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URUGUAY, 20 DE MAYO: “SON MEMORIA. SON PRESENTE. ¿DÓNDE ESTÁN?”

COMCOSUR MUJER / AÑO 17 /No. 641 /lunes 18.05.2020 – Hoy:

1) América Latina: falta de anticonceptivos, embarazos no deseados y abortos clandestinos
2) Marruecos: La feminista radical que se enfrenta al machismo
3) México: Trabajadoras del hogar migrantes más vulnerables al de contagio de COVID
4) Uruguay: “Son Memoria. Son presente. ¿Dónde están?”
5) Uruguay: Campaña usa el tapabocas para concientizar sobre violencia
6) Uruguay: Incertidumbre en la continuidad de los Servicios de Atención a mujeres en situación de violencia
7) Uruguay: “El racismo es una pandemia histórica en nuestra sociedad”
8) Uruguay: Mujeres en la música y pandemia

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COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 17 /No. 641 – Lunes 18 de mayo de 2020 / Producción: Beatriz Alonso y Belén Itza / Apoyo técnico: Carlos Dárdano
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“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” Rosa Luxemburgo
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1) AMÉRICA LATINA: FALTA DE ANTICONCEPTIVOS, EMBARAZOS NO DESEADOS Y ABORTOS CLANDESTINOS

Las medidas de aislamiento para intentar frenar el contagio de la COVID-19 en América Latina también han limitado el acceso de las mujeres a servicios de salud sexual y reproductiva.

Expertas consultadas por Efeminista han coincidido en que la débil respuesta que los países están dando a los casos de violencia sexual ha provocado que más mujeres necesiten acceder a anticonceptivos, deban acudir a consultas médicas que no han sido consideradas como prioritarias o se practiquen abortos clandestinos.

Según el último informe de la Comisión Interamericana de Mujeres, de la Organización de Estados Americanos (OEA), denominado “COVID-19 en la vida de las mujeres”, la ausencia de estos servicios “podría incrementar la mortalidad y morbilidad materna, aumentar las tasas de embarazo adolescente, VIH y otras infecciones de transmisión sexual”.

En algunos países no se consideran esenciales

Para la directora para América Latina del Centro de Derechos Reproductivos, Catalina Martínez, el primer obstáculo es que en algunos Estados no han reconocido que los servicios de salud sexual y reproductiva son esenciales y que deben mantenerse durante la crisis.

“Cuando los sistemas de salud empiezan a colapsar por la atención de los casos de COVID- 19, lo que hacen es priorizar y estos servicios no están entre los prioritarios“, ha explicado a Efeminista.

Esos inconvenientes han sido detectados también por ONU Mujeres. “Es importante asegurar el acceso a los servicios y la atención de salud sexual y reproductiva. Los datos de brotes anteriores indican que los esfuerzos de contención a menudo desvían recursos de los servicios de salud ordinarios, y exacerban la falta de acceso a los servicios, incluidos la atención de salud prenatal y postnatal y los anticonceptivos”, ha publicado la ONG en marzo.

Selene Soto, de Women’s Link Worldwide, ha contado que en países como Venezuela existen muchas barreras para que las mujeres accedan a servicios de salud diferenciados. “Las maternidades no están entre los hospitales centinelas y no se está garantizando la atención a embarazadas. La respuesta generalizada no ha tenido enfoque de género”, ha mencionado.

Por esta razón, Martínez ha hecho incapié en que es necesario que las mujeres puedan acceder a estos servicios desde casa, pues muchas de ellas no salen por miedo a ser detenidas por violar la cuarentena.

“Los Estados tendrían que garantizar que las mujeres no tengan que movilizarse, solo para procedimientos específicos. Los otros servicios necesitamos tenerlos en casa y esto no está pasando porque no se está pensando en estas políticas integradoras que permitan que una mujer pueda acceder, por ejemplo, a un aborto en casa con la guía de la telemedicina”, ha subrayado.

Más mujeres sin acceso a anticonceptivos

El acceso a los anticonceptivos es otro de los servicios que se ha visto afectado durante esta pandemia. El asesor regional de Aseguramiento de Insumos de Salud Sexual y Reproductiva de UNFPA, Federico Tobar, ha explicado que el impacto de la COVID-19 puede hacer retroceder a Latinoamérica “casi 30 años en términos de salud reproductiva“.

En esta situación, ha asegurado, influyen tres factores: el miedo de las mujeres a ir a los hospitales, el desabastecimiento de los Estados y la incapacidad de las mujeres para comprarlos con sus propios recursos.

“De acuerdo al pronóstico que hace CEPAL sobre el aumento de la pobreza en América Latina en estos meses, calculamos que 2,4 millones de mujeres, que hasta hoy compraban anticonceptivos en farmacias, los van a dejar de comprar”, ha precisado.

El especialista dice que Naciones Unidas ha preguntado a los países sobre su disponibilidad de anticonceptivos y en base a eso han hecho otra estimación preocupante. “Hay 5,4 millones más de mujeres que se van a quedar sin los anticonceptivos que les provee el sector público”.

Tobar ha dicho que una de las luchas de UNFPA es que muchas autoridades no priorizan la anticoncepción porque no la ven como un problema de salud pública.

