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RECLAMOS, PUBLICIDADES Y CORRUPCIONES

1) 900 años por sobrevivir – Mumia Abu Jamal –
2) Reclamo indígena intenta hacerse oír en capital argentina –
3) Publicidades de medicamentos: golosinas con efectos colaterales –
4) Panamá: el ‘círculo cero’ de la corrupción y de los negocios –
5) Afganistán: el Mullah del opio –
COMCOSUR — POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 15 / Nº 732 / Lunes 17 de Agosto de 2015 / REVISTA SEMANAL DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es central.” — Emir Sader
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1) 900 años por sobrevivir
A 37 años del ataque policial contra la comunidad MOVE de Filadelfia
Mumia Abu Jamal (Amig@s de Mumia)

Los militantes conocidos como «los 9 de MOVE» recibieron una sentencia colectiva de 900 años

A los 37 años del encarcelamiento de “los 9 de MOVE”, reproducimos el siguiente ensayo de Mumia Abu-Jamal escrito circa 1983 y publicado en su nuevo libro, Writing on the Wall (La escritura en la pared), Ed. Johanna Fernández, City Lights Books, 2015:

El 20 de mayo de 1977, marcó un punto de inflexión entre la continua confrontación entre MOVE y el sistema. Aquel día los integrantes de MOVE levantaron barricadas afuera de su comunidad y se pertrecharon para detener la invasión policial de su espacio. De ahí en adelante la enconada y prolongada batalla entre la Organización MOVE y las fuerzas armadas del sistema tuvo todas las características de una guerra. El entonces Alcalde Frank Rizzo envió más de mil policías al barrio de Powelton y cuando estos llegaron, la gente que vivía en esa área aprendió el verdadero significado del término “estado policiaco”.

Rizzo bramó sus intenciones asesinas desde los titulares de la prensa racista. «¡Hagan que se rindan de hambre!», vociferó la primera plana del llamado “periódico popular,” el Philadelphia Daily News. “Les voy a poner un cerco tan estrecho que ni siquiera una mosca podrá entrar,” alardeó Rizzo, rimbombante como siempre.

Ni siquiera los viejos residentes tuvieron inmunidad. Rizzo invocó sus poderes policiales para levantar barricadas en las calles aledañas y revisar a la gente que entraba o salía del área. Cualquier persona que quisiera ingresar tenía que mostrar una credencial. Desalojaron a los inquilinos en los edificios aledaños y sus departamentos fueron ocupados por los policías. Donde antes había coloridos jardincitos en los descansos de las ventanas, ahora se veían las figuras policiales con cascos y chalecos antibalas parapetados tras hileras de sacos de arena color café oscuro. Considerado por algunos como el primer territorio liberado de América del Norte, el barrio Powelton Village se transformó en el primer escenario de guerra urbana prolongada en tiempos contemporáneos.

Se convirtió en un punto álgido de resistencia contra el sistema. Las pequeñas fuerzas de John África enfrentaron a la fuerza armada y el equipo militar de la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos. Frank Rizzo se jactó ante un reportero nacional: “Estamos tan bien armados que podríamos invadir Cuba y ganar!”. Pero los soldados de John Africa no se echaron para atrás; y el 8 de agosto de 1978, la policía lanzó un operativo que hundió al sistema en la infamia.

Los disparos rompieron el silencio del amanecer, sumiendo a Filadelfia Oeste en un escenario impresionante, digno de un apocalipsis bíblico. Se produjo un punto de inflexión cuando MOVE se liberó de todo vestigio de relación con el sistema. Los bomberos apuntaron los poderosos cañones de agua a la ventana del sótano y soltaron toneladas de agua con suficiente presión como para romper los huesos. Los policías usaron bulldozers para partir las duras vallas de madera como estudiantes que rompen un boletín de malas calificaciones. Los policías dispararon granada tras granada de gases asfixiantes dentro de la casa, hasta cubrir toda el área con una neblina apestosa y ardiente. Lanzaron ráfagas de disparos de rifles semiautomáticos, y la batalla se intensificó.

Cuando el humo se disipó y el polvo se asentó, se vió el saldo del ataque: 11 bomberos y policías heridos y un policía muerto, que habían sido, aparentemente, víctimas de los otros policías confundidos y armados con metralletas. Al salir de la casa, los integrantes de MOVE fueron confrontados por un batallón de policías fuera de sí. Los matones de la policía golpearon despiadadamente incluso a los que salieron con las manos en alto.

