 años de esto, pero la guerra siguió. Y como hablábamos con mis hijos, yo soy un soldado. Un soldado puede estar muerto, herido o prisionero de guerra, en combate. Y bueno, a mí me tocó ser prisionero de guerra. Y como siempre dije, prefiero perder la libertad que la dignidad”.

Director de Aduanas

En el predio –hoy demolido- donde funcionó el batallón Florida, en el Buceo, estuvieron recluidos decenas de integrantes del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN-T).

El dictamen del fiscal Perciballe sostiene que “allí, en forma rutinaria se realizaban diversos apremios físicos y psicológicos para extraerle información al detenido».
Agrega que «el encargado de los interrogatorios o el responsable de estos, era el oficial S2 de Inteligencia y quien a la postre realizaba u ordenaba la tortura. Para ello, era acompañado por tres o cuatro interrogadores que concomitantemente procedían a realizar los tormentos».

Tras la dictadura, Armando Méndez tuvo actuación política y se desempeñó como director de Aduanas durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995).
Cuabarrere, por su parte, tiene el antecedente de haber sido procesado por “homicidio culposo” por la propia dictadura militar, a raíz de la muerte por torturas en 1984 del médico Vladimir Roslik en la unidad militar donde era segundo jefe.

Leonardo Haberkorn /El Observador
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 No. 1971 – 31.07.2020
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4) URUGUAY: EN SOLIDARIDAD CON DANIEL VIGLIETTI
DECLARACIÓN DE LA FUNDACIÓN MARIO BENEDETTI

Montevideo, 30 de julio de 2020

La Fundación Mario Benedetti deplora cualquier manifestación de violencia de género, más específicamente la sexual y contra niñas, niños o adolescentes por encontrarse en una situación de mayor indefensión.

Dicho esto, expresa su mayor repudio a lo que considera una campaña de difamación para destruir la imagen de Daniel Viglietti, quien fue, en vida, un colaborador cercano tanto a Mario Benedetti, como miembro del Consejo de esta Fundación.

Expresamos nuestra solidaridad a quienes han sido agraviados.

Hortensia Campanella – Diane Denoir – Andrés Olivetti – Silvia Guerra – Washington Carrasco

Consejo de la Fundación Mario Benedetti
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 No. 1971 – 31.07.2020
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5) LOS QUE NUNCA OLVIDARÁN
LA HISTORIA QUE REVELA LOS SECRETOS DEL ÚNICO ASESINATO DE UN NAZI EN URUGUAY

Emanuel Bremermann /El Observador -13 7 2020

El escritor uruguayo Fernando Butazzoni habla de «Los que nunca olvidarán», una investigación que reconstruye el asesinato del nazi Herberts Cukurs en Uruguay a manos del Mosad en 1965 y que ya está en librerías

A los martillazos en una casa de Shangrilá. Así liquidó un comando del Mosad al único nazi ajusticiado en nuestro país, en febrero de 1965. Su nombre era Herberts Cukurz, era letón, vivía en Brasil, había sido parte de las atrocidades de las SS en la ciudad de Riga y su grotesco final fue el último eslabón de una cadena de engaños trenzada durante mucho tiempo desde Israel. De Cukurz y su final se sabe hace tiempo, pero las incógnitas son muchas y longevas: quiénes fueron los uruguayos que colaboraron con los israelíes, por qué decidieron matarlo en Uruguay y no en su residencia en San Pablo, por qué se metió el cuerpo en un baúl y qué intereses políticos había detrás de esta “cacería” que, de alguna manera, se emparenta con la de Adolf Eichmann ocurrida cinco años antes en Buenos Aires.

Los que nunca olvidarán, la nueva novela del escritor uruguayo FernandoButazzoni (67), responde esas interrogantes, reconstruye el asesinato y echa luz a un caso lleno de claroscuros. Pone en el centro a una figura particular –a Cukurs se lo acusa de cosas terribles pero, al mismo tiempo, es visto como un héroe en Letonia–, desenreda una compleja madeja de espionaje internacional y emplea su pulso como narrador para construir una novela/investigación trepidante que no se puede soltar.