“Aunque los anticonceptivos ayudan a evitar muertes maternas no lo ven con la misma relevancia que un antibiótico. Es un insumo de salud que en nuestra región no tiene un costo político muy alto”, ha explicado.

“Hay dos o tres países en la región que hace meses que no tienen condones y no pasa nada, ni siquiera sale en los diarios”, ha acotado.

Abortos clandestinos o embarazos no deseados

Esta reducción en el uso de anticonceptivos podría tener graves consecuencias para las mujeres latinoamericanas, han dicho desde la ONU.

“Habrá, por lo menos, 5 millones de nacidos no planificados más, 800.000 abortos que se pudieron haber evitado si las mujeres hubieran accedido a los anticonceptivos. También 40.000 muertes infantiles que se podían haber evitado y 4.000 muertes maternas”, ha precisado Tobar.

Estos números pueden aumentar si se prolonga el confinamiento y las interrupciones de los servicios.

Catalina Martínez, del Centro de Derechos Reproductivos, ha explicado que algunas de estas cifras se deben a que las mujeres no dejan de recurrir a los servicios, pese a que los países no los garantizan de manera segura en este momento.

“Lo que va a pasar es que vamos a encontrar casos de mujeres que van a buscar abortos inseguros, poniendo en riesgo su salud y su vida. Van a mandar a las mujeres a buscar servicios de salud en la clandestinidad. Estos servicios son mayoritariamente necesitados por niñas y adolescentes que sufren violencia sexual y cuando no los garantizan se está cometiendo discriminación contra ellas“, ha detallado.

La especialista ha mencionado que el aborto, por ejemplo, es un tema que “aún le pesa a muchos servidores de salud” de la región, incluso en los países donde es legal su acceso. “Hemos visto que cuando una mujer llega a pedir el servicio este se deniega. Le dicen que eso no lo van a hacer en ese momento porque no es esencial”.

La respuesta de los Estados

Todos los organismos de Derechos Humanos y los especialistas consultados por Efeminista consideran que los países deben empezar a tomar en serio esta situación.

ONU Mujeres ha hecho un llamado especial a considerar a los servicios de salud sexual y reproductiva como esenciales durante la pandemia y a responder a las víctimas de violencia de forma diferenciada. Es decir, que exista un protocolo de actuación para niñas, adolescentes y mujeres de acuerdo a sus necesidades y capacidades.

Por su parte, la OEA ha planteado a los gobiernos que consideren el uso de los móviles para entregar determinados servicios de salud sexual y reproductiva.

Mientras que el Centro de Derechos Reproductivos ha recomendado que las autoridades trabajen con organizaciones y redes de mujeres para activar los servicios de atención en el área rural. “Así logramos democratizar y que la atención no se quede solo en las grandes ciudades”. Además, los insta a generar campañas públicas sobre los servicios de salud que están disponibles para las mujeres.

Efeminista / COMCOSUR MUJER Nº 641 – 18/05/2020
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2) MARRUECOS: LA FEMINISTA RADICAL QUE SE ENFRENTA AL MACHISMO DE MARRUECOS

Su nombre está desde 2015 en una lista negra que a cualquiera le pone los pelos de punta. Es la del ISIS. Sin embargo, a Betty Lachgar ni las amenazas de muerte, de lapidación, violación o las campañas de difamación la amilanan. «No las tengo en cuenta», dice. Y es que esta mujer que no le teme a nada no puede permitirse perder un segundo en otro quehacer que no sea el de «luchar por la igualdad».

Por eso cofundó el movimiento MALI. «Quería romper los tabúes, luchar por todas las libertades individuales, la igualdad entre las mujeres y los hombres, además de los derechos sexuales y reproductivos, tales como la libertad sexual, los derechos del colectivo LGBTI e, incluso, el derecho al aborto; así como contra el fundamentalismo religioso y las discriminaciones«, añade.

La respuesta de la sociedad a su propuesta ha sido la de darle la espalda. «MALI es el único movimiento de desobediencia civil que existe en Marruecos, por eso nuestras acciones le provocan un shock a la gente». Pero a Lachgar esta aversión a su iniciativa no la frena.

Sin embargo, su labor en estos tiempos de confinamiento -que coinciden con el Ramadán- se complica por momentos. «Apenas como o duermo. No me da tiempo a nada porque tengo mucho trabajo que hacer. Mi jornada va desde las ocho de la mañana a las dos o las tres de la madrugada. Ahora la mayoría de mi trabajo es en Internet, en las redes sociales con mujeres víctimas de violencia machista, con feminicidios. Las ayudo a denunciar. También hago igual con la comunidad LGTB. Me paso el día ayudando a denunciar la falta de libertades y de derechos. También leo mucho, busco informaciones, organizando campañas online…».

Un país sin libertades

A esta luchadora nata que se reconoce con orgullo como «feminista radical», no estar en el terreno la sobrepasa. «Es un gran problema no poder pisar la calle. Sobre todo, en Marruecos donde las reglas no es que sean estrictas. ¡Es que son muy, muy estrictas!», comenta. «¿Cómo podemos ayudar si nuestra misión es la de encontrar víctimas que no pueden salir? ¿Cómo podemos ayudar a las mujeres que desean abortar? ¿Cómo podemos ayudar a los homosexuales expulsados de sus casas?», se pregunta. Y la respuesta es clara. «No podemos ayudar como nos gustaría porque además hay gente que no quiere colaborar porque tiene miedo del virus. Ayudar cuando dependes del teléfono o los mensajes es casi imposible», añade triste y frustrada.