La golpiza de Delbert África, uno de los hombres, fue captada en video y reproducida por los medios en diversas partes del mundo, tal vez para brindarle un placer sádico a los que buscan emociones fuertes. En un último ataque de locura, la “casa construida por John África” fue completamente destruida antes del anochecer, tan ansioso estaba el gobierno de Filadelfia por borrar todo rastro de MOVE. Por su parte, los partidarios de Rizzo le construyeron una verdadera mansión, con un lujo digno de un barón, hasta con destellantes perillas de oro. ¡Qué locura tan perversa!

Se celebró un proceso, que en realidad fue una parodia, para juzgar a los policías acusados de golpear a Delbert. El juez del Tribunal de Demandas Comunes, Stanley Kubacki, recubrió con carne pálida y rancia el esqueleto de un moribundo “sistema de justicia” al desestimar al jurado formado en su totalidad por blancos. Luego él, personalmente, exoneró a los tres policías, quienes habían reconocido sus acciones de golpear, aporrear y patear a un hombre negro desarmado, además de haberlo atacado con la culata de un rifle y un casco.

Una mujer negra, mentirosa y traicionera, cometió una infamia al jurar que el hombre negro estaba armado a pesar de que los videos de la policía lo mostraron desnudo de cintura para arriba, ¡sin ningún arma! Esa mujer, una reportera para Canal 6, tuvo que irse de Filadelfia para buscar empleo en otro lugar. […]

Mientras tanto, nueve hombres y mujeres de MOVE recibieron sentencias por homicidio, con un mínimo de 30 años y un máximo de 100 años de cárcel cada uno -en ausencia de un arma asesina, pruebas corroborativas, o testigos oculares en su contra.* Fueron condenados simplemente por ser integrantes de MOVE, la familia de John África.

Al pronunciar la sentencia, el juez Edwin Malmed asumió su lugar en el panteón de políticos lamentables que se hacen pasar por jueces. Con profunda arrogancia, Malmed proclamó su perversa venganza desde una estación de radio en Filadelfia. Dijo a los radioescuchas que el “no tenía la menor idea” de quien mató al policía. “Eran una familia, por eso los condené como una familia”, dijo.

“Hijo de la chingada criminal!”, gritó un hombre de MOVE. “Tu corazón te va a atacar por este ataque tuyo contra MOVE!” Un año después, Malmed fue hospitalizado al sufrir el primero de una serie de paros cardiacos masivos. Unos meses después, fue diagnosticado con cáncer, un nuevo flagelo que castigó a su cuerpo anciano. Por otro lado, sus presuntas víctimas, las y los integrantes de MOVE, crecieron en fortaleza, lealtad, compromiso y números.

Esto es solo un boceto de la familia de John África, la Organización MOVE. Es parcial, por supuesto, porque condensa casi 10 años de vida en unas pocas palabras reunidas en unas pocas horas. Solo ofrece un atisbo de esa notable personalidad, llena de fuerza, que organizó y motivó a un grupo que en esa década memorable; tuvo un impacto enorme y desproporcionado, si consideramos cuantos eran.

En un periodo de tiempo relativamente corto, John Africa logró fundar una vigorosa familia de revolucionarios, muy unida, que tuvo que enfrentar a las fuerzas armadas de una de las ciudades más grandes de Estados Unidos. Supo involucrar al gobierno en una batalla de ingenio y ganarle. Abrió la puerta a una manera de vivir vigorosa y resistente que ha recompensado a sus partidarios con una salud radiante, una lealtad familiar feroz y un espíritu libre e independiente en este sistema en deterioro. Y aún más increíble, ¡todavía se mantiene fuerte!

Dijo John Africa: “Cuando te comprometes a hacer lo correcto, el poder de la honradez nunca te va a traicionar. La Organización MOVE nunca cederá a este sistema enfermizo, sea cual sea el tamaño de sus amenazas o la frecuencia con que se hagan, porque nuestro movimiento contra el sistema está funcionando, y la gente lo sabe. La estrategia de MOVE funciona, cuando la gente sabe y dice la verdad, es imposible que no funcione. Entonces, a pesar de lo que algunas personas digan, ganaremos. Tenemos que ganar. Hemos ganado”.

La victoria es nuestra. ¡Al diablo con este sistema! ¡Viva John Africa!