Butazzoni, que viene de dos best-sellers sobre nuestra historia reciente –Las cenizas del cóndor y Una historia americana– tiene todo para marcar el 2020 con otro superventas, esta vez metiéndose con una investigación mucho más complicada, que interpela el lugar de nuestro país en el tumultuoso siglo XX y que moja los pies en la negrura insondable del nazismo.

Con el tapabocas en el bolsillo, un café cortado delante y en medio de una de las mañanas más heladas de julio, el autor se hundió de nuevo en el corazón de Los que nunca olvidarán y este es el resultado.

¿Cuándo fue la primera vez que escuchó de Herberts Cukurs?

Tenía 12 años. Vivía en Las Piedras y vi el titular de un vespertino o del diario de la noche: “Asesinado un nazi en Shangrilá”. Me impactó mucho porque en esa época veraneaba en ese balneario, y lo hacía a pocas cuadras de donde sucedió. Pero eso fue todo. Me causó un gran impacto y creo que a la media hora me había olvidado. De alguna forma, igual, me quedó allí resonando.

Es curioso cómo, sin saberlo, algo que en la infancia nos pasa por delante de los ojos termina convirtiéndose en algo que le demanda tantos años de trabajo y dolores de cabeza.

En general sucede. Creo que uno cuando escribe, en cierta medida escarba y busca dentro de sí mismo sensaciones, datos, experiencias, impresiones, convicciones. Y eso tarda muchos años en salir a flote.

¿Cómo fue el proceso interno de entender que esta historia se tenía que convertir en un libro?

Siempre es un proceso muy largo y complejo. Y me ha pasado de trabajar en un tema por más de un año y que de un día para el otro se desinfle. Cuando pasa es una desilusión, casi que una especie de ruptura amorosa. Así que el proceso es complejo. En general, le doy mucha importancia y me parece atractivo rescatar episodios que han sido deformados, no han sido bien contados o se han perdido. Me gusta la idea de tener una especie de acta de determinados momentos de la historia reciente, no necesariamente vinculados a la dictadura.

Que, sin embargo, es la asociación que se hace de inmediato.

Sí. Pero en Uruguay hay muchos episodios de lo que se podría calificar como historia reciente que no tienen nada que ver con la dictadura, ni siquiera en cuestiones políticas. Por ejemplo, uno de esos casos en que estaba investigando y que se desinfló fue la última epidemia de rabia que hubo en el país. Investigué bastante, averigüé quién fue la primera víctima y lo trabajé como eso. Es una parte de la historia reciente que está perdida en el enorme bosque de la historia política reciente.

Parece lógico que la dictadura termine por eclipsar al resto de los temas, de todas formas.

Sí. Los escritores y los narradores, sin embargo, le han dedicado poco espacio en la literatura. Hay muchísimos libros, pero si te fijas hay pocas novelas, algunos pocos cuentos más, y menos obras de teatro. Es un tema que ha generado cierta dificultad para ser tratado y abordado, ya sea por prejuicios políticos, por corrección política, o como decían los viejos “por temor al qué dirán”.

Justamente, en “Los que nunca olvidarán” hay abordajes sobre temas moralmente pesados, como las cacerías de los nazis a manos de los israelíes, entre otros. ¿Cómo lo manejó?

En realidad, en el libro nunca se cuestionan esas acciones, se exponen sus conductas, las historias. Si surgen los cuestionamientos, vienen desde el lector. Me parece muy jodido meter subliminalmente mis opiniones en el texto.

Por eso me apego mucho a los hechos; creo que ayuda a despejar los mantos con los que se cubren las verdades. El caso de Cukurs es apasionante desde el punto de vista ético y moral, y creo que al final el lector se lleva un volumen de información lo suficientemente grande como para decidir por su cuenta si se actuó bien o mal. Porque los hechos son los hechos. Hace poco, en una entrevista me preguntaron si había que llamar “asesinos” a quienes ejecutaron a los criminales de guerra nazi. Y lo que dije fue que una ejecución extrajudicial, realizada además con alevosía, es un asesinato y punto. Para algunos habrá asesinos buenos y asesinos malos. O asesinatos buenos y malos. Yo, en cambio, creo que es difícil hacer una planilla y decir “a este lo ponemos acá, y a este acá”. El asesinato, y más un asesinato político como este, incluye una cierta postura moral.