Esta psicóloga clínica especializada en criminología y victimología, que ha trabajado «en prisiones de Francia y Marruecos» y cuya investigación académica se ha centrado «en las violencias contra las mujeres y las violencias sexuales estudiando el comportamiento de los violadores y asesinos en serie o de las víctimas de violencias sexuales», es considerada en su país una mujer molesta.

«¿Cómo podemos ayudar si nuestra misión es la de encontrar víctimas que no pueden salir?»

«Soy políticamente incorrecta. Estoy en contra de la institución del matrimonio, del patriarcado y de un Marruecos que no es un estado civil sino religioso. Públicamente me declaro atea pero este movimiento es secular y está integrado por personas de todo tipo de creencias, no nos importa que seas judío, musulmán o ateo. La religión pertenece a la esfera privada y por eso nos posicionamos en contra de la enseñanza religiosa en las escuelas». Una declaración de principios que además de haberle ocasionado enfrentamientos con la policía y la justicia de su país, le ha granjeado el mote de «la mujer más odiada» de Marruecos. «Me han arrestado en varias ocasiones y he tenido que acudir a varios juicios contra mi persona».

Preguntada de dónde le viene tanta fuerza responde de forma precisa. «Soy una superviviente». Y tanto que lo es. En 1996 tuvo que enfrentarse a un sarcoma de Ewing, «un cáncer pediátrico muy agresivo», nos dice. Y le ganó la partida. Pero sobrevivir a la enfermedad no le salió gratis. «Desde entonces tengo una discapacidad. El tumor fue en el húmero izquierdo y tengo una prótesis», subraya. Justo antes del confinamiento estaba previsto un cambio de prótesis, pero con el coronavirus todo se ha cancelado».

Ser mujer en Marruecos es no ser nada

Aun así, Betty Lachgar sigue para adelante. Y lo hace hablando del doble esfuerzo que supone trabajar en una sociedad «tan conservadora y patriarcal» como la suya. «El auge del islamismo, Internet y la sintonización por satélite de canales de corte radical provenientes del extranjero, están ayudando a la proliferación de mensajes misóginos y violentos de gran calado en las redes», dice.

Un giro conservador que no solo se da en Marruecos. También viene de los guetos de migrantes en Francia, Bélgica y Holanda. «Esto tiene una explicación desde el punto de la psicología clínica: cuando atacan tu identidad, tú lo que haces es contraatacar. Después de eso, cuando esos marroquíes vuelven de visita a sus países de origen, imponen a sus allegados lo que tienen que hacer, cómo tienen que vestirse y cuándo rezar».

El resultado de esta radicalización afecta directamente a la pérdida de derechos y libertades de las mujeres y que Lachgar nos traduce en el insoportable aumento del acoso sexual callejero. Los grados de violencia machista son tales que la activista recuerda el caso de la turista alemana que se dedicó a viajar por todo el mundo sin problemas y solo pudo estar dos días en su país. «Es horrible, viajó por todo el mundo y, sin embargo, no lo pudo hacer en Marruecos por culpa de toda esta mierda», indica. «La gente no entiende que eso también es violencia hacia las mujeres».

«El auge del islamismo, Internet y la sintonización por satélite de canales de corte radical provenientes del extranjero, están ayudando a la proliferación de mensajes misóginos y violentos»

A la falta de entendimiento se une lo complicado de denunciar esta violencia sexual. «En Marruecos te acosan 50 veces al día y la policía no hace nada. Y cuando vas a denunciar te acusan de haber bebido alcohol. Yo fui acosada la noche del 1 de enero de 2011. Fui a la comisaría y allí me abofetearon y pasé 24 horas en detención preventiva. En septiembre de 2016 fue agredida sexualmente por tres policías. Y en agosto de 2018 puse una denuncia en Rabat por una agresión y amenazas con cuchillo. Y me tuvieron 48 horas en detención preventiva. Cuando una mujer va a comisaría los policías siempre dicen: «Te vamos a educar a ti». Porque en la mentalidad de ellos, esas mujeres son culpables de lo que les pasan o, al menos, tienen una parte de responsabilidad. Ninguna organización feminista de mi país salió a defenderme. Si que lo hicieron desde otros países ¡Qué tristeza! ¡Qué vergüenza!», recuerda.

La cultura de la violación

Esta violencia no es lo única que tienen que soportar las marroquíes. «Tampoco podamos entrar en los sitios si no vamos acompañadas de un hombre». Además, la activista habla de cómo la religión, y por tanto el hombre, «es el dueño del cuerpo de las mujeres. Quieren imponer lo que tenemos que hacer con él. El hecho de vestirnos como nos inculcan es para tener la excusa de que si no te vistes como está escrito te pueden violar. Es decir, las mujeres somos culpables de ser violadas».