Traducción al español: Amig@s de Mumia de México- Edición: Rebelión.

*El 8 de agosto de 1978, Janine, Janet, Debbie, Delbert, Eddie, Mike y Chuck Africa, del grupo de presos políticos conocidos como “los 9 de MOVE” habrán pasado 37 años en las prisiones del estado de Pensilvania. Merle Africa murió en manos del Estado el 13 de marzo de 1998, y Phil Africa el 10 de enero de 2015. Al cumplir sus sentencias mínimas de 30 años en el 2008, todos deberían haber salido con libertad condicional, pero los ex policías y personal de “ley y orden” del Consejo de Libertad de Pensilvania han bloqueado su libertad. La intención del Estado es que todxs mueran en prisión. Nuestra intención es que salgan cuanto antes.

MOVE te invita a firmar la siguiente petición iniciada por Cruz Negra Anarquista, Denver, para exigir que el Departamento de Justicia de Estados Unidos inicie una investigación sobre el caso y apoye la libertad de los 9 de MOVE. https://www.causes.com/campaigns/92454-free-the-move-9

LUNES 17 DE AGOSTO DE 2015 – COMCOSUR
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2) Reclamo indígena intenta hacerse oír en capital argentina
Fabiana Frayssinet (IPS)

El campamento indígena instalado hace seis meses en la capital argentina es casi invisible para los transeúntes que pasan a prisa a su alrededor. Piden que les devuelvan sus tierras, en la nororiental provincia de Formosa, en una demarcación empantanada en rencillas territoriales y económicas. Una gran tienda y varias carpas agolpadas sobre una pequeña plazoleta en la intersección de la Avenida 9 de Julio y la Avenida de Mayo, albergan desde el 14 de febrero unos 40 representantes de 46 comunidades de los pueblos qom, pilagá, wichi y nivaclé, agrupadas en la organización QoPiWiNi.

En pleno invierno austral, la entrevista con su portavoz, el wichi Jorge Palomo, transcurre al resguardo de uno de los compartimientos del campamento, donde hacinadas entre donaciones de ropa, mantas de abrigo y alimentos, su esposa y su suegra calientan al fuego una sopa de zanahorias y alrededor corretea su hija de tres años. “Pedimos una audiencia al gobierno nacional, a la Corte Suprema y al Senado, la presidenta (Cristina Fernández). Por lo menos que nos abran la puerta. Queremos plantear nuestra problemática en este contexto de urgencia de despojo de esos territorios que nos pertenecen a nosotros ancestralmente como pueblo indígena”, explicó.

El tránsito es intenso y las bocinas ensordecen. Para los indígenas, las autoridades también parecen sordas a su demanda de que se les reintegren 7.000 hectáreas de tierras que, aseguran, “les quitó” el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, aliado de Fernández. “El territorio donde estamos es nuestro porque nuestros abuelos nos prepararon para eso. Mi abuelo me decía que no podemos perder la tierra porque es lo que nos da sabiduría, fuerza y vida”, argumentó a IPS la qom Amanda Asijak, de la comunidad de Potae Napocna Navolgoh (La Primavera, en lengua qom).

“Pero ellos vienen acá y ponen sus mojones (señales demarcatorias) sin siquiera consultarnos”, enfatizó Asijak, compañera del qarashe (cacique) Félix Díaz, la figura más emblemática de esta lucha que se hizo visible con una protesta en la ruta cercana a su comunidad, en 2010, cuya represión provocó la muerte de dos indígenas y un policía. Díaz también organizó el primer campamento en Buenos Aires, al año siguiente, para denunciar la represión de la que eran víctimas y que culminó más de tres meses después con la firma de un acuerdo, cuyo incumplimiento los trajo de nuevo a sus calles.

En el 2000, Argentina ratificó el Convenio 169 sobre los pueblos indígenas y tribales, de la Organización Internacional del Trabajo, que garantiza su derecho a la tierra y el acceso a recursos naturales, salud y educación, mientras obliga a la consulta en decisiones que conciernan a sus hábitats. De hecho, los indígenas formoseños también reclaman que se dote a sus comunidades de servicios de salud, educación, agua y luz eléctrica, además de apoyo en el desarrollo de su cultura.