¿Cómo trabaja para que sus propias opiniones no se cuelen a la hora de exponer los hechos?

Encontrar el alma de los hechos, como dice Onetti, es la mejor manera de contar lo que pasó. Sobre todo para mí, que hace muchos años que estoy en una zona fronteriza que me obliga, sobre todo, a no pifiar y confirmar todo lo que escribo. Mi meta fue que todo lo que se escribía tenía que ser verdadero, aunque a veces no fuera real.
¿Fue la investigación más difícil a la que se sometió?

Sin dudas. Fue agotadora. Primero, porque las fuentes directas que me podían contar las cosas estaban muertas. De algunas obtuve testimonios grabados o escritos, pero estaban en idiomas que no domino, como el hebreo, el letón o el ruso. Por lo tanto tenía que encontrar traductores y de mi confianza. Pero además de eso, no era un conocedor muy grande de la cultura judía. Y los personajes principales de esta historia son judíos, incluso son judíos antes que israelíes. Tenía, entonces, que lograr entender su mentalidad, sobre todo la de los judíos europeos. Me obligué a rodearme de una especie de consejo de asesores que me auxiliara, por eso tengo la tranquilidad de que cada cosa que se dice está bien fundada.

¿Cuál es el precio, psíquico y emocional, a pagar por un libro así?

Philip Roth, un escritor al que admiro, decía que los escritores siempre están buscando a alguien que esté tan loco como ellos. Yo escribo por vocación, porque soy muy feliz haciéndolo, investigando, encontrando elementos y poniéndolos a disposición de los lectores. Pero el precio emocional siempre es alto porque te involucrás en procesos jodidos. Y tenés que convivir con eso. En este caso, me involucré mucho con la investigación del Holocausto en Letonia, que realmente es estremecedor y que no se conoce tanto como, por ejemplo, Auschwitz. Y el autor de ese genocidio en Letonia fue Friedrich Jeckeln, casi un compadre de Cukurz, que es algo que trato de desarrollar en el libro.

Más allá de que su asesinato fue en Uruguay y que eso nos vincula con el hecho, la figura de Cukurs es particular. A diferencia de otros nazis, él mantuvo su nombre, reivindicó su pasado y hasta es considerado como un héroe para gran parte de Letonia.

Es una figura especial, extraordinaria. Pero un criminal de guerra no puede ser otra cosa que un criminal de guerra. Todo lo que haya hecho antes o después, no importa. Pero sí, era un hombre que siempre adujo inocencia y su familia también. Siempre discutió con los judíos brasileños por su pasado, y era además un aviador pionero, alguien que si hubiera que hacer un salón de la fama de la aviación estaría entre los principales. Pero las pruebas en su contra son abrumadoras. Son cientos de testimonios. Con nombre, apellido, lugar y hora.

¿Qué tanto se conocía su historia y su asesinato en Uruguay?

Muy poco. Los mayores de 60 años tienen alguna idea; saben que mataron a un nazi o a un alemán en Shangrilá y que lo metieron en un baúl. Pero, en general, en el mundo no se conoce demasiado. Salvo en Letonia, donde están muy divididos y pelándose por si es un héroe o un criminal, es un caso que pasó inadvertido. De todas formas, aunque fue un episodio mucho más reservado que el caso de Eichmann, por ejemplo, tuvo un gran impacto político para Alemania e Israel y significó que la decisión del parlamento alemán de prescribir los crímenes nazis se postergara.

¿Por qué pasan los años y el Holocausto y sus perpetradores siguen ejerciendo esa atracción y tiene el peso actual?