Otro gran problema de esa cultura de la violación es la enorme violencia que se produce en los hogares. «El Código Penal no reconoce que dentro del matrimonio una mujer es violada por su marido. Por el contrario, se piensa que es un derecho del marido el que las mujeres tengan que satisfacerles. Hay miles de mujeres violadas cada día por sus maridos. Mientras que el Código Penal castiga las relaciones sexuales consentidas entre personas adultas que no estén casadas, con esta ley se distribuyen permisos para violar dentro del matrimonio. Además, no se penaliza el matrimonio de la Fatiha (practicado sobre todo en las zonas rurales, con la mera lectura del primer versículo del Corán), que es un subterfugio por el que se permite los casamientos con mujeres menores de edad».

Otro caso al que alude Lachgar es el de las pedidas de mano. «Con estas ceremonias institucionalizadas bajo la excusa o el peso de la tradición lo que ocurre es que las niñas pasan de pertenecer al padre al marido».

De esos barros viene también otra de las luchas de la activista: la del aborto. «MALI es el primer movimiento que lucha por la defensa de elección, de un aborto seguro y que ayuda a las mujeres que quieren optar por ello. Abortar tiene que ser un derecho para las mujeres no un pecado que el Código Penal castiga con hasta dos años de cárcel por hacerlo de forma ilegal y un año para quienes tengan relaciones sexuales fuera del matrimonio», añade.

Y es que en Marruecos está autorizado el aborto solo «cuando peligra la vida de la madre y en caso de malformación del feto, violación o incesto». Eso quiere decir que se practican unas 600 interrupciones ilegales de embarazo al día poniendo en peligro su vida porque solo un tercio se practican con los debidos requisitos médicos, generalmente a precios prohibitivos, y que unas 80 mujeres fallecen al año tras abortar en malas condiciones. «Luchamos para que la mujer pueda elegir libremente qué hacer con su cuerpo y su vida».

Ni tapadas ni veladas

La activista también habla de la dificultad de hacer pedagogía feminista y conseguir que más mujeres se unan a la lucha por la igualdad «debido al patriarcado interiorizado que tienen». Para ello pone un ejemplo. «En Marruecos la educación sexista es tal que a las niñas en la escuela pública se les pone una bata escolar, no así a los niños, para ocultar el desarrollo del cuerpo de las pequeñas. Se trata de que no vean como crecen sus pechos para evitar la tentación que por su puesto viene de ellas», añade.

Y hablando de prendas, si hay una contra la que dicha feminista se levanta esa es la del velo. «Es una imposición patriarcal. No una elección de las mujeres. Siempre hay un hombre detrás de la regla de cubrirse. Es volver a decir que los cuerpos les pertenecen a ellos, a sus maridos o a otros hombres. Hay tenemos un gran trabajo que hacer», añade.

«Siempre hay un hombre detrás de la regla de cubrirse»

Para más muestra de su valiente labor recuerda lo que tuvo que hacer contra la campaña machista en Facebook «Sé un hombre y cubre a tus mujeres» (con la que los hombres debían ver las prendas con las que las mujeres van a la playa porque así lo dicta el Corán). Betty Lachgar respondió con la campaña feminista: «Sé una mujer libre», posando en bikini en redes sociales y colgando un manifiesto «para invitar a todos a luchar contra las órdenes patriarcales. Hay que enseñar una educación igualitaria entre los jóvenes y luchar contra los estereotipos de género», recalca.

Con estos niveles de misoginia la activista sabe que su lucha no llegará pronto a su fin y que lo arriesga todo. «Si esta sociedad no nos ayuda, ¿qué podemos esperar de nuestra opinión pública, de la gente?». Aun así, no tira la toalla. Para ello recuerda cada día a su madre que siempre le dice: «no tengo miedo de que vayas a la cárcel, sino de lo que te puede hacer la sociedad». Y lo que siempre ella le responde: «Nunca tengo miedo, ni de la policía, ni de la cárcel, ni de la muerte. Por eso soy como soy», finaliza.

Rebelion / COMCOSUR MUJER Nº 641 – 18/05/2020
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3) MÉXICO: TRABAJADORAS DEL HOGAR MIGRANTES “ESLABONES DÉBILES” EN LA CADENA DE CONTAGIO POR COVID -19

Las mujeres y niñas migrantes y refugiadas también pueden experimentar un aumento de casos de violencia sexual y de género ante las medidas del aislamiento y confinamiento en los hogares o albergues, advirtió ONU Mujeres México.

De acuerdo con la ficha técnica “Mujeres migrantes y refugiadas en el contexto de la COVID-19”, que publicó el organismo internacional, México es el segundo país a nivel mundial con el mayor número de mujeres emigrantes, con 5.8 millones en 2015. Además, 22.8 por ciento del flujo de tránsito por México, originario de Centroamérica y repatriado por las autoridades mexicanas, son mujeres.

Durante la nueva pandemia, la situación de esta población es especialmente grave, ya que, de acuerdo con ONU Mujeres, las medidas de sana distancia han reducido la actividad de proyectos y organizaciones que atendían su situación en México.

A esto se suma que en las estaciones migratorias, donde puede haber condiciones precarias por hacinamiento, falta de higiene, de acceso a servicios de salud, entre otras, hay dificultades para aplicar las medidas sanitarias y de distanciamiento para reducir el riesgo de contagio que son recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) frente a la COVID-19.