“Tengo cuatro hijos ya grandes y ellos ya defendieron nuestro territorio porque tienen sus hijos también. Siempre digo que tenemos que defenderlo porque si no vienen a instalarse y cuando se instalan hacen tiroteos en la comunidad”, añadió Asijak. Su comunidad, a unos 1.200 kilómetros al norte de Buenos Aires, es una muestra del descuido en que viven los pueblos originarios de Formosa. Casi todas sus 350 precarias viviendas, donde viven 1.770 personas en 500 hectáreas, carecen de agua potable y electricidad, mientras la comunidad no cuenta con saneamiento alguno.

El 10 de julio, junto al premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, y la referente de las Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora), Nora Cortiñas, delegados de los indígenas en protesta fueron recibidos por el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda. Fresnada declaró entonces que se establecerá una mesa de diálogo para escuchar los reclamos y dejar constancia de los problemas de cada grupo.

Pero insinuó que hay cuestiones ajenas a la competencia del gobierno federal, en este país donde el Censo del 2010 determinó que, de una población total de 40,11 millones de personas, casi un millón se define como indígena o su descendiente, distribuidas en 32 pueblos originarios. “Establecimos la necesidad de convocar a la provincia de Formosa a participar de este diálogo porque el eje de los reclamos pasa por cuestiones territoriales”, planteó el funcionario. “La discusión se centra en cuál es el alcance de la ocupación territorial pública y actual que tienen hoy las comunidades originarias”, añadió.

Fresneda subrayó que el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (Inai) ya evaluó y registró 650 comunidades y siete millones de hectáreas como indígenas, de las aproximadamente 12 millones que reclaman los pueblos originarios y que equivalen a 10 por ciento del territorio argentino. En 2006, la Ley 26.160 de Comunidades Indígenas declaró la emergencia de la posesión y propiedad comunitaria, y dispuso la realización del registro de todos los territorios tradicionales que ocupan los pueblos originarios.

Pero las comunidades de QoPiWiNi piden que se realice nuevamente el proceso en sus territorios, porque, aducen, se hizo sin su presencia y consulta. “Hace poco vinieron unos japoneses que decían que esa tierra estaba vendida para ellos, que el gobernador les vendió, pero es nuestra”, ilustró a IPS la wichi Ernestina Moreno. La demarcación de tierras se demora, ha admitido el Inai, cuando el proceso involucra a provincias con jurisdicción sobre sus recursos naturales.

Precisamente, conflictos como los de Formosa, se agravan cuando tocan intereses económicos provinciales vinculados a la explotación de hidrocarburos, minería, el monocultivo de soja, expansión ganadera, industria forestal y grandes proyectos de infraestructura. “Con la soja deberían avisarnos cuando van a hacer un desmonte, que pasa mucho, pero nunca lo hicieron”, sostuvo Palomo como ejemplo. También citó obras que atraviesan su territorio y sobre las que no fueron consultados, como el Gasoducto del Noreste Argentino.

“En todo el país a todas las comunidades les robaron sus tierras y el gobierno se ha propuesto no escucharlos”, subrayó en entrevista con IPS la activista Cortiñas. “Ellos, los indígenas formoseños, no quieren limosna sino vivir de su trabajo. Ellos cazan, pescan, plantan y con eso se alimentan. No quieren que les invadan todo con la soja, que es el negocio para los que vienen de afuera”, añadió la lideresa de Madres de Plaza de Mayo.

Según la organización internacional Grain, cada año se deforestan en Argentina más de 200.000 hectáreas de monte nativo por el avance de la frontera agrícola, fundamentalmente por la expansión del monocultivo de soja. Ese avance resulta evidente en Formosa y otras tres provincias norteñas vecinas -Chaco, Salta y Santiago del Estero- que concentran 80 por ciento de esa deforestación. “Nosotros la tierra la queremos para progresar. La queremos para sembrar, para criar nuestras cosas como cabras”, argumentó Moreno, que acampa junto a dos hijas y una nieta, a quién cuida del tránsito capitalino.

Desde un automóvil que transita la Avenida 9 de Julio, una pareja sí percibe a los indígenas. “!Estamos con ustedes! Los apoyamos!, les gritan. Palomo sonríe y aprueba a lo lejos. “Si no nos dan nuestras tierras van a limitar a nuestros jóvenes cada vez más. Se corre el riesgo de que ya no puedan practicar nuestra cultura ancestral de la caza, la pesca y de hacer artesanías… de desaparecer. Pero parece que es lo que quisieran”, se lamentó.