Es cierto que tiene peso, pero ojo: es un peso ambivalente. Hay mucha gente que sigue atraída al hecho desde ese sentido, desde el horror, y hay gente que sigue fascinada en un sentido positivo. En el libro se cuenta, por ejemplo, que en Riga se hacen desfiles en honor a la Legión Letona, aliados de la ocupación nazi en el país. Y este año se celebró igual que siempre. Lo que quiero decir es que hay un sector de la población europea que es abiertamente pro nazi, sobre todo porque se tragaron el verso de que lo que hicieron los nazis fue invadir sus países para combatir a los bolcheviques. De ahí deriva la idea de que se liberaron de los alemanes pero no del comunismo, y que por ende hasta que cayó la URSS fue todo lo mismo. La diferencia, claro, es que los seis millones de muertos ocurrieron durante el nazismo. Eso es algo que me interesa subrayar: cómo hoy la política de los nazis en Europa está siendo reivindicada. Y también en América Latina y en Uruguay.

De alguna manera es difícil no conectar ese discurso de la “liberación” nazi con el discurso nostálgico de la dictadura en Uruguay. Sobre todo en el momento de repartir culpas, cuando se echa mano a que las cosas se hicieron “siguiendo órdenes”.

Fue el discurso de todos. Y el de los nazis también. La defensa de Jeckeln, por ejemplo, fue “asumo la culpa, yo era un militar y tenía que acatar”. La obediencia debida es una especie de gran bandera en defensa de las violaciones a los derechos humanos. Y creo que eso no es un invento de las dictaduras latinoamericanas, viene desde mucho tiempo atrás. Tiene que ver con el funcionamiento de ciertas estructuras castrenses.

Algo que también aparece en el libro cuando se discute en Alemania la prescripción de los crímenes nazis, es el discurso de que el pueblo está “harto del pasado” y que quiere “dar vuelta la página”. Se asemeja mucho a discursos que hemos escuchado últimamente.

La diferencia es que este planteo en Alemania se dio veinte años después de la guerra. El planteo actual se da casi cincuenta años después de la dictadura.

¿Y es más peligroso?

Claro, porque a medida que pasa el tiempo las cicatrices individuales se van diluyendo y lo que queda son los conceptos. De todas formas, no quise con eso hacer una metáfora del presente, no me interesa el paralelismo. Pasó así, es un hecho. Y un tema que queda planteado es qué hubiese pasado si los israelíes no ejecutaban a Cukurs. ¿Qué pasaba si en el parlamento alemán se prescribían los crímenes del nazismo? No son temas menores.

La venganza y la justicia son dos conceptos que el libro aborda de manera recurrente. Por la dimensión del Holocausto ¿fue posible la justicia para las víctimas, o solo quedaba la venganza?

Soy muy respetuoso del pueblo judío y del Holocausto y creo que sería irrespetuoso de mi parte opinar. Quienes deben responderlo son las propias víctimas, ni siquiera los judíos en general. Sí reconozco que es un tema moralmente difícil. Creo firmemente que la justicia y la venganza son primas hermanas, que la justicia termina siendo una evolución civilizadora de un impulso de venganza. Es una especie de institucionalización, estructuración y adecuación de determinados comportamientos primitivos que se fueron civilizando. En muchos casos, para mucha gente, al acto de justicia lo termina sintiendo como una venganza deconstruida. Y no sé si está mal que lo sea.

Cómo contar un asesinato

Pese a que sabemos cómo muere Cukurs desde la primera línea, la reconstrucción de su asesinato es el punto cúlmine de la novela. Para plasmarlo en papel, Butazzoni se valió de múltiples documentos y fuentes, pero tuvo que lidiar con temores e inseguridades que lo mantuvieron alejado del tema por un rato. “Pasé mucho tiempo sin saber cómo podía abordarlo. Tenía miedo de errarle y quedar paralizado. Sin embargo fue mágico, porque un día me senté y escribí las cuatro páginas de corrido. Había escrito lo que quería y encima funcionaba narrativa y dramáticamente”. En efecto, el tramo final del libro, que se vincula a su vez con el final del general letón Jeckeln, es donde el brío narrativo del autor se desata; ya sabemos todo lo que pasó, ya no hay nada que saber, y sin embargo es imposible apartar la vista de las páginas.