Asimismo, los albergues y centros de acogida que reciben personas migrantes y refugiadas pueden cerrar o limitar el ingreso de personas para cumplir con las medidas de prevención y evitar el contagio, disminuyendo las opciones de alojamiento seguro y exacerbando riesgos de explotación sexual.

Los servicios y apoyo a sobrevivientes de violencia sexual y de género (gestión clínica y psicosocial) también pueden interrumpirse cuando los servicios de salud están enfocados en la COVID-19, incluyendo el acceso a salud sexual y reproductiva, advirtió el organismo.

De acuerdo con ONU Mujeres, entre 24 por ciento y 80 por ciento de mujeres migrantes y refugiadas experimentan alguna forma de violencia sexual en su tránsito, porcentaje que podría aumentar durante el aislamiento y confinamiento en los hogares o albergues.

No obstante, a diferencia de las connacionales, las migrantes víctimas de violencia enfrentan miedo a denunciar por su estatus migratorio o por dependencia derivada de sus casos de solicitud de la condición de refugiado; además de estar imposibilitadas para acceder a servicios de atención o canales de denuncia.

Trabajadoras del hogar migrantes, las más desprotegidas

El organismo internacional advirtió que la situación es peor para las trabajadoras del hogar migrantes, ya que aún sin pandemia, ellas enfrentan mecanismos de contratación precarios, la ausencia de medios de asistencia y protección adaptados a su situación, el aislamiento social y cultural en el país de destino, la falta de conocimientos acerca de la legislación laboral y de su cobertura, además de las responsabilidades y cargas de cuidado, entre otras situaciones.

Con pandemia de COVID-19, las trabajadoras asumen una carga de trabajo adicional en su círculo familiar, además deben seguir las recomendaciones de salud y sus ingresos pueden ser reducidos, retrasados o simplemente retirados a causa de despidos.

Las trabajadoras del hogar migrantes enfrentan retos adicionales, como la incertidumbre de su estatus migratorio, la necesidad de salir a cumplir con trámites administrativos migratorios y la discriminación derivada de su condición migratoria, explicó ONU Mujeres.

Las trabajadoras del hogar migrantes se convierten en “eslabones débiles” en la cadena de contagio, ya que no siempre pueden atender las recomendaciones de salud y prevención porque tienen que salir a trabajar para preservar sus medios de subsistencia o cumplir con requisitos administrativos de su situación migratoria.

Frente a este contexto, la oficina de Naciones Unidas propuso a los países que, para el caso de las trabajadoras migrantes, tomen medidas para garantizar que ellas cuenten con la información necesaria acerca de la COVID-19, los riesgos y medios de prevención; se acuerden las medidas más convenientes para todas las partes en la relación laboral; y se asegure su salario completo y a tiempo durante el periodo necesario, asistan o no a su lugar de trabajo.

En el caso de las migrantes y refugiadas en general, ONU Mujeres recomendó ofrecer información oficial y fiable acerca de la COVID-19 y las medidas de prevención, así como datos de organizaciones especializadas en la atención a niñas y mujeres refugiadas y migrantes; asegurar canales de comunicación confiables y confidenciales, y que los mensajes y recomendaciones de prevención y mitigación lleguen a niñas y mujeres migrantes y refugiadas.

También recomendó que las personas migrantes y refugiadas reciban atención médica, incluyendo los servicios de salud sexual y reproductiva, independientemente de su nacionalidad y estatus migratorio, así como a albergues de la sociedad civil con alimentación e insumos de higiene en línea con las recomendaciones de OMS y el OPS.

Además, propuso apoyar a refugios seguros para mujeres y niñas sobrevivientes de violencia sexual y basada en género y sus familias, muchos de los cuales reciben a mujeres migrantes y refugiadas, garantizando que tengan insumos alimentarios y de higiene y que puedan estar en operación en todas las etapas de la contingencia.

ONU Mujeres pidió reforzar los sistemas y servicios de agua, saneamiento e higiene de estas instalaciones; ofrecer información a las mujeres migrantes y refugiadas acerca de la violencia en los hogares o espacios de alojamiento, guías para su prevención, así como poner a su disposición números de contacto de instituciones y autoridades que atienden casos.

Y pidió asegurar – tanto a nivel federal como estatal – que los equipos de respuesta a la COVID-19 consideren servicios de respuesta a violencia basada en género para personas solicitantes, refugiadas y migrantes en la contingencia. En particular, asegurar que existan mecanismos de apoyo psicosocial y contención a distancia (líneas telefónicas, etc), así como la adecuada operación de las líneas de atención telefónica y de los refugios y centros de atención y protección de las mujeres.

Cimacnoticias / COMCOSUR MUJER Nº 641 – 18/05/2020
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4) URUGUAY: “SON MEMORIA. SON PRESENTE. ¿DÓNDE ESTÁN?”

Madres y Familiares, 06/05/2020
¡Muchas gracias!

A todos los compañeros y compañeras,

Madres y Familiares siempre sostuvo que la lucha por verdad y justicia por nuestros desparecidos, es la lucha de todos. Reconforta confirmar la enorme colaboración y apoyo que nos brindan desde los lugares, sectores y colectivos más diversos de nuestra sociedad.