Editado por Estrella Gutiérrez

LUNES 17 DE AGOSTO DE 2015 – COMCOSUR
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3) Publicidades de medicamentos: golosinas con efectos colaterales
(Red Eco Alternativo)

El último comercial del laboratorio Gennoma en Argentina que tiene al conductor de televisión Marley como protagonista, se presenta como una nueva banalización de la venta de medicamentos en los avisos publicitarios. La intencionada desinformación es la principal estrategia para aumentar las ventas de una de las industrias más poderosas del mundo.

La incidencia de la publicidad sobre la automedicación es un hecho así como también el alto crecimiento de intoxicaciones medicomentosas. El nuevo spot de Next (del laboratorio Gennoma) busca, a través de conductor mediático Marley, fomentar la automedicación sin reparar en sus consecuencias. El comercial de 22´nunca se detiene en los efectos colaterales que una gran cantidad de especialistas han señalado sobre este tipo de medicamentos. Sólo se limita a describir al fármaco como una “potente fórmula” que hará que no termines en cama.

Esta práctica, que presenta a los medicamentos como golosinas, no es exclusiva de Gennoma sino que también proliferan las promociones medicamentosas de Actron de Bayer, Tafirol de Gennoma, Ibuevanol Max de Glaxo (GSK) Ibupirac de Pfizer y de otras sustancias supuestamente «inofensivas» como Cedric Hedera Helic o Expectosan, entre otros productos autorizados por la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica).

Hace más de un año Red Eco publicó las declaraciones de Carlos Damin, jefe de la División Toxicología del Hospital Fernández, quien advirtió que «es innegable el impacto de la publicidad de los medicamentos en la conducta de los consumidores, y de allí los potenciales riesgos que representa para la salud de la población. La publicidad y promoción activa por los medios masivos de comunicación aumenta la automedicación irresponsable y el uso irracional de medicamentos”. Según un informe difundido por la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), el medicamento de mayor venta en Argentina durante 2014 fue Actron 600 mg (ibuprofeno) de Bayer, con casi 9 millones de unidades. Mientras que en el quinto puesto aparece Ibupirac (ibuprofeno 400 mg) de Pfizer, con 6.500.000 unidades.

Al igual que en los últimos inviernos la publicidad de medicamentos ha desbordado los medios de comunicación y descartado de su discurso los efectos adversos que tienen el paracetamol y el ibuprofeno. En este sentido, la Asociación de Agentes de Propagada Médica (AAPM) ha denunciado con insistencia que «el ibuprofeno y el paracetamol, los medicamentos de mayor venta en Argentina, tienen severos efectos colaterales y una limitada efectividad» (diario El Litoral de Santa Fe del 12 de julio de 2015).

En la misma línea a principios del año pasado, el Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal (COFyBCF) y la Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM), sostuvieron: “las entidades profesionales consideramos que es necesario y urgente que se extremen las medidas de control, mediante de la aplicación de las leyes vigentes, se sancione la irresponsable publicidad medicamentosa y se regule con eficacia la venta exclusiva en las farmacias, combatiendo cualquier otra boca de expendio en la que no esté presente un profesional farmacéutico”.

Según un comunicado de la AAPM, el sanitarista Jorge Rachid, asesor de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, denunció recientemente que la publicidad de medicamentos equivalía a un promedio de dos horas diarias de pantalla. Este comentario fue efectuado el martes 7 de julio durante una conferencia en el Colegio Público de Abogados de la CABA. A su lado estaba sentado el ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollan. Lo cual implica un claro conocimiento de las autoridades estatales sobre el caso y, por ende, una actitud cómplice para avalar las estrategias publicitarias de la industria farmacéutica.

LUNES 17 DE AGOSTO DE 2015 – COMCOSUR
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4) Panamá: el ‘círculo cero’ de la corrupción y de los negocios
Marco A. Gandásegui h. (Alai)

El gobierno del presidente Juan C. Varela cumplirá 15 meses en el poder y aún no ha logrado deshacerse del pesado fardo que heredó de los gobernantes anteriores, especialmente de su inmediato antecesor, Ricardo Martinelli. El gran capital panameño y el extranjero se quejan que su gestión es muy lenta. No se ven las mega-obras que pondrían en movimiento sus capitales especulativos. El mote que los medios de comunicación propiedad de Martinelli le pusieron a Varela – “Tortugón” – se ha generalizado, incluso entre sus copartidarios.