Emanuel Bremermann /El Observador
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 No. 1971 – 31.07.2020
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores
Como consecuencia de la emergencia sanitaria, o pandemia del Covid-19 que está recorriendo el mundo como “coronavirus”, se han suspendido gradualmente todo tipo de espectáculo artístico, deportivo y cultural, por lo que esta sección tomará un giro, para sugerir otros temas vinculados a la literatura, la historia del arte y de las y los artistas.
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I. CINE DEBATE: “CHICAS PERDIDAS”
Sábado 01 de agosto a las 18 horas – Local SAG (Durazno 972)

En el marco del Día Internacional contra la trata, desde el colectivo «¿Dónde están nuestras gurisas?» queremos invitarles a compartir la película «Chicas perdidas” (Liz Garbus, EEUU, 2020) y a intercambiar posteriormente sobre las desapariciones de niñas, adolescentes y mujeres adultas en nuestro país, las relaciones entre desaparición y trata con fines de explotación sexual, la búsqueda emprendida por sus familiares y las dificultades para acceder a la justicia.
Se trata de una actividad abierta y gratuita.

Tomaremos las medidas sanitarias correspondientes de distanciamiento y uso de tapabocas
Sábado 01 de agosto a las 18 horas en el Local del Sindicato de Artes Gráficas – SAG en Durazno 972.

www.facebook.com/events/1189535088070725/
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II. FERIA MULTICULTURAL RUSA
Domingo 02 de agosto de 12 a 19 horas – San José 936

Vuelve la Feria Multicultural Rusa después de varios meses sin poder juntarnos. Ahora sí, el domingo 02 de agosto de 12 a 18 horas en nuestro local. Encontrarán productos típicos de las diferentes regiones de Rusia, comidas, ropas y más.

Protocolo sanitario: cuidemos a nuestros expositores, nuestro público.

La Feria contará con:
• Alfombra sanitaria a la entrada con desinfectante para calzado
• Dispensador de alcohol en gel al 70%
• Servicios higiénicos con dispensador de jabón antibacterial
• Control de temperatura con termómetro corporal digital
• Es obligatorio para público en general y expositores el uso permanente de tapa boca
• Los espacios serán permanentemente ventilados
• Exhortamos a todos los Expositores a que cuenten en su stand con alcohol en gel
• Los Expositores de stand gastronómicos deberán contar con guantes desechables y los alimentos a la venta deberán estar resguardados en campanas de acrílico, con rolo pack o similares

La idea es que ningún alimento este en contacto con el aire hasta que lo retire el cliente.
Si nos cuidamos entre todos, todos saldremos adelante

www.facebook.com/events/767214994049932/
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III. ENCUENTRO ANTI-LUC
Sábado 01 de agosto a las 14hs – Local AUTE (Av. Agraciada 2463)

Somos un espacio de coordinación asambleario abierto a colectivos e individualidades que estén interesades en enfrentar la Ley de Urgente Consideración, organizando actividades de difusión e intercambio en el territorio de la Costa Canaria.

Con mucho entusiasmo les invitamos al encuentro Anti Luc que se realizará el sábado 1° de agosto a las 14hs en AUTE.

Por más información se pueden contactar al correo: coordi.antiluc.delacosta@gmail.com

Desde la Coordinadora Anti-LUC de la Costa les compartimos la siguiente carpeta drive con el fin de que los materiales que estamos generando desde la coordinadora circulen, así como difundir otros materiales hechos por organizaciones que también estén en la lucha contra la LUC.

Se pueden descargar e imprimir libremente, así como utilizar sus contenidos:

drive.google.com/…/1_5KVOFMjamMJC44ho1C4eSiHbwTiAG…

¡Si sos de la costa y te querés sumar búscanos en facebook o instagram; o acercate a las ferias de Lagomar, Lomas y Pinamar!

www.facebook.com/100400958369682/photos/a.101000754976369/162160378860406/?type=3&theater

Henry Flores – El Eternauta
VEO VEO / COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 1971 – 31.07.2020
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COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2020 – 26 años
Selección y producción: Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth, Carlos Ramos (Berlín)
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Silvio Amodei, Jorge Marrero, José Antonio Rocca, Jorge Zabalza.

Carlos Iaquinandi Castro /Redacción de SERPAL.
Luis E. Sabini Fernández /Revista Futuros
Sudestada, periodismo y transparencia (Uruguay)

COMCOSUR INFORMA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) /
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