Estamos muy agradecidos por la enorme cantidad y calidad de las sugerencias, propuestas e iniciativas que nos hacen llegar constantemente, en particular para la marcha del 20 de Mayo.

La mayoría de ellas se verán reflejadas en la propuesta central de Familiares, que como comprenderán, por razones organizativas y de concentración de esfuerzos no podrá abarcar todas las sugerencias.

Esperamos que múltiples actividades sean llevadas adelante en los lugares más diversos del país, teniendo en cuenta los cuidados necesarios. Estas tendrán sello propio de acuerdo a la decisión de los colectivos, las condiciones y lugares en donde se desarrollen.

Trataremos que todas confluyan, sin banderas partidarias bajo la consigna de este año:

“SON MEMORIA. SON PRESENTE. ¿DÓNDE ESTÁN?”

Buscamos reflejar en estas acciones que la desaparición forzada, delito de lesa humanidad cometido por el terrorismo de estado, perdura hasta la actualidad. Y que restablecer la VERDAD y hacer JUSTICIA son tareas inseparables para que esos atroces crímenes del pasado no se vuelvan a cometer. Es en este sentido que los desparecidos son el centro y el eje de nuestro reclamo y denuncia.

En este momento, donde los voceros de la impunidad provienen no sólo desde el Centro o Círculo Militar sino desde su nuevo partido político, hoy más que nunca, debemos unir todas las fuerzas para que nuestros reclamos sean una fuerza arrolladora que nadie pueda ignorar ni dejar de lado.

Una vez más, agradecemos a todas y todos quienes de una u otra forma participarán en este nuevo 20 de mayo.

CONVOCAMOS

Este 20 de mayo, enmarcado por la emergencia sanitaria y bajo la consigna “Son memoria. Son presente ¿Dónde están?”, como ya informamos, la Marcha del Silencio NO SERÁ PRESENCIAL, por lo cual les invitamos a participar, desde donde estemos, de la Marcha virtual a la que convocamos, de las siguientes maneras.

En los días previos, hacer de mayo el mes de la memoria. Invitamos a colocar en cada hogar, espacio, lugar de trabajo, distintivos de esta lucha como lo son la margarita, las fotos de las personas detenidas desaparecidas, las siluetas, las consignas permanentes de verdad, justicia, memoria y nunca más; así como de la 25ª Marcha del Silencio (balconeras, pañuelos, tapabocas, camisetas).

Sus intervenciones en las redes, en sus hogares, en los muros será el gran llamado que nos una en el reclamo de ese día.

El día 20 de mayo a las 19 hs. nos conectaremos a la transmisión en vivo (que en breve divulgaremos) donde se emitirá el video con las fotos de cada compañero y compañera detenido/a. desaparecido/a. Al unísono gritaremos PRESENTE luego de cada nombre.

Para visualizar todas las iniciativas, invitamos a que las publiquen en sus redes bajo los hashtags:

#marchadelsilencio2020
#marchadelsilenciopresente

“SON MEMORIA. SON PRESENTE. ¿DÓNDE ESTÁN?”

Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos / COMCOSUR MUJER Nº 641 – 18/05/2020

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5) URUGUAY: CAMPAÑA USA EL TAPABOCAS PARA CONCIENTIZAR SOBRE VIOLENCIA

ONU Mujeres Uruguay, con el apoyo de distintos medios, está impulsando una acción de concientización sobre la violencia de género agudizada en el marco global de la pandemia por Covid-19.

«A través de líderes de opinión, celebridades, influencers y periodistas se convoca a la población a hacer uso de sus tapabocas como espacios de denuncia», indica el comunicado.

«Distintos actores de nuestra sociedad comparten en sus redes con el hashtag #QueLaPandemialloNosCalle imágenes de sus tapabocas escritos con mensajes denunciando la violencia de género», informa ONU Mujeres, que luego da detalles de «los datos que evidencian la gravedad del problema».

«En 2019 se registraron 24 femicidios en Uruguay, casi todos a manos de parejas/ex parejas y aún hay casos sin aclarar. En Uruguay, se realizaron 108 denuncias de violencia de género por día. El 76,2% de las mujeres mayores de 15 años en Uruguay declaró haber sufrido violencia de género en algún momento de su vida», informa.

«Usando el tapaboca como espacio de denuncia y replicando esta acción promovemos la concientización y diálogo sobre estas situaciones para amplificar estos mensajes y ponerlos en la agenda pública», concluye.

Montevideo portal / COMCOSUR MUJER Nº 641 – 18/05/2020
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6) URUGUAY: INCERTIDUMBRE EN LA CONTINUIDAD DE LOS SERVICIOS DE ATENCIÓN A MUJERES EN SITUACIÓN DE VIOLENCIA

Trabajadoras y trabajadores de la Red de Servicios por una vida libre de violencia de género a nivel nacional se manifestaron en un comunicado a la opinión pública tras las declaraciones de la Directora del Instituto Nacional de las Mujeres Mónica Bottero.

Como es de público conocimiento, la actual situación de los Servicios de Atención en Violencia Basada en Género (SVBG) se encuentra en un marco de incertidumbre a causa de la reciente desestimación del proceso de licitación Pública que aseguraba la continuidad de los mismos por un período de dos años, así como también por la falta de argumentos esbozados por las autoridades competentes.