Varela heredó los problemas que dejó Martinelli, especialmente los relacionados con los escandalosos desfalcos, dolos y robos de los cuales son acusados el ex-mandatario y su círculo de confianza. El gobierno que preside Varela ha hecho énfasis en su disposición de llevar a Martinelli y sus asociados a los tribunales de justicia del país. Hay fuertes indicios que la corrupción y desfalcos que se investigarán tocarán las puertas de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). Hay un miembro de la Junta directiva, que ha sido llamado por el Ministerio Púbico para que declare ante la fiscalía. Hay otro que es muy vulnerable. Los demás no están libres de ‘pecados’.

La ACP tiene problemas financieros serios con el Grupo que construye la ampliación del Canal. Tiene que enfrentar los intereses de los especuladores que están acabando con la cuenca que alimenta de agua a la vía interoceánica. Pone los intereses de los miembros de su junta directiva y de sus socios por encima de los del país. Es el caso de los negocios multimillonarios vinculados con los proyectos de puertos de Corozal, Rodman y Farfán. Por primera vez en 70 años, los trabajadores del Canal están protestando por las decisiones equivocadas de la Administración de la ACP que los perjudica.

Varela no exige cuentas y deja que continúe la fiesta en torno al Canal de Panamá. En primer lugar, debe exigir la renuncia de los directivos corruptos de la ACP. Segundo, debe exigir por orden ejecutiva el respeto a la cuenca del Canal. A su vez, debe salir por delante y garantizar los derechos de todos los trabajadores del Canal. Por último, debe someter a todas las tierras asignadas a la ACP a un plan de desarrollo racional en beneficio del país.

Varela también recibió – en 2014 – un país con un pueblo protestando por los abusos de autoridad que pretenden despojar a los pueblos de sus tierras. Varela heredó sistemas educativos, de transporte, de recolección de basura, servicios de salud y distribución de agua colapsados. Los sectores productivos de la economía como la agricultura, la industria manufacturera, pesca y minería se siguen hundiendo sin rescate a la vista. Aún más peligroso, las cuencas y sus ríos, los humedales, los bosques y la sostenibilidad misma del sistema ecológico del istmo se someten sistemáticamente a una lógica de negocios que son aprobados o rechazados en el Palacio de las Garzas.

Varela ya no puede esconderse detrás de Martinelli y sus socios que están siendo investigados por diferentes delitos relacionados con el despojo de las arcas públicas del país. Es responsable de la falta de recursos en el Ministerio de Salud y de la CSS. No porque en el país escasea dinero. El desplome de los servicios de salud es el resultado del mal manejo administrativo y la inversión en proyectos que sólo brindarán ganancias para los empresarios premiados por el dedo presidencial: Ciudad de la Salud, ‘externalización’ de las intervenciones quirúrgicas y construcción de hospitales en el interior donde las comunidades necesitan urgentemente centros de salud.

La lista de los fracasos rotundos (sin ignorar la corrupción) se extienden a las políticas de educación, de seguridad ciudadana y seguridad nacional, de vivienda y el ordenamiento urbano, de producción agrícola, de construcción de hidroeléctricas, de obras públicas, de turismo e, incluso, política exterior. Todos los desastres tienen un fondo común: Los gobernantes no están trabajando para el país y menos para el pueblo. La totalidad de sus energías están dirigidas a concebir, articular y ejecutar negocios que beneficien una pequeña casta de empresarios. Si Martinelli logró rodearse de un ‘círculo cero’ empresarial que aprovechó las mochilas, el arroz, el servicio exterior, las medicinas, el desorden urbano y muchos otros rubros para enriquecerse de manera ilícita, hay indicios en todos los despachos públicos y en muchos privados de que Varela está armando su propio ‘circulo’ para hacer negocios.

– Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA) www.marcoagandasegui14.blogspot.com, www.salacela.net

LUNES 17 DE AGOSTO DE 2015 – COMCOSUR
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5) Afganistán: el Mullah del opio
Guadi Calvo (Rebelión)

Desde el impreciso mundo talibán corre hace algunas semanas la noticia, una vez más, de la muerte de su líder el Mullah Omar. El tercer hombre más buscado del mundo, por los servicios de inteligencia occidentales y por cuya cabeza se ofrecía diez millones de dólares. Omar habría muerto, según el diario paquistaní “The Express Tribune” a consecuencia de una enfermedad, presumiblemente tuberculosis, en abril de 2013 en algún lugar indeterminado de Pakistán, tampoco se especifica el lugar de su entierro. De todas maneras Kabul rápidamente se dispuso a aceptar como buena la información y ya lo ha declarado “técnicamente” muerto, aunque el presidente afgano Ashraf Ghani, había declarado que no estaba en condiciones de negar ni de confirmar la noticia.