En dicho contexto desde nuestro sindicato se solicitaron y concretaron reuniones con el Ministro de desarrollo social Pablo Bartol y con el subsecretario Armando Castaingdebat.

Paralelamente se solicitó una reunión de carácter urgente con la Directora de Inmujeres Mónica Bottero, pero hasta el momento no hemos obtenido respuesta.

Recientemente la Sra. Bottero realizó declaraciones en diversos medios de prensa nacional que lejos de trasmitir tranquilidad nos han generado mayor preocupación. Si bien se afirma que se dará continuidad a los servicios, al mismo tiempo se anuncia se realizarán modificaciones en los mismos. Modificaciones que no nos fueron comunicadas por las vías formales correspondientes ni en las reuniones mantenidas con las autoridades.

La Sra. Bottero explicó que consideran bajar y flexibilizar requerimientos de las y los profesionales con el fin de facilitar a «jóvenes Técnicos» el ingreso a los Servicios, haciendo referencia particularmente a los Servicios del Interior del país. Cuestionó el mínimo de horas de formación específica requerida para integrar los equipos aduciendo que no ve la diferencia entre quienes la tienen y quienes no. A su vez, vinculó la desestimación de la mencionada Licitación con las revisiones del gasto del Estado que pretende realizar la nueva administración. Por último, en un medio manifestó que nuestras reivindicaciones como trabajadores y trabajadoras se deben a que la nueva administración está «tocando intereses económicos» y en otro medio relacionó nuestro accionar a «cuestiones políticas».

En prime lugar, observamos con preocupación lo referido a bajar o flexibilizar los requerimientos para quienes pueden ingresar y/o desempeñarse en estos programas. Entendemos que resulta total e íntegramente opuesto a las recomendaciones internacionales que hacen referencia a nivel de complejidad que implican las situaciones de Violencia Basada en Género, por lo que la formación y experiencia en esta temática es absolutamente imprescindible para trabajar con ella.

En este sentido, destacamos la importancia de valorar la formación y trayectoria de las y los profesionales que se desempeñan y que se vayan a desempeñar en los servicios y observamos con gran preocupación la subestimación que la directora realizó respecto a ésta. Entendemos por eso que es preciso señalar que una intervención inadecuada puede tener como resultado un impacto directo en la calidad de vida de las mujeres e incluso puede significar pone en riesgo la misma. Parece también necesario recordar que hablamos de Servicios Especializados donde es justamente la formación y experiencia lo que permite hacer un abordaje de calidad. Por esto, además de considerar estas declaraciones como preocupantes entendemos alarmantes la liviandad con que la Sra. Bottero se ha referido al tema.

A su vez, podemos afirmar que actualmente hay técnicas y técnicos del interior del país trabajando en los Servicios. De hecho, la inmensa mayoría de los equipos a nivel nacional están compuestos por personas radicadas en cada departamento. Por estas razones, no comprendemos plenamente el comentario de la Sra Directora con respecto a que ingresen profesionales del interior.

La necesidad de comunicar la actual situación de la Red de Servicios surge del clima de incertidumbre que se atraviesa así como la desinformación y la falta de respuestas claras, entendiendo que las mismas no sólo nos afectan como trabajadoras y trabajadores sino que afecta al conjunto de la ciudadanía. En este sentido rechazamos enfáticamente que se vinculen nuestras acciones a supuestos «intereses económicos» o «cuestiones políticas». Nuestro proceder, no sólo procura la defensa legítima de la fuente laboral como derecho, sino también la defensa de la calidad de los servicios. Es por esto que consideramos agraviantes y equivocados los dichos de la Sra Bottero y pensamos que mayor respeto y responsabilidad a la hora de hacer declaraciones a medios de comunicación favorece la posibilidad de generar diálogo e intercambio.

La política pública destinada a dar respuesta a la desigualdad de género y sobre todo aquella que se aboca a combatir la violencia basada en género, demanda profundizar el camino recorrido hasta el momento, avanzando en materia jurídica, así como la inversión en políticas específicas. Por tal motivo, creemos urgente que se aborde la demanda de los equipos técnicos y se trabaje en la construcción de una política de Estado comprometida, con perspectiva de Género y de Derechos Humanos, para poder combatir este problema social y público. Desde nuestro lugar seguiremos en apertura al diálogo y defendiendo la calidad de las políticas sociales de la población uruguaya.

Sindicato de base de Trabajadoras y Trabajadores organizadas/os de la Red de Servicios de Atención a la Violencia Basada en Género a Nivel Nacional Mides – Inmujeres

COMCOSUR MUJER Nº 641 – 18/05/2020
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7) URUGUAY: “EL RACISMO ES UNA PANDEMIA HISTÓRICA EN NUESTRA SOCIEDAD”

Los colectivos afro aseguran que la covid-19 acentúa las dificultades de la población más vulnerable

Carla Méndez, integrante de Mizangas Mujeres Afrodescendientes, dijo a Sala de Redacción que “la población afrodescendiente, desde la esclavitud, ha sido víctima del racismo y la discriminación” y que con la situación de pandemia actual las desigualdades étnico-raciales se acentúan. En este sentido, Méndez aseguró que “el racismo es una pandemia histórica en nuestra sociedad”.

Si bien desde que se declaró la emergencia sanitaria, el 13 de marzo, el gobierno se ha centrado en la entrega de canastas alimenticias, estos colectivos están disconformes con las acciones tomadas por las autoridades ya que, según Méndez, son “parciales, por no tener la mirada de mediano y largo plazo y por no contemplar las desigualdades estructurales presentes en la sociedad”.

El colectivo Mizangas lanzó un comunicado en el que aseguran que “el virus del racismo reina con o sin corona” y reflexionan acerca de la situación actual del país. “El Estado debe proteger a las personas más vulnerables, en ese sentido, demandamos acciones que protejan y garanticen los derechos de las trabajadoras del sector doméstico, personas en situación de calle, trabajadoras sexuales, trabajadores jornaleros, feriantes, vendedores ambulantes y artistas”.

Por su parte, Orlando Rivero, ex asesor de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), dijo a Sala de Redacción que la situación de vulnerabilidad de la población afrodescendiente se afirma aún más con la pandemia pero que “ha sido crítica desde hace varios años, no es de ahora”. Rivero planteó que lo más grave es el nivel de informalidad laboral que padece esta población, que trae como consecuencia que “se cubra el resto de la sociedad y no se atienda del todo a la población afrodescendiente”. A su vez, Rivero cuestionó que la falta de registros administrativos no deja visualizar si las personas afectadas por coronavirus son afrodescendientes.

Por otra parte, Beatriz Ramírez, directora de Derechos Humanos del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), dijo a Sala de Redacción que la mayor preocupación de las organizaciones antirracistas es la situación de la mujer afro en estado de distanciamiento social. En este sentido, la directora expresó que la violencia de género se intensifica “porque les toca a las mujeres que no tienen la posibilidad de desarrollarse y de poder sobrevivir”.

Sobre este punto, Méndez acotó que “la mujer afro sufre más violencia de género que la mujer no afro” y es por esta razón que el trabajo que realizan los diferentes colectivos tiene foco en este tipo de violencia. “Somos conscientes que la actual pandemia potencia las situaciones de racismo en los espacios habilitados para compras, en la calle, en episodios de violencia machista dentro de los hogares, donde aún la respuesta del Estado es insuficiente”, es otro de los puntos que se plantea en el comunicado lanzado por Mizangas.

Campañas solidarias

La situación de emergencia sanitaria llevó a que muchas personas realizaran distintas jornadas para ayudar a la población más vulnerable. El Bloque Antirracista y la comparsa Yambo Kenia también se sumaron a la causa haciendo ollas solidarias en diferentes puntos de la ciudad.

Según contó a Sala de Redacción Gilda Machado, integrante de Identidad Afro Rivera (Idafro), el colectivo actualmente trabaja en la realización de tapabocas y túnicas para el personal de salud del hospital de Rivera. “El hospital nos brinda la tela tnt y un modelo y nosotras cortamos para hacer las túnicas”, acotó.

Asimismo, Machado dijo que diferentes organizaciones sociales, tanto de Montevideo como del interior del país, están trabajando para recaudar fondos y de esta manera ayudar a la población con la compra de alimentos. “La propuesta es recolectar dinero, reconocer a las familias afro, LGBT y discapacitados que estén en situación crítica, luego hacer un relevamiento de datos de estas familias y por último brindarles ese dinero para que puedan usarlo en un almacén de barrio”, explicó Machado.

En este sentido, Méndez señaló que no solamente tratan de ayudar a familias con la canasta en sí, sino también poner “un componente de economía solidaria” para que el dinero sea usado en un almacén barrial. “Entonces también ayudamos a los almacenes. Es una ayuda para no descuidar la economía más pequeña”, afirmó.

El colectivo Mizangas también llevó a cabo una campaña con el objetivo de juntar prendas para las mujeres con niños que están privadas de libertad. “Recibimos mucho apoyo de la comunidad, incluso nos sobró ropa que fue donada a otros colectivos que necesitaban”, dijo Méndez, y agregó que también participaron en una videocampaña que fue lanzada a nivel internacional en protesta por el testeo de una vacuna en África. “Hicimos un video en contra de eso y también impulsamos a la gente que mande el suyo”, contó esta integrante del colectivo.

sdr.fic.edu.uy/ COMCOSUR MUJER Nº 641 – 18/05/2020
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8) URUGUAY: MUJERES EN LA MÚSICA Y PANDEMIA

Encuesta sobre mujeres vinculadas a la música revela necesidades en la pandemia

Más Músicas Uruguay realizó una encuesta de la que participaron 75 mujeres vinculadas a la música que brindaron información, entre otras cosas, sobre cómo están enfrentando este momento de emergencia sanitaria, tanto en lo laboral como en lo económico. Mónica Navarro acercó los resultados mediante un informe que realizó para Codo a codo Leticia Ramos (integrante de Las hijas de Mandela).

Más de la mitad de las encuestadas manifestó, por ejemplo, que necesitaría “algún tipo de ayuda”.

Escuchar audio: radiouruguay.uy/encuesta-sobre-mujeres-y-desidencias-de-la-musica-en-uruguay-revela-necesidades-en-la-pandemia/

COMCOSUR MUJER Nº 641 – 18/05/2020
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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