Lo último que se supo del Mullah, fue cuándo huyó de Kandahar, a lomo de una moto en 2002 a consecuencia de la invasión norteamérica, con rumbo obviamente desconocido.

En torno a su vida y sus muertes se tejieron infinidad de leyendas difíciles de constatar, pero su figura ha tomado rasgos mesiánicos. Miembro de la tribu pastún Hotak, una de las más integristas del país, abandonó sus estudios coránicos en una madrasa de Kandahar a los veinte años, para luchar contra los soviéticos que acababan de invadir Afganistán.

Moscú invadió Afganistan en procura de sostener el gobierno del presidente Mohammad Najibulá, quién finalmente fue derrocado en 1992 por los muyahidines y finalmente en 1996, tras ser secuestrado de la sede de la ONU en Kabul, fue torturado públicamente hasta su muerte.

En ese mismo año Mohammad Omar, fue designado Amir-ul momineen (Príncipe de los Creyentes) por un grupo de mil quinientos eruditos del islam, dignatarios y líderes yihadistas de Afganistán, que hicieron el bay’ah (juramento de lealtad) “Para prevenir la falsa propaganda de multitud de escritores, analistas espurios” y para combatir la anarquía de los señores de la guerra que reinaba en el país.

El cuatro de abril de 1996, el Mullah Omar apareció ante la multitud, en el centro Kandahar envuelto en el manto de Mahoma, después que los talibanes lo hubieran sacado del santuario que lo tenía en resguardo. El hecho en cualquier país musulmán hubiera sido considerado una blasfemia difícil de superar, pero el fanatismo exacerbado de los seguidores de Omar, los llevó a entronizarlo como el verdadero heredero del Profeta. Desde entonces las glorias de sus acciones en la guerra contra los soviéticos se multiplicaron. Se dice que en plena batalla, se arrancó el ojo que había sido alcanzado por una esquirla y siguió combatiendo sin pausa. Desde entonces ha pasado a ser el tuerto más famoso de la historia y quizás el más resucitado.

Son muchas las veces que se lo han dado por muerto. Últimamente según medios afganos había sido asesinado en 2011, por el jefe de la Dirección de Inteligencia Inter-Services (ISI) pakistaní el general Hamid Gul, pero tiempo después fuentes talibanes lo desmintieron. En 2013 según un grupo disidente talibán Mahaz Fidayee sospechado de responder a algunos servicios de inteligencia, denunció que Omar fue asesinado en una disputa interna.

Quizás esta vez sea la verdadera, posiblemente la enfermedad que lo arrastró a la tumba no sea otra que la del golpe palaciego, ya que por primera vez se perciben notorias diferencia en la cúpula del talibán.

Un sector del Talibán muy influenciado por la inteligencia pakistaní SIS, ha elegido como reemplazante de Omar a Akhtar Mohamed Mansur Mohammad Shah ex ministro de Aviación Civil y Transporte del Talibán cuando el movimiento tomó control de Kandahar en 1994 y número dos de la organización durante los últimos cuatro años. Como su segundo ha elegido Sirajuddin Haqqani, alías Jalifa, hijo de Jalaluddin Haqqani, líder del poderoso clan de los Haqqani, que combate desde antes de la invasión rusa.

Otro sector pretendía imponer al hijo mayor de Omar, Mohamad Yaqub, de 26 años, pero según parece ha ganado la pulseada, por ahora, el sector pro Mansour.

¿Quién es el nuevo jefe?

Aunque siempre haya sido reacio a la exposición pública el nuevo Mullah es un viejo conocido de la inteligencia occidental y paquistaní consignado como “un miembro prominente del liderazgo talibán”. Mansour en septiembre de 2006 fue entregado a las autoridades afganas, tras ser detenido en Pakistán por estar involucrado en narcotráfico. Tan solo un año después se lo detectó en las provincias afganas de Khost, Paktia y Paktika, controlado delicados sembradíos de amapolas, al tiempo que ocupaba el cargo de gobernador, en la sombras, de Kandahar.

El Mullah Mansour, como tarjeta de visita entre el viernes siete y sábado ocho de agosto ha intensificado los atentados. El viernes se produjeron tres atentados en Kabul que dejaron una cincuentena de muertos y doscientos heridos. Según la misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) el día viernes se registró el mayor número de civiles muertos y heridos en un día, desde 2009, con cincuenta y un civiles muertos y trescientos quince heridos solo en Kabul.

Al día siguiente e n la provincia norteña de Kunduz, donde el Talibán, desde hace meses, está desarrollando una campaña de atentados y fuertes combates con miembros del ejército y milicias progubernamentales, con la intención de clausurar los pasos comerciales con la ex república soviética de Tayikistán, ingresó al distrito de Janabad y antes de ser repelido pudieron ejecutar a unas treinta personas.

La retirada de las tropas de la OTAN en diciembre de 2014, ha provocado orfandad tanto en la policía como en el ejército afganos, que frente a la insurgencia poco o nada están haciendo, al tiempo que no solo el Talibán sino al-Qaeda y Daesh o Estado Islámico están teniendo cada vez más presencia en casi todo el país.

La ausencia de la ISAF, (International Security Assistance Force) que fue sustituida desde enero por la operación Apoyo Decidido con solo unos cuatro mil soldados para trabajos de asistencia y capacitación exclusivamente y el importante destacamento de soldados norteamericanos, cerca de diez mil, también abocados al entrenamiento de las tropas afganas, que nada pueden hacer frente a la impericia de las tropas afganas.

Este cambio de jefaturas en el Talibán se da casualmente en el momento que existían conversaciones de reconciliación entre el gobierno afgano y la organización extremista. Propiciadas por Estados Unidos, China y Pakistán, pero el nuevo Mullah ha decidido por el momento continuar con la “guerra santa” para crear un Estado islámico en Afganistán. Los movimientos de Mansour por ahora son un guiño para su propia tropa, necesita mostrase fuerte y combativo frente a la presencia en su territorio de un competidor tan mediático como Daesh, que en enero último anunció la creación del emirato de Khorasan, en que se incluye a Afganistán, Pakistán, India y Bangladesh. Al tiempo en las provincias afganas del este y sur: Logar, Paktia, Gazni, Zabul, Helmand, y en el norte del país, Kunduz, Jawzjan y Parwan, se ha incrementado las acciones tanto de Daesh como del Talibán, lo que ha provocado enfrentamientos entre ambas organizaciones.

Daesh no solo avanza en Afganistán pugnando por más territorio y más milicianos, sino que va detrás de una sustancial fuente de recursos para mantener la guerra: el opio.

Según la un Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito Afganistán es líder mundial en la producción de opio y por tercer año consecutivo aumentó las hectáreas dedicadas al cultivo de la adormidera, aproximadamente unas doscientos cincuenta mil. La superficie para el cultivo de amapola en 2014 era de doscientas veinticuatro mil un 7% más que en 2013 y tres veces más que las setenta y cuatro mil de 2002. Desde la invasión de 2001 las toneladas de goma de opio aumentan de manera constante. El año pasado habían superado las seis mil quinientas, sin alcanzar el record de las siete mil quinientas de 2007.

Dos mil doscientas toneladas de opio equivalen en occidente a unos 37 mil millones de dólares. Suficiente para sostener cualquier guerra e incluso muchas de las operaciones encubiertas que tanto la CIA como el ISI pakistaní realizan habitualmente, quizás allí este el motivo de que finalmente fracasen todos los planes de erradicación de sembradíos por parte de Washington. El opio y la heroína afgana que ocupa el 95% del mercado mundial, continúa inundando los mercados tanto en Estados Unidos como en Europa.

Posiblemente en defensa de sus sembradíos de adormidera es que el Mullah Mansour haya amenazado a mediados de junio, en una carta a Abu Baker al-Bagdadí, el autoproclamado califa Ibrahim líder del Estado Islámico, en que lo instaba a no ingresar a Afganistán. Según parece la carta llegó tarde o no fue leída ya que Estado Islámico está presente en Afganistán, por lo que las muertes seguirán multiplicándose, tanto como el opio.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.

LUNES 17 DE AGOSTO DE 2015 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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